sábado, 15 de julio de 2017

La idolatría (Sentencia de León Bloy)

¿Qué es la idolatría?

León Bloy, en sus Diarios, aporta una definición:

"La Idolatría consiste en preferir lo Visible a lo Invisible" (9-julio-1893).

¿Cómo?
¿En qué sentido?

Se rehuye entrar en el Misterio, con la fe que orienta como luz hasta el Misterio, para preferir solamente aquello que se ve, que se palpa, que se puede manipular y mover hasta el antojo.

El becerro de oro -da igual si en vez de oro fuera de otro material- era un ídolo porque era visible y porque ya no era Dios invisible quien podía decidir y ordenar, sino el hombre quien manejaba al becerro de oro.

Ya no es necesaria la fe, porque los ídolos se ven. Y así se termina por preferir y escoger aquello que vemos y tocamos, que podemos aprehender y retener, que lo invisible que, en todo caso, nos posee a nosotros.

Sin embargo Dios, para arrancarnos de la idolatría, hizo un procedimiento contrario: de lo visible nos llevó a lo invisible.

¿Lo recordamos? Fue el método de la Encarnación del Verbo, tal como cantamos en el Prefacio I de Navidad: "para que conociendo a Dios visiblemente, Él nos lleve al amor de lo invisible". Nos elevó a lo invisible. 

La idolatría olvidó lo invisible, o lo rechazó como sueño y engaño, y bajó a lo visible para quedarse entre las cosas conocidas. Así nos hizo prisioneros.

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