jueves, 15 de diciembre de 2011

Una iglesia vacía y un confesionario

Como a veces los criterios entre los mismos fieles están confusos, se valora a los sacerdotes según la actividad desbordante de un hombre simpático, que parezca que no tiene tiempo para nada con una agenda llena de reuniones (a las que llega tarde, si es que llega), que haga la liturgia distraída, original, pensando que así va a acudir más gente... Pero con esos criterios confundidos, lo esencial no se valora, sino que incluso se pone en sospecha o se mira con desprecio. Por ejemplo, hay fieles que si ven al sacerdote tranquilamente orando en el Sagrario pensarán que está perdiendo el tiempo en lugar de estar charlando en el despacho con los/las catequistas de turno. O si está recogido escribiendo una catequesis o estudiando y preparando un retiro o la homilía, si no lo ven con los brazos cruzados en el despacho echando la tarde o la mañana, "es que no hace nada".

Caso más grave aún la mirada sospechosa de algunos si el sacerdote pasa tiempo en el confesionario. Quienes van a sentarse un rato en la sacristía (en lugar de rezar) para comentar o chismorrear con el sacerdote verán una pérdida de tiempo el confesionario... Porque allí parece que no hace nada, tiempo perdido, apostolado estéril.

Es evidente que quienes así piensan nunca han estado en el confesionario, sentados una hora, quizás dos, con paciencia infinita, por si viene alguien, comunicando sólo Gracia y Misericordia de Cristo, porque entonces comprenderían que esto sí es verdadera "pastoral". Pero como estamos tan secularizados, no queremos verlo.

¡Cuántas conversiones, cuánto reorientar la propia vida, cuánta luz se entrega y se ofrece en el confesionario! El cristianismo mismo es asimilado e interiorizado desde el confesionario, con un trabajo delicadísimo como es forjar almas, labrarlas, animarlas, acompañarlas...

El cardenal Meisner, arzobispo de Colonia, dijo en el Congreso sacerdotal que se tuvo en junio de 2010 en Roma:

"un confesionario en el que está presente un sacerdote, en una iglesia vacía, es el símbolo más impresionante de la paciencia de Dios que espera".

Los fieles tienen que ver esto: la iglesia vacía porque tal vez falta una hora para la Misa, pero el sacerdote está allí, en el confesionario, rezando y leyendo con paz. Es todo un signo. Y quien haga esto, entonces estará siendo un sacerdote fiel, un sacerdote con todas las letras, haciendo la auténtica "pastoral", pero todos los días, no solamente uno porque le quedaba un rato libre. 

Entonces, tal vez, los fieles aprendan a valorar el sacerdocio en su justa medida eclesial, y no con los criterios de la pastoral secularizada de los curas "muy enrollaos".

23 comentarios:

  1. Cuanta razón lleva D. Javier. Ver a un sacerdote en un confesionario, leyendo, rezando o simplemente reflexionando, produce una sensación de paz increíble. Reflexionando sobre su palabras, la figura que vemos es todo un signo de Dios y de Su paciencia infinita.

    Sobre el trajín cotidiano y la valoración de lo accesorio, que los fieles hacemos, me parece clarividente. Muchas veces nos quejamos de la falta de dinamización en las parroquias y cada vez tengo más claro que debemos ser los fieles quienes hagamos el trabajo de desgaste. ¿No es nuestra parroquia? Pues que se note que es nuestra y del saturado y machacado parroco que tiene que estar en misa, repicando, atendiendo en el despacho parroquial, en mil reuniones y poniendo buena cada siempre.

    Como toda profesión, la vocación es la que permite ir adelante más allá de los sinsabores del día a día.

    Que Dios les bendiga, D. Javier y compañeros lectores :)

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  2. ¡Plaf,plaf,plaf...! Estos son aplausos. Una entrada sin tonterias, clara y directa y con una verdad como la copa de un pino centenario.
    Si a mi me dicen hoy, que prefieres? La loteria de la Navidad o tener a tu sacerdote en el confesionario cuando llegas a tu parroquia. Madre mia ni por todo el oro del mundo me lo pensaria siquiera. ¿Cuantas veces una tiene una necesidad infinita de Dios? De llegar y poder confesar, charlar cara a cara con el Señor y descargar el pecado que tanto daño nos hace dentro, escuchar esa palabra de Amigo... Ojalá pudiera ser siempre asi. Aunque entiendo que hay sitios en que un solo sacerdote lleva varias iglesias y eso es imposible. Yo desde luego daria lo que fuera por mi sacerdote para que pudiera disponer de tiempo para verlo en el confesionario solo, en el sagrario, o sentado en la oficina mirando el techo. Nunca se me ocurriria pensar que está perdiendo el tiempo.
    Ojala en estas nuevas generaciones Dios nos de muchas vocaciones y tengamos sacerdotes bastantes para cada iglesia que puedan realizar su vocación. Y sobre todo que los que estamos en las parroquias ayudemos más a nuestro cura que a veces estan sobrecargados de trabajos que se les puede ayudar.
    Saludos a todos y un abrazo fuerte Javier.

