miércoles, 15 de agosto de 2012

Santísima Asunción de la Virgen a los cielos

En cuerpo y alma, María ha sido levantada hoy al cielo participando de la gloria pascual y resucitada de su Hijo Jesucristo, a quien estuvo íntimamente asociada en la obra de la redención.


Día gozosísimo para la Iglesia al contemplar su esperanza ya realizada en la Virgen María.; día pascual y día de fiesta. Hasta tal punto solemne, que la liturgia romana ofrece dos formularios completos de oraciones para la Misa y lecturas bíblicas: uno para la Misa vespertina de la vigilia (ayer por la tarde, por tanto, y obligatorio) y otro para la Misa del día, la que celebramos a lo largo de esta jornada.

Y como los textos de la liturgia (que se llaman propiamente "textos eucológicos") reflejan y expresan la fe de la Iglesia, el prefacio que hoy se canta (¡y ojalá sea cantado y no meramente recitado!) ofrece el motivo de acción de gracias cantando la gloria del Misterio de la Asunción:

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación 
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, 
Dios todopoderoso y eterno, 
por Cristo, Señor nuestro.
 
Porque hoy ha sido llevada al cielo la Virgen, Madre de Dios; 
ella es figura y primicia de la Iglesia que un día será glorificada; 
ella es consuelo y esperanza de tu pueblo, todavía peregrino en la tierra. 
Con razón no quisiste, Señor, que conociera la corrupción del sepulcro 
la mujer que por obra del Espíritu, concibió en su seno 
al autor de la vida, Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro.

Y nos puede ayudar para elevar el alma con gozo en tan solemne fiesta, la  Oratio admonitionis de la Misa en rito hispano-mozárabe que esta mañana leía en lex orandi:



Queridos hermanos, acudamos al Señor con efusiva devoción,
dándole gracias hasta donde nos permita nuestra pobreza de expresión,
inclinando nuestras cabezas ante su divina generosidad.

Pues entre todo lo que él mismo nos ha inspirado, entre los principales y más eminentes dones ampliamente derramados sobre el género humano,
destaca el que concedió a María, la gloriosa madre de su Hijo.
Porque después del misterio de su real encarnación, de su nacimiento y pasión, y de su manifiesta ascensión a los cielos,
la atrajo a sí, gloriosa, por el triunfo de la asunción.



Así, una representante del género humano llega hoy en cuerpo y alma ante el trono de Dios, habiendo sido ella misma ese trono de Dios, habiendo sido ella misma ese trono por su virginidad fecunda.
Es ciertamente razonable que llegue felizmente a la gloria del Hijo
la que mereció tenerle en sus entrañas, elegida de Dios, por el inviolado pudor de su virginidad.
 Allí goza con Él, con todas las sagradas vírgenes, la que en el estado del matrimonio mantuvo sin manchas la integridad virginal.
Allí, con los mártires de cuyo triunfo participa, es incluida para siempre en su catálogo, unida a ellos de modo inefable por la mano misma que extendió los cielos.
A ella, por la integridad de su cuerpo y la esperanza de su sincero corazón, le fue justamente concedido ser llevada al reino de los cielos. R. Amén.

Por tu misericordia, Dios nuestro, que eres bendito y vives y todo lo gobiernas, por los siglos de los siglos. R. Amén.

¡Feliz y santo día, lleno de esperanza sobrenatural! ¡Gocemos con la Virgen María y proclamémosla bienaventurada esta generación nuestra!

4 comentarios:

  1. Feliz día de la Asunción de María a tod@s.
    Hoy más que nunca miramos al cielo alegres y con la esperanza rebosante de saber que allá nos esperan y hacia el cielo se encaminan nuestros pasos.

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    1. Mento:

      igualmente para Vd. feliz y santo día, ya concluyendo, de la Asunción de la Virgen.

      ¡Qué gozo! Nos aguarda en el cielo!!

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  2. Día de gozo y de esperanza. Alabado sea DIOS

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  3. Ayer fue imposible la conexión, pero las fiestas de la Virgen siempre "tienen octava". Les traigo un pequeño regalo en los versos del padre Castellani:

    Asunción de María significa
    que un cuerpo de mujer está en el cielo,
    que existe un cuerpo de mujer sin duelo
    que la Deidad impregna y magnifica
    ...
    Sonríe ambigua la Gioconda
    y Eva da a luz... y todo hereje miente.
    Y hay un cuerpo de mujer que es luz.

    ¡Qué Nuestra Señora nos lleve al Corazón de su Hijo!

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