domingo, 28 de mayo de 2023

La virtud de la paciencia (I)



1. La paciencia es una virtud que casi todos conocemos, aunque la practiquemos poco. La recomendamos con frecuencia a los demás pero en vez de decir “paciencia” queremos decir “resignación”, algo más bien pasivo, un aguantarse porque no hay más remedio.



La paciencia es virtud de los fuertes que saben sobreponerse ante el mal que se padece injustamente y resisten y es virtud de los que han puesto su esperanza en Dios y permanecen firmes frente a las adversidades que se van presentando en lo normal de la vida.

 La impaciencia actúa muchas veces con ira, queriendo eliminar bruscamente el objeto, la persona o las circunstancias que nos dañan; a veces la impaciencia se convierte en rebeldía pidiendo cuentas a Dios y volviéndose contra Él. Pero la paciencia sabe esperar, resistir y aguardar a que Dios, como siempre, saque bienes del mal que aflige momentáneamente, porque “Dios da trabajos, para que, sufridos con paciencia pueda hacer mayores mercedes” (Ep. 29,2). 

viernes, 26 de mayo de 2023

Caritas, spiritalis unctio - Veni Creator!



            Caritas – Amor:

            Sabemos bien cómo el Espíritu es la Persona-Don, el Amor mismo de Dios dándose.

            La iniciativa, siempre, es de Dios: Él nos amó primero. Por eso el amor –dirá la primera carta de san Juan- no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó primero. Su Espíritu Santo es la prueba, la prenda, la garantía, de ese amor en nosotros. Dios nos ama con su Espíritu Santo.



            El Espíritu mismo mueve nuestro ser, libremente, para que demos una respuesta de amor al Amor personal de Dios. Y de ahí se difunde el amor a los demás, el amor con palabras y verdad a nuestros hermanos.

            Donde está el Espíritu, reina la caridad; extinguiendo el Espíritu, nace el odio, las rencillas, los recelos, las envidias, la prepotencia, la soberbia, el orgullo. Haciendo espacio interior al Espíritu, dejando que Él llene el alma, atentos a sus mociones, puede haber un amor servicial, oculto, discreto, entregado, veraz, sacrificado.
 

lunes, 22 de mayo de 2023

El pan eucarístico (Elementos materiales - IV)



            En el pan se ofrece cada fiel: es la ofrenda de la Iglesia al Padre para que lo transforme en Cuerpo de Cristo y haga de la Iglesia Cuerpo de Cristo.

            ¿Qué características debe tener el pan? En la Iglesia latina, ha de ser pan de trigo ázimo, es decir, sin levadura, sin fermentar, siguiendo la tradición del mismo Cristo.


            En los orígenes del culto cristiano, se había empleado pan fermentado. “Los fieles llevaban para el culto sencillamente algunos de los panes que tenían en casa” (Jungmann, p. 663). En su forma no difería del pan ordinario. Por ejemplo, en dos mosaicos de Rávena que representan el altar eucarístico aparece el pan en forma de rosca, una especie de trenza a modo de sortija del tamaño de una mano. Era la “corona” a la que alude san Gregorio Magno, conocida desde el siglo III como un pan más fino. Otras veces se le da la forma de disco (por ejemplo, en el mosaico del altar de San Apolinar, teniendo en el centro una cruz).

            Era costumbre sellar el pan con una cruz, o con el anagrama de Cristo, tanto en Occidente como en las liturgias orientales.

martes, 16 de mayo de 2023

Contenidos espirituales del silencio - I (Silencio - XXI)



El silencio es connatural a la adoración, porque la adoración se queda sin palabras, le estorban incluso, contemplando al Señor. La adoración es mirada silenciosa llena de amor, y conviene esta adoración tanto en la santa liturgia como en nuestra oración privada:



            “La adoración es la primera actitud del hombre que se reconoce criatura ante su Creador. Exalta la grandeza del Señor que nos ha hecho y la omnipotencia del Salvador que nos libra del mal. Es la acción de humillar el espíritu ante el “Rey de la gloria” y el silencio respetuoso en presencia de Dios “siempre mayor”. La adoración de Dios tres veces santo y soberanamente amable nos llena de humildad y da seguridad a nuestras súplicas” (CAT 2628).

