viernes, 6 de agosto de 2010

Sobre Pablo VI: ¿nos acordamos de él?

Hay deberes de gratitud que no pueden soslayarse, y uno de esos deberes es el reconocimiento a las personas, a los autores o a los maestros que a uno lo han ido edificando con paciencia, poniendo cimientos sólidos, edificando con una trabazón hermosa y compacta, embelleciendo con la Verdad la construcción de lo personal. Cada uno tiene en su vida determinados maestros, incomparables, que son padres del alma.
Para mí, uno de ellos, es Pablo VI. Leo y releo sus encíclicas y sobre todo sus catequesis semanales, sus discursos, rezo con sus plegarias, asumo su visión y me enseña a amar la Iglesia terrible, apasionadamente, con una impronta cristológica.

De un plumazo, con una gran desmemoria histórica, con falta de rigor y juicio, este Papa ha pasado al ostracismo, juzgado en todas sus decisiones, discutido en su Magisterio (todo les parece mal de Pablo VI, y todo les parece bien de otros Papas igualmente legítimos), citado sólo en lo del "humo de Satanás" y en la Humanae vitae, pero nada más (¿se olvidan de Ecclesiam suam, o de Evangelii Nuntiandi, o de Gaudete in Domino, o de Populorum progressio...?)

En una viaje marcadamente intencionado de Benedicto XVI a la tierra natal del papa Montini (y no era viaje de ocasión por un aniversario), dejó discursos bellísimos para ensalzar a Pablo VI, pero estos discursos no se han querido leer ni escuchar.
"Aprovecho esta propicia ocasión, queridos amigos, para alentaros a dar a conocer cada vez más la personalidad y la doctrina de este gran Pontífice, no tanto desde el punto de vista hagiográfico y conmemorativo, sino más bien en el sentido de la investigación científica —y esto, justamente, se ha remarcado—, para ofrecer una aportación al conocimiento de la verdad y a la comprensión de la historia de la Iglesia y de los Pontífices del siglo XX. Cuanto más conocido es el siervo de Dios Pablo VI, tanto más es apreciado y amado. A este gran Papa me unió un vínculo de afecto y devoción desde los años del concilio Vaticano II" (Discurso, Brescia, 8-11-2009).

 Y además:

"Este venerado predecesor mío fue maestro de vida y testigo valiente de esperanza, no siempre comprendido, más aún, muchas veces contestado y aislado por movimientos culturales dominantes entonces. Pero, sólido a pesar de ser frágil físicamente, guió sin titubeos a la Iglesia" (ibíd.) 

O asimismo, las palabras en un ángelus:
"La divina Providencia llamó a Giovanni Battista Montini de la cátedra de Milán a la de Roma en el momento más delicado del Concilio, cuando la intuición del beato Juan XXIII corría el peligro de no tomar forma. ¡Cómo no dar gracias al Señor por su fecunda y valiente actividad pastoral! A medida que nuestra mirada retrospectiva se hace más amplia y consciente, resulta cada vez más grande, me atrevería a decir más sobrehumano, el mérito de Pablo VI al presidir la asamblea conciliar, al llevarla felizmente a término y al gobernar la agitada fase del posconcilio.

En realidad, podríamos decir, con el apóstol san Pablo, que la gracia de Dios en él "no fue vana" (cf. 1 Co 15, 10). Hizo fructificar sus notables dotes de inteligencia y su amor apasionado a la Iglesia y al hombre. A la vez que damos gracias a Dios por el don de este gran Papa, nos comprometemos a sacar provecho del tesoro de sus enseñanzas" (3-agosto-2008).

Ojalá, con este sencillo homenaje en un artículo perdido en Internet, alguien se anime a leer el magisterio del papa Montini que, con el paso del tiempo, desvela mayor riqueza, hondura y belleza.

9 comentarios:

  1. Don Javier, yo entiendo muy bien las razones de su corazón ("cada uno tiene en su vida determinados maestros, incomparables, que son padres del alma"), pero eso que usted comenta de SS Pablo VI es una verdad trasladable a todos los pontífices que le precedieron.

