viernes, 30 de abril de 2010

Primeras comuniones

La cincuentena pascual es el tiempo propicio para participar de la vida de Cristo mediante los sacramentos. La Pascua es el gran tiempo sacramental: si queremos vivir del Resucitado, tener vida en nosotros, los sacramentos son la gran respuesta, el gran don, el acontecimiento de una comunicación de vida y amor. Es es en este tiempo glorioso cuando el Bautismo cobra nueva luz, cuando jóvenes y adultos reciben el Don del Espíritu en el sacramento de la Confirmación (la Crismación), los niños en edad escolar participar por vez primera de la Eucaristía, los enfermos son Ungidos con el Santo Óleo y los candidatos al ministerio reciben la imposición de manos en el sacramento del Orden.

Detengámonos en las Primeras comuniones.
Prescindamos del aspecto social/consumista del que ahora están revestidas.
Y vayamos un poco a la liturgia.

jueves, 29 de abril de 2010

El Aleluya (palabras de San Agustín)

    Toda nuestra vida presente debe discurrir en la alabanza de Dios, porque en ella consistirá la alegría sempiterna de la vida futura; y nadie puede hacerse idóneo de la vida futura, si no se ejercita ahora en esta alabanza. Ahora, alabamos a Dios, pero también le rogamos. Nuestra alabanza incluye la alegría, la oración, el gemido. Es que se nos ha prometido algo que todavía no poseemos; y, porque es veraz el que lo ha prometido, nos alegramos por la esperanza; porque todavía no lo poseemos, gemimos por el deseo. Es cosa buena perseverar en este deseo, hasta que llegue lo prometido; entonces cesará el gemido y subsistirá únicamente la alabanza.
 

miércoles, 28 de abril de 2010

Homenaje a la amistad


En tiempo de Pascua -¡oh feliz tiempo, oh bendita resurrección!-, los discursos de despedida de Jesús con sus Apóstoles incluyen una experiencia fundamental en la vida, que es la amistad. "Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos..." Y la historia de la santidad está lleno de abundantes ejemplos de santos que supieron ser amigos, que vivían la amistad verdadera y sencilla, amando al otro como si de un hermano se tratase.

Un artículo de Francesco Alberoni en
Il Corriere della Sera (5-10-2009) habla con elegancia y belleza de la amistad y nos puede servir a nosotros hoy como discernimiento. Pensemos que actualmente todo el mundo presume de "ser amigo de..." cuando apenas han intercambiado algunas palabras en la vida. La amistad es algo más fundante del ser personal.
"Qué hermoso es encontrar a un amigo cuando uno está solo, cuando está angustiado, cuando tiene que tomar una decisión. Ya verlo, mientras viene a encontrarte sonriente, te serena. No habrá grandes efusiones, sólo un ligero abrazo, pero el alma está enteramente abierta.
Con él podéis ser sinvero, decir todo aquello que quieras, sin temor, sin pudor, sabiendo que te entiende, que está de tu parte...
Tu amigo no te hará preguntas que no te agraden, no dirá nada que te pueda fastidiar. Podrá hablar o estar callado, detenerse o irse rápido... Hablarás de aquello que tienes en el corazón y él te escuchará. No deberás hacer ningún esfuerzo. La amistad es antes que todo distensión, reposo.

Con el amigo hablamos de nuestro pasado, de nuestro futuro, no de nuestra amistad... El amigo del corazón, aquél de quien te fías, a quien revelas tus secretos seguro que no te traicionará..."

O aquello de El Principito:

"Encontrarás demasiados jueces en el mundo. Si se trata de modelarte en otra forma y de endurecerte, deja ese trabajo a tus enemigos. Ya se encargarán de hacerte bien, como la tempestad esculpe al cedro. Tu amigo está hecho para acogerte".

