viernes, 22 de febrero de 2013

Introducción al Padrenuestro (II)

Nuestra catequesis cuaresmal nos lleva a seguir profundizando en el sentido e importancia del Padrenuestro, en su contenido místico y también, en general, cómo la vida de oración es algo propio e irrenunciable en la vida de todo bautizado.


Sí, así es. Por el bautismo somos un pueblo sacerdotal, hemos sido todos configurados con el sacerdocio común o bautismal, y este sacerdocio pide que ofrezcamos el culto agradable a Dios con la santidad de vida y la oración. Todo cristiano, fruto del dinamismo sacramental, es un orante, un contemplativo en el mundo, lleno de Dios y en contacto con Dios, modelando las realidades temporales con espíritu sobrenatural.

Ser iniciados en la oración no es algo reservado a un club de comprometidos y laicos especializados, sino que ser iniciados en la oración forma parte del bagaje normal de la vida cristiana.

Como los catecúmenos eran instruidos en la Oración dominical, así lo somos nosotros ahora con las palabras de san Agustín.


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"n. 3. En los santos salmos habéis leído cómo la persona que habla en ellos lanza muchas y graves imprecaciones contra sus enemigos. Y ciertamente, dirá alguno, la persona que allí habla es justa. ¿Por qué, pues, desea tales males a sus enemigos? No los desea, sino que los prevé; es la profecía de quien anuncia, no el voto de quien desea el mal. Los profetas conocían en espíritu a quiénes iban a acaecer males y a quiénes bienes, y lo decían sirviéndose de la profecía, como si deseasen lo que preveían. Tú, en cambio, ¿cómo sabes que aquel para quien hoy pides el mal no ha de ser mejor que tú? "Pero sé, dices, que es un malvado". También sabes lo que eres tú tanto como él. Aunque quizá sea un atrevimiento por tu parte el juzgar el corazón, que desconoces, de otra persona, con certeza sabes que tú eres un malvado.

¿No oyes decir al Apóstol: Yo fui primero blasfemo, perseguidor y dañino, mas obtuve misericordia porque lo hice en la ignorancia y en la incredulidad? Cuando el apóstol Pablo perseguía a los cristianos, arrestándolos dondequiera que los hallase, presentándolos a los sacerdotes para que los oyeran en tribunal y los castigaran, ¿qué pensáis que hacía la Iglesia? ¿Oraba por él o contra él?


La Iglesia, que había aprendido la lección de su Señor, quien pendiente de la cruz, dijo: Padre, perdónales porque no saben lo que hacen, pedía esto mismo para Pablo, mejor, para Saulo en aquel entonces, a fin de que tuviese lugar en él lo que efectivamente se realizó. Él mismo dice: Yo era desconocido para las Iglesias de Cristo que había en Judea. Solamente oían: "Aquel que en otros tiempos nos perseguía, ahora anuncia la fe que antes arrasaba", y glorificaban a Dios en mí. ¿Por qué glorificaban a Dios, sino porque antes de hacerse esto realidad lo imploraban del Señor?

n. 4. Como primera cosa, nuestro Señor suprime la palabrareía, para que no te presentes ante Dios cargado de palabras, como si quisieras enseñarle algo con ellas

Cuando te pones a orar, necesitas piedad, no palabrería. Sabe vuestro Padre de qué tenéis neceisdad antes de que se lo pidáis. Por tanto, no habléis mucho. Sabe ya él lo que necesitáis. Pero alguien puede decir: "Si sabe ya lo que necesitamos, ¿no sobran aun las pocas palabras? ¿Para qué orar? Él lo sabe. Denos lo que necesitamos".

Si quiso que orases es para dar sus dones a quien los desea; para que no parezca cosa vil lo dado. Es él mismo quien inspira tal deseo. Las palabras que nuestro Señor Jesucristo nos enseñó en la oración son la expresión de estos deseos. No te es lícito pedir otra cosa distinta de lo que en ella está escrito".

(S. Agustín, Serm. 56, 3-4).


5 comentarios:

  1. Los Salmos y el Padre nuestro como oración central del católico. Posiblemente estarán mucho más conectados de lo que yo percibo. Muchas gracias por hacerme reflexionar sobre ello, Padre. Sigo rezando

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    1. El Padrenuestro está entrelazado de frases sálmicas por eso es sublime, porque es el culmen y perfección de los mismos salmos, pronunciado (compuesto) por Jesucristo. Es nuestra gran oración.

      Baste ver que en la Liturgia de las Horas, los salmos se cantan sentados... pero el culmen es el canto del Benedictus o Magnificat y tras las preces, el canto del Padrenuestro como remate de Laudes y Vísperas, los grandes ejes del Oficio divino.

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  2. Para el enemigo, le pedimos a Dios lo mismo que pedimos para nosotros: que nos ajuste a su plan. Esta es la verdadera justicia; ser justo, en la Bilia, es estar ajustado al plan de Dios.

    Esto no elimina nuestra responsabilidad en orden a distinguir el mal, llamándolo por su nombre, tanto en nosotros como en el prójimo, pues esta actitud resultaría una falsa caridad, un amor falso.

    San Agustín hizo propias las palabras de Pablo cuando, vacía la iglesia a la hora de la celebración de los espectáculos, confesó con humildad y humor: "En otros tiempos, también nosotros éramos lo bastante estúpidos para ir a coger sitio ¿Qué os creéis? ¿Cuántos futuros cristianos no estarán ahora allí sentados? ¿Quién sabe? ¿Cuántos futuros obispos?"

    No me puedo resistir a subrayarlo: "... el sacerdocio común o bautismal... pide que ofrezcamos a Dios el culto agradable con la santidad de vida y oración".

    En oración ¡Qué Dios les bendiga!

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    1. Tiene un correo-respuesta. Aviso porque la informática no es muy amiga mía y quizá lo haya mandado a la carpeta de spam como hizo en otra ocasión.

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    2. Y ser justo es estar haciendo y viviendo la voluntad de Dios ("José, que era justo, y no quería denunciarla..."); y por último, ser justo es ser justificado por la Sangre de Cristo, adhiriéndonos a Él por la fe y los sacramentos.

      Bien por el subrayado del sacerdocio bautismal.

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