Ante la situación del secularismo y la secularización, se plantean interrogantes varios. ¿Se puede construir un mundo sin Dios? ¿Puede haber un humanismo auténtico que no sea cristiano? ¿Sin Dios, el hombre es más hombre, más pleno, más auténtico? Y el segundo interrogante es la postura ante esta secularización, ya que algunos la ven muy positivamente para reforzar y purificar la fe de los creyentes, eso sí, esperando una Iglesia de minorías, de selectos convencidos y comprometidos, donde los pequeños con su fe sencilla, apenas tienen lugar.
Pablo VI formulaba así estos interrogantes: “En todo caso, se nos presenta con fuerza una doble pregunta: ¿Es posible fundamentar un humanismo auténtico partiendo de perspectivas prácticamente ateas, es decir, de un mundo desacralizado y secularizado, sin referencia a Dios, aun dejando en pie la posibilidad de que quienes quieran y puedan, reconozcan un Dios trascendente y personal? ¿Es deseable, por otra parte, llegar hasta ahí en el proceso de secularización, para purificar y revalorizar, como dicen, la fe de los creyentes?” (Discurso al Secretariado para los no-creyentes, 18-marzo-1971).
El primer punto es el humanismo, o mejor, el del falso humanismo reinante frente al humanismo cristiano. “A la primera pregunta, la respuesta, en el plano práctico, no es tal vez muy fácil, y sin duda es preciso desconfiar de una apologética demasiado sencilla, de acuerdo con la tesis de que, como se ha dicho con frase lapidaria, “un pueblo se deshumaniza a medida que se descristianiza”; y sin Dios todo va a la deriva en el plano humano: la verdad, el bien, el respeto a las personas, su felicidad, su esperanza.
Y, sin embargo, después de haber asistido durante más de un siglo a los estremecedores esfuerzos de diversos humanismos ateos, ¿no se advierte efectivamente que lo que ahora parece mal asegurado es el sentido del hombre, hasta el punto de que algunos no se atreven ya a hablar de humanismo? En todo caso, para nosotros creyentes no es dudosa esta convicción: un humanismo errado, que excluye a Dios, tarde o temprano acabará por revelarse inhumano.