viernes, 2 de diciembre de 2011

La distribución de las lecturas en Adviento

Cada año volvemos a profundizar y exponer las características litúrgicas y espirituales de cada tiempo litúrgico, incluso repitiendo catequesis. No se trata de un afán de novedades, como si cada año hubiera que estar inventando o la liturgia tuviera que ser nueva e innovadora cada año. Más bien repitiendo las mismas cosas, año atras año, celebrándolas del mismo modo año tras año con los libros litúrgicos vigentes, tendremos que vivirlas mejor, conocerlas mejor, interiorizarlas mejor.


La etapa que vivimos ahora no es la de la reforma de la liturgia, ya concluida, sino la de su profundización y asimilación. Cada año, pues, conviene recordar las realidades celebradas y desgranarlas hasta que formen parte ya de nosotros y de nuestro bagaje espiritual y litúrgico.

Un tiempo litúrgico ofrece una espiritualidad, y marca sus constantes vitales y teológicas mediante dos formas:

1) fundamental, las lecturas bíblicas escogidas
y su distribución para ser leídas en los oficios litúrgicos de la Iglesia

2) el cuerpo de oraciones y prefacios.


 En el tiempo de Adviento el leccionario es muy rico y variado, con una selección de lecturas que enriquece la comprensión del Misterio de Cristo y nos dispone a acoger al Señor. La voz de Dios sigue resonando en los profetas, y vemos cómo Dios cumple sus promesas realizándolas en Cristo, su Hijo, venido en la humildad y pobreza de nuestra carne.

¡Comienzan los tiempos nuevos, los tiempos mesiánicos!

La Ordenación del Leccionario de la Misa describe los criterios de selección de las lecturas:


a) Para los domingos:

"Las lecturas del Evangelio tienen una característica propia: se refieren a la venida del Señor al final de los tiempos (I domingo), a Juan Bautista (segundo y tercer domingos), a los acontecimientos que prepararon de cerca el nacimiento del Señor (IV domingo).

Las lecturas del Antiguo Testamento son profecías sobre el Mesías y el tiempo mesiánico, tomadas principalmente del libro de Isaías.

Las lecturas del Apóstol contienen exhortaciones y amonestaciones conformes a las diversas características de este tiempo" (OLM, 93).

b) Para las ferias (ferias son los días laborables):

"Hay dos series de lecturas, una desde el principio hasta el día 16 de diciembre, y la otra desde el día 17 al 24).

En la primera parte del Adviento, lee el libro de Isaías, siguiendo el mismo orden del libro, sin excluir aquellos fragmentos más importantes que se leen también en los domingos. Los Evangelios de estos días están relacionados con la primera lectura.

Desde el jueves de la segunda semana, comienzan las lecturas del Evangelio sobre Juan Bautista; la primera es o bien una continuación del libro de Isaías, o bien un texto relacionado con el Evangelio.
En la última semana antes de Navidad, se leen los acontecimientos que prepararon de inmediato el nacimiento del Señor, tomados del Evangelio de San Mateo (cap. 1) y de san Lucas (cap. 1). En la primera lectura se han seleccionado algunos textos de diversos libros del Antiguo Testamento, teniendo en cuenta el Evangelio del día, entre los que se encuentran algunos vaticinios mesiánicos de gran importancia" (OLM, 94).


Al conocer la distribución y selección de lecturas bíblicas a lo largo del Adviento nos podremos situar en las líneas teológicas que permiten esa lectura semicontinua de algunos textos y no nos perderemos al escucharlas en la liturgia.

Durante la primera parte del Adviento, hasta el 16 de diciembre inclusive, hay que destacar cómo el peso fuerte son las profecías mesiánicas de Isaías que se leen de manera semi-continua, y el Evangelio -en este tiempo- se busca como cumplimiento de la profecía de Isaías. En este caso, el Evangelio no se lee de forma semi-continua y, probablemente, tendría poco sentido en Adviento si no fuese por la primera lectura. Es el método eclesial de la Tradición: lo anunciado se cumple en Cristo.

Al llegar las ferias mayores, el 17 de diciembre, se busca el proceso inverso: la importancia la tiene el Evangelio con los relatos de Mateo y Lucas previos al nacimiento de Jesús, en cierto modo leídos de manera cronológica, y la primera lectura se busca como profecía ad hoc para ese evangelio.

