jueves, 27 de abril de 2017

Vida sobrenatural (Palabras sobre la santidad - XXXVII)

El cristiano ha renacido a una vida nueva, distinta, sobrenatural, por el bautismo. Los santos son quienes mejor y más profundamente han vivido esta vida sobrenatural.


Llenos de Dios, asistidos por el Espíritu Santo, los santos adquirieron una visión sobrenatural de la realidad, una capacidad para descubrir la verdad de las cosas, de los hombres y de la realidad tal como Dios las ve. Es más, esta visión sobrenatural propia del cristiana, desarrollada al máximo en los santos, les permite percibir los signos de Dios, el lenguaje de Dios en la vida y en la historia.

La capacidad de los santos de llegar a tener una visión sobrenatural de todas las cosas, los condujo a saber discernir, es decir, saber con certeza aquello que realmente viene de Dios, es una palabra personalísimo para ellos de Dios en sus vidas, y obedecer.

Todos los santos tuvieron este discernimiento que es fundamental para la vida cristiana. Para nosotros, también hoy, la vida sobrenatural que se desarrolla en nuestras almas incluirá siempre el discernimiento. Una vez realizado, se confronta con el Señor en la oración, con sacerdotes y hermanos para verificarlo.


"Se repite con frecuencia en la vida de los santos: para tener confirmación de que una inspiración viene de Dios, siempre es necesario sumergirse en la oración, saber esperar con paciencia, buscar la amistad y la confrontación con otras almas buenas, y someterlo todo al juicio de los pastores de la Iglesia" (Benedicto XVI, Audiencia general, 17-noviembre-2010).

Pero, para poder alcanzar este discernimiento, y vivir la vida sobrenatural, para los cristianos nada mejor que la celebración de la santa Misa y la adoración eucarística, donde hallan al Señor, descansan, reciben luces y mociones y se disponen a entregarse como Cristo mismo se entregó en su Sacrificio.

"Los santos siempre han encontrado fuerza, consolación y alegría en el encuentro eucarístico" (ibíd.).

La vida sobrenatural es un don y una gracia; pero cada cual debe disponerse a ella, entregándose al Señor sin reservas. En la Eucaristía lo hallará todo, y Dios mismo irá confirmando esta visión sobrenatural, fruto de mucho trato íntimo con el Señor eucarístico.

1 comentario:

  1. Los santos vivieron de cara a Dios al igual que Cristo. En esa actitud, en esa mirada en el Señor recibieron la gracia de alcanzar la santidad porque "no podéis servir a Dios y al dinero (entiéndase como todo lo que no es Dios)".

    El encuentro eucarístico es el lugar y el tiempo para ese "cara a cara", no en vano Él lo designó como comer su carne, beber su sangre.

    Que el Señor Jesús sea nuestra vida (de las Preces de Laudes).

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