El aceite siempre tuvo en la
antigüedad una gran importancia y era usado para dar masajes, como tonificador,
como elemento curativo.
En las Escrituras
a) El aceite es considerado, junto
con el trigo y el vino, como signo de bienestar y de las bendiciones de Dios. "Aceite
perfumado alegra el corazón, la dulzura del amigo consuela el alma"
(Prov 27,9), "ved qué dulzura y qué delicia, convivir los hermanos unidos:
es ungüento precioso en la cabeza" (Sal 132).
b) El aceite es signo de la
fortaleza que otorga Dios: "tus enemigos perecerán... pero a mí me das
la fuerza de un búfalo y me unges con aceite nuevo" (Sal 91).
c) El aceite derramado por la cabeza
era el signo de la consagración que Dios otorgaba a una persona. Así David fue
ungido rey (1Sm 16,13), Aarón como Sumo Sacerdote (Ex 29,4), Eliseo como
profeta (1R 19,16).
d) Se ungen también los lugares
destinados al culto y a la liturgia para que sean santificados: Tienda, Arca,
Mesa de los Sacrificios, el Templo (Lv 8, Ex 30).