martes, 25 de junio de 2013

Magisterio: sobre la evangelización (VII)

El tesoro de nuesta esperanza es inagotable; de ella hemos de sacar nuevas energías para el impulso de la evangelización. Ésta entendida sin reducciones de ningún tipo.


El mundo de la cultura -de la razón, del pensamiento, del arte, de los medios de comunicación, de los estilos de vida y costumbres- pide una verdadera evangelización.

"El proceso histórico de inculturación del Evangelio y de evangelización de las culturas está aún muy lejos de haber agotado todas sus energías latentes. La novedad eterna del Evangelio encuentra los surgimientos de las culturas en génesis o en proceso de renovación. La aparición de nuevas culturas constituye con toda evidencia una llamada a la valentía y a la inteligencia de todos los creyentes y de los hombres de buena voluntad. Transformaciones sociales y culturales, cambios políticos, fermentaciones ideológicas, inquietudes religiosas, investigaciones éticas: es todo un mundo en gestación que aspira a encontrar forma y orientación, síntesis orgánica y renovación profética. Sepamos sacar respuestas nuevas del tesoro de nuestra esperanza.
...Los pueblos nuevos provocan a las viejas sociedades, como para despertarlas de su hastío. Los jóvenes en búsqueda del ideal aspiran a ofrecer un sentido que imprima valor a la aventura humana. Ni la droga ni la violencia, ni la permisividad ni el nihilismo pueden colmar el vacío de la existencia. Las inteligencias y los corazones buscan luz que ilumine y amor que reanime. Nuestra época nos revela descarnadamente el hambre espiritual y la inmensa esperanza de las conciencias" (Juan Pablo II, Discurso al Pontificio Consejo de la Cultura, 3-enero-1986).

La evangelización hará a la cultura realmente humana, a la medida del hombre, sin manipulaciones ideológicas y, por tanto, facilitando la búsqueda y el acceso del hombre a la Verdad, a Dios mismo.



El reto es fecundar estas culturas, las occidentales primero, tan encerradas y agostadas en sí mismas que han asfixiado al hombre y lo humanum verdadero.

"Sí, estamos al comienzo de una gigantesca tarea de evangelización del mundo moderno, que se presenta en términos nuevos. El mundo está entrando en una era de cambios profundos, debidos a la amplitud estupefaciente de las creaciones del hombre, cuyas producciones amenazan con la destrucción si no las integra en una visión ética y espiritual. Entramos en un período nuevo de la cultura humana y los cristianos se encuentran ante un inmenso desafío. Hoy comprendemos mejor la amplitud de la llamada profética del Papa Juan XXIII al conjurarnos a eliminar a los profetas de desgracias y a ponernos a trabajar valerosamente en esta tarea formidable: la renovación del mundo y su «encuentro con el rostro de Jesús resucitado... que irradia a través de toda la Iglesia para salvar, alegrar e iluminar a las naciones humanas» (Mensaje Ecclesia Christi, Lumen gentium, 11 de septiembre de 1962)" (ibíd.).

Es lanzar puentes de unión con el mundo moderno para que los hombres puedan transitar al encuentro de Cristo:

"Mi predecesor Pablo VI asumió esta orientación fundamental y precisó el instrumento privilegiado: el Concilio trabajará para lanzar un puente hacia el mundo contemporáneo (Alocución en la apertura de la segunda sesión, 29 de septiembre de 1963). Yo mismo he querido crear el Consejo Pontificio para la Cultura, precisamente para ayudar y apoyar este trabajo (cf. Carta de fundación del Consejo Pontificio para la Cultura, 20 de mayo de 1982)" (ibíd.).

Aquí se inserta una verdadera "inculturación", que no es vaciar el Evangelio elevando la cultura local a rango absoluto, sino fecundar desde dentro las culturas con el Evangelio:

"Estimulad en el mundo las energías en expectativa y las voluntades en estado de alerta. El Sínodo de los Obispos nos ha comprometido a todos con ardor, en situar decididamente la inculturación en el corazón de la misión de la Iglesia en el mundo: «La inculturación es otra cosa que una simple adaptación externa: significa una transformación íntima de los auténticos valores culturales mediante su integración en el cristianismo y la radicación del cristianismo en las diversas culturas humanas» (Relación final del Sínodo Extraordinario de los Obispos, 1985)" (ibíd.).

Mucho se ha trabajado y se ha realizado en esta evangelización de la cultura -tiempo tendremos de seguir con el Magisterio en este punto sumamente importante-, recordemos aquí únicamente lo más reciente: los grandes y antológicos discursos de Benedicto XVI sobre Fe y Razón y su iniciativa sobre el "Atrio de los Gentiles". Éstos son caminos de la Iglesia.

13 comentarios:

  1. Padre Javier, estos textos me han resultado especialmente hermosos y lúcidos. La evangelización en la raíz en la esencia del ser humano. Acceder a ese núcleo del ser humano, solo ahí se puede transformar al hombre, solo de ahí se puede evangelizar la sociedad. Llegar ahí es pura Gracia de DIOS. Estorbar lo menos posible, y dejar hacer a DIOS. Alabado sea DIOS.
    Sigo rezando. DIOS les bendiga.

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    1. Antonio Sebastián:

      Como vamos comprobando, el magisterio sobre la evangelización es muy amplio y muy luminoso. Creo que nos toca asumirlo y adquirir esa mentalidad.

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    2. Felicidades, Padre. Espero que tenga un día gozoso. DIOS le bendiga.

