En san Basilio Magno hallamos una "mentalidad litúrgica", como, en general, en todos los Padres. No se trata de que él haga una alusión a la liturgia, diseminada en su corpus, sino de ver hasta qué punto la liturgia generó una mentalidad, una mens, en los Padres.
Cuando escriben, cuando argumentan, cuando elaboran teología, los Padres tienen bajo sus pies el sustrato de la liturgia celebrada y orada. Es algo más que un recurso: es el ámbito en el que los Padres piensan, rezan y reflexionan.
San Basilio nos deja un ejemplo luminoso de ello en su precioso tratado sobre "El Espíritu Santo".
La obra
de san Basilio es la primera en ser un tratado, en cierto modo sistemático,
sobre el Espíritu Santo. En ella, el trasfondo litúrgico es el humus vital en
que este Padre capadocio reflexiona, argumenta y expone. En este sentido,
siendo un tratado teológico y espiritual, es un venero de reflexión para la
liturgia por su forma de pensarla y considerarla.
Fue éste el último Tratado escrito por san Basilio entre
374 y 375, e inluyó decisivamente en el Concilio de Constantinopla (381) al
definirse en el Credo: “Creo en el Espíritu Santo, Señor y Dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas”. En el Oriente cristiano
arrecian las controversias pneumatológicas que se derivan del arrianismo recién
condenado en Nicea; los pneumatómacos niegan la divinidad del Espíritu Santo, su consustancialidad con
el Padre y el Hijo y su origen y su relación con ambos.
La obra de De Spiritu Sacto se divide en treinta
capítulos sin ninguna otra división interna. Los títulos de los capítulos
señalan las cuestiones que va a tratar para desarrollar una pneumatología
completa advirtiéndose un claro tono polémico frente a las herejías
pneumatómaca y arriana; así, por ejemplo, encontramos, al ver los títulos, que,
apologéticamente, intenta agotar todos los puntos que estaban siendo negados
con minuciosa precisión (por ejemplo, el análisis de las sílabas y las
preposiciones exactas para expresar la relación intratrinitaria y la misión ad
extra), por ejemplo:
V. También del Padre se dice el “por medio de quien”; y referido al Hijo, el “de quien” así como del Espíritu.VIII. De cuántas maneras se entiende el “por medio de quien”, y en qué sentido es más conveniente el “con quien”; y también se explica cómo el Hijo recibe un mandato y cómo es enviado.IX. Nociones claras del Espíritu Santo, según la enseñanza de las Escrituras.XVI. El Espíritu Santo es inseparable del Padre y del Hijo de cualquier noción: en la creación de los seres inteligentes, en la Economía que afecta a los hombres y en el juicio que se espera.XXI. Testimonios de la Escritura de que el Espíritu Santo es llamado Señor.
Asimismo, san Basilio Magno dedica capítulos explícitos
de refutación de las herejías e imprecisiones del lenguaje sobre el espíritu
santo en claro afán controversista; por citar algunos a título de ejemplo:
VI. Réplica a los que declaran que el Hijo no está con el Padre, sino después del Padre. También lo referente a la gloria de igual honor.X. Contra los que dicen que no es preciso coadunar al Espíritu Santo con el Padre y el Hijo.XIX. Contra los que dicen que no se debe glorificar al Espíritu Santo.XXIV. Refutación de la extravagancia de quienes no glorifican al Espíritu, por compararlo con lo que se ha glorificado en las creaturas.
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