jueves, 29 de marzo de 2012

La acción litúrgica del Viernes Santo

La Misa en la Cena del Señor fue el oficio vespertino al iniciarse el Viernes Santo: Jesús, el Señor, va a vivir la Pascua, esta vez no ritual, sino que el verdadero Cordero va a ser Él, y será inmolado en el árbol de la cruz. La Iglesia se va a unir a Él con la liturgia celebrada el Viernes Santo, austera, sobria y a la vez solemne.

El Viernes Santo, la Iglesia-Esposa nace del costado abierto de Cristo, su Esposo, dormido en la cruz. Cristo, el nuevo Adán, con su costado perforado, permite que salga la nueva Eva, la Iglesia.


Es el primer gran Acto de la Pascua, el drama, la lucha entre Cristo y Satanás, entre Jesucristo y la fuerza del pecado. ¡Es Pascua!, la Pascua de nuestro Señor Crucificado. La Iglesia se recoge en silencio, contemplación y amor. No se reviste de luto, con tonos sentimentales, sino se viste de Pascua. El Cordero de Dios se entrega y su Sangre lava nuestros pecados. El luto, de color negro o morado, se reserva para los difuntos a los que hay que encomendar y orar por sus pecados; el Rey de la gloria no necesita del negro o morado, sino del rojo, aquel color púrpura que vestían los emperadores, el color también de la sangre del primer Mártir, el Testigo fiel.

 La celebración consta de tres momentos fundamentales: la Palabra proclamada, la Adoración de la Cruz, la sagrada comunión como alimento durante el ayuno pascual a la espera de poder celebrar la Eucaristía en la gran Vigilia pascual. Todos los fieles se reúnen, nadie se ausenta, para celebrar la Pascua del Señor en el primer gran acto de este drama supremo. Bien celebrada, con sus correspondientes cantos y la adoración de la Cruz realizada por todos, así como la Comunión, puede ser una celebración popular y devota; pero para eso hay que educar y enseñar qué se hace el Viernes Santo, en qué consiste este Oficio litúrgico.

(Incomprensiblemente, la participación después del Jueves Santo, ¡disminuye!). Recordemos además que posee indulgencia plenaria con las condiciones acostumbradas la participación en esta Acción litúrgica adorando la Cruz (Cf. Manual de indulgencias, 13, 1; no tiene porqué ser con un beso ya que si son muchos los asistentes -una catedral, por ejemplo- y se va a prolongar en exceso, se adora en silencio estando todos de rodillas algunos momentos).  

La descripción litúrgica y el desarrollo ritual de esta celebración pascual nos vienen por la Carta de la Congregación para el culto divino sobre la preparación y celebración de las fiestas pascuales; a la par que señala cómo se realiza, nos va introduciendo en el sentido:
“La celebración de la Pasión del Señor ha de tener lugar después del mediodía, cerca de las tres (15 horas). Por razones pastorales, puede elegirse otra hora más conveniente para que los fieles puedan reunirse más fácilmente: por ejemplo, desde el mediodía hasta el atardecer, pero nunca después de las nueve de la noche (21 horas).

El orden de la acción litúrgica de la Pasión del Señor (liturgia de la palabra, adoración de la Cruz y sagrada comunión), que proviene de la antigua tradición de la Iglesia, ha de ser conservado con toda fidelidad, sin que nadie pueda arrogarse el derecho de introducir cambios. El sacerdote y los ministros se dirigen en silencio al altar, sin canto alguno. Si hay que decir algunas palabras de introducción, debe hacerse antes de la entrada de los ministros.

El sacerdote y los ministros, hecha la debida reverencia al altar, se postran rostro en tierra; esta postración, que es un rito propio de este día, se ha de conservar diligentemente por cuanto significa tanto la humillación del “hombre terreno”, cuanto la tristeza y el dolor de la Iglesia. Los fieles, durante el ingreso de los ministros, están de pie, y después se arrodillan y oran en silencio.

Las lecturas han de ser leídas por entero. El salmo responsorial y el canto que precede al Evangelio cántense como de costumbre. La historia de la Pasión del Señor según san Juan se canta o se proclama del mismo modo que se ha hecho en el domingo anterior. Después de la lectura de la Pasión hágase la homilía, y al final de la misma los fieles pueden ser invitados a permanecer en oración silenciosa durante un breve espacio de tiempo.

