domingo, 1 de julio de 2012

Sugerencia para lectores (IV) - Estás como servidor

Lo tomamos de CNPL (Francia), Proclamar la Palabra, CCS, Madrid 2010, pp. 55-56.

"Tu función es importante, pero no te inquietes:
empieza por hacerlo lo mejor posible;
lo demás irá viniendo poco a poco...

Estás al servicio de la Palabra de Dios

Para que la sagrada Escritura que lees,
se convierta para todos en Palabra de Dios,
es necesario que primero lo sea para ti:
tómate cinco minutos para prepararla y empaparte de ella;
realmente vale la pena.

Lo más importante de una palabra es quien la dice.
Tú lees, pero es Dios quien habla hoy por medio de tu voz;
que toda tu persona lo haga presentir.
Una palabra verdadera, cuando es acogida, suscita el diálogo:
lee pues, de manera que mueva a responder a Dios.

Estás al servicio de la asamblea

Tus hermanos se unen a la oración del sacerdote
hasta el momento del amén:
ora con ellos, no te desplaces hasta entonces.
Para que el libro de las Escrituras se transforme en Palabra,
ábrelo con decisión a la vista de todos, haz que "exista".
Mantente firme en pie; el cuerpo derecho sin rigidez;
las manos sobre el ambón,
así estarás más cómodo y todos lo estarán contigo.
Respira hondo, airea la Palabra:
facilitarás una escucha tranquila y orante.
Espera a que todos estén sentados, en silencio, atentos.
Sólo entonces, toma contacto con la asamblea
por la mirada y comienza:
lee el titulo / mira de nuevo a la asamblea / continúa.




Un orador mira al público, ojeando a un tiempo sus papeles;
tú, lector, mira la Escritura que proclamas a tus hermanos...
No trates de mirar a un tiempo el libro y a quienes te escuchan;
pon tu atención en articular con naturalidad el texto
(fíjate en los espacios en blanco);
párate entonces y, tranquilamente,
vuelve a tomar contacto con la mirada.
Pero, ¡atención!, los ojos van más deprisa que los oídos de los oyentes:
habla al paso de sus oídos y de los oídos de su corazón.
He aquí un buen test: ten la impresión de ser ridículo por la lentitud
[pero es subjetivo: si al lector le parece que va lento, el oyente lo percibe normal].

Adelántate (no es difícil) a las palabras que puedan comprenderse mal,
poniendo toda tu atención en pronunciarlas bien.
No te dirijas sólo a las personas que ocupan las primeras filas;
piensa primero en las que están al fondo de la iglesia.

Si te equivocas, procura seguir tranquilo
y distendido y retoma la lectura,
todo el mundo se puede equivocar, ¡eso ya lo sabe la asamblea!"

10 comentarios:

  1. El católico, servidor porque es seguidor de Aquel que vino a servir dando su vida en rescate por muchos, salvando lo que estaba perdido, es constituido por el bautismo servidor para el bien del Reino y de la comunidad eclesial. Magistralmente expresa el servicio el Maestro con la pregunta tajante y muy lejana de imágenes dulzonas a los hijos de Zebedeo: ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber? Así nuestro único servicio es la trasmisión, apasionada y a cualquier precio, del Evangelio, de la historia de la salvación, de la llegada del Reino de Dios, pues toda acción está dirigida a este servicio o es consecuencia de él.

    Cuando el evangelista san Juan sustituye la narración de la institución de la Eucaristía por el relato del lavatorio de los pies tiene un propósito. Y a Juan se puede calificar de muchas formas pero nunca de obvio. A mi juicio, cuando Jesús se ciñe la toalla no realiza un simple acto de humildad sino que evoca claramente la visión de Isaías sobre el reino. El lavatorio de los pies contiene y trasmite claramente la enorme carga de tensión en el dramatismo de la conversación entre Jesús y Pedro cuando el futuro papa, cegado por su amor carnal, no capta la importancia soteriológica de la muerte de Jesús, el amor hasta el término (eis télos). A la luz de la resurrección comprenderán los discípulos que el servicio de Jesús consistió en lavar con su sangre los pecados del mundo, de nosotros los hombres, haciéndonos así capaces de sentarnos juntos a la mesa como expresó el cardenal Ratzinger.

    La teoría cristiana sobre el poder y el servicio es tan seductora que se la ha apropiado todo el mundo… de boquilla pero, francamente, servir a Dios y a los hombres movidos por la carne es realmente penoso porque “el grito de muerte de Jesús no cabe, a pesar de Bach, en las categorías del canto" (J. Moltmann, Sobre la libertad, la alegría y el juego).

    ¡Que Dios les bendiga!

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  2. Y añado:

    Esta transmisión apasionada y a cualquier precio de la historia de la salvación es lo que debe impregnar hasta la médula el servicio del lector.

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    1. Así es Julia María. ¡Pasión, convencimiento! Lo que se lee en voz alta en la santa liturgia es acción de Dios que hoy se sigue realizando, no la lectura del acta de la reunión anterior, con su firma y fecha.

      Cuando se da esa pasión, esa convicción, se lee transmitiendo.

      Respecto al servicio, remato su comentario anterior: la servicialidad es ponerse a los pies de los hermanos, hasta la entrega en cruz, no simplemente la humildad. Es más.

      Esa conciencia de servicio ayudará a los lectores a entender lo que hacen y vivirlo mejor y más sencillamente.

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  3. Que bien se aprende esto en Cdad verdad? estoy atenta a sus entradas porque estan llenas del Espiritu Santo....y solo en El podemos escuchar al projimo y a nosotros mismos.....

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    1. Gosspi:

      Esto es una comunidad a su modo, vía Internet, con formación, oración en común (es decir, unos por otros cada día) y testimonio. Debe ayudarnos a vivir católicamente y aprender constantemente.

      Un gran abrazo!

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  4. Tengo una duda sobre la "Aclamación antes del Evangelio" que leemos en la Misa diaría. Hasta hace poco la hacía un hermano religioso que acompañaba al sacerdote a un lado del presbiterio. Ha enfermado y ya no la hace, he visto que el lector de la Primera Lectura y el Salmo continúa con esta "Aclamación".¿ Es correcto hacerlo, o simplemente se omite.?

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    1. Amiga: la "Aclamación antes del Evangelio" y el Aleluya, si no se cantan, mejor se omiten. Pierden fuerza y sentido al ser recitados.

      Siempre pongo el mismo ejemplo: Nadie recita "Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz", sino que se canta. Pues aquí lo mismo. Y si no se va a cantar, mejor omitir algo que por su naturaleza es un canto. Queda demasiado pobre.

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  5. Buenos días don Javier. Magníficas recomendaciones y muy prácticas, muchas gracias. Juntas harían un librillo de apoyo a lectores muy útil para los que no emplean internet.Un abrazo.

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    1. Sí, podría ser un libro. Además, como tantas cosas, tengo en archivo todo un libro -sin publicar- llamado "Escuela de lectores". Espero algún día empezar a publicar.

      Saludos. Pax!

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  6. Estupendos consejos. D. Javier, gracias. Este pasado domingo me "cogieron" para leer la primera lectura y el salmo responsorial y eché de menos no haberla leído antes en casa, como suelo hacer.

    Hay que ir preparado a la Misa... me dije.

    Que Dios le bendiga :)

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