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  2. Por desgracia, la inculturación, a veces se convierte en escusa para hacer lo que nos da la gana... Me ha gustado mucho la claridad con que se define en estos textos y el gran valor que tiene introducir el evangelio en la cultura. Que Dios le bendiga D. Javier :D

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    1. Néstor:

      "Inculturación" es otra de las palabras talismanes que a un servidor le produce reacciones alérgicas. Sirve de excusa para todo, para todo.

      El Magisterio está claro, es incisivo, marca caminos.

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  3. ¡No vale cambiar el "6" por el "9"! ¿Para despistar? Según mi calendario de papel y mi móvil del siglo pasado estamos a 26 de junio.(Risas)

    ¡¡¡Muchísimas felicidades!!! 1999-2013.

    Dudábamos qué canción regalarle y hemos resuelto por unanimidad, un antiguo himno y una canción; el himno como homenaje a la entrega de la vida (el que entonaron hace algún tiempo quienes la entregaron de modo cruento) y la canción, como homenaje al sacerdote-fotógrafo (no se pierda los chispeantes y sonrientes pensamientos amarillos).

    Los dos enlaces:

    HIMNO: http://es.gloria.tv/? media=154528 Y para “abrir boca”, la primera estrofa:

    Jesús ya sabes, soy tu soldado
    siempre a tu lado, presto a luchar.
    contigo siempre y hasta que muera
    una bandera y un ideal
    ¿Y qué ideal? Por Ti Rey mío, la sangre dar.

    CANCIÓN: http://www.youtube.com/watch?v=w03AEl8RP3w. El estribillo:

    Cien veces más recibirá
    quien te ame sobre todas las cosas,
    cien veces más recibirá
    quien sobre todo te ame a Ti

    Pero la Madre no podía faltar a esta celebración: Plegaria a Nuestra Señora de los Ángeles:
    http://www.youtube.com/watch?v=xtdGJ4du7h4

    ¡¡¡¡Muchísimas gracias por su sí a la llamada de Jesús!!!!

    ¡Qué Dios le colme de sus bendiciones!

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    1. Julia María:

      Ayer estaba mal programada esta entrada, salió cuando quiso y a la hora que quiso... y cuando intenté arreglarlo para que saliera el sábado... sólo cambió el número pero se negaba a desaparecer... ¡Soy torpe!

      Mil gracias por su felicitación mañanera. Ha sido la segunda persona en este día.

      Para mí, evidentemente, es un día muy importante. Hoy renuevo mi sacerdocio, es decir, mi amor a Jesucristo, mi Señor, y a la Iglesia.

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  4. ¡Felicidades, Don Javier! Dios le siga bendiciendo mucho.

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    1. Muchísimas gracias, Felicitas.

      Me encomiendo, a mí y a mis intenciones, a su oración.

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  5. Don Javier, muchísimas felicidades y mucho ánimo para continuar.
    Sigo con muchas ocupaciones pero quería enviarle mi felicitación por tantos años de entrega al Señor y a su Iglesia. El que empezó en Vd la obra buena, El mismo la llevará a término.
    Que Dios le bendiga.

    http://www.youtube.com/watch?v=S6fYVNYeR6I

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    1. aprendiz2:

      ¡Qué alegría verle por aquí!

      Muchas gracias por su felicitación. Rece por mí y mis intenciones.

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  6. Ya saben de mi preocupación por la evangelización de la cultura y por una cultura católica. No es sólo cuestión antropológico-cultural sino cualidad indispensable de la propia fe, y no se trata de decidir si comer paella o foie, bailar jota o samba, sino de visiones del hombre y del mundo.

    Jesús, la forma más radical de inculturación, corrigió la cultura de su pueblo, y no sólo la de escribas y fariseos; corregir el resto de las culturas del mundo para ajustarlas a la fe, nos lo dejó como misión.

    La inculturación no es una idea moderna, pese a quien pese. Es tan antigua como la historia de la salvación. Desde la raza semita, la Encarnación; predicación en sinagogas de la diáspora y plazas romanas; Evangelios escritos en lengua griega y los Padres; el monaquismo; la conversión de los pueblos bárbaros. Síntesis pluricultural que culmina en la cultura cristiana medieval. Qué bellísima muestra de cultura católica el Duomo de Milán cuya foto nos acompaña, si no me equivoco.

    En general se han dicho, y se dicen medias verdades o simples mentiras al hablar de los excesos de la evangelización y de la no inculturación en épocas pretéritas; leyenda negra española y leyenda negra de la Iglesia. Más de uno debería leer a una reputada historiadora colombiana, que creo se llama Diana Uribe, no católica pero intelectual honesta.

    En la exposición del Santísimo y en la Santa Misa le hemos hecho presente hoy de manera especial.

    ¡Señor, danos muchos y santos sacerdotes!

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    1. Julia María:

      Sin lugar a dudas, el método es la Encarnación del Señor. Ese método es el que da vida a toda cultura, sanándola, elevándola.

      Pero lo de "inculturación" suele emplearse en general mal, casi vaciando lo cristiano para hacerlo acomodaticio, sin sanar ni elevar, sino rebajando. A mí no me gusta por el uso que se le da.

      En cuanto a leyendas negras sobre la evangelización de la Iglesia, es que aburre tal asunto. Hicieron maravillas nuestros misioneros sin rebajar un ápice el Evangelio y la vida eclesial. Se adaptaron sin sincretismos.

      Gracias por el recuerdo ante Cristo, mi Señor.

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