Rindamos homenaje a la amistad, a los amigos verdaderos, a aquellos pocos que son realmente hermanos (¡gracias!, Dios míos, por los que me diste +++++; ellos saben quienes son; a ellos se lo dedico).

martes, 27 de abril de 2010

Mi paso el domingo por Lucena

Hay experiencias que son preciosas; momentos vividos que piden ser reflexionados e iluminados con visión sobrenatural. Y algo así he vivido.

He vuelto a mi querida parroquia de Santo Domingo (Lucena) donde estuve 4 años felicísimos. No suelo prodigarme mucho; una vez que salgo de una parroquia procuro no volver por respeto al sacerdote que esté allí, dejándole siempre su lugar y no creando situaciones que pudieran ser incómodas; también para no fomentar nostalgias ni vínculos que más que de amistad, se conviertan en círculos cerrados de “amiguismo”. Prefiero ser prudente.

Por eso, esta vez y como excepción, he vuelto a Lucena, invitado por la cofradía de San José a presidir la Misa solemne. Acepté; disfruté. Mis hermanos sacerdotes, Leopoldo y José Félix, atentos y cordialísimos, ¡incluso ayudándome a revestirme!, a lo cual no estoy acostumbrado. Ellos, magníficos. Asimismo, los dos seminaristas que están allí de pastoral y sirvieron al altar, Samuelito y José Luis (algo nerviosos para que nada de la liturgia fuera a salir mal delante de mí). La cofradía me recibió con afecto. Son buenos, vinculados a la parroquia, serviciales, y lo demostraron con creces cuando hubo que arreglar la parroquia y meternos en obras en 2005.
 
 

lunes, 26 de abril de 2010

Congreso Eucarístico Nacional en Toledo (Mayo, 2010): Dicen nuestros Obispos

Al finalizar la última Asamblea Plenaria nuestros Obispos publicaron un Mensaje sobre el Congreso eucarístico nacional que tendrá lugar en Toledo del 27 al 30 de mayo. Conscientes de la importancia de un acto así, del impulso evangelizador que puede tener, y el hecho mismo de reunirse la Iglesia en España para celebrar a Cristo-Eucaristía, preparémonos para este Congreso, oremos por él y por sus frutos, y en la medida de lo posible, asistamos.

Decían nuestros Obispos:

domingo, 25 de abril de 2010

El Cordero degollado, Cristo, recibe el homenaje de cielo y tierra

¡Pascua!

El libro del Apocalipsis, tan amado y leído en el ciclo pascual del rito hispano-mozárabe, y que inspira los Códices y Beatos, que el románico igualmente recogerá, ofrece la visión gloriosa del cielo.

Cristo es el Cordero degollado que está en pie, victorioso, y recibe el homenaje de los ancianos, de los vivientes y de los ángeles.


¡Pascua!


El Cordero degollado fue sacrificado, pero su sangre derramada es asperjada para dar vida.


¡Pascua!

¡Ha resucitado Cristo Jesús!

viernes, 23 de abril de 2010

"Él es el verdadero Cordero..."

"Él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo;
muriendo destruyó nuestra muerte,
resucitando restauró nuestra vida" (Prefacio Pascual I).


    “Es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo”. Hay una teología primera muy elaborada en las Escrituras y en la Tradición de la Iglesia sobre el Cordero, Cordero pascual e inmolado, que es el mismo Cristo en su Pascua, el que lleva sobre sí los pecados de los demás. “Vio Juan que venía Jesús hacia él, y dijo: Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Jn 1,29).

jueves, 22 de abril de 2010

El Aleluya

¡Bienvenido seas, Aleluya de nuestro gozo y esperanza! Anhelantes aguardábamos tu llegada. Tan importante, tan solemne, tan deseado, que en la Vigilia pascual el diácono se acerca al Obispo después de la lectura de la epístola y le anuncia: "Reverendissime Pater, annuntio vobis gaudium magnum, quod est Alleluia" (Caeremoniale episcoporum, n. 352).

Desde entonces, el Aleluya resuena constantemente en la liturgia: antes del Evangelio en la Misa, en los cantos, o como estribillo-respuesta del salmo responsorial; en la Liturgia de las Horas después de la invocación inicial "Dios mío, ven en mi auxilio...", en las antífonas sálmicas, en los responsorios...

martes, 20 de abril de 2010

La Vigilia pascual (San Agustín)

La Vigilia pascual (espero que para todos fuera maravillosa, única, impactante, espiritual) transcurre en la noche de Pascua, asiste todo el pueblo cristiano como las vírgenes (Mt 25) con las lámparas encendidas aguardando a que su Señor vuelva para el banquete de bodas. Adelantar la Vigilia a la tarde, como una Misa vespertina del sábado por la tarde es desfigurar su sentido y su naturaleza; no digamos nada de los siglos en que se adelantaba a la mañana del Sábado Santo, convirtiendo éste en Sábado de Gloria y realizando lo nocturno por la mañana. ¡Menos mal que Pío XII reformó la liturgia!

San Agustín valoraba muchísimo la Vigilia pascual, explicaba su sentido, animaba a vivirla con pleno sentido espiritual. Por ejemplo, el sermón 223 I habla de "Velar en la luz", y explica el simbolismo de la hora nocturna, de la oración, las lecturas y cantos.

lunes, 19 de abril de 2010

¿Cómo fueron nuestras Vigilias pascuales? Y mirada al pasado

Desde el Viernes de Dolores hasta la Octava de Pascua he leído -devorado- un libro minucioso en datos, fuentes, Sacramentarios y Pontificales, sobre la Vigilia pascual:

Robert Amiet,
La veillée pascale dans l´Église latine, I. Le rite romain,
Paris, Du Cerf, 1999; 472 pp.

El autor, venerable anciano ya fallecido, desde muy joven se hizo un fichero con todos los datos y fuentes de la Vigilia pascual en todos los ritos occidentales; en la ancianidad se puso a escribir y no pudo publicar el proyectado segundo volumen sobre los ritos occidentales no-romanos.

Incluye también muchos datos de su experiencia personal y de entrevistas con sacerdotes, capellanes y párrocos en los años 30 y 40 sobre la Vigilia pascual. Recordemos que entonces se celebraba a primeras horas de la mañana del sábado santo, habiendo perdido su carácter nocturno y sobre todo habiendo perdido todo sentido en la espiritualidad. 

¡Y que algunos añoren estos tiempos que ahora idealizan! Menos mal que Pío XII tuvo la valentía de reformar los ritos de la Semana Santa (ad experimentum en 1951, aprobado en 1955) y tocar lo que durante siglos parecía inmóvil y sacrosanto pero vacío. ¡Cuántas cosas, y entre ellas esta reforma acertadísima, hemos de agradecer a Pío XII!

Ofrece al autor las notas de algunas entrevistas a párrocos franceses sobre la asistencia y participación de los fieles en esa Vigilia pascual que de nocturna devino en matutina. Y resulta escalofriante. La transcribo para ilustrar:

domingo, 18 de abril de 2010

Vencedor: ¡el Señor ha resucitado!

La Pascua del Señor es la fiesta de las fiestas, los cincuenta días como un gran domingo, gozando del triunfo del Resucitado.

La Iglesia está de fiesta, renovada, embellecida.
Es el tiempo de los tiempos, la fiesta de las fiestas. ¿Cómo descuidarla? ¿Cómo dejar que pase inadvertida?

Pascua del Señor: contemplemos el Misterio saboreando sapiencialmente los textos litúrgicos y las lecturas bíblicas; en este caso del venerable rito hispano-mozárabe: así adquiriremos un mayor conocimiento de nuestra fe y una firme y honda espiritualidad litúrgica.

"Es justo y necesario, es en verdad nuestro deber y salvación darte siempre gracias por tu bondad, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Jesucristo, tu Hijo,
Rey sempiterno que reina contigo,

que, por nuestra salvación,
ha soportado tantas y tan grandes pruebas.

Fue sometido a juicio por los judíos

el que ha de juzgar a vivos y muertos.


Fue emplazado ante el tribunal de un magistrado

aquél cuya temible corte son los cielos inmensos.


Sufrió que su faz fuese mojada con salivazos

el que poco antes, con su saliva,
abrió los ojos al ciego de nacimiento.

Se dejó coronar de espinas,

quien ornó con coronas celestes a los mártires.


Aceptó que le ofreciesen a beber hiel y vinagre mezclados,

el que hizo brotar miel de la dura roca para saciar a su pueblo.

Dejó que la lanza penetrara en su costado,

aquél cuya espada venció a los infiernos.


Consintió que sus manos y sus pies
fuesen atravesados por clavos,
quien, con sus manos, hizo la bóveda del cielo.


Descendido de la cruz, quiso ser sepultado,

el que resucita a los muertos con su palabra.


Él mismo nos mandó ser ofrecido por nosotros,

para que ya no se derramara sobre el altar
la sangre de animales irracionales.

Él mismo se ha dignado ser sacerdote y víctima,

por quien todos los creyentes han de alcanzar la vida eterna".

(Illatio, III domingo Pascua, Rito hispano-Moz.).

sábado, 17 de abril de 2010

El Aleluya que cantamos

(De las Catequesis del papa Pablo VI, 25-abril-1973)

    ¡Aleluya! ¡Hermanos, hijos y visitantes, llegue a vosotros nuestro Aleluya!

    Aleluya es una aclamación tradicional, antiquísima, que nos viene del Antiguo Testamento (cf. Tob 13,22) y que significa "Alabad a Dios". Probablemente esta aclamación formaba parte también de los cantos de la cena ritual de los hebreos con motivo de la Pascua y, por consiguiente, Jesús mismo la pronunció al terminar su última cena (cf. Mt 26,30; Mc 14,26). Ha pasado también a las liturgias cristianas como una expresión enfática de gozo, alegría, fuerza, reservada especialmente para el tiempo de Pascua, al que caracteriza el gozo por la celebración de la resurrección del Señor. San Agustín, comentando los Salmos, nos lo recuerda, haciendo notar la enseñanza que este hecho encierra, pues si es verdad que debemos cantar el Aleluya en unos días determinados, sin embargo, todos los días debemos llevarlo en el corazón (Enar. In Psalmis, 106).
 

viernes, 16 de abril de 2010

Oración por los sacerdotes (Preces)

 
Un compañero sacerdote de Toledo me ha enviado estas preces por los pastores de la Iglesia. Siempre es necesario que todo el pueblo cristiano ore por sus sacerdotes y que nosotros mismos oremos por nuestros hermanos presbíteros; que todos oremos por nuestro Obispo y sostengamos con nuestra oración al Papa.

Al ofrecerlas en este blog lo hago con el deseo de que al leerlas ahora, las vayas haciendo oración; y, segundo, que le des difusión entre tus amigos, en tu parroquia, en tu Monasterio, en tu blog de Internet... formando una cadena de oración.


jueves, 15 de abril de 2010

"Es nuestro deber y salvación, glorificarte siempre Señor..."

"En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
glorificarte siempre, Señor,
pero más que nunca en esta noche (este día) (este tiempo)
en que Cristo nuestra Pascua ha sido inmolado".


    El protocolo inicial enmarca los cinco prefacios pascuales en un tono nuevo. El comienzo de los prefacios pascuales tiene una nota distinta: “glorificarte siempre, Señor”. Glorificar es una acción que eleva al orante a una solemne acción de gracias, llena de júbilo, de canto desbordante, donde el corazón salta, proclama la obra de Dios y medita sus hazañas al son de instrumentos, magnificar (Magnificat anima mea Dominum). Se percibe la característica pascual: la alegría espiritual que sólo se puede expresar con el canto. Va, por tanto, este “glorificarte siempre, Señor” en consonancia con el inicio del Pregón Pascual: “exulten los coros de los ángeles”. Se plasma en esta frase del protocolo inicial toda la espiritualidad pascual. “Que tu pueblo, Señor, exulte siempre al verse renovado y rejuvenecido en el espíritu”.

miércoles, 14 de abril de 2010

La Eucaristía, sacramento pascual (san Agustín)

Adentrarse en la lectura de la Tradición es volver a un manantial tremendamente sugerente, rico en perspectivas, con lenguaje original. Conocer la Tradición ilumina, despeja, abre la mente. San Agustín, el gran Doctor, puede muy bien acompañarnos con algunos sermones suyos durante estos días de Pascua, compartiendo la vivencia de los sacramentos pascuales, oyendo las palabras que él dirigía a los neófitos (felices, recién bautizados, iluminados ya por Cristo) y a los fieles de Hipona.
Varios sermones de san Agustín que nos han llegado, se pronunciaron en la misma noche de la Vigilia pascual; otros en la Misa del día de Pascua y algunos más durante la Octava como catequesis mistagógica a los nuevos bautizados.

El sermón 272, todo un clásico, lo pronunció un día de Pascua para que los neófitos profundizasen en el sacramento de la Eucaristía que en la noche de Pascua habían recibido por vez primera comulgando el Cuerpo del Señor y bebiendo en el cáliz. Y como la cincuentena pascual es tiempo sumamente eucarístico, sus palabras nos servirán igualmente a nosotros.

martes, 13 de abril de 2010

Lo mariano en Pascua (Regina Coeli)

A la Virgen María la Iglesia la celebra de modo particular, especial, en el tiempo de Pascua. Ella, que gozó con la Resurrección de su Hijo; Ella, que aguardó la Resurrección; Ella, que recapituló la fe de la Iglesia en su persona en el Sábado Santo, es celebrada e invocada en la Pascua para participar de su gozo interior, profundo y serenísimo.

El modo tradicional es el canto del Regina Coeli que sustituye al Ángelus en la oración personal, y es la antífona final de las Completas durante los cincuenta días pascuales.

domingo, 11 de abril de 2010

Todos los milenios se concentran en una noche

El pregón pascual que canta la liturgia ambrosiana en la noche de la Vigilia pascual difiere notablemente del que en esta noche habremos escuchado en nuestro rito romano. Es una pieza elaborada para cantar que todo se cumple en Cristo resucitado, y para ello emplea el juego de la tipología, es decir, todo en el Antiguo Testamento era figura de lo que en esta noche iba a ocurrir: el cordero era Cristo, el maná era la Eucaristía, el mar Rojo y el Jordán el bautismo y la resurrección, la ley cede ante la gracia. ¡Todo es nuevo!

"Esta víctima es el Cordero prefigurado por la ley antigua; no es elegido por el pueblo sino enviado desde el cielo.
Al rebaño nadie lo guía, ya que Él mismo es el Pastor.

Con la muerte y con la resurrección

se dio por completo a las ovejas

para que la humillación de un Dios
nos enseñase la mansedumbre de corazón
y la glorificación de un hombre
nos ofreciese una gran esperanza.
Ante quien lo esquilaba,
Él no quiso balar queja alguna,
sino que dijo con voz profética:

“Dentro de poco veréis al Hijo del hombre,
sentado a la derecha de Dios”.

Con su sacrificio, oh Padre,
te reconcilió con tus hijos,
y, en su divino poder,
nos otorgó tu perdón mismo.

Todos los siglos de las profecías antiguas
hoy por nosotros se cumplen en Cristo.


He aquí ahora: en esta noche bienaventurada

la columna de fuego resplandece

y guía a los redimidos a las aguas que dan la salvación...


Abandonamos nuestro voluntario ayuno:

Cristo, nuestro cordero pascual,
es inmolado por nosotros.
Su cuerpo es alimento vital,
su sangre es embriagadora bebida;
la única sangre que no contamina,
sino que da la salvación inmortal a quien la recibe.
Comemos este pan sin fermento,

recordando que no sólo de pan vive el hombre,

sino de toda palabra que viene de Dios.
Este pan bajado del cielo
vale mucho más que el maná,
llovido de lo alto como fecundo rocío.
Nutría a Israel
pero no le arrebataba de la muerte.
En cambio a quien se nutre de este cuerpo,

conquista la vida perenne.


He aquí ahora: todo culto antiguo declina,

todo para nosotros se va convirtiendo en nuevo.
El cuchillo del rito mosaico está arrinconado.

El pueblo de Cristo no sufre heridas,

sino que, signado por el crisma, recibe un bautismo santo.

Esta noche debemos esperar en vigilia
que nuestro Salvador resurja.
Tengamos entonces las lámparas encendidas

como hicieron las vírgenes prudentes;

el retraso podría retardar el encuentro
con el Señor que viene.
Ciertamente vendrá en un abrir y cerrar de ojos

como el relámpago súbito que brilla de un extremo
al otro del cielo.
El desarrollo de esta vigilia santa

abraza por completo el misterio de nuestra salvación;

en el rápido transcurso de una única noche

se cumplen los anuncios y hechos proféticos de varios milenios.

Como a los Magos la estrella,

a nosotros nos hace de guía en la noche
la gran luz de Cristo resucitado,
que el sacerdote con apostólica voz
hoy a todos proclama".

¡Oh noche de santidad y gracia, de fuego y luz, de amor y misericordia!
Los milenios están concentrados en la noche pascual que hemos vivido en vigilia, con las lámparas encendidas.

viernes, 9 de abril de 2010

El leccionario de Pascua


Durante la Pascua la distribución de las lecturas es especial, distinta. Conocer el Leccionario enriquecerá la vivencia y participación interior y consciente en la sagrada liturgia.
Hay un principio fundamental: en Pascua todo es nuevo. Por ello nunca, bajo ningún concepto, en ninguna celebración, se proclama el Antiguo Testamento, sino siempre el Nuevo Testamento. De manera privilegiada el libro de los Hechos de los Apóstoles, y asumiendo la tradición hispano-mozárabe, el libro del Apocalipsis.

jueves, 8 de abril de 2010

En honor de los nuevos bautizados

Éstos son los corderos recién nacidos, 
que proclaman el mensaje, aleluya;
acaban de renacer de la fuente bautismal.
Han sido inundados de resplandor. Aleluya.
V/. Están delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas
y con palmas en sus manos.
R/. Han sido inundados...
(Responsorio 2ª lectura,
jueves Octava de Pascua). 

miércoles, 7 de abril de 2010

El cirio pascual

“El cirio pascual, que tiene su lugar propio junto al ambón o junto al altar, enciéndase al menos en todas las celebraciones litúrgicas de una cierta solemnidad de este tiempo, tanto en la misa como en Laudes y Vísperas, hasta el domingo de Pentecostés. Después ha de trasladarse al bautisterio y mantenerlo con todo honor, para encender en él el cirio de los nuevos bautizados. En las exequias, el cirio pascual se ha de colocar junto al féretro, para indicar que la muerte del cristiano es su propia Pascua.
    El cirio pascual, fuera del tiempo pascual, no ha de encenderse ni permanecer en el presbiterio”.

(Cong. Culto Divino, Carta sobre la preparación
y celebración de las fiestas pascuales, n. 99).

El cirio pascual es uno de los grandes signos de la Pascua.

martes, 6 de abril de 2010

Algunas sugerencias para la liturgia de la cincuentena pascual

La Pascua se ha de distinguir en todo de los demás tiempos litúrgicos del año y sus solemnidades, porque ésta es la SOLEMNIDAD, no hay otra mayor, ni más festiva, ni más solemne, hasta su clausura en Pentecostés.

