lunes, 28 de febrero de 2022

El sacrificio de Isaac (I)

Preciosa y profética lectura es la del sacrificio de Isaac, leída en la santa Vigilia pascual. El capítulo 22 del libro del Génesis es tipo y figura del sacrificio del Redentor y su Pascua.



Comencemos por un análisis del contenido del texto. Tenemos un relato en que aparecen tres personajes que son fundamentales: Yahvé, presentado también como el ángel del Señor (22,11.15), el patriarca Abraham, y su hijo Isaac. El tiempo, tres días (22,4); número simbólico siempre que refleja un espacio prolongado de tiempo: es el viaje. 

La crisis fundamental está manifiesta en los primeros versículos: el Señor pone a prueba a Abraham pidiéndole que sacrifique a su hijo único.

sábado, 26 de febrero de 2022

Las costumbres de la Iglesia hispana (S. Isidoro)



En la Iglesia, con origen apostólico, se dan usos o prácticas diversas, legítimas, enriquecedoras de la vida de la Iglesia, que suelen abarcar zonas, regiones, ritos, que suelen tener un campo de extensión o influencia considerables enriqueciendo la vida litúrgica de otras Iglesias. En la liturgia los usos o costumbres se asumen y se extienden, entendiendo en ellos un origen apostólico, distinto origen apostólico, pero igual validez para los distintos usos.



En primer lugar san Isidoro presenta el origen de las costumbres eclesiásticas en su tratado "los oficios eclesiásticos":


            “Las antedichas, y otras muchas prácticas, son las que se encuentran en las diversas iglesias de Cristo. De entre ellas, hay algunas que se recomiendan en los escritos canónicos; otras nunca se fijaron por escrito, pero se difundieron y se observan por tradición. Sin embargo, en cuanto a aquéllas que se guardan en todo el mundo se ha de suponer que fueron instituidas o por los Apóstoles o por la autoridad de los principales concilios, así la pasión y resurrección, la ascensión a los cielos, la venida del Espíritu Santo, que se conmemoran en el correspondiente día del año y, si algo universalmente se observa, téngase por seguro que fue la Iglesia quien lo implantó” (I, 44).


Junto a lo universalmente admitido, realizado así en el orbe católico, se integran las diferentes costumbres que son legítimas en sí mismas:


            “Aquellas prácticas que de distinta manera se guardan en las respectivas y diversas comunidades, como puede ser el que algunos ayunen en sábado, otros no, que estos comulguen diariamente, otros sólo ciertas fechas, que en algún lugar no quede día en que no se ofrezca el sacrificio, mientras que en otros sólo se celebra sábados y domingos o únicamente los domingos; y si cosas semejantes pueden encontrarse, todo se debe a que esa fue la devoción de sacerdotes que gobernaron dichas iglesias o comunidades, y allí establecieron esas prácticas. Ni tal disciplina es más de elogiar para el serio y prudente cristiano, a no ser que de tal manera se comporte que no se acomode a lo que observa que se practica en la iglesia en la que se encuentre de paso. Todo lo cual, ni contra la fe, ni contra las buenas costumbres se debe seguir indiscriminadamente, es más, en atención a la iglesia con la que se convive, se han de guardar sus tradiciones, para que prácticas dispares no engendren cismas” (I, 44).


Los usos y costumbres están presentes en la liturgia que san Isidoro describe; unos como usos recibidos de otras Iglesias que parecen convenientes, otros como usos propios y legítimos.

jueves, 24 de febrero de 2022

Solemnidad, oración y reverencia



            Es evidente que el modo, el estilo, de celebrar la liturgia un obispo o un sacerdote va marcando a los fieles poco a poco, influye en la manera en que todos los demás van a vivir la liturgia porque, insensiblemente, a la larga, el modo de un sacerdote va educando al pueblo cristiano.

            Por eso es tan primordial que sacerdotes y obispos celebren bien, centrados en el Misterio, siguiendo las prescripciones de los libros litúrgicos sin quitar nada, cambiar o añadir, sumergiéndose en Dios con espíritu de fe y sin estar distraídos.




