lunes, 10 de diciembre de 2012

Perspectivas del Adviento

Tomando en nuestras manos el Calendario romano y las normas del año litúrgico, veremos una perspectiva global del tiempo de Adviento.

Cada año, una y otra vez, es conveniente recordar las pautas litúrgicas y espirituales de este tiempo para vivirlo intensamente. 
 
Una catequesis debe volver una y otra vez, recordando, actualizando, profundizando, para no dar cosas por sabidas, sino volver sobre ellas, avanzando en su vivencia y conocimiento.

El Adviento presenta una doble dimensión que hemos de tener en cuenta para vivirlo:

"El tiempo de Adviento tiene una doble índole: es el tiempo de preparación para las solemnidades de Navidad, en las que se conmemora la primera venida del Hijo de Dios a los hombres, y es a la vez el tiempo en el que por este recuerdo se dirigen las mentes hacia la expectación de la segunda venida de Cristo al fin de los tiempos. Por estas dos razones el Adviento se nos manifiesta como tiempo de una expectación piadosa y alegre" (Calendario romano, n. 39):
 
  • Hasta el 16 de diciembre inclusive, la mirada es escatológica: el final de los tiempos y es la espera piadosa y alegre de la parusía, del retorno del Señor pero en gloria y majestad. Las lecturas, las oraciones y los cantos deben mirar más a esta dimensión final. El prefacio (el I y el III, que son los que se cantan estos días) recuerda la venida gloriosa del Señor y los tiempos últimos.
  • A partir del 17 de diciembre, toda la liturgia del Adviento, en sus ferias mayores, se centra en la preparación inmediata a la Navidad, a la primera venida del Hijo del hombre en el seno virginal de Santa María. Cambia la perspectiva, el tono de las oraciones es más "navideño" y mariano, la clave de todo son los evangelios de esas ferias mayores. Los prefacios, II y IV, los que se reservan para estos días, destacan la centralidad de la Virgen María y la inminente llegada del Señor.
 
Las características litúrgicas de este tiempo tienden a alimentar nuestra esperanza, con alegría, pero con moderación, y muchos elementos se reservan para que destaquen con energía renovada en el tiempo de la santa Manifestación del Señor:
-el Gloria no se canta para entonarlo junto con los ángeles en la Misa de medianoche; (claro, el Gloria según la letra del Gloria, no cualquier cancioncilla con la palabra "gloria");

-las flores son moderadas en el exorno, para que todo sea esplendoroso en el ciclo de Navidad; por ejemplo, la misma corona de Adviento se prepara con ramas verdes;
-las vestiduras moradas/violetas aguardan el blanco o dorado de los vestidos litúrgicos de la Navidad...
Además:
"El tiempo de Adviento comienza con las primeras Vísperas del domingo que cae el 30 de noviembre o es el más próximo a este día, y acaba antes de las primeras Vísperas de Navidad. Los domingos de este tiempo se denominan domingo I, II, III, IV de Adviento. Las ferias del 17 al 24 de diciembre, inclusive, tienen la finalidad de preparar más directamente la Navidad" (Instrucción Calendario Romano, ns. 39-42).

"En tiempo de Adviento se emplearán el órgano y los otros instrumentos musicales, y también se adornará el altar con flores, con la moderación que conviene a la índole de este tiempo, sin adelantarse a la plena alegría de la Navidad del Señor. El domingo Gaudete (III de Adviento) puede usarse el color rosado" (Caeremoniale Episcoporum, nº 236).

“El morado o violeta se emplea en el tiempo de Adviento” (IGMR 308d). “No se recita el Gloria en Adviento” (cf. IGMR 31).

Sabiendo estos rasgos generales de la liturgia y la espiritualidad podemos vivir mejor este Adviento y configurarnos con el Misterio de Cristo.


¡Sólo una cosa más!


Para la oración personal y la homilía el peso fuerte cae sobre:

-la primera lectura hasta el 16 de diciembre inclusive (el evangelio se busca a partir de la lectura semicontinua de Isaías como cumplimiento de la profecía; a partir del 17 de diciembre, el centro es el Evangelio,

-la oración colecta de cada día

-las preces de Laudes, ¡que son deliciosas!

