viernes, 3 de octubre de 2014

El rito de la paz en la Misa romana (y III)

Para una digna realización del rito de la paz en la Misa, que refleje la verdad de lo que se hace -la paz de Cristo- y se evite lo que lo desfigura (meros saludos y abrazos sin más, intentando saludar a todos), la Congregación para el Culto divino, con carta de 8 de junio de 2014, ha recordado lo que ya estaba marcado.



Recoge citas del Misal romano y, explicando el sentido de este rito, recuerda cómo hay que realizarlo y cuáles son las maneras defectuosas que se han introducido.




6. El tema tratado es importante. Si los fieles no comprenden y no demuestran vivir, en sus gestos rituales, el significado correcto del rito de la paz, se debilita el concepto cristiano de la paz y se ve afectada negativamente su misma fructuosa participación en la Eucaristía. Por tanto, junto a las precedentes reflexiones, que pueden constituir el núcleo de una oportuna catequesis al respecto, para la cual se ofrecerán algunas líneas orientativas, se somete a la prudente consideración de las Conferencias de los Obispos algunas sugerencias prácticas:

a) Se aclara definitivamente que el rito de la paz alcanza ya su profundo significado con la oración y el ofrecimiento de la paz en el contexto de la Eucaristía. El darse la paz correctamente entre los participantes en la Misa enriquece su significado y confiere expresividad al rito mismo. Por tanto, es totalmente legítimo afirmar que no es necesario invitar “mecánicamente” a darse la paz. Si se prevé que tal intercambio no se llevará adecuadamente por circunstancias concretas, o se retiene pedagógicamente conveniente no realizarlo en determinadas ocasiones, se puede omitir, e incluso, debe ser omitido. Se recuerda que la rúbrica del Misal dice: “Deinde, pro opportunitate, diaconus, vel sacerdos, subiungit: Offerte vobis pacem” [8].

b) En base a las presentes reflexiones, puede ser aconsejable que, con ocasión de la publicación de la tercera edición típica del Misal Romano en el propio País, o cuando se hagan nuevas ediciones del mismo, las Conferencias consideren si es oportuno cambiar el modo de darse la paz establecido en su momento. Por ejemplo, en aquellos lugares en los que optó por gestos familiares y profanos de saludo, tras la experiencia de estos años, se podrían sustituir por otros gestos más apropiados.



c) De todos modos, será necesario que en el momento de darse la paz se eviten algunos abusos tales como:

- La introducción de un “canto para la paz”, inexistente en el Rito romano [9].
- Los desplazamientos de los fieles para intercambiarse la paz.
- El que el sacerdote abandone el altar para dar la paz a algunos fieles.
- Que en algunas circunstancias, como la solemnidad de Pascua o de Navidad, o durante las celebraciones rituales, como el Bautismo, la Primera Comunión, la Confirmación, el Matrimonio, las sagradas Órdenes, las Profesiones religiosas o las Exequias, el darse la paz sea ocasión para felicitar o expresar condolencias entre los presentes [10].

d) Se invita igualmente a todas las Conferencias de los Obispos a preparar catequesis litúrgicas sobre el significado del rito de la paz en la liturgia romana y sobre su correcto desarrollo en la celebración de la Santa Misa. A éste propósito, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos acompaña la presente carta circular con algunas pistas orientativas.

7. La íntima relación entre lex orandi y lex credendi debe obviamente extenderse a la lex vivendi. Conseguir hoy un compromiso serio de los católicos de cara a la construcción de un mundo más justo y pacífico implica una comprensión más profunda del significado cristiano de la paz y de su expresión en la celebración litúrgica. Se invita, pues, con insistencia a dar pasos eficaces en tal materia ya que de ello depende la calidad de nuestra participación eucarística y el que nos veamos incluidos entre los que meren la gracia prometida en las bienaventuranzas a los trabajan y construyen la paz [11].


Termina el documento expresando el deseo de que se dé difusión amplia a esta normativa y se vaya implantando en todas partes para un fiel desarrollo de la liturgia, ordenado y espiritual:


8. Al finalizar estas consideraciones, se exhorta a los Obispos y, bajo su guía, a los sacerdotes a considerar y profundizar el significado espiritual del rito de la paz, tanto en la celebración de la Santa Misa como en la propia formación litúrgica y espiritual o en la oportuna catequesis a los fieles. Cristo en nuestra paz [12], la paz divina, anunciada por los profetas y por los ángeles, y que Él ha traído al mundo con su misterio pascual. Esta paz del Señor Resucitado es invocada, anunciada y difundida en la celebración, también a trabes de un gesto humano elevado al ámbito sagrado.


El Santo Padre Francisco, el 7 de junio de 2014, ha aprobado y confirmado cuanto se contiene en esta Carta circular, preparado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y ha dispuesto su publicación.

2 comentarios:

  1. Buenos días don Javier. Evitar el apartado c me parece Misión Imposible,mucho antes ya habrán prohibido la celebración Eucarística y estaremos en la clandestinidad. Un abrazo.

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  2. Me ha hecho reír xtobefree, aunque nos haga pensar en un drama que podemos llegar a vivir nosotros y que yo presiento que seguramente vivirán mis hijos y mis futuros nietos, aunque no estoy de acuerdo en que el apartado c) sea misión imposible; sí una misión trabajosísima.

    Ahora ya somos insignificantes (basta ver los últimos acontecimientos en torno al derecho a la vida), dentro de no mucho el Estado pondrá medios coercitivos para callarnos la boca. Habla de clandestinidad; sí, una clandestinidad de boca amordazada por conminación de penas de multa y de cárcel.

    Una persecución en toda regla pues nos impedirán a los católicos, en determinados temas, nuestro derecho a la libertad de expresión y a la libertad en la educación de los pequeños de nuestras familias. El futuro se adivina bastante gris y debemos orar muchísimo.

    Cómo el texto alude a catequesis (a las que siempre asistimos los mismos) pero también habla de pistas orientativas, ahí va una: cuando la parroquia se comunique con sus fieles mediante correo electrónico, página web, blog, hoja parroquial o simple fotocopia en una mesa a la entrada, transcribir el contenido de la carta a la que se refiere la entrada en “letras muy grandes”, de forma llamativa, con colorines y dibujos como si estuviera destinada a niños pequeños ¡Qué entre por los ojos!

    Importantísimo en esa comunicación que se implante en la cabeza de los fieles esta frase: “el gesto humano lo elevamos al ámbito sagrado, a la paz que nos dió y nos da Cristo”


    Señor, por tu bondad, favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén (de la salmodia de Laudes)

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