            La misma experiencia de la contemplación amorosa está llena de silencio, traspasada e inundada de un silencio sonoro; y si lo es en la oración contemplativa, también es adecuado, conveniente y necesario para la liturgia, que es contemplativa igualmente:

domingo, 14 de mayo de 2023

La Gloria de Dios


El concepto gloria es empleado muchas veces como sinónimo de poder de Dios, como la fuerza salvadora de Dios que se manifiesta en la historia, interviniendo en bien de su pueblo elegido, librándolo de la esclavitud del Faraón, devolviendo a su patria a los deportados de Babilonia. 



Pero un poder (gloria de Dios) entendido siempre como amor entrañable:

Oh Dios que manifiestas especialmente tu poder en el perdón y la misericordia[1]

Gloria es, asimismo, la majestad de Dios. Cuando se quiere expresar cómo Dios es Altísimo, el Señor, se emplea el término gloria, revelando así su majestad; Dios es el único Señor, el rey de la gloria, y cantarán los salmos: "viene el Señor, vestido de majestad, ceñido de poder" (Sal 92,1). Una majestad que es única, puesto que es atributo divino[2], exclusivo del Señor. Nos remitimos a la exégesis del texto profético: la majestad de Dios que vuelve a la ciudad santa desde el oriente.

viernes, 12 de mayo de 2023

La devoción, virtud cristiana (y IV)



6. Un criterio añadido: puede haber sensibilidad a flor de piel, incluso lágrimas en la oración, gusto o consuelo en el alma, pero “la devoción no la tenga por segura si no ayuda a fortalecer la fe” escribía Teresa de Jesús (V 25,13). 



Creemos que la oración ha sido preciosa porque hemos salido llenos, parecía que nos íbamos a santificar totalmente... y a la más mínima ocasión, a la más pequeña tentación, hemos caído. 

La oración que infunda devoción y fervor en el corazón se nota por sus efectos en la vida cristiana: fortaleza de fe, seguridad en la esperanza, constancia en el amor. 

Puede haber oración muy sensible que no nos ayude a esto, y oración muy árida, cansada incluso, donde sí ha estado el Señor y nos ha otorgado la fortaleza en la fe, la seguridad en la esperanza, la constancia en la caridad verdadera. Éste es el único criterio de discernimiento.

lunes, 8 de mayo de 2023

Una teología básica de la liturgia - Recapitulación, 2 (SC - XXV)



3. La comprensión del fenómeno de la liturgia se acrecienta cuando se considera cómo la obra de la salvación de Cristo (SC 5) se actualiza y la liturgia es canal de esa salvación de Cristo. Es la liturgia un momento más, momento último, de la historia de la salvación (cf. SC 5-6). Se realiza “la obra de la salvación” (SC 6) por medio de los sacramentos y de la vida litúrgica de la Iglesia.


  
          4. Pero, para esta “obra tan grande” (SC 7), realmente excepcional, la liturgia tiene por Autor a Cristo, Sumo y eterno Sacerdote, que se hace presente, de distintos modos, en la sagrada liturgia. Esta presencia de Cristo, multiforme, rompe el horizontalismo en la liturgia, el estar encerrados en el “yo”, en la “asamblea” o “grupo”, marcando cómo la liturgia no es algo que la fabriquen los hombres y ellos se autocelebren y recuerden sus compromisos éticos o sociales, estimulándose unos a otros… sino que la presencia de Cristo remite a la verticalidad de la liturgia reconociendo que es un don que se nos da y que la liturgia la realiza Jesucristo haciéndose presente (y el sacerdote es instrumento, no acaparando la liturgia que no es suya ni mucho menos). Había, pues, que sacar las consecuencias de lo que significa la presencia de Cristo en la sagrada liturgia.

            La liturgia recibe una definición teológica en esta constitución Sacrosanctum Concilium. Es “el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo” (SC 7) por el cual sigue glorificando al Padre y santificando a los redimidos. Esta obra se realiza con “signos sensibles” (SC 7) que significan y realizan a un tiempo –no son meros símbolos ni construcciones artificiosas de los hombres ni celebraciones que hacen reconocer lo que estaba implícito o anónimo en nosotros (autoconciencia, al estilo de Karl Rahner)-, realizan a un tiempo, decíamos, “la santificación del hombre” (SC 7). Con todo esto se realiza el culto público íntegro uniéndose Jesucristo a su Cuerpo que es la Iglesia. Por eso la liturgia es obra del Cristo total, Cabeza y miembros. Tal es su importancia, que merece ponerse de relieve, al ser una “acción sagrada” (SC 7) y recibe gran honor porque su eficacia “con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia” (SC 7).

sábado, 6 de mayo de 2023

Benedictus - y II (Respuestas XLVIII)



3. Enriquezcamos toda esta reflexión con el comentario de los Padres de la Iglesia al Benedictus y así beberemos de la Tradición.

“Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos”:



“No pensemos que aquí se habla de enemigos corporales, sino espirituales. Porque el Señor Jesús, “fuerte en la batalla”, ha venido para destruir a todos nuestros enemigos, para liberarnos de las insidias que proceden de la mano de todos nuestros enemigos “y de la mano de todos los que nos odian”” (Orígenes, In Luc., X,3).

“La misericordia que tuvo con nuestros padres”:

“Yo pienso que Abraham, Isaac y Jacob han gozado de la misericordia de Dios gracias a la venida de nuestro Señor y Salvador. Pues es inimaginable que quienes vieron y se alegraron con antelación de ese día, no hayan sacado provecho de él a su llegada y de su nacimiento virginal. ¿Y qué digo de los patriarcas? Apoyándome en la autoridad de las Escrituras, tendré la audacia de elevarme aún a más altura y diré que la presencia del Señor Jesús y los planes de su Providencia no solo han sido de provecho para la tierra, sino también para el cielo. Por eso dice el Apóstol. ‘Por su sangre en la cruz ha pacificado la tierra y el cielo’. Así pues, si la presencia del Señor ha sido útil para el cielo y para la tierra, ¿por qué va a tener uno miedo de afirmar que su venida ha aprovechado también a nuestros antecesores, para que se cumpliera aquello que dice: ‘Para hacer misericordia con nuestros padres y acordarse de su alianza santa, del juramento que hizo a nuestro padre Abraham’, con el fin de concedernos ser libres ‘del temor al poder de nuestros enemigos’?” (Orígenes, In Luc., X,3).


jueves, 4 de mayo de 2023

Elegidos, son testigos de su amor (Palabras sobre la santidad - CVIII)



            Toda la vida cristiana es un continuo caminar, progresando, hasta desarrollar toda la gracia del bautismo, es decir, vivir la perfección cristiana que es la santidad. Peregrinos y caminantes, viatores, así somos cristianos, hasta la meta de la santidad


            Desde toda la eternidad, antes de la creación del mundo, Dios nos ha elegido y predestinado para ser santos e irreprochables ante Él por el amor, para que alcanzáramos la bienaventuranza divina por el camino de las bienaventuranzas, llegando así a gozar de Dios mismo. Los bienaventurados del cielo ya gozan de Dios y se gozan en el ser de Dios, alabándole por siempre, recibiendo su Amor en plenitud y sin medida.

            En el bautismo, se recibe la gracia que nos hace ser capaces de ser amados por Dios como hijos suyos muy queridos, ya que reproduce en nuestras almas la belleza espiritual de Dios, la imagen de su Hijo. Se recibe de manera incoada y luego se va desarrollando a lo largo de la vida, correspondiendo a la gracia. Este don precioso, hecho en el bautismo, nos capacita para ir conociendo y amando a Dios. Éste es el misterio de su elección sobre nosotros, éste su designio salvador.

martes, 2 de mayo de 2023

El aceite (Elementos materiales - III)



            El aceite y la unción son usados en toda la antigüedad en muchas culturas, con carácter religioso o no, en particular en la cuenca mediterránea, donde el olivo es muy abundante, árbol típico del paisaje mediterráneo; se adapta bien a la tierra árida y sedienta, y su tronco retorcido y nudoso muestra su fuerza y longevidad.



            El simbolismo del aceite, de alguna manera, se enraíza en su naturaleza. En el mundo mediterráneo, el aceite ocupa un lugar esencial, tanto para la alimentación como para el embellecimiento del cuerpo y para su luminosidad. “Las propiedades del aceite hacen de él en la antigüedad un elemento fundamental sobre todo en ámbitos no religiosos: por ejemplo en la medicina, donde protege, cura y alivia el dolor; en el deporte, por cuanto tonifica el cuerpo y da fuerza a la musculatura; en la cosmética utilizado para purificar la piel y para conferirle esplendor, o bien unidos a las esencias como perfume”[1]. En ámbitos religiosos, las características del óleo suscitan desde la antigüedad un simbolismo variado: es signo de prosperidad, y se convierte también en signo de fiesta y bendición divina.