domingo, 4 de diciembre de 2022

Formación litúrgica más profunda (I)



Hay que proveer una formación litúrgica cada vez más profunda, más seria, y más amplia también, y hacerlo atendiendo en primer lugar a su naturaleza y contenido teológico. Así se apreciará y valorará más la liturgia y se corregirá su derivación secularizada en muchos lugares que empobrece la liturgia y, por tanto, la vida espiritual del pueblo cristiano.


1. Hay unas premisas importantes, especialmente para la asignatura, como tal, de liturgia, que requieren atención[1]; esas premisas sirven, igualmente, de orientación para cualquier catequesis sólida de adultos, grupos de liturgia, etc.:

·         conocer la liturgia, y conocerla bien, requiere su estudio comparativo con otros ritos y liturgias, tanto occidentales (como el rito hispano-mozárabe) como orientales; así se entiende y se valora más lo propio, se aprende de otras familias litúrgicas, no se absolutiza lo propio pero tampoco se harán mezclas indiscriminadas a capricho;

·         para conocer la liturgia se requiere un estudio mayor y más cuidadoso de la teología de la liturgia;

·         la liturgia, para los alumnos –o para los fieles en un retiro o en una catequesis- debe irse convirtiendo en alimento de la vida espiritual y así, el contacto con la liturgia, favorece la unidad y la mejor comprensión de todas las disciplinas teológicas, de todas las ramas de la teología que, evidentemente, están interrelacionadas (Trinidad, cristología, antropología, eclesiología, moral, etc…).
 

2. Todo debe comenzar, para entender bien la naturaleza, el valor y eficacia de la liturgia, con explicar una introducción al misterio de Cristo y a la historia de la salvación. Lo que Cristo realizó con su misterio pascual, está presente y vivo, actual y salvífico, en la liturgia hoy de la Iglesia. La historia de la salvación se prolonga hoy en la liturgia; la liturgia es el último momento de la historia de la salvación hasta que vuelva el Señor en su gloria.

¡Cómo cambian las cosas cuando esto se entiende así! Cae, por su propio peso, el antropocentrismo que devasta la liturgia, el ser protagonistas de una fiesta humana y entretenida, o emotiva (buscando conmover, provocar lágrimas y aplausos), estilo happening. Se recupera la centralidad de Cristo en la liturgia, se ve, se vive, se valora, se celebra la liturgia de un modo muy distinto y muy pleno, fecundo espiritual y vitalmente.

Por eso, ya sea en Seminarios o noviciados, ya sea en la asignatura de liturgia, o ya sea en catequesis, o formación de adultos, o Cursos de formación cristiana, es conveniente sentar bien las bases, ofrecer “simultáneamente una introducción a la liturgia… donde se explique la función de la sagrada liturgia en la economía de la salvación, en la vida de la Iglesia y en la vida espiritual de cada cristiano… Será de gran utilidad… una breve exposición de la misa y de las horas mayores del oficio divino”[2].

           


[1] Seguimos el Apéndice titulo “Índice de temas que convendrá tratar en la enseñanza de la liturgia en los Seminarios” en el documento de la Cong. para la Educación Católica “La formación litúrgica en los Seminarios” (: FLS).
[2] FLS, Apéndice, n. 2.

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