domingo, 9 de diciembre de 2012

El mayor desafío es la crisis de fe

Conocidos son los síntomas, y creo que ahondar en los síntomas es dar vueltas a lo mismo, a lo que todos vemos y vivimos, rodeados de un ambiente secularizado. Al menos, en Europa, en esta civilización occidental. Algunos, ilusionadísimos con lo que viven, sólo cifran la crisis de fe en causas eclesiales: la "institutición" anticuada y toda esa monserga, ese soniquete repetido hasta la saciedad. Proponen una vuelta al personaje "Jesús de Nazaret" con una referencia a los valores de la solidaridad, la fraternidad, la igualdad y la libertad (o sea, la más pura Ilustración y modernidad), olvidando la salvación ofrecida por Jesucristo, Hijo de Dios, por su cruz y su resurrección.

Otros, también un poco ajenos a la realidad, sólo culpan al mundo, a la sociedad, sin una mirada real; la crisis de fe se ve influenciada por la secularización, es evidente y palpable, pero también a la tibieza y medianía de los hijos de la Iglesia muchas veces. Algunos de ellos, además, dan un paso más, demasiado arriesgado porque se precipitan en el abismo, donde la crisis de fe se debe, sin más, al Concilio Vaticano II al que denostan, denigran, etc. ¿Un Concilio Ecuménico sancionado y promulgado por un Papa junto al Colegio episcopal va a ser el responsable de la crisis de fe? En todo caso, lo serán las falsas interpretaciones y aplicaciones de la doctrina conciliar.

Más que los síntomas, habrá que atajar las causas de la crisis de fe. 

Para evangelizar, y antes incluso, para vivir eclesialmente y ser fiel a Dios, hemos de superar y dar respuesta al desafío que supone la crisis de fe.

Vayamos a las palabras del Papa:

"Como sabemos, en vastas zonas de la tierra la fe corre peligro de apagarse como una llama que ya no encuentra alimento. Estamos ante una profunda crisis de fe, ante una pérdida del sentido religioso, que constituye el mayor desafío para la Iglesia de hoy. Por lo tanto, la renovación de la fe debe ser la prioridad en el compromiso de toda la Iglesia en nuestros días. Deseo que el Año de la fe contribuya, con la colaboración cordial de todos los miembros del pueblo de Dios, a hacer que Dios esté nuevamente presente en este mundo y a abrir a los hombres el acceso a la fe, a confiar en ese Dios que nos ha amado hasta el extremo (cf. Jn 13, 1), en Jesucristo crucificado y resucitado..." (Disc. a la Comisión Teológica Internacional, 27-enero-2012).

Lástima que el Papa no prosiguiese por esa línea y prefiriese seguir por el verdadero ecumenismo, sentando un programa base y unas directrices claras de actuación.

Las discusiones y hasta peleas "bizantinas" en torno a temas muchas veces periféricos en la Iglesia (blogs, comentarios, foros), parecen reflejar a las claras una real crisis de fe, más preocupados en apariencias y esteticismos litúrgicos que en la vida sobrenatural de fe.

El reto, el desafío, aquello que Dios nos pone hoy por delante a todos es responder a esa crisis de fe, donde Dios no cuenta y ha sido silenciado, arrinconado. ¡Eso es lo que nos debe realmente preocupar!

12 comentarios:

  1. La crisis de Fe tiene mucho que ver con el traslado de la misma, hacia otras instancias e ídolos modernos.

    En el mensaje de la Inmaculada de este año, BXVI nos señala justamente eso:

    "Hay una segunda cosa, aún más importante, que la Inmaculada nos dice cuando estamos aquí, y es que la salvación del mundo no es obra del hombre - de la ciencia, de la tecnología, de la ideología -, sino es por la gracia."

    Hoy en día el estado, la ciencia, las asociaciones, incluso las estructuras eclesiales, se hacen merecedoras de nuestra fe, por lo que terminamos creyendo más en los reflejos que el fuente de la luz.

    La pregunta del millón es cómo revertir esto y volver a atraer la Fe hacia el Señor. Yo no se la respuesta, sobre todo porque no puede ser abordada desde la planificación únicamente. Hay mucho de testimonio y de valentía, que son asignaturas pendientes.

    Un abrazo en el Señor D: Javier. Feliz y santo Domingo :)

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    1. Creo, amigo Néstor (¡Qué de tiempo sin escribir aquí!, eh?), que eso se suele llamar el giro antropocéntrico. Se ha puesto al hombre mismo como ídolillo, realmente frágil, y sus construcciones domésticas (ciencia, tecnología, ideología, iphone, ipad, etc. etc. etc).

      Ante la crisis de fe, o el debilitamiento de la fe, el primer camino para mí sería el anhelo reforzado de la santidad para todos los bautizados. Seamos santos... y lo demás vendrá por añadidura.

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    2. Cierto... se nota que voy bajando el ritmo de trabajo y además tengo que esforzarme por vivir el Adviento ¿Que mejor que leer sus catequesis? Así que ya que el Guadalquivir pasa por Córdoba... me tiene de nuevo aquí. Echaba de menos comentar y disfrutar de su blog...

      Que Dios le bendiga :)

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  2. Totalmente de acuerdo, don Javier, aunque no alcanzo el significado del inciso final del penúltimo párrafo: “… apariencias y esteticismos litúrgicos que en la vida sobrenatural de fe”.