            Nuestra liturgia es muy rica, pero para que estas riquezas beneficien la vida espiritual de todos los fieles cristianos, sean un manantial de espiritualidad, habrá que cortar de raíz tantos abusos (grandes o pequeños) que se cometen, tantos inventos en la liturgia, tantos modos vulgares, secularizados, de celebrar y vivir la liturgia. Esto provoca que apenas se dé unidad en la liturgia y se varíe muchísimo de un sacerdote a otro, o de una parroquia a otra, porque cada cual hace y deshace a su antojo (salvada la buena voluntad).

            Hay que volver a algo tan elemental como que todos se ajusten a lo que marcan las normas litúrgicas y cultivar un espíritu orante en la liturgia, con dignidad, unción y fervor. Benedicto XVI lo tenía muy claro e insistía en ello:

            “La garantía más segura para que el Misal de Pablo VI pueda unir a las comunidades parroquiales y sea amado por ellas consiste en celebrar con gran reverencia de acuerdo con las prescripciones; esto hace visible la riqueza espiritual y la profundidad teológica de este Misal” (Carta a los Obispos que acompaña al Motu proprio Summorum Pontificum, 7-julio-2007).

martes, 22 de febrero de 2022

Apertura a la misión con Internet



“Si no hay lugar para Cristo, tampoco hay lugar para el hombre”[1]. Con frase lapidaria, Juan Pablo II señalaba entonces el gran reto para los católicos: ¡Cristo debe tener su lugar en el espacio digital! ¡Cristo debe estar presente también en Internet!, ya que, si no, tampoco hay lugar para el hombre, pues éste se comprende sólo a la luz del Verbo encarnado (cf. GS 22).



Por lo cual, también es pastoral escribir en un blog; es también apostolado escribir y participar en los blogs, en los foros, en las redes sociales, aunque sean formas y métodos nuevos, alejados en cierto modo de la pastoral tradicional tal como se concibe o se piensa muchas veces. 

 No es una pérdida de tiempo ni una afición para ratos perdidos: es un sacrificio de tiempo (que se roba al sueño, al descanso legítimo o al ocio necesario), de precisión, de contenidos claros; es apostolado y pastoral para un sacerdote, para un consagrado y para un fiel laico. 

Sólo quien desconozca por dónde va la cultura y el mundo hoy, puede menospreciar el trabajo apostólico en Internet o minusvalorarlo (la estrechez de miras de una “pastoral de campanario” o de una “pastoral secularizada” para lograr sólo un grupo de incondicionales-amigos); sólo quien sea incapaz de percibir el alcance de Internet puede mirar altaneramente este apostolado, valorándolo en categorías de entretenimiento, de superficialidad o de vanidad personal: su difusión increíble logra crear pensamiento y cultura, y las posibilidades de catequesis, formación y evangelización se multiplican hoy para quien sea capaz, con sacrificio, de aprovecharlas y lanzarse a este mundo digital, navegar por Internet y echar las redes duc in altum. Es más, para un sacerdote es un campo apremiante y necesario según escribía recientemente Benedicto XVI, y no un entretenimiento ni una pastoral innecesaria:

domingo, 20 de febrero de 2022

Santos de hoy y de mañana (Palabras sobre la santidad - XCVII)



            ¿Y cómo serán los santos del mañana? ¿Habrá mucha diferencia? Sin duda, no hay respuesta exacta, porque la santidad viene del Señor, soberanamente libre, y de la obra creativa del Espíritu Santo, que sopla donde quiere, y suscitará nuevas respuestas de santidad allí donde surjan nuevos problemas y retos.



            Sin duda la santidad tiene unas claves que son constantes y permanentes. Nuevo tipo de santidad no podrá ser nunca la nueva imagen laicista, el hombre buenista, solidario, ecológico, al margen de Dios; el hombre que, sin más, es buena persona, “tolerante”, etc., como tampoco el mártir podrá ser, sin más, cualquier víctima, sino aquel que muere exclusivamente por Cristo, por odium fidei. Esa santidad laicizada es una burda caricatura, no puede ser la santidad del mañana.

            ¿El santo de nuestro tiempo? ¿El santo de mañana?

