Procesiones
en las celebraciones sacramentales
La
liturgia ni mucho menos es estática, todos sentados y clavados en sus sitios,
sino que implica también movimiento. Y esto lo vemos también en las
celebraciones sacramentales de la Iglesia cuando no se reduce su expresividad
ni se simplifica su desarrollo litúrgico.
-La
Iniciación cristiana de adultos
conlleva dos procesiones, de ida y de vuelta del baptisterio que para
desarrollar allí la acción sacramental, y, una vez concluida, volver al altar,
uniéndose a los fieles.
En
la Vigilia pascual, tras la homilía, se organiza la procesión al baptisterio:
primero un acólito llevando el cirio pascual, luego los catecúmenos con sus
padrinos, después los diáconos, los concelebrantes y el Obispo, mientras se
canta la letanía de los santos (CE 358-359).
Terminados
los sacramentos, regresan igualmente en procesión, los neófitos vestidos de
blanco con los cirios encendidos (o los padrinos de los niños con los cirios,
en el caso de párvulos) mientras se entona un cántico bautismal (CE 366).