10 comentarios:

  1. Estupendo: “…para no dar cosas por sabidas, sino volver sobre ellas, avanzando en su vivencia y conocimiento”. Una de las dificultades que nos encontramos a la hora de la nueva evangelización es que nuestros amigos y compañeros bautizados dan todo por sabido cuando realmente no tienen ni idea o atesoran en su cerebro un montón de tópicos.

    Me reía yo sola esta mañana en el despacho al leer la entrada recordando las reacciones del personal cuando le hablas de la parusía: “vale pero todavía no, que se espere un poco” (a veces lo dice claramente su boca y otras veces lo dicen sus ojos).

    Sí, me reía porque, aunque el anhelo de la llegada del Señor debería ser en nosotros tan fuerte como lo fue en los primeros cristianos, esta reacción no deja de revelar que la vida terrenal, a pesar de todo, es muy bella porque procede de Dios.

    Me encanta: “no cualquier cancioncilla con la palabra "gloria"

    Resalto: las preces de laudes.

    ¡Ven, Señor Jesús!

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    1. Julia María:

      Ojalá todos, y yo el primero, tuviéramos el anhelo real por la venida de Cristo. Pero tenéis vos razón, señora mía, en el fondo amamos esta vida terrenal porque es muy bella ya que procede de Dios. San Pablo ya decía que, en lugar de la muerte, prefería ser revestido por la inmortalidad...

      Y lo del "Gloria", es que no tiene nombre!!! Cantos como "Gloria, gloria, aleluya... en nombre del Señor", " No sé cómo alabarte, ni qué decir Señor... Gloria, gloria", son insultantes. Un himno del siglo II-III, antiquísimo, verdadera alabanza a Dios, sustituido de mala manera por cualquier canto con la palabrita "Gloria". Es aberrante.

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  2. El color del texto es muy adecuado con el tiempo litúrgico. Me gustado mucho este párrafo:

    "Una catequesis debe volver una y otra vez, recordando, actualizando, profundizando, para no dar cosas por sabidas, sino volver sobre ellas, avanzando en su vivencia y conocimiento"

    Porque a veces creemos que lo sabemos todos y le Misterio nunca puede ser comprendido y asimilado en su totalidad. Cada año es una oportunidad de profundizar un poquito más. Además la Navidad merece un poquito adicional de esfuerzo.

    Que Dios le bendiga D. Javier :D

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    1. Néstor:

      Las catequesis de Adviento, todas, van en el tono morado-violáceo; las específicas de Navidad, en marrón oscuro-dorado... para que visualmente ayuden también a situarnos.

      Vuelvo aquí una y otra vez, anualmente, con las mismas catequesis sobre los tiempos litúrgicos. La buena repetición forma parte de cualquier pedagogía, a mi entender.

      Saludos.

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  3. Maravilloso como nos introduce en los signos litúrgicos para que al verlos nos ayuden a la contemplación.
    No me ha quedado muy claro lo de la Corona de Adviento. He preparado una para la Misa del 12 en el colegio y la he adornado con flores de vadidad,además de sus velas moradas y la rosada y un gran lazo rojo. ¿Debería ser menos "colorida"? tal vez austera. Un gran saludo a todos, ya pronto a tomar el descanso merecido.

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    1. Bueno, tal vez no consista en poner menos colorida para el Adviento, sino en que al llegar la Navidad poner algo mucho más brillante. Me da por pensar que tal vez se trata del contraste entre la espera y la llegada. La llegada es un estallido de alegría

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    2. María Auxiliadora:

      No se preocupe en exceso por los colores. La respuesta de Antonio Sebastián es muy acertada y en ella tiene la solución.

      A ambos, saludos.

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  4. Si, muchas gracias, Padre, es estupendo no dar las cosas por sabidas. ¡¡Qué bien hace recordarlas cuando llega el momento!! Yo personalmente hecho mucho de menos la música de órgano. Pero prefiero el silencio a algunas músicas.
    DIOS le bendiga, Padre.
    Abrazos.

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    1. El órgano es delicioso en la liturgia.

      Otras músicas, si se adecúan a la liturgia, no deberían ser estorbos. Pero el criterio es su santidad y belleza de formas... y no todas las músicas cumplen esos requisitos.

      Un abrazo

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