viernes, 30 de junio de 2023

Dios manifiesta su Gloria en la creación (I)



         El Señor ha manifestado especialmente su poder y su santidad en Jesucristo, Señor y Salvador; pero encontramos también otras huellas de la gloria de Dios en la creación, en el hombre y en la misma Iglesia.



         En la creación

         El mundo ha sido creado por medio de la Palabra, haciendo un mundo bello, hermoso. Una creación no por necesidad, sino por pura gracia de Dios, mostrándonos así su gloria, su bondad. Un mundo, a la vez, en el que Dios, según el relato yahvista de la creación de Gn (2,5ss) se pasea (3,8), disfruta del jardín. Sólo desfiguró este universo creado el pecado del hombre, pero la creación en sí salió buena de las manos generosas de Dios.

         El Señor se recrea en el mundo, lo bendice y lo llevará a su culmen en una creación nueva y renovada en Cristo, son los "cielos nuevos y la tierra nueva" que canta Ap (21,1; cfr. Is 65,17). El mundo mismo remite a Dios si lo miramos con limpieza de corazón: "lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad" (Rm 1,20).

sábado, 24 de junio de 2023

Silencio en la liturgia (Silencio - XXIII)



Aunque la liturgia parece sólo un entramado de ritos y palabras, de acciones sacramentales y plegarias, de lecturas y cantos, a todos estos elementos esenciales hay que sumarles el silencio. En distintas formas, y con distintos sentidos según el momento, pero el silencio es elemento necesario del culto cristiano, la nota que permite la interioridad y la hondura, la asimilación personal y la amorosa contemplación durante la misma liturgia.



            Parece que hay –ojalá sea así- un interés real en cuidar el silencio sagrado. “La Iglesia del Vaticano II, que ha redescubierto en la celebración litúrgica la importancia de la Sagrada Escritura (SC 24) y ha reafirmado su fe en Cristo “presente en su palabra” (SC 7), también ha prestado una atención renovada al silencio como momento de la acción litúrgica (volviendo a tomar así los valores de una venerable tradición inspirada en la Biblia), en el ámbito de una situación socio-religiosa donde el silencio a menudo se siente como una necesidad vital”[1].

            Una liturgia sin silencio es un caos precipitado que, difícilmente, ayuda a vivir el culto litúrgico como un culto lógico-espiritual, razonable.

            El silencio no es, sin más, una pausa, un descanso en la liturgia, sino la forma de orar personalmente –sea meditando, gustando o contemplando, sea suplicando-. Es un silencio lleno de contenido y, por tanto, necesario para una liturgia que es, ante todo, vida espiritual y escuela de espiritualidad.

viernes, 16 de junio de 2023

El incienso (Elementos materiales - V), 1ª parte



            El buen olor en la liturgia

            Una primera aproximación puede ser el lugar del elemento olfativo en nuestras celebraciones. La liturgia da importancia a todos los sentidos, no sólo a la audición y la vista. El buen olor puede aportar también su simbolismo al misterio cristiano. El buen olor produce agrado, simboliza "el buen olor de Cristo", así como el afecto, la fe y la oración que los cristianos queremos expresar ante Dios. Aquí entra el incienso, con su perfume y su columna de humo blanco. 



            “El rito de incensación expresa reverencia y oración, como se da a entender en el salmo 140,2 y en el Apocalipsis 8,3. La materia que se coloca en el incensario, debe ser o sólo y puro incienso de olor agradable, o si se le agrega algo, procúrese que la cantidad de incienso sea mucho mayor” (Caeremoniale episcoporum, n. 84-85).

            Historia

            El uso del incienso se ha dado en muchísimas religiones; el judaísmo lo aceptó y ofrecía el incienso a Dios en sus rituales de sacrificios (el altar del incienso).

            Entre los paganos, el incienso gozaba de gran estima llegado de Oriente. Especialmente en el culto pagano a los dioses y al emperador se empleaba, y muchos fueron mártires por no ofrecer incienso. La Iglesia tardó mucho en asimilarlo, hasta que no desapareció ese culto pagano. La liturgia cristiana no lo usó hasta el s. IV para evitar que se confundiera su uso con el uso pagano que quemaba incienso a los ídolos y al emperador. Hacia el 390 tenemos el testimonio de Egeria, en su diario, de que se quemaba incienso en la liturgia de Jerusalén, llenado todo el templo de aroma (c. 24,10). Se hace muy usual en el s. VI. Oriente, así pues, lo aceptó antes que Roma, y el incienso fue más empleado en la liturgia por la influencia franco-carolingia. Es un gusto por lo dramático, recargando la liturgia.

miércoles, 14 de junio de 2023

La virtud de la paciencia (II)



3. Porque “para el Señor un día es como mil años y mil años como un día”, Él realiza su obra cuando a Él le place, deja pasar tiempo frente a nuestras prisas. Ese tiempo es tiempo de salvación, que se vuelve fructífero para el hombre, tan diferente de las exigencias con las que el hombre se acerca a Dios. 


Si Dios nos deja tiempo y permite que caigamos una y mil veces y que volvamos a Él otras tantas es por la paciencia –cualidad del Amor- que Él tiene con sus hijos. “No retrasa el Señor el cumplimiento de lo que tiene prometido, sino que usa de paciencia con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos se conviertan” (2P 3, 9.15).