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  3. Buenos días don Javier. Admiro la conformación de los (algunos tengo que puntualizar con dolor en verdad) sacerdotes a Jesús. Especialmente en esa paciencia misericordiosa sentados en el confesionario leyendo las horas.Tanto como aquellos que realizan la Misa sin particularismos, singularidades, extravagancias y demás cosas propias del hombre que quiere adueñarse de algo tan grande y misterioso.Por todas esas horas de paciente espera; ¡muchííísimaaaaas gracias don Javier!.Un abrazo.

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  4. Totalmente deacuerdo contigo Mento en lo del equipo de laicos que auxilien al párroco para que no pierda tiempo con cosas que pueden ser realizadas delegando en fieles responsables. Nunca hay pretexto para descuidar la Confesión por más parroquias que se tenga que administrar porque luego a la Mesa hay que recordar que las Cosas santas son para los santos. Sobre la necesidad del sacerdote para confesar no dudo que solicitándolo con educación y como se debe el fiel esté siempre atendido, otra cosa es nuestro particular peregrinaje hasta dar con un buen Director del alma.Siguiendo tu línea argumental he de dar entonces un concierto de aplausos por cada una de las entradas que he leído en este magnífico blog.Un abrazo.

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  5. tambien de acuerdo contigo y con los demas comentarios ,como laica me gusta ayudar si es necesario y estoy dispuesta siempre que me lo digan si se claro , mi gratitud al sacerdote al confesor al director espiritual que me guia , sin vosotros tal vez algunos nos perderíamos en el camino.Si necesitamos y debemos ayudar mas en las parroquia al cual asistimos para quitaros un poquito de trabajo que si podamos hacer un saludo afectuoso D Javier Gracias .Maria

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  6. Tengo años de no ver a un sacerdote en un confesionario :( pero eso es porque mi parroquia no ha sido muy afortunada en cuanto a eso, pero se que en otros lugares los hay porque los he visto, lo cual me llena de confianza y de esperanza.

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  7. Más necesario es que pidamos la confesión que ver sentado a un sacerdote en un confesionario; aunque también, se confesaría más si el sacerdote se sentase.
    A mí, personalmente, me gusta confesar cada semana. El día que confieso levito.

    Precioso texto, D. Javier. Muchas gracias. Espero que lleve bien el diíta.

    Feliz día para todos.

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  8. Amén, don Javier y mi profunda gratitud a los sacerdotes.

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  9. Me parece maravillosa la idea de poder encontrar siempre un sacerdote en un confesionario, demostrando la infinita paciencia de Dios,que por suerte es mejor que todos nosotros, y siempre está ahí, aunque nos olvidemos de Él.Lo que no me parece bien, es criticar a los sacerdotes por ocuparse de otros asuntos de sus parroquias aunque nos parezcan superficiales,y me parece fatal llamar a personas que altruistamente dedican su tiempo, y a veces su dinero(en meriendas,trajes para teatros,catecismos para niños que no pueden comprarlo......), "catequistas de turno". Creo que son un pilar importante en las parroquias y se merecen un pequeño respeto.

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  10. Veo que en general estamos de acuerdo; sin caer en una exageración: no se trata de pasar 5 o 6 horas solos en el confesionario, sino que se vea realmetne al sacerdote cada día antes de la Misa media hora o una hora con tranquilidad aguardando allí.

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  11. Lourdes:

    Ya decía Pablo VI y lo repitió Juan Pablo II en algunos discursos a obispos en visita ad limina, que muchas cosas podrán postponer los sacerdotes pero jamás el confesionario.

    Pero yo he trazado un retraro irónico de lo que he visto en muchas parroquias y en distintas diócesis, que todo el mundo puede entender.

