domingo, 7 de julio de 2013

Un buen libro

Un buen libro es un aliado.

Un buen libro, una buena biblioteca, es fundamental.

Los libros nos elevan, nos muestran horizontes nuevos, permiten aprender.

¡Cuanto más se lee mejor! Sí, cuanto más lee, mejor. Sin embargo, parece que cada vez se lee menos, o se lee un único libro y se cree alguien que ya es un experto por conocer un libro sobre un tema.

Los libros son fundamentales. Diversos temas, diversos autores, diversos enfoques... para que el lector piense por sí mismo, analice, contraste y rece. Sí, rezar. Un buen libro (incluso una novela, un libro de historia o similar) nos eleva a Dios mediante la petición o la acción de gracias.

El nivel de incultura generalizado no fomenta el hábito de la lectura abundante. Repito, abundante: no un libro de vez en cuando, un best-seller "obligatorio", sino la lectura de la mayor variedad posible con espíritu crítico.


¡Qué buen amigo es un libro!

"Decía el Venerable Papa Pío XII que el oficio de un buen libro es educar a una comprensión más profunda de las cosas, a pensar y a reflexionar.

Dios mismo ha querido que el Verbo asumiera nuestra débil naturaleza para hacerse comprensible y cercano a los hombres, y ha dispuesto que la única y eterna Palabra divina se expresase, por inspiración del Espíritu Santo, en palabras humanas que pudieran ser plasmadas en forma de libro para que, a través de las Sagradas Escrituras, pudiese llegar a todos la Buena Noticia de la salvación. Que Él les conceda a todos contribuir eficazmente a conservar y difundir también en lo mejor del espíritu humano a través de los libros, legado perenne para todos los hombres" (Benedicto XVI, Mensaje a la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, Rep. Dominicana, 5-mayo-2011).

Perdamos el miedo a los libros: afrontemos sus retos, crezcamos en crisis de madurez con nuevas ideas, nuevos paisajes. Hagámoslo con apertura de espíritu y sin prejuicios, pensando a la vez que leemos.

Cuando la civilización romana decayó, la cultura se salvó gracias a los libros custodiados y copiados en los monasterios benedictinos. Así se transmitió el patrimonio cultural. Y hoy, en plena crisis y decadencia, se salvará mediante los libros.

¡Adelante!

4 comentarios:

  1. Si, Padre, efectivamente. Un buen libro es un aliado. Un mal libro es fuente de error. Aún conservo el listado de von Balthasar. Le rogaría y sugeriría a la vez, más recomendaciones. A mi me ha ayudado seguir sus sugerencias de palabra impresa. Muchas gracias por todo. Feliz descanso. Sigo rezando. DIOS les bendiga.

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  2. Aprovechando su descanso y con la invitación que nos hace a leer, le pediría alguna recomendación para leer sobre "el trabajo como medio de santificación". Ayudaría a muchos cursillistas que prepararán este tema para las Ultreyas zonales que se realizarán a fin de mes.
    Perdone el abuso.

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  3. Ya he tomado nota de lo que aparece en este Blog con la ayuda del "buscador"

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  4. El buen libro es una voz viviente, dos inteligencias, dos corazones, que dialogan. Alguna vez se han comparado los libros con las abejas que, absorbiendo la esencia de las flores, llevan el polen de una inteligencia a otra.

    En la lectura deben cuidarse dos cosas: escoger bien los libros y leerlos bien. Un buen libro es aquel que se abre con interés y se cierra con provecho pues la lectura conduce a avivar el ingenio del hombre y le enseña a pensar, como dice el Papa Pio XII en la entrada. Pero este provecho sólo se consigue después de masticados y digeridos." Se siente" pero como dice una frase que vuela por la red: "el despertar va a ser duro, twitter no te hace sabio".

    Según John Ruskin, elegir la lectura es tan necesario como elegir los alimentos. Existen libros del momento y libros de todo momento. La vida es corta, las horas de descanso pocas, no debemos malgastarlas en leer libros sin valor; los buenos libros son los que merecen una segunda lectura. “Dime lo que lees y te diré quién eres pero te conoceré mejor si me dices lo que relees”. (François Mauriac, escritor católico cuyos personajes presentan el conflicto de la fe con la sed de placer).

    Cuando alguien me regala, con toda su buena voluntad, el último best sellers tiemblo pues, además de tu gratitud ¡Quiere que lo leas!

    ¿Cómo sabe todo el mundo que está de vacaciones don Javier? Me habré despistado ante alguna línea de las entradas. Si es así ¡Felices vacaciones!

    En oración ¡Qué Dios les bendiga!

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