Hay lenguajes que son cansinos, pero que se repiten constantemente. ¿Nadie se da cuenta de lo pesado que es?
Estos lenguajes cansinos, repetidos hasta la saciedad desde hace unos años, todo lo presentan en una clave muy concreta: ven a Jesucristo como "Jesús de Nazaret", que trae una mensaje revolucionario, nuevo, y lo que nos toca es "comprometerse", o el consabido "tomar conciencia de". Es un pelagianismo de nuevo cuño: lenguaje social de hoy, pero absoluta confianza en el hombre que puede comprometerse relegando a Jesús a mero docente-profeta-filósofo... El cristianismo se pervierte entonces convirtiéndose en un modelo de transformación social, de compromiso basado en el esfuerzo del hombre y en su buena voluntad.
¿Qué es lo que pierde de vista este lenguaje? Que el cristianismo ante todo es Don y Gracia, el Amor de Dios que se da y sale al encuentro del hombre, lo redime, lo santifica. Por tanto lo primero no es lo que nosotros hacemos, sino lo que Dios hace.
"Tenemos los cristianos una gran tarea por delante: por una parte, no presentar el cristianismo como un simple moralismo -"tienes que hacer"- sino como un don en el que se nos ha dado el amor que nos sostiene y nos proporciona la fuerza necesaria para saber "perder la propia vida"; y, por otra, en este contexto de amor donado, progresar hacia las realizaciones concretas, las cuales siempre tienen como fundamento el decálogo que, con Cristo y la Iglesia, debemos leer en este tiempo de modo progresivo y nuevo" (Benedicto XVI, Discurso a los Obispos de Suiza, 9-noviembre-2006).
El lenguaje del "compromiso", el "moralismo" de hacer cosas y transformar el mundo es árido y, aunque bañado de evangelismo, en realidad, poco cristiano.
¿Alguien puede mover siempre su vida por el "deber"?
La vida se mueve por el amor, que alienta a la persona.
Por tanto, lo primero siempre será el anuncio alegre y festivo de Jesucristo, que sale al encuentro de nuestra existencia, entregándonos el Amor de Dios.
Lo primero siempre será Jesucristo y su anuncio, que corresponde a las exigencias más íntimas del corazón del hombre.
Lo primero será mostrar la Belleza de Jesucristo que cautiva el corazón humano.
Entonces, reconociendo este Don, la propia vida se pone en movimiento, en camino de perfección, de seguimiento, realizando la vida moral según la Gracia y el Espíritu Santo.
Reduccionismos. El reduccionismo hace más sencillo ser cristiano al elegir un aspecto particular y centrarnos únicamente en ese aspecto.
ResponderEliminarReducir el cristianismo a aspectos sociales es más sencillo que extenderlo a todas las dimensiones del ser humano. De igual forma también se puede reducir el cristianismo a una serie de prácticas o reducir el cristianismo a conocimientos o reducirlo a acciones. Reducirlo a festejos o a apariencias sociales. Reducirlo a cumplir las reglas que más se ajustan a nuestra forma de ser o reducirlo a tradición familiar.
Es cierto que es imposible abarcar todo lo que conlleva ser cristiano. Somos seres limitados que a duras penas podemos abarcar algunos aspectos del cristianismo. Cada cual tiene sus talentos, pero debe luchar por ganar alguno adicional. ¿Pero cómo ser consciente de todo lo que conlleva ser cristiano. En esto se evidencia la sabiduría de Dios al indicarnos a la comunidad como factor esencial de vida del cristiano.
La comunidad permite que no reduzcamos el cristianismo a las circunstancias personales, ya que los demás miembros nos recordarán (voluntario o involuntariamente) los aspectos que dejamos atrás.
En fin... Gracias D. Javier por el texto. Da para reflexionar mucho.
Seguimos unidos en la oración :)
Pues si, tienes toda la razón.
ResponderEliminarla alabanza y el agradecimiento deberia siempre habir nuestro dialecto como cristiano.
Además es mucho mas facil e inclusoi uno se siente mejor cuando dice, como por ejemplo en mi caso:
Doy gracias a Dios que me da medios para llevar mi enfermedad hacia delante y con animo, aunque este dolorida y con pesar. Yo estoy pasando una racha de enfermedad muy mala, pero yo siempre cuando la gente me pregunta por mi estado, me veo como cristiana en el deber de dar testimonio, aunque me esté muriendo por dentro.Y poner a Dios en primer lugar como quien me ayuda y me mantiene. Y pienso que cada uno desde el lugar que le corresponde debe reconocer la gracia recibida y darla a conocer a los demás como lo que es, un regao de Dios.
Un abrazo Javier para ti y otro para tod@s los comentaristas.
Durante mucho tiempo busqué a Jesucristo, pero en mi parroquia, en la que estaba comprometida y pasaba más tiempo, sólo estaba Jesús de Nazaret. Yo busqué por otros sitios. No encontré el grupo adecuado para mí, quizás. Pero me seguía encontrado a Jesús de Nazaret, sólo hombre y con cursos psicológicos y con técnicas de relajación, en los grupos de oración (que es muy interesenta y ayuda a orar mejor); también la Nueva Era, pero faltaba Cristo. Me chocaba tanto con la Experiencia que había tenido en unos Ejercicios de San Ignacio. Dios mismo me llevaba en otra dirección. Ahora pienso, ¡cuántos años perdidos! sin catequesis, sin formación de lo básico de mi fe, sin saber ni entender de la Gracia de los sacramentos.