            “En la actual visión del hombre y del cristiano, se puede uno preguntar qué nuevo rostro tomará la santidad. En el fondo, consistirá siempre en un pleno desarrollo de la vida divina y en una perfección de la caridad. En el cristiano, la santidad no es otra cosa que una fructificación perfecta de la caridad teologal. Es una auténtica amistad con Dios y un amor gratuito y universal para con los hombres. Pero si la santidad esencial permanece idéntica a la de las edades precedentes, nos está permitido preguntarnos sobre la forma concreta que tomará la mirada de nuestros contemporáneos.

viernes, 18 de febrero de 2022

La forma Christi (que incluye el sufrimiento)

Partamos de un texto bíblico, de la primera carta de san Pedro, que cantamos como cántico en las Vísperas dominicales de la Cuaresma. A partir de él, vamos a extraer unas consecuencias concretas, conociendo la forma Christi que el cristiano está llamado a asimilar.


Cristo padeció por nosotros,
dejándonos un ejemplo
para que sigamos sus huellas.

El no cometió pecado
ni encontraron engaño en su boca;
cuando lo insultaban,
no devolvía el insulto;
en su pasión no profería amenazas;
al contrario,
se ponía en manos del que juzga justamente.

Cargado con nuestros pecados, subió al leño,
para que, muertos al pecado,
vivamos para la justicia.
Sus heridas nos han curado (1P 2,21b-24)


miércoles, 16 de febrero de 2022

Iniciación al silencio (Silencio - I)



La dificultad para el silencio es evidente. No sólo nos falta educación interna para vivirlo, sino que estamos viviendo en un mundo ruidoso que ni favorece ni alienta el silencio, sino que, por el contrario, lo dificulta y no deja ver los beneficios de un fecundo silencio interior.



            Vivimos con ruido:

            “El progreso técnico, especialmente en el campo de los transportes y de las comunicaciones, ha hecho la vida del hombre más confortable, pero también más agitada, a veces convulsa. Las ciudades son casi siempre ruidosas: raramente hay silencio en ellas, porque siempre persiste un ruido de fondo, en algunas zonas también de noche. 

En las últimas décadas, además, el desarrollo de los medios de comunicación ha difundido y amplificado un fenómeno que ya se perfilaba en los años sesenta: la virtualidad, que corre el peligro de dominar sobre la realidad. Cada vez más, incluso sin darse cuenta, las personas están inmersas en una dimensión virtual a causa de mensajes audiovisuales que acompañan su vida desde la mañana hasta la noche. Los más jóvenes, que han nacido ya en esta situación, parecen querer llenar de música y de imágenes cada momento vacío, casi por el miedo de sentir, precisamente, este vacío. 

lunes, 14 de febrero de 2022

La definición de liturgia (SC - IX)



La acción litúrgica, toda liturgia, es un misterio sobrenatural y de gracia. Pese a que vemos signos, ritos, oraciones y palabras, su entramado invisible es mayor y más importante, por lo que la liturgia no es un “hacer nuestro”, sino que es Dios quien la realiza eficazmente por medio de su Iglesia. La liturgia es una realidad santa, no manipulable, transida de espiritualidad, de sacralidad, de santidad.




            1. Para glorificar a Dios y que los hombres sean santificados, que es el fin de la liturgia, Cristo está presente en la acción litúrgica; más aún, es Cristo quien da gloria al Padre y es quien nos santifica por su Espíritu Santo y toda gracia.

            Pero Cristo, de cuyo costado abierto nació la Iglesia, ha querido que la Iglesia colabore con Él y tome parte en esta glorificación de Dios y en la santificación de los fieles cristianos:

            “Cristo asocia siempre consigo a su amadísima esposa la Iglesia, que invoca a su Señor y por Él tributa culto al Padre Eterno” (SC 7).

sábado, 12 de febrero de 2022

La fortaleza, virtud (y II)



3. La virtud cardinal de la fortaleza tiene dos actos: atacar y resistir; atacar al pecado, a la injusticia, al mal, a las propias pasiones; resistir, que es más heroico, es dejarse hacer, es soportar la injusticia, el ultraje, la cruz, la persecución, antes que abandonar el bien cometiendo un mal, o rechazar a Cristo. El caso extremo y evidente, es la fortaleza de los mártires en entregar su vida por Cristo.



La fortaleza se manifiesta principalmente en los casos repentinos e imprevistos y en las circunstancias adversas y dificultades que no esperamos; con razón en el formulario de vísperas del común de mártires suplicamos al Señor que sepamos “soportar con generosidad las contrariedades de la vida”. 

