sábado, 22 de septiembre de 2012

Condiciones y libertad y función de la enseñanza escolar y universitaria

Palabras del Papa:

"La Iglesia en Ecuador tiene una fructífera historia en el área de la instrucción de la niñez y juventud, habiendo ejercido su obra docente con particular abnegación en regiones lejanas, incomunicadas y depauperadas de la Nación. Es de justicia que no se ignore esta ardua tarea eclesial, ejemplo de sana colaboración con el Estado. Antes bien, la comunidad cristiana desea seguir poniendo su larga experiencia en este campo al servicio de todos. Por ello, tiene su mano abierta para concurrir a la elevación del nivel cultural, que constituye un desafío prioritario para el recto progreso humano, lo cual reclama al mismo tiempo aquella libertad sin la cual la educación dejaría de ser tal. En efecto, la identidad más profunda de la escuela y la universidad no se agota en la mera transmisión de datos o informaciones útiles, sino que responde a la voluntad de infundir en los alumnos el amor a la verdad, que los conduzca hacia aquella madurez personal con que habrán de ejercer su papel de protagonistas del desarrollo social, económico y cultural del País. Al aceptar este reto, la Autoridad pública ha de garantizar el derecho que asiste a los padres, tanto de formar a sus hijos según sus propias convicciones religiosas y criterios éticos, como de fundar y sostener instituciones docentes. En esta perspectiva, es también importante que la Autoridad pública respete la identidad específica y la autonomía de las instituciones educativas y de la universidad católica... 
Por otra parte, en virtud de sus derechos educativos, los padres tienen que contar con que la libertad de educación sea promovida también en las instituciones docentes estatales, donde la legislación seguirá asegurando la enseñanza religiosa escolar en el marco curricular correspondiente a los fines propios de la escuela en cuanto tal" (Benedicto XVI, Discurso al nuevo Embajador de Ecuador, 22-octubre-2010).

 Aquí, con suma brevedad, se exponen los principios de lo que debe ser, en primer lugar, la aportación de la Iglesia en el sistema educativo, y además, las líneas de la enseñanza religiosa escolar y de los propios colegios y universidades católicas, que deben recibir el apelativo "católicos" si preservan su identidad y no la van edulcorando a medida que adoptan los principios secularizados del mundo (lenguaje vacío y banal: solidaridad, paz, ecologismo, Madre tierra, valores, tolerancia, consenso, etc.). 

¿Cuáles son las líneas de actuación que sostienen lo que se puede llamar "católico"?

-La Iglesia presta una colaboración inestimable con el Estado mediante su oferta educativa, amplísima. Sin ella, difícilmente el Estado podría asumirlo todo. No nos hacen "un favor" con dejarnos nuestras escuelas, colegios y Universidades; prestamos un gran servicio social y no podemos vivir pendientes de las últimas tendencias políticas -del Gobierno de turno- pensando que son ellos los que nos hacen un favor a los católicos. ¿Por qué estamos siempre acomplejados?

-Y como una dimensión irrenunciable de la persona es la religiosa-trascendente, el Estado debe facilitar la enseñanza religiosa escolar libre para quienes la elijan, sin injerencias, sin desplazarlas a horas no lectivas o combinarlas con horas libres en clara desigualdad.

¡Amplia reflexión del Papa! Era un discurso para Ecuador pero claramente extrapolable a otros países y realidades culturales.

-La educación católica debe distinguirse por elevar el nivel cultural, esto es, la alta calidad de sus enseñanzas, la profundidad con la que se exponen y la apertura de miras que provoca en el alumno buscando la Verdad. La calidad de la enseñanza tiene que ver siempre con el nivel cultural que transmite y con el desarrollo personal en el que se suscitan preguntas y se les ayuda a buscar mejores respuestas siempre. Es algo más que una transmisión académica: es una formación personal. Este principio de subsidiariedad conlleva respetar a los padres en la elección de los centros educativos así como la posibilidad real de exitsir centros educativos católicos en la libertad que el Estado debe preservar.


-El Estado ejerce una responsabilidad subsidiaria y no es el gran tutor de los alumnos y de los ciudadanos; si así lo fuere, seria una dictadura revestida de ropaje democrático; los padres son los primeros educadores en todo y pueden tener la libertad de optar por un centro u otro según el ideario educativo.