    Claro que un sacerdote tiene que atender muchísimas otras cosas, claro, pero me refiero a esos casos específicos que está de pacífica tertulia cotidiana.

    Claro que hay muchísimos catequistas, hombres y mujeres, no de forma altruista sino por una profunda vocación apostólica entregados, trabajadores, bien formados, de profunda vida interior y oración, pero me refería y cualquiera lo puede entender a ese mínimo número de catequistas que pierden el tiempo y lo hacen perder (y si no, ponga miembros de otras cosas parroquiales) que presumen de ser amigos del cura.

    Los catequistas de verdad no sólo tienen mi respeto sino mi admiración y mi apoyo. Los que van por otros motivos espúreos son los que reflejo en este retrato algo sarcástico (¿pero me lo podré permitir, no?).

    Simplemente eso. Y no me refiero a nada ni a nadie, sino a los muchos sitios que ya he visto estas cosas o me las han contado con dolor.

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  12. Hola, excelente!!! Lo apoyo en un 100%.No tiene idea de cuánto amo a los sacerdotes porque veo en ellos a mi Señor Jesús.Cuando lo leí me dio un poco de risa porque a en mi caso sucede lo contrario.Si supiera cuántas veces he peleado con algunos sacerdotes de mi parroquia (desde los 24 años de edad hasta ahora que tengo 30) porque no confiesan ya que para ellos es perder tiempo si no hay nadie, así me lo dijo uno, y que ni saludan al Santísimo al entrar en el templo y hacen la misa de prisa y corriendo ya que le dan más tiempo a la homilia y a lo demás le dan un mateo o están en un gimnasio cuando le tocan confesar. Todo esto me da mucha tristeza y he tenido que decirselos con mucha pena y tristeza. Gracias a Dios y a la Virgen ya, de un tiempo para acá, he visto que tratan de ser lo mejor que puedan hasta ahora le han dado a Jesús Sacramentado su Hora Santa para Él los días Jueves,cosa que antes no hacían. Sin embargo,no debe ser porque se les haya dicho sino porque aman realmente a Jesús y su vocación sacerdotal.Que Dios y la Virgen los fortalezcan y los bendiga, comprendo perfectamente que no es facil ser sacerdote y que son los más atacados por el mal, por eso hay que ayudarles mucho y no dejarlos solos. Que el Señor me los proteja y bendiga siempre.Amén.

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  13. Buenas Tardes:
    Magnífica entrada. Las dos luces más importantes de una iglesia: la del sagrario y la del confesionario. Constatación de la presencia constante de quien nos ama

    Paz y bien

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  14. María Teresa:

    Desgraciadamente, y sin que nadie diga nombres ni se identifiquen de modo alguno, esas experiencias las hemos ido teniendo muchos desde hace años.

    Simplemente, oremos.


    Juan:

    ¡Qué encanta! ¡Qué buena frase! ¡Las dos luces más importantes...!

    A todos, saludos

    (Y espero que las susceptibilidades se calmen)

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  15. Genial, como siempre. Por otro lado, yo me "busco" confesionarios -o mejor, iglesias- donde hay "demanda". Se trata de una iglesia céntrica. En dos horas confieso una media de 6 personas. Pero hay que aclarar que juego con ventaja: existe una tradición ininterrumpida en esa iglesia de confesores y de confesión.
    Lo malo es que está a kilómetros de donde yo estoy, así que voy cuando puedo.

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  16. Don Adolfo,
    como sabe don Javier y quizás también los demás, desde hace algún tiempo le doy muchísima importancia al tema de hoy.
    Me parece que aquí la Iglesia se lo juega todo.

    Admiro su web y su ingente trabajo y gracias a éste blog de don Javier estoy comprendiendo algo más la liturgia y su importancia. Todo es importante y las necesidades de la Iglesia muy grandes. La mies mucha y los operarios pocos.

    Pero para mí, en la confesion la Iglesia se lo juega todo. Ayer leía en la web de Germinans, refiriéndose a Cataluña que, "o emprende en serio la Nueva Evangelización, o queda relegada a los geriátricos y a los cementerios". Creo que ésto es cierto y no sólo para Cataluña.
    Pero la Nueva Evangelización se quedará en agua de borrajas si no logra un retorno a la confesión, haciendo que los cristianos practicantes la valoren y "practiquen" más (sacerdotes incluidos) y sobre todo un retorno de los alejados, de los nuevos evangelizados...

