miércoles, 14 de septiembre de 2011

La serpiente y la cruz (Ex 3)

    El tercer signo que Dios entrega a Moisés en el Horeb tendrá más importancia simbólica y será una constante en las Escrituras.

    ¡Una serpiente! “La serpiente era para las antiguas tradiciones un ser misterioso. Este carácter sobrenatural puede convertirla en una divinidad o en un demonio” .

    “Llega un momento, en la cultura antigua, en que el bastón se convierte en signo de poder, de autoridad, y cambia de nombre, para llamarse “bastón de mando” o, simplemente, “cetro”, que no es otra cosa que la prolongación del brazo humano. Este es símbolo y sede de poder, de fuerza, de actuación. El brazo humano, que puede levantarse o bajarse, extenderse o descansar, se prolonga en esa pieza vegetal de madera que es el bastón de mando, o cetro, y que sirve igualmente para alargar el poder del brazo en dirección a una persona o un objeto; el cetro se puede empuñar y sostener verticalmente, afirmando con este esto la autoridad; y puede también inclinarse y apoyarse en el hombro. En el cetro puede apoyarse el rey, que es como apoyarse en su propia autoridad; y, si lo levanta, hace patente con este gesto el ejercicio de su autoridad. El bastón de pastor ha llegado a convertirse en símbolo. También el bastón de Moisés va a sufrir transformaciones” (Shökel).

    El simbolismo de un bastón es entonces autoridad, guía y pastoreo. El cayado del pastor Moisés se va a convertir en el bastón de mando para guiar al pueblo que Dios entrega a su elegido invistiéndole de autoridad. “Puede uno montar imaginariamente el tinglado de la escena y observar la sonrisa de Dios que dice: ¡No tengas miedo, agárrala por la cola! Moisés lo hace, animado por la palabra de Dios, y en el momento en que la empuña y sujeta vuelve a ser nuevamente poder subordinado al hombre, no desprendido de él en forma sinuosa y amenazante. Desde ahora, el brazo de Moisés se prolongará en ese bastón de mando, cetro de autoridad, y le obedecerán los hombres y los elementos” (Shökel).

    La serpiente le sirve a Moisés de bastón y báculo, misterioso y con poder; y este bastón se convierte en serpiente que devora las serpientes de los magos del Faraón: es el poder de Dios ante el mal, el poder de Dios en la debilidad de Moisés por lo cual Moisés se apoyará no en sí mismo ni en sus recursos humanos ni en su prestigio si lo hubiese tenido, sólo se puede apoyar en el poder de Dios. Así aparece Moisés en la escena derecha del icono, descendiendo de la montaña, con la serpiente-dragón en la mano.

    Un detalle significativo de la simbología de este icono es el modo en que aparece la serpiente. Moisés la está agarrando por la cola, como Dios le mandó hacer para probar la eficacia de su poder, y la cabeza de la serpiente en forma de dragón está casi a ras de tierra. Muerde el polvo. Mientras que en la caída de Adán y la expulsión del paraíso la serpiente está de pie, enroscada en el árbol, y se la representa simbólicamente de pie, arrogante, desafiante ante el hombre caído, ahora la serpiente es sometida por el hombre de Dios, Moisés. Es una constante en la representción simbólica de la serpiente: “su simbolismo de verticalización de lo humano... no hominización legítima, sino, al contrario, erección orgullosa y reivindicación impía de privilegios divinos. La serpiente enderezada es entonces el modelo perfecto del pecado de exaltación en el que se esfuerza el tentador por arrastrar en pos de sí a nuestros primeros padres” (Champeaux). Aquí la serpiente es sometida y obediente: será signo e instrumento del poder de Dios.

Los elementos de la naturaleza y todas las fuerzas se rinden ante Moisés para que las emplee al servicio de la salvación, tal como Dios le encomienda: la serpiente está dominada por el hombre, también lo serán las aguas del Nilo convertidas en sangre o las del mar Rojo que se abren a la orden de Moisés, o las fuerzas misteriosas de la peor enfermedad, la lepra, que Moisés va a sanar. La salvación requiere los elementos de la naturaleza y sus fuerzas, y Dios las ha entregado a Moisés.

    Las serpientes aparecerán en el desierto de Rafidim (Nm 14) atacando a los israelitas y mordiéndolos con su veneno, por lo que Yahvé encarga a Moisés hacer una serpiente de bronce en un estandarte y los que sean mordidos por las serpientes si miran la serpiente de bronce quedarán salvos; la serpiente es signo de curación y así aparece unido al signo de la lepra en la mano de Moisés: “en el libro del Éxodo, el Señor muestra a Moisés que su poder es superior a la simple magia. El cayado de Moisés se vuelve una serpiente y vuelve a convertirse en un cayado... Este prodigio se ve duplicado inmediatamente por otro [la mano y la lepra]... La conjugación de un prodigio fantástico con un ritual de curación no es ciertamente accidental. La serpiente, emblema de curación, volverá a aparecer en el episodio de la serpiente de bronce” (De Cocagnac).

