A poco que se mire el Bendicional, veremos la riqueza que contiene y que, sin embargo, se utiliza poco, tal vez por desconocimiento.
Entre esas Bendiciones, hallamos la bendición del belén navideño en dos formas: A) en el hogar familiar, B) en la iglesia. Pensando más bien en nuestras casas, traigo aquí la bendición del belén familiar.
Como dice el Bendicional, "es laudable la costumbre de instalar en las casas y en las iglesias un "belén" o "nacimiento", que recuerda y ayuda a vivir el misterio de la Navidad" (Bend 1243) y para que tenga un pleno sentido cristiano, la bendición puede muy bien marcar en el hogar el inicio de las fiestas navideñas.
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Reunida la familia, el padre o la madre de la misma dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Todos se santiguan y responden: Amén.
El que dirige la celebración puede decir:
Alabemos y demos gracias al Señor, que tanto amó al mundo que le entregó a su Hijo.
Todos responden: Bendito seas por siempre, Señor.
Luego el que dirige la celebración dispone a los presentes para la bendición con estas palabras u otras semejantes:
Durante estos días contemplaremos asiduamente en nuestro hogar este pesebre y meditaremos el gran amor del Hijo de Dios, que ha querido habitar con nosotros. Pidamos, pues, a Dios que el pesebre colocado en nuestro hogar avive en nosotros la fe cristiana y nos ayude a celebrar más intensmaente estas fiestas de Navidad.
Uno de los miembros de la familia lee un texto de la Sagrada Escritura.
Lc 2,4-7a: María dio a luz a su hijo primogénito.
Escuchad ahora, hermanos, las palabras del santo Evangelio según san Lucas.
En aquellos días, José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto, y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre.
Palabra del Señor.
Después de la lectura, según las circunstancias, puede cantarse un canto adecuado.
PRECES
Sigue la plegaria común:
En este momento en que nos hemos reunido toda la familia para iniciar las fiestas de Navidad, dirijamos nuestra oración a Cristo, Hijo de Dios vivo, que quiso ser también hijo de una familia humana; digámosle: Por tu nacimiento, Señor, protege a esta familia.
-Oh Cristo, por el misterio de tu sumisión a María y a José enséñanos el respeto y la obediencia a quienes dirigen esta familia.
-Tú que amaste y fuiste amado por tus padres, afianza a nuestra familia en el amor y la concordia.
-Tú que estuviste siempre atento a las cosas de tu Padre, haz que en nuestra familia Dios sea honorificado.
-Tú que has dado parte de tu gloria a María y a José, admite a nuestros familiares, que otros años celebraban las fiestas de Navidad con nosotros, en tu familia eterna.
ORACIÓN DE BENDICIÓN.
Luego el ministro, con las manos juntas, dice:
Señor Dios, Padre nuestro,
que tanto amaste al mundo
que nos entregaste a tu Hijo único
nacido de María la Virgen,
dígnate bendecir este nacimiento
y a la comunidad cristiana que está aquí presente,
para que las imágenes de este Belén
ayuden a profundizar en la fe
a los adultos y a los niños.
Te lo pedimos por Jesús, tu Hijo amado,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
R/ Amén.
(Bend 1246-1251)
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Todos por el Bautismo hemos sido constituidos sacerdotes de nuestro Dios; los padres de familia ejercen ese sacerdocio de forma particular orando y dirigiendo la oración familiar, así como enseñando a orar a sus hijos.
Bendecir el belén familiar es un momento de oración de la Iglesia doméstica, importante para no perder de vista el centro de las fiestas de Navidad, y profundamente evangelizador para aquellos que compartan las fiestas en la casa.
