jueves, 1 de marzo de 2012

Creo en Dios (I)

Catequesis cuaresmal apropiada es profundizar en el Credo. Por eso..

Creo en Dios, Padre todopoderoso.

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"n. 2. (Después de recitado el símbolo). Al mismo tiempo, no es mucho y sí es mucho; no es preciso que contéis las palabras sino que las valoréis.

Creo en Dios Padre todopoderoso. Ved cuán pronto se dice y cuál es su valor. Es Dios y es Padre: Dios por la potestad, Padre porla bondad. ¡Qué dichosos somos los que hemos encontrado a Dios como nuestro padre! 

Creamos, pues, en él y esperémoslo todo de su misericordia, puesto que es todopoderoso; por eso creemos en Dios Padre todopoderoso.

Que nadie diga: "No puede perdonarme mis pecados". ¿Cómo no va a poderlo el todopoderoso? Pero insistes: "Es mucho lo que he pecado". Yo insisto también: "Pero él es todopoderoso". Y tú: "Son tales los pecados que he cometido, que no puedo ser librado ni purificado de ellos". Te respondo: "Pero él es todopoderoso". Ved lo que cantáis en el salmo: "Bendice, alma mía, al Señor y no olvides sus beneficios de quien es misericordioso con todas tus iniquidades y sana toda todas tus enfermedades". Para esto no es necesaria su omnipotencia. 

Era necesaria a toda la creación para ser creada: él es todopoderoso para hacer lo mayor y lo menor, lo celeste y lo terrestre, lo inmortal y lo mortal, lo espiritual y lo corporal, lo visible y lo invisible; es grande en las cosas grandes, sin ser pequeño en las pequeñas; para acabar, es todopoderoso para hacer cuanto quiera. Digo también las cosas que no puede: no puede morir, no puede pecar, mentir, ser engañado; son tantas las cosas que no puede, que, si estuviesen en su posibilidad, dejaría de ser todopoderoso.

Creed, pues, en él y confesadlo: Pues con el corazón se cree para la justicia y con la boca se confiesa para la salvación. Por tanto, una vez que hayáis creído, es preciso que confeséis la fe, recitando el símbolo. Recibid ahora lo que debéis retener, luego recitar y nunca olvidar"

(S. Agustín, Serm. 213,2).

7 comentarios:

  1. Buenos días don Javier. Creer, confesar, recitar -cantar- y recordar. "La Cuaresma: Renovar la fe en la oración". A menudo olvido que Dios lo es completo; muy bueno y ante el que cualquiera de mis pecados deben sonrojarme pero también misericordioso y sobre todo mi Padre, el trato asiduo con Él a lo largo de la vida sin duda arraiga la fe viviendo el sacramento de la Confirmación como pudiera hacerlo con el del Matrimonio, todos los días, sin anclarlo a una episcopal bofetada sino a una caricia que me despierta todos los días y algún día me despertará del sueño introducido por el pecado vencida por Cristo en su gloriosa resurrección. Todopoderoso para hacer que Dios acepte arrepentida súplica de perdón y olvide mi pecado me parece junto con su anonadamiento eucarístico en Misa al conjuro de un pecador los mayores portentos que le he visto hacer.Un abrazo.

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    1. Primero voy a lo anecdóctico.

      La episcopal bofetada de la Confirmación se alegorizó como la fortaleza que confiere el Sacramento. (¿A mayor fuerza de la bofetada, mayor demostración de la gracia sacramental? Horreur!!). Pero es simplemente el saludo de paz, el abrazo del obispo al confirmando al integrarlo más plenamente en la Communio sanctorum.

      El Credo es nuestro Sí de amor a Dios, ratificando la Alianza (con todo el peso nupcial de esa palabra). Sí, creemos en Él, nos apoyamos en Él, ratificamos el fundamento de nuestra vida en Él, le queremos a Él.

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  2. Cuando decimos “Creo en Dios, Padre todopoderoso” no sólo situamos el origen de todo lo creado en Dios, también nos colocamos en relación a Él como pueblo del mismo modo que el pueblo judío; lo vemos en Isaías cuando se dirige a Dios diciendo "porque tú eres nuestro Padre, que Abraham no nos conoce, ni Israel nos recuerda" o el salmista "Como el padre se compadece de sus hijos, se compadece Yhave de los que le temen". Afirmamos una relación especial de cuidado divino y solicitud para con nosotros, con Israel, similar a la de un padre hacia un hijo. Israel había llegado a descubrir que Dios era un padre para ellos como pueblo pero todavía no había descubierto a Dios como padre a nivel personal. Esta fue la gran revelación de Jesús. Nosotros creemos en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, de Moisés y de los profetas, el Dios de la Alianza, pero sobre todo, en el Dios revelado en Jesucristo: "No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles, subo a mi Padre y a vuestro Padre"; Dios que, siendo Padre (El Padre) y Todopoderoso, no libró a Jesús de la cruz.

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    1. Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob y sobre todo Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, su Unigénito, el Primogénito de entre los muertos. Es la línea de la revelación de Dios, siempre progresiva, hasta culminar en su Hijo, Palabra eterna.

      El Todopoderoso -Bendito sea su nombre, que añadiría Israel- resulta ser al mismo tiempo el Padre más amoroso que vuelca su paternidad en su Hijo; y en Él y por Él, llega su paternidad a nosotros.

      ¡¡Misterios!! ¡Amor!

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    2. Por cierto amiga, llevo acordándome de vd. (y de Alonso Gracián) durante el rato que esta tarde y hace unos momentos he dedicado a pasar a limpio las traducciones de varias Missas. Se hace difícil el latín y verterlo a una traducción castellana que sea elegante.

      ¡¡Y luego vds. vienen con disquisiciones etimológicas!! Ay, ay, ay (je,je)

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  3. No fácil aceptar que Dios es todopoderoso. Siempre le estamos poniendo límites convenientes a su poder. Decir que se cree en Dios Padre, es fácil, pero... ¿En que creemos realmente? Unos dirán que en una "energía" otro en algo que no saben describir. ¿En qué creemos realmente? Nos quedan las palabras de Cristo:

    «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Jn 14,8-9). «Nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar» (Mt 11,27). «Nadie va al Padre sino por mí» (Jn 14, 6)

    ¿Lo tenemos claro? Me temo que no. Que nos es imposible sin Cristo. Me parece que ahí está la clave de todo.

    Un abrazo en el Señor D. Javier. Que Dios le bendiga!!

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    1. ¡Cuántos hablan de Dios como Energía, Fuerza impersonal! Se denota el teísmo subyacente.

      ¡Cómo cambia todo cuando Cristo nos muestra al Padre! Entonces se descubre la estructura más íntima del ser personal: hijo, hermano, esposo, padre; dimensiones todas integradas. Se descubre el origen de lo personal y su destino último (trinitario).

      Un abrazo, querido Miserere.

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