Son estas dificultades e imprevistos los que evidencian si la casa, nuestro ser humano, está edificado sobre roca o sobre arena, según resistan las lluvias y los vientos (cf. Mt 7,21-27) de los contratiempos y dificultades. Y lo mismo es evidente la fortaleza para atacar frente al mal: tiene mayor fortaleza el que reacciona al momento contra el mal, el pecado o la injusticia, sin tener tiempo de pensarlo, que el que lo hace únicamente después de pensarlo mucho y dejar que pase tiempo.

jueves, 10 de febrero de 2022

Líneas maestras para un blog



En la red existen, gracias a Dios, una serie de blogs de formación muy sólidos en sus contenidos, desde diversas perspectivas o intenciones, pero que realizan una labor meritoria. 



Se podrían agrupar así en líneas generales:

-          Preambula fidei: Son blogs con tono simpático, agradable, de anécdotas, comentarios de todo género, que presentan principios católicos de vida, de interpretación de la realidad en las cosas, tal vez, más sencillas y banales.

-          Apologética: ofrecen argumentos para la fe católica en controversia contra los ataques que la Iglesia recibe hoy de lo “políticamente correcto” o de ese mundo establecido de lo “tolerante”. ¡Cuántas veces se oye que uno se siente incapaz de defender a la Iglesia cuando la atacan, que le faltan argumentos! Este tipo de blogs es un arsenal de pensamiento católico ante lo establecido y políticamente correcto.

-          Teología: Blogs cuyo objeto es la exposición de temas de teología, reflexionados, densos, que piden lectura atenta, tiempo de asimilación, pero que resultan una formación continua para quien desee conocer y adquirir un conocimiento mayor de las realidades de la fe.

-          Vida espiritual: Blogs, por último, que ayudan a caminar en la fe, mediante la oración, la iniciación a la vida interior, la reflexión o meditación.

            La línea fundamental de este blog http://corazoneucaristicodejesus.blogspot.com quiso combinar desde el primer momento la teología y la vida espiritual, dejando aspectos de actualidad o de apologética. Los contenidos de este blog se podrían agrupar en cinco grandes temas:

martes, 8 de febrero de 2022

"Anunciamos tu muerte..." - y III (Respuestas - XXXIII)



6. ¿Y la respuesta o aclamación de los fieles? ¡No es menos significativa!

            “Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!” Dirigida a Cristo, los fieles reconocen la fuerza salvadora del misterio pascual, la cruz y la resurrección, aguardando su última venida, gloriosa y definitiva. La Eucaristía nos acompaña hasta la Parusía del Señor, la Eucaristía hace que el Señor siga viniendo hoy, sacramentalmente, hasta el tiempo de la Iglesia peregrina y despierta el deseo de que venga con gloria y poder y verlo cara a cara, no bajo los sacramentos.



            La aclamación que cantan los fieles es una modulación de un texto paulino que muchas liturgias entonan alrededor de las palabras de la consagración, en buena medida pronunciadas por el sacerdote, como en el rito hispano o en el rito ambrosiano (cuando emplea el Canon romano[1]). Son palabras que el Apóstol dirige a los lectores en 1Co 11,26: “Cada vez que coméis de este pan y bebéis de este cáliz anunciáis la muerte del Señor hasta que vuelva”.

            La celebración eucarística anuncia la muerte del Señor, sacrificio actualizado en el altar, proclama la resurrección de Jesucristo, y lo va a realizar siempre hasta que vuelva el Señor. Un prefacio común así lo reza: “Porque unidos en la caridad, celebramos la muerte de tu Hijo; con fe viva, proclamamos su resurrección y con esperanza firme, anhelamos su venida gloriosa” (Pf. Común V).

domingo, 6 de febrero de 2022

Unción de los enfermos: doctrina y catequesis

Todos los sacramentos tienen su fundamento en las palabras de Cristo o en sus acciones tal como se reflejan y se narran en el Nuevo Testamento. Ni son inventos de la comunidad primitiva, ni, por el contrario, hemos de buscar unas palabras fundacionales exactas y precisas de labios del mismo Cristo para todos y cada uno de los sacramentos.


En el comportamiento salvador de Cristo con los enfermos hallamos el primer fundamento del sacramento de la Unción de los enfermos.

"El primer fundamento de este sacramento se puede descubrir en la solicitud y cuidado de Jesús por los enfermos. Los evangelistas nos relatan cómo, desde el inicio de su vida pública, trataba con gran amor y compasión sincera a los enfermos, y a todos los demás necesitados y atribulados, que le pedían su intervención. San Mateo atestigua que "sanaba toda enfermedad y toda dolencia" (Mt 9,35).