Si conocemos los criterios de distribución e interpretación de las lecturas, el tesoro bíblico que se abre con mayor abundancia a los fieles será mejor aprovechado, tanto en su lectura litúrgica como también en la oración personal sobre las lecturas (¡cuántas veces al desconocer el porqué de una lectura no la entendemos, no la sabemos interpretar, no le sacamos el jugo y la luz que adquiere situada en un momento concreto y explicada con otros textos bíblicos!).

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Como estamos en Adviento, un buen canto nos puede servir hoy, así como nos ayudará a acostumbrarnos a entender lo que sí es canto litúrgico: el Marana thá de Mons. Frisina.

11 comentarios:

  1. Es verdad que no se trata de repetir las mismas cosas año tras año y también es importante conocer la distribución de las lecturas en Adviento, un tiempo para despertar el sentido de la espera del Señor. Él se hace presente en la liturgia y también en los acontecimientos de la vida cotidiana, son gestos de su Amor. Por eso, es preciso vigilar, detenerse y advertir su presencia.
    Gracias por la catequesis, don Javier, me ayudará a escuchar con más atención su Palabra :) ¡Es el Señor mismo entrando en mi vida!.
    Feliz día a todos.

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  2. Pedro Arroyo Gómez02 diciembre, 2011 14:14

    Querido Javier, sigo aquí, aunque mi trabajo actual me ocupa gran parte del día.
    De todas formas, cada cierto tiempo me tengo que parar y reflexionar sobre tus acertados escritos que intento trasladar a mi vida diaria.
    Un abrazo.

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  3. Pedro:

    ¡Gracias! Estabas desaparecido.

    Me alegro de que sigas estas catequesis de adultos como "antaño" las seguías en los salones. Este blog es culpa tuya.

    Me tenías preocupado. Te mandé un email el martes, urgente, y no has dado ni señales de vida. Pero veo que estás bien, mi querido "organizador".

    Un fuerte abrazo para ti y para la familia (sí, también para mi amiga Conchita).

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  4. Por primera vez llevo a mi oración la oración colecta y el prefacio. "...hasta que formen parte de nosotros..", haciéndolo carne bajo la amorosa mirada de María.

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  5. Desde Sevilla:

    La Palabra ha de tomar forma en nuestros corazones, y la Palabra en Adviento es escatológica, esperanzadora. Ojalá fecunde su corazón y el mío.


    Julia María:

    Doy gracias a Dios y le doy gracias a vd.: me parece un gran fruto de este blog que empiece a rezarlas y hacerlas carne. Cuando siga ese método unos años, adquirirá una sensibilidad litúrgica y espiritual muy especial. Ya lo verá (y me lo agradecerá, je,je).

    Pax!!!!

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  6. ¿No habría que mencionar -creo que sí- la vinculación escatológica que late en este primer período de Adviento, hasta el 16 diciembre? Es decir, hablar de la relación existente entre la profecía mesiánica y la segunda venida (Parusía) de Cristo con toda su gloria.

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  7. Álvaro:

    Yo diría que sí está mencionada, aunque no desarrollada:

    "Durante la primera parte del Adviento, hasta el 16 de diciembre inclusive, hay que destacar cómo el peso fuerte son las profecías mesiánicas de Isaías que se leen de manera semi-continua, y el Evangelio -en este tiempo- se busca como cumplimiento de la profecía de Isaías".

    En sucesivas catequesis, cuando se presente todo el tiempo de Adviento, se dirá más claramente.

    Además, en caso de duda, me remito a las catequesis de años anteriores (etiqueta "Adviento").

    Ya vendrá lo escatológico... ¡¡también en este blog de catequesis!! Lo escatológico siempre viene, ya, pero todavía no.

    Un fuerte abrazo (y un besito para el pequeño que conozco: Víctor)

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  8. Feliz día de su santo D. Javier, Dios en todos los tiempos, igual que hizo con S. Francisco Javier, elige a algunos para anunciar el Evangelio a quienes andan por la vida sin sentidos. GRACIAS por haber dado Ud. respuesta a Dios.

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  9. Catequista:

    Muchas gracias por su felicitación. Espero poder decir como Pablo VI, cargado de sufrimientos y dolores, "he conservado la fe".

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  10. ¡Felicidades!,
    que pasen feliz domingo.
    Paloma

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  11. Paloma:

    Muchas gracias por su felicitación. Saludos.

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