viernes, 2 de junio de 2023

Magnificat - I (Respuestas - XLIX)



1. Al caer la tarde, en el oficio solemne y sereno de Vísperas, la Iglesia entona el cántico evangélico del Magnificat, como hizo por la mañana, en las Laudes, con el cántico evangélico del Benedictus.

            Como en Laudes, en el oficio litúrgico de Vísperas tampoco se proclama nunca la lectura de un evangelio, sino que el único texto evangélico es este canto tras la lectura breve (en Vísperas, esta lectura breve siempre es del NT porque sigue a un cántico del NT, nunca será del Antiguo Testamento). Todos en pie cantan el Magnificat, se santiguan a las primeras palabras (“Proclama mi alma la grandeza del Señor”) y en celebraciones particularmente solemnes, durante el Magnificat se puede incensar con honor el altar, al sacerdote y a los fieles.


            Se llega así, con este cántico evangélico, al momento culminante de las Vísperas.


            2. Éste es el canto de alabanza que entonó la Virgen María delante de su prima Isabel, en la visitación. Es la exultación de la Santísima Virgen a la acción salvadora de Dios, que cumple las promesas hechas a Israel: ¡Dios es fiel!

            Es éste un canto en el que la Virgen entrelaza distintos versículos de la Escritura y tiene un precedente que le inspira, el cántico de Ana, la madre de Samuel (1S 2): “Mi corazón se regocija por el Señor, mi poder se exalta por Dios… Se rompen los arcos de los valientes y a los cobardes los ciñe de valor; los hartos se contratan por el pan, mientras los hambrientos engordan…”

domingo, 28 de mayo de 2023

La virtud de la paciencia (I)



1. La paciencia es una virtud que casi todos conocemos, aunque la practiquemos poco. La recomendamos con frecuencia a los demás pero en vez de decir “paciencia” queremos decir “resignación”, algo más bien pasivo, un aguantarse porque no hay más remedio.



La paciencia es virtud de los fuertes que saben sobreponerse ante el mal que se padece injustamente y resisten y es virtud de los que han puesto su esperanza en Dios y permanecen firmes frente a las adversidades que se van presentando en lo normal de la vida.

 La impaciencia actúa muchas veces con ira, queriendo eliminar bruscamente el objeto, la persona o las circunstancias que nos dañan; a veces la impaciencia se convierte en rebeldía pidiendo cuentas a Dios y volviéndose contra Él. Pero la paciencia sabe esperar, resistir y aguardar a que Dios, como siempre, saque bienes del mal que aflige momentáneamente, porque “Dios da trabajos, para que, sufridos con paciencia pueda hacer mayores mercedes” (Ep. 29,2). 

viernes, 26 de mayo de 2023

Caritas, spiritalis unctio - Veni Creator!



            Caritas – Amor:

            Sabemos bien cómo el Espíritu es la Persona-Don, el Amor mismo de Dios dándose.

            La iniciativa, siempre, es de Dios: Él nos amó primero. Por eso el amor –dirá la primera carta de san Juan- no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó primero. Su Espíritu Santo es la prueba, la prenda, la garantía, de ese amor en nosotros. Dios nos ama con su Espíritu Santo.



            El Espíritu mismo mueve nuestro ser, libremente, para que demos una respuesta de amor al Amor personal de Dios. Y de ahí se difunde el amor a los demás, el amor con palabras y verdad a nuestros hermanos.

            Donde está el Espíritu, reina la caridad; extinguiendo el Espíritu, nace el odio, las rencillas, los recelos, las envidias, la prepotencia, la soberbia, el orgullo. Haciendo espacio interior al Espíritu, dejando que Él llene el alma, atentos a sus mociones, puede haber un amor servicial, oculto, discreto, entregado, veraz, sacrificado.
 

lunes, 22 de mayo de 2023

El pan eucarístico (Elementos materiales - IV)



            En el pan se ofrece cada fiel: es la ofrenda de la Iglesia al Padre para que lo transforme en Cuerpo de Cristo y haga de la Iglesia Cuerpo de Cristo.

            ¿Qué características debe tener el pan? En la Iglesia latina, ha de ser pan de trigo ázimo, es decir, sin levadura, sin fermentar, siguiendo la tradición del mismo Cristo.


            En los orígenes del culto cristiano, se había empleado pan fermentado. “Los fieles llevaban para el culto sencillamente algunos de los panes que tenían en casa” (Jungmann, p. 663). En su forma no difería del pan ordinario. Por ejemplo, en dos mosaicos de Rávena que representan el altar eucarístico aparece el pan en forma de rosca, una especie de trenza a modo de sortija del tamaño de una mano. Era la “corona” a la que alude san Gregorio Magno, conocida desde el siglo III como un pan más fino. Otras veces se le da la forma de disco (por ejemplo, en el mosaico del altar de San Apolinar, teniendo en el centro una cruz).

            Era costumbre sellar el pan con una cruz, o con el anagrama de Cristo, tanto en Occidente como en las liturgias orientales.

martes, 16 de mayo de 2023

Contenidos espirituales del silencio - I (Silencio - XXI)



El silencio es connatural a la adoración, porque la adoración se queda sin palabras, le estorban incluso, contemplando al Señor. La adoración es mirada silenciosa llena de amor, y conviene esta adoración tanto en la santa liturgia como en nuestra oración privada:



            “La adoración es la primera actitud del hombre que se reconoce criatura ante su Creador. Exalta la grandeza del Señor que nos ha hecho y la omnipotencia del Salvador que nos libra del mal. Es la acción de humillar el espíritu ante el “Rey de la gloria” y el silencio respetuoso en presencia de Dios “siempre mayor”. La adoración de Dios tres veces santo y soberanamente amable nos llena de humildad y da seguridad a nuestras súplicas” (CAT 2628).

            La misma experiencia de la contemplación amorosa está llena de silencio, traspasada e inundada de un silencio sonoro; y si lo es en la oración contemplativa, también es adecuado, conveniente y necesario para la liturgia, que es contemplativa igualmente: