La cincuentena pascual es el tiempo propicio para participar de la vida de Cristo mediante los sacramentos. La Pascua es el gran tiempo sacramental: si queremos vivir del Resucitado, tener vida en nosotros, los sacramentos son la gran respuesta, el gran don, el acontecimiento de una comunicación de vida y amor. Es es en este tiempo glorioso cuando el Bautismo cobra nueva luz, cuando jóvenes y adultos reciben el Don del Espíritu en el sacramento de la Confirmación (la Crismación), los niños en edad escolar participar por vez primera de la Eucaristía, los enfermos son Ungidos con el Santo Óleo y los candidatos al ministerio reciben la imposición de manos en el sacramento del Orden.
Detengámonos en las Primeras comuniones.
Prescindamos del aspecto social/consumista del que ahora están revestidas.
Y vayamos un poco a la liturgia.