Supongo que a todos nos ha pasado más de una vez: leer en el tablón de anuncios el horario de Misas en la parroquia y, abajo, "confesiones media hora antes de la Misa". ¿Sí? Luego va uno a confesar y allí no hay nadie un día tras otro. Entonces hay que ir al despacho parroquial y pedir si puedes confesar, a veces, con un montón de personas delante que están charlando y haciendo compañía al sacerdote.
Al comenzar un nuevo curso, un gran propósito de todo "programa pastoral" sería la normalidad de que el sacerdote esa media hora diaria antes de cada Misa se vaya al confesionario, se siente allí y espere, como el padre de la parábola, a ver venir de lejos al hijo pródigo y recibirlo. ¡Si es que es muy simple! Porque a veces se puede dedicar tiempo a cosas menos importantes o incluso superfluas y cosas realmente importantes, que implican celo y espíritu sacerdotales, esas se dejan.
Así me encuentro con unas palabras de Juan Pablo II claras, contundentes, que no agradarán a algunos:
"A vosotros sacerdotes, como ministros de la reconciliación, os exhorto a cobrar un renovado aprecio por la celebración de este sacramento, en el que Jesús se vale de vosotros para llegar a lo más íntimo del corazón. No dejéis de estudiar y orar a fin de estar a la altura del ministerio de la pacificación del hombre con Dios, facultad tan inaudita, que hizo exclamar con estupor: “¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?” (Mc 2, 7). Por esto, os pido que estéis siempre disponibles. No escatiméis el tiempo de vuestra dedicación a administrar este sacramento y a guiar a los fieles por el camino de la perfección. Pensad que Dios está siempre a la espera del hijo que vuelve a casa para ser perdonado y reconciliado por medio de vosotros. Y que vuestra misma experiencia de acercaros personalmente a este sacramento sea el mejor estímulo para vuestra dedicación pastoral, y un motivo ulterior para vivir continuamente vuestro “gozo pascual”" (Discurso a los sacerdotes y religiosos, Montevideo (Uruguay), 31-marzo-1987).
No se puede escatimar el tiempo al confesionario. Allí hay que estar cada día aun cuando durante meses no venga nadie. Poco a poco, quien lo necesite, verá que puede acudir y quien esté dudando en confesar verá que la posibilidad está cercana. Otros, que han olvidado la existencia del sacramento, llegarán a cuestionarse si ven a sus sacerdotes en el confesionario cada día, la famosa media hora antes de Misa.
Sabemos que es exigente y mortificado este ministerio. Parece perderse el tiempo cuando se está en la sede penitencial y nadie acude; exigente y mortificado teniendo que escuchar miserias y pecados de otros; exigente, por último, por otro punto que el Papa subrayaba: el sacerdote necesita estudiar y orar constantemente, así tendrá el suficiente discernimiento para ayudar a cada penitente en su situación concreta.
Al comenzar un curso pastoral más, planteemos bien la pastoral de la Penitencia con algo sencillo: sentarse en el confesionario cada día.
Y los que somos penitentes, acudamos a los horarios establecidos y no simplemente cuando se nos ocurre por capricho (salvado caso excepcional y de urgencia).
Pero, muchas, muchísimas veces, las iglesias permanecen vacías durante días y no entra nadie. ¡Pobre sacerdote si tiene que estar en el confesionario con el calor en verano y el frio del invierno metido en la garita! A mí me da mucha pena aunque reconozco que es lo que se debe hacer.
ResponderEliminarFeliz día del Señor para todos. Que DLB.
A mi lo que me da tristeza, no solo es que no dispongan de más tiempo para confesar, sino que también dejen de celebrar misa diaria porque solo tres señoras viejitas asisten; como si hubiera algo más importante que la Eucaristía y la reconciliación.
ResponderEliminarAl estar el sacerdote en el confesionario, es más fácil ir a confesar, (invita)(Cuantas veces he oído; (está el sacerdote en el confesonario, me cuesta pero voy a aprovechar)Y ha sido una confesión importante.
ResponderEliminarEs parte de la pastoral del sacerdote, que otra
persona no puede hacer.
Que se lleve un libro al confesonario, que rece el Rosario y que pida por todas sus feligreses.
Recordemos las horas que se pasaba el Santo
cura de Ars.
Gracias Don Javier por tan buena entrada .
¡Feliz día del Señor.!
Estoy de acuerdo con mi amiga Marian.
ResponderEliminarDon Javier, ya sabe que a mí este tema me llega especialmente. Al leer el post de hoy pienso varias cosas:
ResponderEliminar-creo que la Iglesia debe "tomar el toro por los cuernos" y abordar la crisis de la confesión porque, en mi opinión es uno de los motivos del alejamiento de muchos.
Si una persona va dejando pasar los años sin acudir a la confesión, el siguiente paso es dejar de acudir a Misa y el resto de los sacramentos, y el siguiente paso es querer justificarse hablando mal de los curas, de la moral, etc. y declarándose agnóstico. Esta es en mi opinión la pendiente por la que muchos acaban en la apostasía.
-Es imprescindible, como Vd dice, que los sacerdotes esperen pacientemente a los penitentes en el confesionario y rompan así ese círculo vicioso de "no ponerse a confesar porque no viene nadie y a su vez, no acude nadie porque no se ponen a confesar".
Y hacerlo, no sólo en dias festivos, sino también en días laborables pues, los festivos, entre una Misa que acaba y la siguiente que empieza, que es el tiempo dedicado a confesar, no llega generalmente al cuarto de hora. Y puede haber personan que necesiten más tiempo o más tranquilidad.
-Pero cuando un sacerdote lleva haciendo todo eso mucho tiempo y aún así no aparecen los penitentes, debería pensar qué tal vez algo falla aún. En mi opinión, como ya he manifestado en otras ocasiones, lo que suele fallar es la Sede Penitencial, que tal vez era adecuada en el siglo en que se construyó esa iglesia, pero que quizás es inadecuada para sensibilidad que existe en el siglo XXI por el respeto a la intimidad y privacidad de las personas.
En Infocatólica hay un post ahora mismo "El Confesionario" y copio algunos de comentarios:
. de huguet:
Los dos sacramentos que van ligados, la confesión y la comunión, están descuidados en Cataluña...
De la confesión, el derecho a una confesión verdaderamente anónima en horarios adecuados... En la confesión hace falta una verdadera revolución de regreso o retorno a la tradición, primero porque ella es el puente hacia la comunión...
. de José Luis:
Lo que no veo correcto, y esto sucede en diversos sitios, es que una persona que se está confesando, y halla otra que esté tan cerca que puede oír la confesión, como se ve en el ejemplo en una de estas fotos de arriba.
. de susi
Cuando hay sacerdotes confesando y se respeta el anonimato, no es infrecuente que los fieles se acerquen a reconciliarse con Dios.
http://infocatolica.com/blog/germinans.php/1110071053-de-capitulo-36-el-confesionar
Suscribo todo lo dicho Javier. Me ha encantado.
ResponderEliminarCreo que haré una entrada en mi blog sobre la experiencia de confesar en la Catedral de Santiago de Compostela... como diría Jesulín: "en dos palabras, IM-PRESIONANTE".
(qué fuente tan poco teológica, verdad?)
Un fuerte abrazo desde Roma.
D. Javier, muchas felicidades por su cumpleaños.
ResponderEliminar...y que cumpla muchos más.
¡¡¡Feliz día!!!
Me ha dicho un pajarito que es su cumpleaños.....
ResponderEliminar¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz... le deseamos
todos...cumpleaños feliz....
Que Dios le colme con SU GRAN AMOR, QUE TODOS SUS
DESEOS SE VEAN REALIZADOS.
FELIZ DÍA!!!
¡FELIZ CUMPLEAÑOS, DON JAVIER!
ResponderEliminarQue el Señor le conceda toda sus dones, su paz y su alegría en este día tan especial.
Un abrazo.
Feliz Cumpleaños D. Javier. Como suelo hacer los domingos, rezo especialmente por los sacerdotes. Que Dios le bendiga y les ayude a ganar el tiempo que pasen en el confesionario
ResponderEliminarUnidos en oración :)
Hola D.Javier muy feliz cumpleaños!!!
ResponderEliminarMuy buena entrada D. Javier y tristemente tengo que decir esto mismo ocurre en muchas parroquias de mi país...
Abrazos desde Paraguay
Entro de nuevo para copiar y pegar otro comentario que han puesto más tarde en el mismo enlace que mencioné antes, de Infocatólica.
ResponderEliminarMe parece un testimonio conmovedor:
. de Andreu:
Después de muchos años sin confesarme pude realizar una primera reconciliación con el Señor gracias a ese anonimato y poder ir sin prisas, en horario adecuado como dice huguet. Con el tiempo sigo confesándome con el mismo Mosen, que no sabe quien soy, pero ya me conoce muy bien y me ha ayudado mucho espiritualmente.
El Sacramento de la Confesión, para mí, no es sólo obtener una absolución.
Amigos, gracias por vuestras felicitaciones. Esos pajaritos que dicen cosas... hacen que se propaguen las noticias. Os agradezco las felicitaciones y no quería dejarlo para mañana.
ResponderEliminarEl día ha sido terrible y ya no puedo ni con mi cuerpo ni con mi alma. He estado arreglando cosas de la tesina, billetes, reservas, etc.
Misa a las 12, bautizo a las 13. Después en una aldea cercana, un entierro a las 17.30, venir para exponer el Santísimo a las 18.30 y tercera Misa a las 19.30.
Hoy, contradiciéndome en lo expuesto en la catequesis, me ha sido imposible sentarme en el confesionario.
Mañana espero que empiece a recobrar algo de normalidad en los horarios y ritmo de vida.
