martes, 2 de diciembre de 2014

Esperanza, esperanzas... ¡posibles!



Una esperanza grande, verdadera y superior: a eso nos convoca el tiempo santo de Adviento.

Busca ensanchar el corazón. La mirada va más allá que la de las inmediatas fiestas navideñas. El trabajo interior al que conduce el tiempo de Adviento supera lo inmediato de la Navidad siguiente.


           La esperanza cristiana se ancla en el Señor y en su Palabra; de Cristo nos podemos fiar siempre y de Él siempre podemos esperar.

            Es verdad que muchas cosas nos roban la esperanza: decepciones y fracasos personales, experimentar una y otra vez nuestras caídas y pecados. Nos cansamos y casi nos desesperanzamos.

            La realidad que nos rodea y salta en los medios de comunicación también decepciona y cansa: problemas, crisis, corrupción en todos los órdenes, violencia constante, injusticias… 

¿Todo esto puede tener solución?

¿Hay algún arreglo? 

¿O mejor vamos cada cual a lo suyo, olvidándonos de todo y de todos?

¿Puede haber esperanza? ¡Sí!, la que nos anuncia el Adviento: Jesucristo es nuestra esperanza, porque es el Señor de la historia.

11 comentarios:

  1. Hay un mensaje básico que atraviesa el tiempo de Adviento: existen razones para la esperanza porque hay una promesa y Quién nos ha hecho la promesa es digno de confianza.

    Esperar como el que se resigna no es un esperar cristiano; nuestra esperanza esta llena de luz, de alegría y tiene carácter de peregrinación. Al principio del Adviento escuchamos a Isaías invitarnos a todos a una gran peregrinación hacia el monte del señor, que no es un lugar geográfico sino un encuentro con el Señor para celebrar y renovar nuestra alianza. El que peregrina sabe que hay una meta al final y nuestra peregrinación es camino en el cuál nos vamos transformando con una espera activa: por el camino vamos ‘forjando arados de las espadas’

    La peregrinación pone en movimiento nuestros corazones, nuestras resoluciones; voy avanzando al acoger la palabra de Dios y hacerla realidad en mi vida; voy en peregrinación al encuentro del Señor en la medida en la que me voy ajustando a Su Plan.

    El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá al monte del Señor (de las antífonas de Laudes)

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    1. Quien ha hecho las promesas es Fiel. Sólo su fidelidad, que es eterna, nos da confianza, seguridad, como para caminar y peregrinar, ilusionados, mirando las estrellas del cielo y sin poder contarlas...

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  2. en esperanza fuimos salvados, dice san Pablo a los Romanos y también a nosotros (Rm 8,24)

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  3. Hace años escuché a una persona decir que la Esperanza es una espera que no pierde su sentido, su razón, con el paso del tiempo. ¿En quien tenemos puesta nuestra Esperanza?

    ¿En el mundo? Ufff... que cantidad de tristezas y decepciones tendremos que sobrellevar.

    ¿En Cristo? Entonces, para nosotros todo lo que sucede tiene un sentido y forma parte de la nuestra historia de salvación particular. Incluso en los males encontraremos la Esperanza.

    Feliz día. D. Javier :)

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    1. Desde luego: ¡¡¡Cristo y sólo Cristo!!! Todo lo demás, todos los demás, como "palillos de romero seco" que dice santa Teresa.

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  4. Cada tiempo, en el ciclo litúrgico de la Iglesia, tiene una peculiaridad, y la del Adviento es, sin lugar a dudas, es la esperanza. Este tiempo se convierte para los cristianos en un tiempo de levantar los ojos de cara a la promesa que Nuestro Señor hace a su Iglesia de estar con nosotros: la venida del Salvador.
    Leí una vez-no es que solo haya leído una vez en la vida, don Javier,sino que ese texto lo leía una vez…incluso a veces escucho conferencias…- una bonita comparación: La esperanza es algo semejante a cuando uno está perdido en el campo, y de pronto ve en la lejanía un punto que reconoce: un árbol, una casa, una parte del camino; entonces, ya no le importa por dónde tiene que ir atravesando, lo único que le interesa es llegar al lugar que reconoce. La esperanza es algo que te sostiene y te permite seguir adelante sin preocuparte de las dificultades que hay en el camino.

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    1. La colmena:

      Me parece preciosa la metáfora sobre la esperanza. Un punto que uno reconoce de pronto por el cual se aligera el paso y se va uno abriendo camino.

      Dicho lo cual:

      1) Deduzco que leéis más de una vez, espero...

      2) Alusión a la conferencia teresiana que mensualmente os cuelgo en el blog: ¿ironía? Buenoooooo, gracias por escucharla....

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  5. Muchísimas felicidades en el día de su santo; que le proteja y le anime en su obra de evangelización.

    un abrazo

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    1. Juan:

      Gracias por la felicitación. Encomiéndeme y encomiendo mis intenciones.

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  6. Me encanta escuchar que me hablen de la Esperanza, leer sobre la Esperanza y la Iglesia me regala este tiempo de Adviento lleno de Esperanza. Entregada en las manos de Dios.

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    1. María Auxiliadora:

      A mí también: ¡me encanta la virtud de la esperanza! Desencadena en mi alma un proceso de ensanchamiento, de dilatar el corazón hacia Cristo.

      Si tiene tiempo y ganas, lea todas las entradas dedicadas a la esperanza, pinchando la etiqueta "esperanza".

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