La oración universal ha de hacerse según el texto y la forma establecida por la tradición, con toda la amplitud de las intenciones, que expresan el valor universal de la Pasión de Cristo, clavado en la Cruz para la salvación de todo el mundo...

En la ostensión de la Cruz úsese una cruz suficiente, grande y bella... Este rito ha de hacerse con un esplendor digno de la gloria del misterio de nuestra salvación; tanto la invitación al mostrar la Cruz como la respuesta del pueblo háganse con canto, y no se omita el silencio de reverencia que sigue a cada una de las postraciones, mientras el sacerdote celebrante, permaneciendo de pie, muestra en alto la Cruz. Cada uno de los presentes del clero y pueblo se acercará a la Cruz para adorarla, dado que la adoración personal de la Cruz es un elemento muy importante de esta celebración...

Úsese una única cruz para la adoración, tal como lo requiere la verdad del signo. Durante la adoración de la Cruz cántense las antífonas, los “improperios” y el himno que evocan con lirismo la historia de la salvación, o bien otros cantos adecuados.

El sacerdote canta la invitación al “Padre nuestro”, que es cantado por toda la asamblea. No se da el signo de la paz. La comunión se desarrolla tal como está descrito en el Misal. Durante la comunión, se puede cantar el salmo 21 u otro canto apropiado. Terminada la distribución de la comunión, el píxide o copón se lleva a un lugar preparado fuera de la iglesia.

Terminada la celebración, se despoja el altar, dejando la Cruz con cuatro candelabros. Dispónganse en la iglesia un lugar adecuado (por ejemplo, la capilla donde se colocó la reserva de la Eucaristía el Jueves Santo), para colocar allí la Cruz, a fin de que los fieles puedan adorarla, besarla y permanecer en silencio y meditación”.
(Carta sobre las fiestas pascuales, nn. 63-71).
 

Los cantos
de esta celebración deben ser cuidados; recordemos que son:


-el Salmo responsorial, meditativo, contemplativo
-Aclamación a la lectura de la Pasión
-Las oraciones que el sacerdote canta en la oración solemne de los fieles
-La invitación al mostrar la Cruz: “Mirad el árbol de la cruz... Venid, a adorarlo”

-Cantos durante la adoración: “Pueblo mío que te he hecho” (los improperios), “Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección...” (antífona pascual bizantina), el “Stabat Mater” (como sugiere la 3ª edición del Misal romano)
-El Padrenuestro
-Canto de comunión, por ejemplo, el salmo 21 (“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” 

Igualmente, la expresividad ritual de la celebración:

-el silencio inicial y la postración del sacerdote, estando todos de rodillas
-la postura de rodillas al proclamar la muerte de Jesús en el relato de la pasión, también –si parece oportuno- al enunciar el diácono cada intención de la oración de los fieles y después de cada mostración de la cruz
-el modo de adorar el sacerdote la cruz: despojado de la casulla y, si parece oportuno, caminando descalzo
-el beso (y la genuflexión) al adorar personalmente la cruz. 

Los textos eucológicos de esta solemne y austera celebración merecen ser orados con anterioridad para imbuirse de su teología y dar forma a nuestro espíritu para vivir santamente esta celebración. La oración inicial (ad libitum) que reza el sacerdote enmarca con majestuosidad y precisión el fin del sacrificio pascual del Señor:
“Oh Dios, tu Hijo, Jesucristo, Señor nuestro, por medio de su pasión ha destruido la muerte
que, como consecuencia del antiguo pecado, a todos los hombres alcanza.
Concédenos hacernos semejantes a él.
De este modo, los que hemos llevado grabada,
por exigencia de la naturaleza humana la imagen de Adán, el hombre terreno,
llevaremos grabada en adelante, por la acción santificadora de tu gracia,
la imagen de Jesucristo, el hombre celestial.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos”.
 
Cristo en la Cruz es el nuevo Adán de manera que el árbol de muerte del hombre terreno se convierte en Cristo, el hombre celestial, en árbol de vida. De la cruz brota la gracia que suplicamos para que de ahora en adelante llevemos la imagen del nuevo adán en nuestra alma, liberados del pecado de Adán.