Si Dios quiere, mañana respondo a los contenidos de los comentarios. Hoy no puedo más.
¡Felicidades Don Javier!, aunque llego al final del día, que descanse bien y pase buena semana.
ResponderEliminarA mí me ayuda el que haya un sacerdote en el confesionario, para acudir al sacramento. Si no está, pienso que quizás pueda estar ocupado, me da apuro pedir ese tiempo, etc... Pero si está en el confesionario y veo que tengo ganas y necesidad, allí que acudo rápido.
Un saludo. Paloma
Estimado Padre Javier, ¡Feliz Cumpleaños! Desde esta tierra tropical, calurosa reciba un gran abrazo lleno de los mejores deseos y que el Señor Jesús le conceda las gracias que le solicite.
ResponderEliminarPara confesarme debo ir a una iglesia en particular buscando a los sacerdotes con los que habitualmente me confieso. Lamentablemente solo lo hacen durante la celebración de la Misa pues sus responsabilidades parroquiales no les permite mas tiempo. En ocasiones he intentado hacerlo entre semana tratando de conseguir un sacerdote en un confesionario. Así que esto lo convertí en un trabajo de investigación y tengo un listado de horas y lugares en donde puedo acudir a confesarme en las capillas de residencias, despachos parroquiales e iglesias cercanas en donde vivo y trabajo.
Capuchino de Silos:
ResponderEliminarMenos mal que le da pena al ver al sacerdote solo día tras día en el confesionario, haga frío o calor. Lo normal es que muchos católicos incluso practicantes miran ahí al sacerdote con cara sorprendida, pensando: "¿Qué hace ahí?"
MariCruz:
Dejar el confesionario... es el primer paso para luego no celebrar la Misa sino sólo hay 3 personas. Se entienden entonces los sacramentos y la liturgia misma en función del número. (Otra cosa será que tenga varias Misas ese día y se encuentre con que en una de ellas sólo hay 3 asistentes que puedan ir a otra Misa posterior).
Marián:
ResponderEliminarSí, coincido con Vd. Es importante el testimonio de estar sentado en el confesionario, sea leyendo, sea rezando... porque esa presencia invita muchas veces a los indecisos, y en otras ocasiones, es un toque del Señor para quienes ni pensaban acercarse a confesar.
Aprendiz:
El primer problema y asunto que hay que resolver es la crisis de pecado, donde ya no hay conciencia formada, sino relativismo moral; luego el secularismo que se ha introducido; por último, el subjetivismo religioso de quien prescindiendo de las mediaciones eclesiales, "se confiesa con Dios"...
Lo de la sede, se lo aseguro, es el últimísimo de los problemas. A veces parece que se riza el rizo más de la cuenta: en la estructura de nuestros templos a veces hay que colocar la sede penitencial lo mejor que se pueda... y ya está. El anonimato no es que nadie nos vea confesar, sino que el propio sacerdote no identifique al penitente. Con los comentarios que trae tendríamos que poner los confesionarios no sé dónde, y encerrar al sacerdote con tablones de madera (entiéndase la exageración).
Óscar:
ResponderEliminar¡Qué bueno que viniste! ¿Ves?, los liturgistas escribimos cosas sensatas.
Será interesante que escribas esa entrada en tu blog (elcientoporuno.blogspot.com) con tu experiencia confesando en tu Catedral de Santiago. Nos ayudará a todos.
Un fuerte abrazo para ti, amigo gallego-romano!!!! (Nos queda pendiente lo del Enchiridion musical, ok?)
Magda:
ResponderEliminarMal de muchos, consuelo de tontos. Parece que la situación es generalizada: en España, en Costa Rica, en Venezuela y en Paraguay. ¡Qué pena!
Un fuerte abrazo amiga.
Paloma:
Como sacerdote, pienso una y otra vez que un sacerdote puede organizar el tiempo. Para la Misa dejamos lo que sea y abandonamos el despacho; pues es cuestión de orden y rigor pensar que el despacho hay que dejarlo antes, cuarenta minutos antes de ir a la Misa, para revestirse y sentarse en en el confesionario. Es falta de costumbre muchísimas veces, más que de tiempo.
María Auxiliadora:
ResponderEliminar¡qué trabajo se ha pegado Vd.! Todo un listado de iglesias, parroquias y horas.
Pidamos al Señor que todos recobremos la conciencia de este Sacramento y facilitemos que se pueda celebrar siempre en cada parroquia e iglesia antes de la Misa. Si al sacerdote hoy no le da tiempo porque ya tiene uno o dos penitentes, sabremos que, igualmente, podremos acudir mañana porque estará allí.
Buena jornada a todos!!!!
¡Feliz cumpleaños, don Javier!. (Aunque con retraso) :))) Espero que las bendiciones del Señor le llenen de alegría, esa que nadie nos puede quitar. ¡¡¡¡Felicidades!!!!
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