10 comentarios:

  1. No nos hacen "un favor"…¿Por qué estamos siempre acomplejados?

    Ha hecho, don Javier, una de las preguntas que es absolutamente necesaria en España. Ayer un compañero de trabajo entre bromas y veras me dijo casi textualmente. “no te dejes comer el coco por la Iglesia que ya ves lo que pasa (en alusión a la reacción que se ha producido con ocasión del video sobre Mahoma)”.

    No me fue posible responderle en el momento porque me dirigía a una reunión de trabajo pero el lunes tendrá cumplida respuesta. Muchas veces me pregunto: ¿a qué tenemos miedo?


    Viene siendo tan evidente, desde hace ya mucho tiempo, la imposición de una dictadura de ropaje democrático que es difícil entender la ceguera de tantos católicos.

    ¡Qué Dios les bendiga!

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  2. Julia María:

    Vd. y yo últimamente caminamos demasiado de acuerdo. No está bien eso: le quita ironía, mordacidad, a nuestra relación (jeje).

    ¡¡Pobre compañero de despacho el lunes!! Pero sí, se merece una cumplida, amplia y sólida respuesta.

    Lo de la "dictadura del relativismo" no es mero concepto filosófico, sino el ambiente vital en que sufrimos y vivimos.

    Un gran abrazo, mi querida letrada.

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  3. Lo que es correr por hacer más cosas. El comentario anterior tendría que ir como "respuesta" a Julia María. Lo siento.

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  4. Bueno, padre, de nuevo con la educación, y eso está muy bien. Creo que ya le comenté lo que siento sobre este chiringuito de la educación. Estas hermosas palabras solo confirman y hacen mi convicción mucho más fuerte. Sigo lamentando que este chiringuito se centre en ensañar (me ha salido el error, pero lo dejo, porque creo que es pertinente) lo de las tic, y desentenderse del intelecto y sobre todo del alma. Enseñar como funcionan los medios, y no enseñar a pensar y a descubrir el alma, me parece un error letal y fatal. Y perdone que me ponga pesadito con la cosa del chiringuito.
    Muchas gracias, Padre, DIOS le bendiga. Abrazos

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    1. Antonio Sebastián:

      Tranquilo, que no me parece pesado. A cada cual le aprieta su zapato y eso es lo que más le duele.

      Estas catequesis sobre enseñanza, estudio, educación, etc., deben servir para que todos, estemos o no en el mundo docente, tengamos ideas claras y católicas sobre estos aspectos.

      Hay que formar en todos los campos. Eso intento.

      Un abrazo.

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  5. Don Javier: Nuestros políticos viven de espaldas a la educación y a la libertad de los padres para la libre elección de centros educativos. ¿Por qué será que en todos los colegios de órdenes religiosas es donde, año tras año, hay que proceder a sorteos y quedan fuera muchos niños que los habían pedido?... Y eso que muchos padres no solicitan esos colegios para sus hijos porque saben de antemano que no van a tener ninguna opción por las normas discriminatorias que imponen los políticos de turno para obtener plaza: Hermanos en el centro, cercanía, familia monoparental,declaración renta... Conozco el caso de una amiga que quiere educación católica para su hijo y vive a 50 metros de un colegio de religiosas... ¡pues su hijo se ha quedado fuera! No le parece de chiste...

    Un abrazo.
    Mateo

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    1. Mateo:

      Realmente es tremendo. Nos acorralan por todos lados, pero como dice S. Pablo (2Co 4), pero no nos rematan. Seguimos y seguiremos luchando.

      En todo esto hay un problema de fondo: la democracia se ha investido a sí misma de relativismo, pero un relativismo dictatorial. Y encima no se puede cuestionar el sistema actual porque uno queda señalado si se sale de lo "políticamente correcto".

      Un gran abrazo.

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  6. Padre, tal vez por ahí esté el camino, que nos señalen. En lugar de un estigma, debería ser nuestro sello, nuestro "orgullo". Es más, deberíamos buscar precisamente eso, sería señal de estar en el buen camino

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    1. Antonio Sebastián:

      Ni acobardarnos ni buscarlo, provocándolo. Aceptando lo que venga, con libre disponibilidad.

      Un abrazo

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  7. Creo que los padres somos los primeros que no nos tomamos en serio la educación de nuestros hijos. No la valoramos y así nos va. Si diéramos ejemplo y nos vieran interesados en formarnos de manera continua, a lo mejor a los niños y jóvenes, se les pegaba algo.

    Pero claro, si no valoramos la educación ¿Cómo vamos a valorar que tenga un sustrato cristiano?¿Cómo vamos a valorar que la Iglesia se implique en ello?

    Mal andamos.

    Que Dios le Bendiga :)

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