¡Son tan diferentes los criterios de Dios! Aguarda y hace “salir el sol sobre justos e injustos”, incluso su Reino, ya inaugurado por la Pascua de Jesucristo, es como una pequeña semilla que va germinando en la noche sin que el labrador sepa cómo. Las redes se echan en el lago y se pescan peces buenos y malos, pero la paciencia de Dios difiere el juicio hasta el final, dejando una puerta abierta a la salvación... El trigo crece junto con la cizaña, pero Dios espera paciente mucho tiempo, hasta el fin de los tiempos, para separar en la criba.

lunes, 12 de junio de 2023

Los santos, manifestación de Cristo (Palabras sobre la santidad - CIX)



            Cada santo es una señal que apunta en una misma dirección: Jesucristo. No se erigen a sí mismos como una totalidad, como si lo fueran todo y todo lo tuvieran, sino que humildemente apuntan y señalan a Cristo con su ser, sus palabras y sus obras. Realizan lo mismo que Juan el Bautista: ser precursores de Cristo, abrirle camino a Cristo, señalarle para que todos lo sigan, y menguar, ocultarse, para no estorbar a Cristo.


            El santo no sustituye a Cristo, aunque algunas formas de religiosidad popular desviadas sí lo puedan hacer Un santo, porque vivió sólo para Cristo, se convierte en señal indicativa para nosotros a fin de que sigamos hacia Cristo, miremos a Cristo, deseemos a Cristo.

            Los santos, con sus vidas, muestran la cercanía de Cristo y su poder salvador.

            Es importante observar que Cristo no es un individuo del pasado lejano a mí, sino que ha creado un camino de luz que invade la historia empezando por los primeros mártires, con estos testigos que transforman el pensamiento humano, ven la dignidad humana del esclavo, se ocupan de los pobres, de los que sufren y llevan así una novedad en el mundo también con el propio sufrimiento Con esos grandes doctores que transforman la sabiduría de los griegos, de los latinos, en una nueva visión del mundo inspirada justamente por Cristo, que encuentra en Cristo la luz para interpretar el mundo, con figuras como san Francisco de Asís. O figuras también de nuestro tiempo: pensemos en Madre Teresa de Calcuta, Edith Stein, Maximiliano Kolbe o Juan Pablo II…

sábado, 10 de junio de 2023

Jesucristo, reflejo del Padre y de su Gloria



Este lenguaje de la gloria da lugar a toda una reflexión teológica del NT sobre la persona de Jesús. Él es la gloria del Padre encarnada, crucificada y glorificada, mostrándonos definitivamente cómo es el corazón de Dios; se hace carne para llevarnos al conocimiento pleno de Dios y otorgarnos el don de la salvación ("Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad" 1Tm 2,5).



Ver y conocer a Jesucristo, es ver y conocer a Dios, y no hay otro camino de acceso a Dios que Cristo Jesús, por encima de cualquier otro medio[1]. Y es reflejo de Dios porque comparte el ser de Dios (su gloria[2]) y comparte también nuestro ser hombre igual a nosotros, excepto en el pecado. 

Sólo así puede, una vez glorificado, ser Mediador, único Sacerdote, ante Dios en favor de sus hermanos:

Oh Dios, que para gloria tuya y salvación del género humano, constituiste a tu Hijo único Sumo Sacerdote[3]                                                           

Ha ascendido hoy ante el asombro de los ángeles a los más alto del cielo, como mediador entre Dios y los hombres, como Juez de vivos y muertos[4].

jueves, 8 de junio de 2023

Contenido espiritual del silencio - II (Silencio - XXII)



* Silencio de adoración:

            Adoramos a Dios en silencio durante la mostración de las especies eucarísticas, tras la consagración, rindiendo nuestra alma en amor y contemplando al Señor que se nos muestra. También es silencio de adoración aquel tiempo que se dedica al culto a la Eucaristía fuera de la Misa, en la exposición del Santísimo en la custodia, así como en la visita al Sagrario.



            En silencio adoramos la Cruz el Viernes Santo, cuando se realiza la ostensión de la Cruz por tres veces, y tras el diálogo “Mirad el árbol de la cruz… - Venid a adorarlo”, todos se ponen de rodillas y adoran en silencio al Señor crucificado.


            * Silencio de acción de gracias:

            Muy especialmente después de la comunión sacramental, el silencio posterior es una acción de gracias por haber recibido a Cristo mismo en el Sacramento. Allí, en la intimidad, se le da gracias, se le ruega, se le adora.

viernes, 2 de junio de 2023

Magnificat - I (Respuestas - XLIX)



1. Al caer la tarde, en el oficio solemne y sereno de Vísperas, la Iglesia entona el cántico evangélico del Magnificat, como hizo por la mañana, en las Laudes, con el cántico evangélico del Benedictus.

            Como en Laudes, en el oficio litúrgico de Vísperas tampoco se proclama nunca la lectura de un evangelio, sino que el único texto evangélico es este canto tras la lectura breve (en Vísperas, esta lectura breve siempre es del NT porque sigue a un cántico del NT, nunca será del Antiguo Testamento). Todos en pie cantan el Magnificat, se santiguan a las primeras palabras (“Proclama mi alma la grandeza del Señor”) y en celebraciones particularmente solemnes, durante el Magnificat se puede incensar con honor el altar, al sacerdote y a los fieles.


            Se llega así, con este cántico evangélico, al momento culminante de las Vísperas.


            2. Éste es el canto de alabanza que entonó la Virgen María delante de su prima Isabel, en la visitación. Es la exultación de la Santísima Virgen a la acción salvadora de Dios, que cumple las promesas hechas a Israel: ¡Dios es fiel!

            Es éste un canto en el que la Virgen entrelaza distintos versículos de la Escritura y tiene un precedente que le inspira, el cántico de Ana, la madre de Samuel (1S 2): “Mi corazón se regocija por el Señor, mi poder se exalta por Dios… Se rompen los arcos de los valientes y a los cobardes los ciñe de valor; los hartos se contratan por el pan, mientras los hambrientos engordan…”