viernes, 1 de marzo de 2013

La fe ilumina la vida

La gama de grises que presenta lo cotidiano de nuestra existencia, la monotonía y el esfuerzo constante, la rutina, etc., se transforma en una gama de colores espléndida cuando la fe, de pronto, irrumpe e ilumina todo de una manera distinta y sobrenatural.


Cuando la fe ilumina, lo que vivimos y nos rodea logran mostrar su verdad más profunda, aquella que dificilmente percibimos con una mirada fugaz. Sale a la luz el sentido de la realidad, los vivos colores con que Dios ha trazado la vida y su vocación última. La esperanza entonces sostendrá la vida de quien creía que todo era gris.

Para el hombre de fe, para quien la fe lo es todo y está firmemente arraigada en su corazón y en su mente, la vida no es de color gris, apagada y mortecina: posee los vivos colores de Dios mismo.

"La fe. Este es el recuerdo que os dejamos de esta audiencia para que os acompañe siempre, y especialmente cuando, una vez vueltos a vuestras casas, reanudéis el trabajo ordinario, la carga de vuestro sudor diario. Que la fe sea la luz que brille en vuestros ojos, el consuelo de vuestra jornada, el motor secreto que mueve a la generosidad y al heroísmo. 

Se acostumbra a hablar a veces de "lo gris" de la vida diaria, y muchas expresiones de la narrativa moderna o de los espectáculos parecen exasperar y ennegrecer sus tintas. Pero para el hombre que tiene fe, la vida no es gris, aunque a veces sea monótona, dura, acuciante, llena de responsabilidad.

¿Por qué? Precisamente porque hay fe, porque se ha puesto a Dios como centro de los pensamientos y de los juicios, de las decisiones y de las costumbres, y por ello se vive en la luz, en el gozo de la paz, que nadie puede turbar, pues, como dice san Pablo, "ese Dios que dijo 'resplandezca la luz de entre las tinieblas', es el que la hace resplandecer también en nuestros corazones para irradiar el conocimiento de la Gloria de Dios, que brilla en el rostro de Cristo" (2Co 4,6).

Nuestro mayor deseo es que resplandezca de esta suerte la luz de Dios en vosotros durante este Año de la Fe"

(Pablo VI, Audiencia general, 27-septiembre-1967).

7 comentarios:

  1. Buenos días don Javier. Pablo VI también dedicó un año a la fe, el 68, cuando tantos seguían con fe radical talibana de peace&love luces muy negras.Un abrazo.

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    1. ¡Bendito Pablo VI! De esas catequesis del Año de la fe, en 1967-1968, estamos trayendo aquí su contenido para que nos edifique.

      La situación es muy distinta de aquellos años, sin embargo la fe se ve igual amenazada con distintos retos post-modernos. ¡hay que fortalecerla! ¡Hay que conocerla y pensarla y vivirla!

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  2. Prosa poética, además de catequesis.

    La fe ilumina todo porque nos muestra su verdad más profunda. Aunque vivir supone desgaste, lo que cansa y aburre, sobre todo, es el modo de vivirla, la pobreza espiritual con que a veces la vivimos ¿Cuál es la raíz del empobrecimiento espiritual de nuestra vida que nos lleva a sentir hastío de vivirla?

    Cuando crece la desertificación espiritual se necesitan, como en todo desierto, personas de fe que indiquen el camino hacia la Tierra prometida, manteniendo viva la esperanza. La fe vivida abre el corazón a la gracia divina que libera del pesimismo y del hastío.

    En oración con las preces de Laudes, Tú que subiste a Jerusalén para sufrir la pasión y entrar así en la gloria, conduce a tu Iglesia a la Pascua eterna.

    ¡Qué Dios les bendiga!

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    1. Mi neurona se desconectó por un momento de mis dedos. Cosas que suceden a las dos de la tarde de un viernes. Léase: "Aunque vivir supone desgaste, lo que cansa y aburre de la vida, sobre todo, es el modo de vivirla" Subsanada la imprecisión advertida por hijos "criticones" ¡todo un lujo!.

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    2. Ante los desiertos... ¡la luz de la fe, la compañía de la fe, que suscita un pueblo nuevo: la Iglesia!

      No escriba a las 14 h. de un viernes, hartita de despacho, clientes, expedientes, recursos de apelación, etc., porque los hijos -¡ay los hijos!- son demasiado observadores y padecen incontinencia verbal: son incapaces de callar ante un lapsus o errata.

      ¡Qué peligro tienen los hijos, esa "colmena"!

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  3. La FE en CRISTO, acerca DIOS y por eso nos acerca a la LUZ. Y DIOS no desgasta, no cansa, no aburre, no empobrece. Si la FE desgasta, o cansa, o aburre o empobrece no es FE. Sigo rezando. Una vez más muchas gracias, Padre. DIOS les bendiga

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    1. La fe es nueva, engendra novedad, es el nuevo inicio de todas las cosas. Dice Cristo en el Apocalipsis: "He aquí que lo hago todo nuevo". ¡Imposible aburrirse, ser grisáceo!

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