ResponderEliminarTodo el tiempo que no supimos de Jesús-Cristo, nos perdimos su Gracia. Pero ahora ya me toca aprender y conocer a JesuCristo de Nazaret.
Un abrazo.
Paloma
Buenos días don Javier. Me encanta la frescura liberadora de la entrada de hoy. Don y Gracia que rezuman para los que sabemos y amamos que estamos redimidos en Cristo nuestro amor.Un abrazo.
ResponderEliminarY una, con la experiencia de tantas batallas personales perdidas, sonríe levemente a quien le habla con ese lenguaje cansino, ante tanto ruido, ante tanto paraíso artificial. Tengo una ventaja: mi generación estaba convencida que "arreglaría el mundo", y aquí estamos; algunos, gracias a Dios, conscientes de nuestro craso error.
ResponderEliminarEs verdad Don Javer, es Jesucristo, su Persona la
ResponderEliminarque nos pone en movimiento, porque El merece la pena. Y merece la pena gastar la vida por EL.
Dios les bendiga.¡Muchas gracias!
Su post de hoy me alegra los oídos.
ResponderEliminarCito un párrafo suyo que habría que fotocopiar y repartir por las parroquias pelagianas:
"Que el cristianismo ante todo es Don y Gracia, el Amor de Dios que se da y sale al encuentro del hombre, lo redime, lo santifica. Por tanto lo primero no es lo que nosotros hacemos, sino lo que Dios hace."
Acierta plenamente al relacionar e identificar ese pseudocristianismo antropotrópico y moralino con el pelagianismo.
En esta invasión pelagiana ha hecho mucho daño la teología antiteológica,
con su intelectualista, seco, aburrido desplazamiento de la visión teotrópica bíblicotradicional a la visión humanocéntrica ilustrada y popularizada en parroquias y seminarios por los teólogos antiteológicos.
En mi diócesis durante años han sido más importantes las enseñanzas de ciertos teólogos (Castillo, Vidal, Boff...etc.) que la doctrina de la Iglesia.
Pero esta teología que invade la fe del pueblo y la pervierte es antiteológica, porque sólo la teología enraizada en Escritura y Tradición, guiada por el Magisterio, es propiamente teología.
Y si la teología pierde su esencia, deja de fecundar la obra de catequistas, seminarios, seglares, cursillos, universidades, trabajo y sociedad en general,
e inicia un proceso de invasión ideológica a base de tópicos antiteológicos, de esos que estamos hartos y que cansan tanto...tanto...
No me cabe duda de que todo esto es una invasión de teología antiteológica.
Porque si esta pseudoteología invade la predicación, por ejemplo, ¿que efecto trae consigo?
ResponderEliminarEste:
que el silenciamiento sistemático y habitual de ciertas verdades supone en la práctica su impugnación. Que dejan de vivirse.
Y pastorales en que faltan verdades son pastorales que generan errores doctrinales, y los errores doctrinales devienen en vida cristiana incompleta, defectuosa, problemática.
Y la primera afectada es la Gracia, centro luminoso de la vida en Cristo, de nuestra salvación y santificación.
Esta teología antiteológica divulgativa influye en el pueblo, y hace que éste deje de estar centrado en el crecimiento de la gracia, y pasa a fijarse y poner sus esperanzas sólo en lo que el ser humano da a Dios,
y no en lo que Dios da al ser humano.
Pero el hombre no puede santificarse a sí mismo.
Un abrazo
Desde luego, la devaluación de la Gracia en la vida cristiana es fruto, entre otros, de la falta de una buena y profunda teología rectora de los ambientes cristianos.
ResponderEliminarY la paradoja esta aquí: mientras proliferan como espárragos los teólogos desobedientes al magisterio, que no hacen teología sino antiteología,
la madre de todas las ciencias pierde el poder de fecundar los estudios, los proyectos, los planes y las catequesis.
Y la primacía de la Gracia se pierde, al perderse la inteligencia de la importancia del Logos. Pues junto con la Verdad vino la Gracia por el Verbo(Juan 1, 17)
No me cabe duda. La ciencia teológica católica, bíblica y tradicional, debe volver a ocupar el centro de todo estudio cultural, científico, pastoral.... Como en el Siglo de Oro.
Con los comentarios que aportan reflexiones y los comentarios que apuntan a la propia experiencia, hemos tenido una catequesis muy rica.
ResponderEliminarNada que añadir o perfilar.
Lo que sí veo es que estamos de acuerdo. Simplemente, quienes estamos aquí, participamos de un mismo sentir y de una misma visión como católicos, aunque luego haya matices entre nosotros. No sé qué dirían algunos si leyeran la catequesis y los comentarios: nos llamarían exagerados, desfasados, carcas, etc., esa letanía archimanida. Al fin y al cabo vamos formando una familia, en este blog, con personas de similar sintonía con el Misterio.
Un saludo a todos +