lunes, 10 de septiembre de 2012

Limitaciones del uso de "Pueblo de Dios"

Hemos dedicado ya varios artículos / catequesis a explicar cómo y porqué, en qué sentido y qué valor tiene la categoría teológica de "Pueblo de Dios" aplicada a la Iglesia. Sus valores son indudables, ya los vimos y los citamos ampliamente. Pero posee también sus límites:

1. Pueblo de Dios es una imagen de la Iglesia que debe complementarse con otras: Iglesia Sacramento, Cuerpo de Cristo, Templo del Espíritu. Cada una de ellas posee matices y todas englobadas expresan el Misterio de la Iglesia. Una sola de ellas, aislada, mutilaría la comprensión de la Iglesia misma.

2. El segundo límite es el uso que se le ha dado a la categoría "Pueblo de Dios" en el lenguaje común; se ha pretendido ver en ella una expresión que señalase una radical igualdad de todos en la base, una secularización de su ser sobrenatural tomando a la Iglesia como un grupo mirado y valorado sólo sociológicamente, y, por último, introduciendo la idea de una democracia interna de la Iglesia, donde todo debe ser elegido por todos democráticamente.


Por ello, al decir Pueblo de Dios debemos tener cuidado para saber qué va a entender el oyente o interlocutor. Y al emplearla, hacerlo con el contenido real que posee, siguiendo a la Constitución Lumen Gentium, complementando "Pueblo de Dios" con las imágenes de Cuerpo de Cristo, Esposa de Cristo, etc.

Tras el Concilio se manifestaron dos tendencias fundamentales:


"por una parte, un reduccionismo, que de la eclesiología conciliar retiene tan sólo la expresión "pueblo de Dios"; por otra, una metamorfosis y amplificación de su significado en el sentido de una interpretación sociologizante de la idea de Iglesia.

El vocablo "pueblo" se propone como un concepto que debe elaborarse bajo una luz sociopolítica. Si la Iglesia puede definirse con el concepto de "pueblo", entonces la mejor manera de determinar su esencia y su orden jurídico es hacerlo desde puntos de vista sociales y políticos. Así, la expresión "pueblo de Dios" se convierte en vehículo de una idea de Iglesia antijerárquica y antisacral, incluso una categoría revolucionaria, que se asume como base para concebir una nueva Iglesia" (Ratzinger, Iglesia, ecumenismo y política, p. 25s).

Es evidente que esta interpretación ni es bíblica, ni patrística, ni eclesial:

-parte de una idea sociologizante de la Iglesia

-se reduce la visión de la Iglesia a algo político y social

-expresa muchísimas veces un deseo antijerárquico (el pueblo es la mayoría, el pueblo debe tener voz y voto) y antisacral (se olvida que es "de Dios" para convertirlo en grupo humano-social religioso)

-sirve para expresar el deseo de una "nueva Iglesia", hecha al gusto de la mayoría...

Pero nada de esto responde a la realidad; nada de esto corresponde a la verdad del Misterio de la Iglesia.

6 comentarios:

  1. A pesar de las posibles reinterpretaciones, creo que no hay que dejar de hablar de la Iglesia como pueblo de Dios. El trasfondo bíblico pesa mucho.

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    1. Sí, Adolfo, hay que utilizarlo. Pero a mí -personalmente- me lo han predicado tantas veces en mal sentido, es decir, sociológico, que hago una llamada a la prudencia y a exponer "Pueblo de Dios" en todas sus vertientes.

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  2. Creo que hay que dar gracias a DIOS, también porque la Iglesia no sea democrática. La VERDAD solo la tiene DIOS, los demás no la tenemos. Siempre es más conveniente regirse por la VERDAD, que por la democracia. Alabado sea DIOS. Gracias, Padre.

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    1. Desde luego, estimado feligrés no solamente virtual sino real:

      La verdad no es democrática, y la democracia es un simple reparto de poderes; mejor siempre regirse por la verdad que por la democracia y la Iglesia es Columna y fundamento de la verdad.

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  3. ¡Ni yo lo hubiera dicho mejor! ja, ja.

    En serio: a mi me gusta, me identifico, con el significado de "pueblo de Dios" en su sentido de pertenencia: pondré mi ley en sus corazones, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo (Jeremías). Somos suyos individual y colectivamente, ya no nos pertenecemos.

    ¡Qué Dios les bendiga!

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    1. Mi querida amiga abogada:

      No sólo vd. sabe emplear la oratoria forense, Nos también sabemos los recursos oratorios para transmitir algo (jeje).

      Me ha gustado la cita que trae de Jeremías y aporta una luz especial a la catequesis. Podríamos alabar al Señor con el salmo diciendo: "Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad".

      ¡Ah! Me dio mucha alegría la participación de "La colmena". Se lo digo sinceramente.

      Con todo respeto... un beso, amiga mía.

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