    Otro simbolismo más del bastón y de la lepra nos lo ofrece el Niseno con su empleo peculiar de la tipología: 

“la mano derecha convertida en lepra y el bastón transformado en serpiente fueron los primeros milagros. Son símbolos de Dios que manifiesta su divinidad a los hombres en la carne del Señor. Él es quien mata al tirano y da libertad a los que su poder tenía esclavizados” (Vita Moys., II, 27).

Esta serpiente es tipo –tal como lo interpreta san Juan- del mismo Hijo elevado sobre la Cruz (Jn 3) que sanará a aquellos que el pecado está matando.

    Estamos así entroncando con la Tradición eclesial que interpreta el simbolismo de la serpiente. “La vara –predica san Agustín- significa el reino, y la serpiente, la inmortalidad. En efecto, la muerte le vino al hombre por la serpiente. El Señor se dignó asumir esa muerte. Por eso la vara, al llegar a la tierra, tomó la figura de serpiente, porque el reino de Dios, que es Cristo Jesús, vino a la tierra. Se revistió de la mortalidad y la fijó en la cruz. Bien sabe vuestra santidad que cuando en el desierto el pueblo obstinado y soberbio murmuró contra Dios, comenzó a sufrir la mordedura de las serpientes y a morir de esa mordedura. Por su misericordia ofreció Dios el remedio, el cual remedio propinaba una salud presente y anunciaba una sabiduría futura” (Serm. 6,7).

    Igualmente Orígenes, con el sistema alegórico alejandrino dirá: 

“La vara, por medio de la cual se hicieron todas estas cosas, por la que Egipto es sometido y el Faraón vencido, es la cruz de Cristo, por la que este mundo es vencido, y es derrotado con sus principados y potestades el príncipe de este mundo. Por lo que se refiere a esta vara que, arrojada a tierra, se convierte en dragón o serpiente y devora las serpientes de los magos egipcios... la palabra evangélica... indica que la serpiente significa aquí la sabiduría o la prudencia.

    Así pues, la cruz de Cristo, cuya predicación parecía necedad y que está contenida en Moisés, esto es, en la ley, como dice el Señor: “De mí escribió él”, esta cruz, digo, de la que escribió Moisés, después de haber sido arrojada a la tierra, fue convertida en sabiduría, ser creída y confesada por los hombres, fue convertida en sabiduría, y en una sabiduría tan grande que devoró toda la de los egipcios, esto es, la de este mundo” (In Ex., Hom. IV, 6).

    Finalmente, san Gregorio de Nisa, con la aportación mística de este padre capadocio desarrolla la imagen de la serpiente-bastón escribiendo: “Si en realidad el pecado es serpiente y el Señor se hizo pecado, lógicamente todos podemos llamar serpiente a aquel que se hizo pecado, pues se identifican serpiente y pecado. El Señor se hizo serpiente por nosotros para devorar y acabar con las serpientes de Egipto, obra de magia. Después la serpiente vuelve a ser bastón que castiga a los culpables y ayuda a los que siguen el camino ascendente y escabroso de la virtud. El bastón de la fe les ayuda sirviendo de apoyo a sus esperanzas. “La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven”” (Vit. Moys., II, 33-34).

    El bastón de Moisés, la serpiente con cabeza de dragón, no es sino la cruz del Salvador. Con la cruz, cargado con la cruz, gloriándose sólo en la cruz de Jesucristo (cf. Gal 6, 14), aquél que es elegido puede desempeñar su vocación y misión. Ningún apóstol camina sin cruz; ningún enviado vive sin la cruz ni puede renunciar a ella, sino apoyarse en la cruz confiando en la Gracia: “presumo de mis debilidades... cuando soy débil entonces soy fuerte” (2Co 12, 9b-10). La cruz es la realidad primera e inevitable de cualquier vocación, de cualquier elección y misión; rehuyendo la cruz, el apóstol se vuelve estéril e infecundo. ¡Ha de descubrir que todo está marcado por el signo de la Cruz, que la Cruz se hace presente y no debe asustarle, sino abrazarla! No debe temer: en la Cruz hallará a su Señor. El ministerio, la consagración, el apostolado, no es Tabor, es subir al Calvario para llegar a la Anástasis; pide madurez y no precipitación, esperanza y no ilusiones vanas.