A modo de sugerencias:

-El saludo del sacerdote en la Misa sea el mismo durante la Cincuentena: "El Dios de la vida, que ha resucitado a Jesucristo, rompiendo las ataduras de la muerte, esté con todos vosotros".

lunes, 5 de abril de 2010

La Cincuentena pascual: una mirada de conjunto

    “La celebración de la Pascua se continúa durante el tiempo pascual. Los cincuenta días que van del domingo de Resurrección al domingo de Pentecostés se celebran con alegría, como un solo día festivo, más aún, como “un gran domingo”.

    Los domingos de este tiempo han de ser considerados y llamados “domingos de Pascua” y tienen precedencia sobre cualquier fiesta del Señor y cualquier solemnidad. Las solemnidades que coincidan con estos domingos han de anticiparse al sábado precedente. Las celebraciones en honor de la Santísima Virgen o de los santos que caen entre semana no pueden ser trasladadas a estos domingos".

(Carta Cong. Culto divino,
Preparación y celebración de las fiestas pascuales, n. 100).

domingo, 4 de abril de 2010

Tercer día del Triduo pascual: SURREXIT DOMINUS, ALELLUIA!!

"Que se alegre nuestra Madre la Iglesia,
revestida de luz tan brillante".

Deja, Señor Resucitado, que tu Iglesia se llene de gozo,
y te exprese su acción de gracias por la vida que le comunicas.
No era posible que todo acabara en tu sepulcro,
¡Tú has vencido! ¡Tú has sido glorificado!
Y ahora nos comunicas la Vida misma
por los sacramentos pascuales, el Bautismo y la Eucaristía.

sábado, 3 de abril de 2010

Segundo día de la Pascua: Descendió a los infiernos

¿Qué dice Cristo en este día? Como todos los salmos son vox Christi ad Patrem, y por tanto, los cantamos viendo y oyendo a Jesús que ora así al Padre, esta mañana en el Oficio veíamos lo que dice Cristo: "Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas y mi carne descansa serena; porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción" (Sal 15); texto sálmico puesto en la boca de Cristo, texto sálmico que se cumple en Cristo como vemos en el primer discurso kerygmático de san Pedro (Hch 3). Cristo confía en que el Padre lo resucitará. Ahora ha entrado en el descanso tras la batalla de la Cruz; su carne en el sepulcro descansa serena porque sabe que la muerte no podrá con Él, ni va a ser entregado a ella, sino que será Él el que venza la muerte y pisotee la corrupción resucitando glorioso, transformado.

viernes, 2 de abril de 2010

Primer día de la Pascua: la Cruz gloriosa de Jesucristo


¡Salve Cruz, nuestra única esperanza!

    Hemos comenzado ya el Triduo pascual. La Misa en la Cena del Señor como oficio de Vísperas ha dispuesto el corazón de la Iglesia-Esposa para que entre, adorando, amando, en el Triduo pascual y se una a su Esposo, Jesucristo.

    Es la Hora. Ha sonado la Hora, aquella Hora para la que el Hijo había venido y que anhelaba. Esta es la Hora en la que va a ser glorificado: será elevado en la cruz, y cuando Él sea elevado, atraerá a todos los hombres hacia Sí.

jueves, 1 de abril de 2010

Jueves Santo: el amor entregado


Estamos en comunión con toda la Iglesia la misma memorable tarde en que Cristo instituyó el sacramento de la Eucaristía.

Estamos, con fe y con gozo, celebrando el día de la Cena del Señor, la Cena pascual, la Pascua del Señor. Esta Pascua, celebrada ardientemente por Jesús con sus discípulos, se actualiza en esta la Eucaristía, Pascua del Señor.

Estamos en el día del memorial de la Pascua del Señor. Jesús va a celebrar su Pascua, su Paso de la muerte a la vida verdadera. La Pascua judía –memorial de la liberación de Egipto- anunciaba la auténtica Pascua que iba a llevar a cabo Cristo.
Jesús anticipa en la Eucaristía la Pascua que va a comenzar con su Cruz, descenso a los infiernos y su santa resurrección.