martes, 10 de noviembre de 2009

¿Estructuras o corazón?


En multitud de ocasiones, la responsabilidad personal se ha disipado proyectándola en lo común. Se habla de las estructuras injustas que son estructuras de pecado intentando siempre salvar la bondad absoluta del hombre y refugiándose en la maldad intrínseca de las estructuras. Todo un lenguaje teológico estaba referido a las estructuras animando a combatir el pecado social -el único que parecía existir- cambiando las estructuras, atacándolas, proyectando una especie de revolución del sistema.

Pero, ¿acaso las estructuras más perfectas, más justas y equitativas, no se pueden volver absolutamente tiránicas si no hay hombres buenos, corazones justos y santos? ¿Tal vez serán las leyes, o las conductas sociales, o los sistemas políticos, los que van a hacer triunfar la verdad, la bondad, la belleza, la justicia? El camino no es otro que el hombre, el hombre mismo. Es el hombre quien debe ser transformado, regenerado, porque sólo así el mundo puede cambiar. La sociedad jamás cambia a golpe de revoluciones: tarde o temprano demuestra su inestabilidad y sus puntos débiles. La sociedad sólo se transforma cuando hay hombres que han sido transformados. El mundo evoluciona a mejor en el momento mismo en que haya hombres que, tocados por la gracia, hayan cambiado el corazón de piedra por un corazón de carne; en el momento en que haya hombres que dejando "las estructuras injustas de su corazón" adopten el corazón nuevo de Cristo.

La predicación de Jesucristo estaba dirigida a la conversión personal porque cuando ésta se logra, el mundo se transforma, el Reino de Dios se va implantando. ¡El Reino de Dios está dentro de vosotros! La espiritualidad del Corazón de Jesús es, así pues, realmente transformadora tanto del hombre como de la sociedad, porque "Sólo el amor de Dios puede renovar el corazón del hombre, y la humanidad paralizada sólo puede levantarse y caminar si sana en el corazón. El amor de Dios es la verdadera fuerza que renueva al mundo" (Benedicto XVI, Ángelus, 19-febrero-2006). Éste camino es más lento que promulgar leyes y alentar revoluciones, cierto, pero a la larga es más eficaz, pacífico y verdadero.



8 comentarios:

  1. totalmente de acuerdo, padre. la dificultad radica en hacer transformar nuestro corazón limitado en el corazón de Cristo, un corazón que nos proporcione la capacidad de amar como Él. "AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS COMO YO OS HE AMADO". Y como usted dice, sólo por la gracia de Dios es posible. Después vendrá el cambio social.

    VCZ

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  2. Pues entonces repitamos muchas veces con verdadero deseo:

    V/ Jesús, manso y humilde de corazón.
    R/ Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

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  3. "Los amó hasta el extremo. Y los sigue amando hasta el extremo" Le agradezco Don Javier esta frase que nos ilustra a la derecha. quiero compartir que cada día me lleva a la reflexión y me ayuda a preguntarme te ví y te amé en los demás hoy Señor?

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  4. Mari Trini:

    El sentido primero de esa frase es que ante todo, por encima de todo, antes que nadie, de modo pleno, absoluto, incondicional, Quien nos ama personalmente es Él. Nos amó hasta el extremo en la última Cena, la Eucaristía y el Calvario, y nos sigue amando con un amor insuperable.

    Lo que nosotros podamos amar a los demás es sólo un pálido reflejo de ese amor de su Corazón.

    Pax! Saludos.

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  5. Digo como Anónimo: estoy completamente de acuerdo, padre. Siempre pensé que una "estructura injusta" si la componen (o dirigen) hombres buenos y justos, dejaría de ser "injusta", y al revés.
    Y también suscribo totalmente la frase de Benedicto XVI "el amor de Dios es la verdadera fuerza que renueva al mundo"; al respecto me gustaría compartir con el foro esta frase: "Hijo mío, ¡te quiero!, ¡te quiero!, ¡te quiero! Estas palabras deben grabarse en tu alma, en tu corazón y en tu espíritu, es decir en todo tu ser. Acepta ser querido por Mí, tu Señor. Mientras más aceptes ser querido, más se instala en ti Mi Amor, más te haces 'Amor'". ¿Cómo sería el mundo si todos fuésemos seres-Amor? ¿Acaso no sería el cielo en la tierra?

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  6. QUERIDO DON JAVIER, EL OTRO DÍA ESCUCHÉ ALGO QUE ME LLEGO MUY DENTRO Y ME GUSTÓ: ALGUIEN DIJO QUE CREEMOS QUE LO QUE SOMOS CAPACES DE HACER CON NUESTRAS MANOS ES A LO QUE LE DAMOS IMPORTANCIA, CREEMOS QUE ESO ES LO QUE DA PROSPERIDAD Y CONTRIBUYE AL DESARROLLO,Y QUE NO NOS DAMOS CUENTA DE QUE ES MEJOR PONERNOS EN MANOS DE DIOS Y DEJAR QUE SU GRACIA OBRE POR NOSOTROS. CREO QUE LA VERDADERA CONVERSIÓN Y CONFIANZA EN ÉL. SE LOGRA CUANDO SOMOS CAPACES DE HACER ESTO . MUCHAS GRACIAS Y SIGA REZANDO POR NOSOTROS: SUS OVEJAS,Y ALGUNA QUE OTRA CABRA

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  7. Querido Hermano Anónimo, permíteme decirte que en muchas ocasiones perdemos de vista a DIOS...y nuestra mente y sentidos, dan sólo valor a lo que se vé...al ego de nosotros mismos. Son infinitas las distracciones...y más aún el desconocimiento de DIOS.
    Pero para aquéllos que vivimos en LA FE...en CRISTO DENTRO DE NOSOTROS.... DIOS ESTÁ en todas partes... dentro y fuera... y todo tiene su origen en ÉL...y si algo producimos o creamos...es gracias A SU PRESENCIA EN NOSOTROS, GRACIAS A SU PODER, ESPIRITU Y AMOR.

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  8. Gracias Hermano Javier...tus aportaciones son alimento para mí...y como tú, aunque en mucha más pobreza, vivo la EUCARISTÍA como el mayor ALIMENTO ESPIRITUAL..la mayor experiencia directa de JESÚS como CRISTO en mí.

    Voy siguiendo tu blog...

    Un Abrazo en CRISTO.

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