La salvación de Cristo crucificado, la Pascua que hoy se celebra, es invocada para todos los hombres, para la humanidad herida. La serie de peticiones de la oración solemne de los fieles revela el sentir de la Iglesia suplicando a su Esposo: se ora por la Iglesia, por el Papa, ministros y fieles, catecúmenos, la unidad de los cristianos, los judíos, los que no creen en Cristo, los que no creen en Dios, los gobernantes y los atribulados. Una serie de 10 peticiones con una invitación diaconal y una oración del sacerdote, con textos dignos de conocerse y asimilarse en el alma.

El fruto ansiado de la participación en esta solemnísima acción litúrgica viene expresado en la oración final, la oratio super populum, donde el sacerdote con las manos extendidas sobre el pueblo pedirá.


Que tu bendición, Señor, descienda con abundancia sobre este pueblo,
que ha celebrado la muerte de tu Hijo con la esperanza de su santa resurrección;
venga sobre él tu perdón,
concédele tu consuelo,
acrecienta su fe,
y consolida en él la redención eterna.

¡Seamos perdonados por la muerte de Cristo, recibamos su consuelo!

Preparemos bien el desarrollo de esta liturgia, cuidando todos sus elementos y sin improvisaciones, y preparemos bien el corazón con los textos litúrgicos y con el fervor. Este díptico puede ser una ayuda.

17 comentarios:

  1. Pues me encanta toda la explicacion sobre la liturgia de este dia tan impresinante....aparece el Misterio de la Cruz...el lugar donde se descansa tan bien y me encuentro conmigo misma en el Misterio del Amor. Tengo el privilegio de celebrarlo asi de cuidadosamente D Javier !!.

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    1. La celebración es impresionante.

      Un hondo silencio y luego una gran multitud, la muchedumbre del pueblo cristiano llenando la iglesia parroquial, orando en silencio, escuchando las profecías y la Pasión, intercediendo, adorando la Cruz, comulgando después.

      Vivamos intensamente este Oficio precioso.

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  2. La Liturgia del Viernes Santo es impresionante y profunda. Merece la pena profundizar en ella para vivirla de verdad.

    Ya que estamos, me atrevo a hacer una indicación al hilo del Viernes Santo. Ese día celebramos la jornada Pro Tierra Santa, lo que le da un plus muy propicio. Lo que recaudemos se envía a la Custodia Franciscana de los Santo Lugares y con esos fondos se consigue disminuir en constante éxodo de cristianos de la región. Ya rondan el 2% de la población, lo que es muy preocupante. ¿Que haremos sin cristianos en la Iglesia Madre? ¿Qué sentido tendrá custodiar piedras si no está presente una comunidad viva? De todas formas, el Señor proveerá según su plan.

    Un abrazo en el Señor :)

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    1. Le dedico mucho interés a esta celebración del Viernes Santo y cada día me gusta más.

      Como soy un bicho raro, en ratos 'libres' he empezado a traducir lo que se hacía en esta feria VI in Hebdomada sancta en los Sacramentarios, Ordines y Pontificales, viendo cómo se hacía, cómo evolucionó, qué se añadió y qué se suprimió, etc.

      (Bien por el recordatorio de la colecta para Tierra Santa)

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  3. Buenos días don Javier. Coincido con Miserere mei Domine, merece la pena detenerse y exprimir bien esta entrada.Un abrazo.

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    1. Gracias, NIP. Es por ello que cada año, llegadas las fiestas pascuales, aquí dedicamos catequesis a cada celebración, para explicarlas, captar su sentido, ahondar en sus textos y ritos. Es un apostolado importante a mi entender.

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  4. Contestaré a los comentarios, Deo volente, esta noche.

    Pero amigos de esta comunidad, según el contador de Adelmails, hemos llegado a las 275.000 visitas. Según el contador de blogger, las 290.000.

    Es verdad que estos días han subido mucho por las búsquedas en Google de cosas, materiales e imágenes de Semana Santa y Pascua, y quienes hayan llegado aquí de ese modo, ojalá les agrade esta comunidad, se incorporen y crezcamos todos.

    No obstante, con esas 275.000 visitas, demos gracias a Dios por tan buen número. ¿No os parece?

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  5. En primer lugar: felicidades por esas más de 275.000 páginas vistas. Que sean el doble.

    Gracias por el artículo. Ojalá muchos lo lean. Ya sabes de qué lares vengo yo y cómo se 'manejan' las 'liturgias' tanto del Jueves Santo como del Viernes Santo... y lo confusas que pueden ser (para el que sepa lo que debería hacerse en realidad, es decir, lo que se recuerda en tu artículo).