    En fin, esta larga introducción es para sugerirle que, aunque es estupendo ir a apoyar un sitio donde "haya demanda", tambien me parece importante ir abriendo surcos, hacer de quilla del barco y perder pacientemente el tiempo esperando en un confesionario donde no haya demanda. Y si puede ser revestidos de alba y estola, mucho mejor. Y gastar algo de ese tiempo en pedir por aquellos que tal vez deberían acercarse y no lo hacen. Entonces se convertiría, como dice Juan, en una potente luz.

    Estas dos luces deben ir encendiéndose de nuevo en la Iglesia: la luz de la adoración eucarística y las luces de los confesores en sus sedes, aún cuando pierdan el tiempo.

    Perdone la extensión y mi atrevimiento. (Los laicos casi siempre exigimos a los sacerdotes el máximo y nosotros les damos el mínimo o nada)

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  17. Gracias, aprendiz2 por el comentario. Hacemos lo que podemos teniendo en cuenta los lugares y las personas. De mi predecesor tengo notas poco estimulantes sobre la celebración de la penitencia en los pueblos a los que voy. A ver qué podemos hacer.

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  18. Gracias a Vd don Adolfo, por contestar tan rápido. Ignoro dónde se encuentra y ni siquiera recuerdo cuál es su diócesis. Y tengo el convencimiento de que hace todo lo que puede y más.

    Realmente lo que he pretendido es apoyar el post de hoy de don Javier con el que estoy totalmente de acuerdo y expresar lo que para mí es una necesidad ineludible: recuperar el precioso sacramento de la confesión. Precisamente por lo abandonado que ha estado tantos años en tantos sitios. Y con la decadencia de la vida cristiana que conlleva.

    La cita de Germinans que habla de la Nueva Evangelización (http://infocatolica.com/blog/germinans.php/1112151033-casanova-y-novell-le-birlan-l#more14781) da a entender que, aunque todos hablan de su necesidad, nadie sabe muy bien cómo llevarla a cabo.
    Yo, me atrevo a sugerir que, junto a la extensión de la adoración eucarística pedida por BXVI, se vaya encendiendo esta otra luz por toda la Iglesia.

    Como dice don Javier, es una pastoral muy poco valorada, muy abnegada y difícil pero que las nuevas generaciones de sacerdotes jóvenes deben recuperar si no quieren que la Iglesia en Occidente siga languideciendo hasta desaparecer.
    (la Iglesia prevalecerá hasta el final, pero no sabemos dónde)
    Perdón nuevamente y un abrazo.

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  19. Es cierto, Don Javier, el sacerdote que aprecia el sacramento de la confesión como algo muy valioso para la salvación de las almas, se pondrá cada día un buen rato en él, esperando el momento de Dios. Si yo fuera cura, quiero creer que también lo procuraría hacer.
    Un saludo.

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  20. Muy interesante el tema de hoy. Gracias don
    Javier.
    Pienso que el sacerdote tiene que ponerse a confesar y ofrecer a Dios estos ratos, haya o no
    haya personas para confesar.
    El ponerse invita a que las personas se acerquen.
    Depende mucho del celo que el sacerdote tenga por las almas.
    Ese rato... no es perdido, si no confiesan que
    oren por sus fieles, por su parroquia que Dios le ha encomendado.
    En comunión de oraciones.

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  21. Muy buena entrada! "las cosas claras y el chocolate espeso".
    Un abrazo Javier.

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  22. Sí, Óscar, pero esto me vale la susceptibilidad de un montón de personas que directamente piensan: "lo ha dicho por mí", "le falta caridad...", y realmente no lo digo por nadie en concreto y un poco por todos. O sea, describir la realidad.

    Pero algunos lo miran todo con la susceptibilidad, en el fondo culpable, de pensar que narro aquí cosas concretas de sitios concretos. Y no es así.

    ¿Mañana vuelves, no?

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  23. Siiii. Mañana regreso a España para pasar en familia las vacaciones de Navidad.
    Por lo de la susceptibilidad... qué me vas a decir, en mi última entrada sólo hago escribir comentarios intentando aclarar que yo no ataco a nadie. Pero bueno, gloria a Dios. Sabemos que no lo hacemos con mal. Nos tendremos que esforzar por expresarnos mejor, jeje.
    Ahora mismo estaba escribiendo una entrada que seguro te interesará, en un ratín sale del horno, jeje.
    Un fuerte abrazo amigo. Y muuuuuucho ánimo!

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