    “… habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como Dios ni le dieron gracias… se ofuscaron en sus razonamientos… Alardeando de sabios, se hicieron necios…”(Rom ). “Si una vez retirados de las corrupciones del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, de nuevo se enredan en ellas y se dejan vencer, sus finales se hacen peores que sus principios… se volvió el perro a su vómito, y la cerda, lavada, vuelve a revolcarse en el barro” (2Pe).

    María, a diferencia de Eva que ve a Dios como enemigo de su felicidad, vence el engaño de la serpiente cuando acepta a Dios sin condiciones.

    Al Rey que viene, al Señor que se acerca, venid, adorémosle.

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    1. Querida amiga:

      No quiero matizar lo de "apariencias y esteticismos litúrgicos", para no herir susceptibilidades. Quienes me conocéis podéis muy bien leer entre líneas. Peleas absurdas por detalles y formas... y a veces muy muy muy poca sed de Dios y de santidad, sino de lo formal, lo exterior. Y sigo sin matizar más este pensamiento porque quienes me conocéis y leéis estas catequesis podréis saber por dónde voy.

      ¡Ay María! ¡Qué distinta de Eva! La virgen María se convierte en abogada de la virgen Eva. ¡Casi nada!

      Un saludo

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  3. Al principio de su escrito se habla de culpa. Yo tiendo a verme como responsable, asumiendo la parte de culpa correspondiente. Por mi cabeza tiende a pasar con frecuencia la frase: "lo mucho que queda por hacer es lo ínfimo que cada uno de nosotros deja por hacer". Es bueno asumir la parte de responsabilidad que a cada uno le toca. Una vez hecho esto, suele ser más eficaz aparcar los lamentos y actuar. Ya todo está en los Evangelios. En el AMAR todos verán que sois mis discípulos. Nos dedicamos a AMAR, con la Gracia de DIOS. Lo demás va solo. Abrazos en CRISTO, Padre. Gracias.

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    1. Todos tendremos parte de culpa. De acuerdo. Pero me resulta cansino ya, aburridísimo, esa culpabilización constante de los católicos como si nunca acertáramos en nada. ¿No hay gérmenes de santidad hoy en el mundo?¿No hay personas creyentes, volcadas en Dios? ¿No hay almas eclesiales? ¡Sí!

      La crisis de fe, o mejor y más hondo, la secularización de la fe, corresponde a muchos y variados factores. Seamos realistas en nuestro análisis.

      Amar es imprescindible, concedido. Pero también manda el Señor "id y predicad", también manda el Señor: "sed santos"... Es todo un conjunto de cosas.

      Un abrazo.

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  4. Dice vd:

    "El reto, el desafío, aquello que Dios nos pone hoy por delante a todos es responder a esa crisis de fe, donde Dios no cuenta y ha sido silenciado, arrinconado"

    Asi es, hemos de respnder a esta crisis de fe, que es una crisis de pecado.

    Por eso respondemos primero proclamando a los cuatro vientos la primacía de la gracia, que nos da el creer y el ser creyentes.

    Es el mensaje-guía de la Novo millennio ineunte de Juan Pablo II.

    un abrazo fortísimo

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    1. Alonso Gracián:

      Le agradezco que escriba en el blog, porque también vd., como Néstor, va desaparecido de esta comunidad.

      ¡Me toca vd. un punto sensible! Para mí la Novo millennio ineunte es una Carta Magna, una guía segura. Incluso preparé Ejercicios de una semana a partir de este documento porque traza un itinerario muy real y sólido.

      ¡Primacía de la gracia!: santidad, oración, etc... enmarcado todo en la contemplación del rostro de Cristo.

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  5. Vd se pregunta, para que muchos reflexionen:""¿Un Concilio Ecuménico sancionado y promulgado por un Papa junto al Colegio episcopal va a ser el responsable de la crisis de fe?"

    Pregunta importante.

    La respuesta obviamente es NO.

    Porque no importa si el Concilio fue pastoral o dogmático, infalible o falible. Lo único que importa es que es un Concilio, y que el poder de Dios no declina, porque es un Concilio de la Iglesia.

    A no ser que creamos que la Iglesia es abatible por el mal y que el error puede violentarla y rendirla.

    Toca confiar, ser fiel, orar, suspender el juicio si hay algo que no entendemos, y acudir al Magisterio como un cuerpo orgánico de verdades interconexas y no yuxtapuestas.

    Como bien dice vd, toca comportarse eclesialmente y ser fiel.

    Saludos

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    1. Su comentario es un excelente recordatorio de un principio que a algunos nos enseñaron: “…suspender el juicio si hay algo que no entendemos…” Y mis "maestros" hubieran añadido: “y, tras ello, valora, ante Dios y en orden al cumplimiento de su plan de salvación, si debes callar o hablar y, si decides hablar, elige cuidadosamente cómo, dónde y ante quién.

      Perfecto resumen: “eclesialmente y fiel”.

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    2. Alonso y Julia María:

      Estoy demasiado de acuerdo con vosotros. No añado nada.

      Ya seguiré con las otras catequesis respondiendo cuando pueda.

      Han dado vds. en la diana.

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