Buenos días. No se me había ocurrido, don Javier, que mi marido o yo o los dos juntos pudiéramos bendecir el belén familiar, "su belén" como lo llaman mis hijos; creo que es una oración importante. Tiene vd. razón: que los niños instalen el belén es profundamente evangelizador en la familia, y también es evangelizador instalarlo en el trabajo (aunque no todo trabajador pueda hacerlo). La ternura con la que mi hijo mayor, ya casado, coloca delante del portal su ovejita verde que es su símbolo, que sea el más pequeño quien acueste al Niño Jesús en el pesebre, que año tras año María José tenga que buscar a Baltasar que se ha ido de "excursión" a las montañas, la exclamación de mis compañeros de trabajo cuando entran en mi despacho y contemplan el belén en el centro de la mesa de reuniones (¿y, cuándo tengamos una reunión? me preguntan bromeando, pues nos reunimos ¡alrededor del belén!; a veces evangelizar no requiere complicados métodos.
ResponderEliminar¡Qué Dios les bendiga!
¡Oh, qué bonito!, don Javier. Me lo copio y lo imprimo :)), para mañana. Mil gracias.
ResponderEliminarPor cierto, no sé nada del Bendicional. ¿Está en todas las parroquias?. Debe ser un tesoro.
Saludos.
Lo haremos mi marido y yo antes de que nazca Nuestro Niño.
ResponderEliminarFeliz Navidad a todos.
Julia María:
ResponderEliminarGracias por usarla.
Tiene razón: a veces, la evangelización, comienza con gestos pequeños y sencillos pero elocuentes. Se profesa la fe y eso interroga hoy a muchos.
Desde Sevilla:
ResponderEliminarEso, eso, cópielo, imprímalo... y déselo a algunos más, ¿no le parece?
Normalmente este libro debe estar en todas las parroquias, al igual que el resto de Leccionarios y rituales. Otra cosa será el interés o no del responsable de la parroquia de tener todos los libros litúrgicos, aunque no sean de uso común.
El Bendicional tiene muchas cosas interesantes: bendición de peregrinos, de ancianos, de enfermos, de niños, de catequistas, de personas dedicadas a la caridad... aparte de las conocidas: de un automóvil, un comercio, una biblioteca, etc. etc.
Capuchino:
ResponderEliminarGracias también por usarla.
Feliz Navidad, de corazón. +
Hermosa entrada Don Javier...paso por su blog para desearle una FELIZ Y SANTA NAVIDAD!!! Un gran abrazo desde Paraguay!
ResponderEliminarPaso a saludarle a Vd. a los participantes y lectores, una Feliz y Santa Navidad. Un abrazo.
ResponderEliminarPaloma
MAgda:
ResponderEliminarFeliz navidad para Vd. también. Me alegro de que su paso por aquí sea agradable y fructífero.
Paloma:
¿Cómo sigue? ¡Feliz Navidad!
D.Javier te diría lo que me esta enseñando y ayudando este blog ,que poco a poco y en lenguaje al alcance de todos ,estas dando ,es un tesoro para los que ,al menos yo no tengo tiempo o medios para una formacion asi y la necesito para crecer espiritualmente ,la bendición del Belén maravilla que yo al menos no sabia . Feliz Navidad un abrazo gracias .Maria
ResponderEliminarMaravilloso, Padre Javier. Esa será la tarea de mañana, bendecir el Nacimiento, como le decimos aquí en Venezuela, con hijos universitarios debo hacer incapié en todo lo que esté a mi alcance sobre vivir nuestra Fe, ya pronto partiran del nido y esto deben llevarlo en sus maletas.
ResponderEliminarMuy hermoso el rito. Lo enlasaré en una entrada de mi blo que tengo pendiente. Bendición.
María:
ResponderEliminarLe agradezco sus palabras. Lo que Vd. expresa es el deseo real de este blog, es decir, ofrecer formación católica, con el lenguaje más claro posible, para que todos crezcamos en solidez de doctrina, en vida espiritual y en la participación litúrgica.
Llevar este blog conlleva trabajo y sacrificio, pero sólo espero -del Señor- que dé muchos frutos en quienes lo lean.
María Auxiliadora:
"Seño auxi": me alegra verla por aquí. Estaré pendiente de su blog. Un fuerte abrazo para vd., los suyos... y para la Iglesia en Venezuela.