10. Jn 13 – 17: Discursos de la última Cena
Con
el capítulo 13 comienza el “Libro de la exaltación”, con la Pasión y Resurrección: es
la gloria del Hijo, su Hora que ha llegado y se cumple, la Revelación absoluta.
Son
los discursos de la última cena, los discursos de despedida de Jesús, en los
que se muestra definitivamente, revelándose. “Juan omite prácticamente todos
los acontecimientos narrados en los sinópticos y dedica toda su atención a un
extenso discurso en el que la fe de los discípulos contrasta con la
incredulidad mostrada por los judíos en el Libro de los Signos... De hecho, el
discurso dirigido a los discípulos está totalmente dedicado a la vida divina,
que es la explicación de todos los sacramentos”[1].
En
estos discursos, el tono de Jesús es singular: parece hablar como si ya
estuviera glorificado, pues ya se han iniciado los acontecimientos relacionados
con su glorificación (la cruz y la resurrección). Además, mientras que en el
Libro de los Signos, leído en gran parte en Cuaresma, se dirige a los judíos en
abierta confrontación, aquí ahora se dirige ya a sus discípulos, que son sus
amigos y hermanos. El tono es distinto, más esponjado; de la incredulidad de
los judíos, se pasa ahora a sus amigos, a sus hermanos y, por ende, a todos los
que formamos parte de su Cuerpo ahora por la vida sacramental.
A
grosso modo podríamos dividir estos cuatro capítulos (13-17) en las siguientes
partes:
*
Discurso sobre la partida de Jesús y el envío del Espíritu Santo (13,31-14,31).
*
La vid verdadera y los sarmientos (15,1-17).
*
Vuelta sobre el tema: partida y retorno de Jesús glorificado (16,4b-33).
*
La oración sacerdotal (17,1-26).
En
estos capítulos se concentran diversos temas que se leen a la luz de la
glorificación de Cristo y de su Pascua: “descripciones del verdadero
discipulado, preceptos, particularmente los referentes al amor fraterno,
advertencias y promesas sobre su misión frente al mundo, destacando el odio que
el mundo les tendrá; normas de conducta dentro de la comunidad; predicciones
sobre la traición de Judas, las negaciones de Pedro y la deserción de los
demás; las promesas del Paráclito; predicciones de la muerte y resurrección de
Jesús”[2]. Esta
va a ser la vida de la Iglesia,
fruto de la Pascua,
y esta vida de la Iglesia
va a estar animada por el Espíritu Santo, por el Paráclito, que Él enviará.
La
segunda parte del capítulo 13 se lee en la semana IV de la Pascua, ya que la primera
es el evangelio de la Misa
en la Cena del
Señor:
Jueves IV: Jn 13, 16-20, “El que
recibe a mi enviado me recibe a mí”.
Cada frase que recoge Juan de los labios de Jesús es una joya en cuya contemplación es preciso detenerse para conocer mejor al Maestro.
ResponderEliminarJuan deja patente la absoluta convicción de Jesús en su misión, se sabe enviado por el Padre, está en Él, todo lo del Padre es suyo. Todo lo que ha oído de su Padre nos lo da a conocer para que demos testimonio en comunión y el mundo crea.
La plegaria sacerdotal es de una impresionante ternura, como también lo es su dulce ironía al responder:”¿Darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces”.
Seguimos en la Pascua del Año de la Fe ¡Qué Dios les bendiga!
Parece que Juan, se queda con aspectos diferentes de su convivencia con CRISTO. Amplía la visión con una percepción "original". Cada uno de los cuatro, lo expresa según su contexto y su ser personal.
ResponderEliminarSigo rezando. Saludos.