miércoles, 26 de julio de 2023

Silencio en los ritos iniciales de la Misa (Silencio - XXV)



Dos momentos de silencio se prescriben en los ritos iniciales de la Misa, ambos diferentes en su sentido.

            El acto penitencial comienza con una invitación del sacerdote a reconocer los pecados ante Dios para celebrar los sagrados misterios, tras lo cual se dejan unos momentos de silencio: "Después el sacerdote invita al acto penitencial que, tras una breve pausa de silencio, se lleva a cabo por medio de la fórmula de la confesión general de toda la comunidad, y se concluye con la absolución del sacerdote que, no obstante, carece de la eficacia del sacramento de la Penitencia" (IGMR 51).



En el acto penitencial, el recogimiento se vuelve una humilde súplica de perdón y de reconocimiento de la propia debilidad, para después, en común, pedir perdón al Señor.

            El segundo momento de silencio, igualmente de unos momentos, reposado, y no omitido, es tras el “Oremos” de la oración colecta. Se requiere que sea de verdad una pausa:


"En seguida, el sacerdote invita al pueblo a orar, y todos, juntamente con el sacerdote, guardan un momento de silencio para hacerse conscientes de que están en la presencia de Dios y puedan formular en su espíritu sus deseos. Entonces el sacerdote dice la oración que suele llamarse “colecta” y por la cual se expresa el carácter de la celebración" (IGMR 54).




 "En seguida el sacerdote, con las manos juntas, invita al pueblo a orar, diciendo: Oremos. Y todos, juntamente con el sacerdote, oran en silencio durante un tiempo breve. Luego el sacerdote, con las manos extendidas, dice la colecta. Concluida ésta, el pueblo aclama: Amén" (IGMR 127).


El “Oremos” de la oración colecta es una invitación para que, recogiéndonos, formulemos cada uno nuestra súplica personal al Señor, nuestras peticiones concretas, en el momento de celebrar la Santa Misa. La oración que el sacerdote pronuncia después de este silencio recoge o recolecta todas nuestras peticiones personales.

            A semejanza de este “Oremos” de la oración colecta de la Misa, habrá otras plegarias en las que una invitación, más o menos amplia, invita a orar en silencio unos momentos, con recogimiento, antes de ser pronunciada, por ejemplo, en el sacramento de la Confirmación, o la plegaria de bendición de los esposos…

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