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N.B. 

Un blog así, como éste, nace con vocación de ser leído y ser un instrumento de formación católica para que sean muchos los que aquí nos encontremos. A cuantos más llegue, mejor: es la difusión del Evangelio en forma de formación católica.

Ayer llegamos a las 200.000 visitas. Vosotros, amigos, habéis construido este blog.

Creo -no soy experto en estas lides- que el crecimiento va bien:

25.000 visitas el 12 de febrero de 2010.

75.000 visitas el 16 de noviembre de 2010.

100.000 visitas el 23 de diciembre de 2010.

125.000 visitas el 11 de marzo de 2011.

150.000 el día 1 de mayo de 2011.

175.000 el 28 de junio.

200.000 visitas ayer, 13 de septiembre de 2011.

¡Demos gracias al Señor! Sigamos construyendo juntos, formándonos, cuestionándonos y compartiendo en los comentarios. 

12 comentarios:

  1. Buenos días don Javier. Aprenderé a abrazar con más fuerza mi cruz. ¡Bendito sea Dios en la bonanza y la adversidad, Gracias Señor por darnos esta oportunidad de formarnos mejor!Un fuerte abrazo a todos y que vengan muchos más a beber y fortalecerse porque este manantial limpio y cristalino no se agota.

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  2. Como ya sabeis algunos pertenezco al camino neocatecumenal. La cruz que nosotroa ponemos en nuestras liturgias de la palabra y en las eucaristias tiene en la base final un pie de bronce con tres serpientes que representa al maligno. Cada vez que la miro durante las celebraciones, siento un alivio tremendo sobre mi propia cruz. Porque entre ese pie y la bola del mundo está una imagen de Maria que pisa la serpiente y la aleja del mundo. Y tener ese conocimiento, a mi me da un alivio y un descanso para poder seguir cargardo con mi propia cruz. saber que no estoy sola, que Maria me protegue y que su hijo esta de brazos abiertos abriendome la puerta de la libertad. Eso es muy grande para el que sufre.
    Gracias Javier por esta catequesis tan buena, sobre la cruz.
    Un abrazo a todos.

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  3. "El mundo está en llamas. ¿Te sientes movido por Dios a apagarlas? Mira al Crucificado, toma su cruz"(Edith Stein).

    Doy gracias a Dios por la sed de verdad que indica la afluencia de visitas. ¡Mi enhorabuena, don Javier!

    ¡Qué Dios les bendiga!

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  4. Julia María:

    Si le interesa, esa meditación de Edith Stein creo recordar que la colgué en el blog. Busque por la etiqueta "cruz" o por "Edith Stein". Es deliciosa en este día.

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  5. Felicidades:

    Catequesis como la de hoy explican las visitas a este blogg. Muchas gracias

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  6. ¡Felicidades por cada una de las entradas: 200.000!, que la satisfacción de un gran trabajo llene tu corazón de alegría y consuelo.

    Unidos en oración.

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  7. Que la cruz no te asuste. La más grande prueba de amor consiste en padecer por el amado; y si Dios, por tanto amor, sufrió tanto dolor, el dolor que se sufre por Él se vuelve amable en cuanto al amor. San Pío de Pieltrecina.
    Demos gracias a Dios por tantas personas con sed
    de búsqueda que visita este blog.
    Dios les bendiga!!!

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  8. Felicidades en un día especialmente bello.
    La Santa Cruz es mi todo.

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  9. Sólo aparezco para desearos feliz noche y que la meditación y celebración de la Cruz del Señor haya sido fecunda en la vida de todos.

    Gracias por vuestras felicitaciones, pero la felicitación es común: es de todos y para todos, porque este blog es una comunidad católica.

    Reconozco que estoy contento: este apostolado de formación en Internet es exigente y lleva tiempo, pero tantas visitas es señal de que de algo servirá cuando venís y comentáis.

    pax +

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  10. Buenas noches a todos los que aún anden por aquí y muchas felicidades a don Javier por tantas visitas en su blog. ¡Que de ayer a hoy ya van casi cuatrocientas más!

    Me ha gustado especialmente el último párrafo de la catequesis de hoy que parece desarrollar esa frase de Jesús que yo nunca lograba entender muy bien: El que no carga con su cruz y me sigue no puede ser mi discípulo.

    (D. Javier, ¿qué es la Anástasis?)

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  11. ¡Gloria a Dios, Don Javier por este blog y que el Señor le de fuerzas y luz para seguir con esta evangelización tan eficaz!
    Saludos cordiales,
    ;O)

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  12. Aprendiz:

    Anástasis, en griego: Resurrección.

    Feliz jornada a todos.

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