    Un abrazo. En mis oraciones.

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    1. De los lares en los que tú vienes esta celebración se aisla de todo el pueblo cristiano; se entiende la Cruz como el beso a asumir la propia cruz... ¡y no se distribuye la Santa Comunión!, suprimiendo el rito. Claro que el Jueves Santo ni se celebra ni se participa en la Eucaristía in Coena Domini, que se celebra para tener Eucaristía reservada durante el Viernes, sino que todo es exclusivamente el lavatorio de pies atribuyéndole un valor de reconciliación y pedir perdón. Es forzar las celebraciones, aislarlas y cambiarles el sentido. Y lo siento si a alguien molesta esta explicación que es verdadera.

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  6. ¡Ah! Pues el contador de Blogger es el que vale: son ellos mismos los que han creado esta plataforma. Yo tengo desactivada la cuenta de mis propias visitas, así solamente se reflejan las de los visitantes. Es una buena opción que ofrece Blogger-Google.

    Un abrazo de nuevo: ¡¡290.000 páginas vistas!! ¡Qué bien!

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    1. Amigo, el contador de blogger señala ahora casi las 291.000. Creo que está muy bien, pero más que las visitas aisladas lo que deseo es crear, o consolidar sería más exacto, un experimento como el de una comunidad católica virtual, que no suple la parroquia, sino que se completa por la formación: aquí aprendemos, aquí poco a poco nos vamos queriendo y compartiendo la experiencia cristiana y tenemos un compromiso diario de oración uno por todos los miembros del blog.

      Crear comunidad virtual y reforzar el sentido de pertenencia católico me parece hoy importante.

      Claro que hay que sumar la línea de artículos-catequesis...

      Un abrazo grande!!!!

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  7. La Sagrada Liturgia nos conduce al culmen del drama previo al desenlace de gloria; allí estamos nosotros. Él es el protagonista pero nosotros no somos espectadores ni estamos lejos como algunas mujeres y algunos de los suyos, estamos al pie de la cruz al lado de los valientes o de los que más aman, de María, Juan, María de Cleofás y María Magdalena (¿son valientes porque aman?) o en la cruz vecina a la suya, cruz que nos hemos ganado a pulso como el buen ladrón (el que robó el cielo a Jesús). Estamos realmente en el Calvario, y en la celebración (participación plena, consciente y activa) en esa tarde no caben rutina ni distracción; cuerpo, alma, espíritu, todo nuestro ser está allí porque en Él está puesta toda nuestra esperanza.

    ¡Qué Dios les bendiga!

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    1. Casi todos los años, será por el día, será por la oración personal, será por el inicio de la celebración postrado y en absoluto silencio, suelo celebrar profundamente recogido, más bien sobrecogido.

      Incluso la homilía de ese día me sale distinta: ni tono catequético, ni un anuncio fuerte, kerigmático, sino una suavísima meditación de amor.

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  8. Don Javier, enhorabuena por el número de visitas, "las estrellas" esperan a este blog; ¿por qué se cree que estoy yo aquí? fácil: soy clarividente ( si supiera poner una sonrisa lo haría pero soy zote en informática).

    Con la ayuda de Dios mañana continuaré mi recuperación en casa.

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    1. ¡Ay! Tampoco yo sé poner una sonrisa informática!!!!

      No se ha atrevido, a lo que veo, a responderme al comentario en la otra catequesis, de tono jurídico, rebatiendo la propuesta de la señora letrada. ¿Qué, asustada por mis palabras? ¿Eh? !!!!!

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    2. El segundo "caldito de verduras" del amable hospital, es decir el agua de cocer verduras, sin sal, sin verduras, sin nada (aguachirle lo llamaría mi madre) no agudiza mi ingenio ¡¡¡Me ha derrotado!!! Mi especialidad es el Derecho Administrativo ya que cuando le dije a mi madre que quería ser juez o fiscal, me miró y me espetó a bocajarro ¡¡¡a dónde vas!!!

      Por la respuesta a Miserere, le veo ocupado en latines. A mí también me parece excelente la sugerencia de Miserere respecto a la colecta a favor de Tierra Santa.

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    3. ¡Qué alegría! Se proclama derrotada aunque sea por causas colaterales. Debe ser vd. tremenda con la retórica forense, y temible ante un tribunal.

      Un abrazo extensivo a los insectos revoloteadores.

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