    El problema, creo yo, no es tanto de olvido consciente y premeditado, como de "impacto mediático". Y es que el personal, en general, sólo puede quedarse con lo que le sirven para deglutir en los medios. Por eso, ciertamente, artículos como este hacen bien y son necesarios.

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  2. Seneka:

    Lo que afirmo de Pablo VI no es igualmente aplicable a todos los Pontífices, en el siguiente sentido: fue un papa excepcional en circunstancias excepcionales y sumamente difíciles. Asumió el gobierno de la Iglesia en el período de intersesión de un Concilio, y los años 60 y 70 fueron auténticamente "revolucionarios", con cambios profundísimos en la cultura y en la vida de las sociedades. Fue tiempo de inestabilidad. Dos circunstancias que difícilmente coinciden en un mismo papado. Algunos asumieron el pontificado en pleno concilio (Trento sería el ejemplo) y otros en períodos revolucionarios (recordemos la etapa de la Revolución Francesa...): pero coincidir dos circunstancias de tal calibre difícilmente.

    Su grandeza sí es verdad que se puede aplicar a otros Papas, por ejemplo, Pío XII o el sucesor Juan Pablo II. Pero sus matices, su amplia formación cultural y teológica, su sensibilidad personal, son rasgos muy suyos.

    El segundo párrafo de su comentario: "me lo explique", porque no llego a entender su afirmación que parece laudatoria.

    Un saludo

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  3. Entiendo muy bien vuestros puntos, los que acogemos con gusto. Sin embargo, el gran problema historico de Pablo VI fue su aprobacion, y sin ninguna oposicion/aclaracion de su parte de la Misa del Novus Ordo, la cual ha traido inevitablemente las desviaciones litugicas que contemplamos cada dia en todas partes.
    Me es incomprensible que se permitiera al entonces Padre Bugnini la asesoria/consulta de 4 ministros protestantes, en el cosilium, en la elaboracion de una Misa que, en boca del propio Bugnini senala que "la nueva Misa no tiene ya nonguna razon para ser opuesta por las iglesias protestantes".
    No es esa una gran gloria, y si un lamentable, y serio, desliz de su pontificado.
    Dios os bendiga

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  4. Pedro Arroyo Gómez.07 agosto, 2010 12:05

    Hoy conozco un poco mas la figura de Pablo IV y me parece apasionante por la etapa histórica que le toco vivir y por la transformación que hizo en la Iglesia.
    Sin duda el Espíritu Santo actuó en el.
    Un saludo amigos.

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  5. Gracias por este recordatorio un Papa incomprendido y desconocido para muchos.
    ¿Alguien podria facilitarme la dirección del promotor de la causa de baetificación de Pablo VI? Me gustaría conseguir una estampa con la oraciín y una reliquia "ex indumentis". Si alguien puede orientarme, mi correo electronico es milepa@terra.es
    Muchas gracias

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  6. La verdad es que Pablo VI fue un excelente Papa. Lo admiro muchisimo, no solo como pontifice, sino por esa vida de entrega que tuvo antes de ser el sucesor de Pedro. Ya en su Pontificado, demostro ese amor profundo a la Iglesia. Sus enciclicas son bellisimas, asi como las exhortaciones y otros documentos. Ojala y tengamos pronto la dicha de verlo elevado a los altares. les recomiendo la pelicula sobre su vida. Es excelente que te mantiene impresionado de principio a fin

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  7. Anónimo:

    Estoy buscando la película casi desesperadamente. La he encargado en Librerías San Pablo y ya veremos si llega.

    En cuanto a su contenido, no puedo más que reafirmarlo gozosamente.

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  8. Qué decir, sólo que ya debrían de haber dicho Juan XXIII y Pablo VI, son santos. Pablo VI es de lejos el verdadero arquitecto de la Iglesia. Me sucede lo mismo que al autor del blog, el padre Javier Sánchez, que encuentro en Pablo VI al Papa del Siglo, al Maestro y Amigo que nos acerca a Cristo.

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