lunes, 5 de octubre de 2009

Témporas: expiar, agradecer, encomendar

Las Témporas son días especiales; en España se celebran en un solo día, el 5 de octubre, y poseen unos matices muy concretos. Al principio del curso, y vinculado al ritmo natural del tiempo, final de las cosechas y entrada en el otoño, la Iglesia eleva a Dios su plegaria. Se cierra un período y se abre otro ciclo nuevo. Se termina un curso, comienza otro, cargado de ilusiones, proyectos, trabajos. Entonces la liturgia nos lleva hoy de la mano (y siempre nos educa) para expiar, agradecer y encomendar.

Expiar: miramos y revisamos el curso pasado, y descubrimos lo que hemos hecho mal, nuestras infidelidades y pecados, nuestros errores, nuestra falta de correspondencia al amor de Dios, y suplicamos su perdón con arrepentimiento: “misericordia, Dios mío, por tu bondad...”, hemos rezado en las Laudes, y en Tercia: “Nos sentimos culpables, Señor, y confesamos ante ti nuestros pecados; ten misericordia de nosotros y danos la abundancia de tu paz”.

Agradecer: Dios no nos ha dejado de su mano; en su nombre hemos sembrado y puesto los cimientos de muchas realidades, y ahora cosechamos fruto y vemos resultados del curso terminado. Es conveniente dar gracias a Dios por lo vivido, agradecerlo lo bueno que hayamos podido realizar, las obras que se han consolidado. Él ha sido Fiel, como siempre, una vez más. Así la oración conclusiva de Laudes rezaba: “Te damos gracias por los dones que de ti hemos recibido y te pedimos nos concedas emplearlos en alabanza tuya y en bien de nuestros hermanos”.

Encomendar:
acometemos nuevos trabajos, se presentan nuevos proyectos en nuestras vidas, retomamos las tareas del curso. Sabedores de que no podemos nada por nosotros mismos sin su gracia, conscientes de que si Él no construye, en vano vamos a trabajar, encomendamos a Dios las tareas de nuestro curso, esperando que Él lleve a término cuanto hagamos y su gracia inspire, sostenga y acompañe nuestras obras durante todo el año. Las preces de las Laudes y la oración conclusiva de Sexta dan ese matiz: “Oh Dios, tú has querido que el estudio y el trabajo del hombre perfeccionaran cada día el universo que has creado; te pedimos que nuestro trabajo y afanes resulten siempre provechosos a la familia humana y contribuyan al cumplimiento de tus designios sobre el mundo”.


Hoy, la misa de las Témporas, sería propiamente el inicio del curso en cualquier comunidad y parroquia, como tal debiera vivirse y convocar a todos, en lugar de multiplicar actos y misas. Al menos, personalmente, hoy debería ser un día con especial intensidad, procurando por todos los medios participar en la Santa Misa y dedicar un buen rato a la oración, expiando, agradeciendo, encomendando.

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