Para Jesús esas innumerables curaciones milagrosas eran el signo de la salvación que quería aportar a los hombres. Con frecuencia establece claramente esta relación de significado, como cuando perdona los pecados al paralítico y sólo después realiza el milagro, para demostrar que "el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar los pecados" (Mc 2,10). Su mirada, por consiguiente, no se detenía sólo en la salud del cuerpo; buscaba también la curación del alma, la salvación espiritual" (Juan Pablo II, Audiencia general, 29-abril-1992).

Con los enfermos vemos que Cristo los tocaba imponiéndoles las manos; que mandó a los apóstoles a que hicieran lo mismo curando a los enfermos y ellos fueron de dos en dos curando a los enfermos y ungiéndolos con óleo (Mc 6,13). La carta del apóstol Santiago describe el rito sacramental (5,14-17) cuando un enfermo en su cama hace llamar a los presbíteros de la Iglesia para que oren y lo unjan con óleo "en nombre del Señor".

jueves, 3 de febrero de 2022

La nube en los textos del AT (y II)



         Daremos un nuevo paso. El primer libro de los Reyes relata la consagración del Templo auténtico. Templo que sirvió al redactor sacerdotal en el exilio para proyectarlo a las leyes relativas al culto en el Sinaí, situando allí todo lo que, referente al culto, se hacía en Jerusalén antes del exilio babilónico.



         La consagración del Templo es rubricada, de forma solemne, con la venida de la nube que hace visible la gloria y majestad del Señor. Dice así la Escritura: "Mientras los sacerdotes salían del lugar santo, una nube llenó el templo del Señor, de modo que los sacerdotes no podían oficiar, por causa de la nube. La gloria del Señor llenaba el templo" (1Re 8,10-11). El Templo es el signo fundamental de la presencia del Señor en medio de su pueblo.

Este pasaje está considerablemente ampliado con interpolación de discursos del deuteronomista... David había llevado el arca, signo visible de la presencia de Yahvé a Jerusalén, la antigua ciudad yebusea... Salomón ahora toma el arca de la ciudad de David... en una procesión festiva... La entrada del arca en el nuevo templo, que simboliza la toma de posesión de su casa por Yahvé, es la principal ceremonia de la dedicación, pues el templo, de acuerdo con el deseo de David, al que ahora da cumplimiento Salomón, ha sido construido para Yahvé, que mora sobre el arca[1].

martes, 1 de febrero de 2022

Reverencia y dignidad de los sacerdotes - (7)



            Mucho depende de la unción con la que sacerdotes y obispos celebren la santa liturgia. Si adquieren un hábito celebrativo lleno de piedad, de reverencia, conscientes ante Quién están y de Quién son su mediación (in persona Christi), facilitará –sin hieratismo, sin esteticismo, sin posturas forzadas- que en la liturgia brille el Misterio.



            El sacerdote es la mediación visible del Liturgo invisible, Jesucristo sumo y eterno Sacerdote. La persona entera del sacerdote debe ocultarse, hacerse transparente, servidor del Misterio, desterrando la tentación de convertirse en protagonista, en showman simpático que acapare todo para lucirse. Es imprescindible una gran dosis de humildad para oficiar los misterios divinos y un alma muy sacerdotal, llena de unción, para dejarse atrapar por el Misterio y vivirlo.

            Por eso, algo evidente pero muy olvidado, es que el sacerdote como servidor que es, no manipule la liturgia a su capricho o criterio, sino que observando las normas litúrgicas, ofrezca a Dios y a los fieles la liturgia de la Iglesia, no su propia reelaboración creativa. “La observancia ritual ayuda a que el sacerdote no sea protagonista en la celebración, favoreciendo que los fieles no se fijen en él y descubran a Dios y el culto sea un encuentro con Dios, que ocupa siempre el centro. La obediencia del sacerdote a las rúbricas es una señal elocuente y silenciosa de su amor a la Iglesia, a la cual sirve, sin servirse de ella. No podemos tratar la liturgia como si fuera un material por nosotros manipulable, pues se trata de una realidad sagrada” (Fernández, P., La sagrada liturgia, 328).