jueves, 17 de febrero de 2011

Sobran moniciones y explicaciones, falta celebrar bien

La mejor catequesis sobre la Eucaristía es la Eucaristía bien celebrada. Entonces entran por los ojos los signos, la ritualidad, el respeto, la adoración, la Presencia.

A veces hemos rellenado la celebración litúrgica de moniciones explicativas de todo y luego el rito se realiza de modo insignificante, poco elocuente.

¿De qué sirve explicar con moniciones y en catequesis que el incienso es oración, si luego en la Eucaristía se inciensa aprisa y corriendo, y el incensario apenas hecha humo? ¿Eso expresa la oración y la ofrenda?

¿De qué sirve una larga monición antes del prefacio, si después la plegaria eucarística se recita corriendo, con mala entonación, como una parte que hay que ejecutar rápido para no aburrir?

¿De qué sirve hablar del Espíritu Santo si luego la imposición de las manos en la epíclesis de la Misa pasa fugaz, mientras los fieles se están arrodillando, con un gesto sacerdotal rapidísimo y casi invisible?

¿De qué sirve una monición o una catequesis sobre la fracción del pan, si después al partir el Pan consagrado no esperamos que todos se hayan dado la paz y se parte casi de forma invisible la Hostia en dos trozos?

¿De qué sirve hablar, hacer moniciones, catequesis sobre la adoración, si luego la genuflexión la hacemos precipitadamente, las inclinaciones profundas las convertimos en inclinaciones de cabeza sencillitas, y cuando hay que inclinar la cabeza (al nombre de Jesucristo, de la Virgen María y del santo del día) la omitimos sin más?

¡Y cuántos ejemplos más se podrían traer a colación!

En general, una liturgia verbalista (con verborrea) es inversamente proporcional a la solemnidad, dignidad y respeto de los ritos litúrgicos. Al final, como siempre, todo es mucho más fácil: celebrar bien. Esto de por sí es elocuente.


La santa Misa, celebrada con respeto de las normas litúrgiacs y con una valoración adecuada de la riqueza de los signos y de los gestos, favorece y promueve el crecimiento de la fe eucarística. En la celebración eucarística no nos inventamos algo, sino que entramos en una realidad que nos precede, es más, abarca al cielo y la tierra y, por tanto, también el pasado, el futuro y el presente. Esta apertura universal, este encuentro con todos los hijos e hijas de Dios es la grandeza de la Eucaristía: salimos al encuentro de la realidad de Dios presente en el cuerpo y la sangre del Resucitado entre nosotros. Por tanto, las prescripciones litúrgicas dictadas por la Iglesia no son algo exterior, sino que expresan concretamente esta realidad de la revelación del cuerpo y sangre de Cristo y, de este modo, la oración revela la fe según el antiguo principio de lex orandi - lex credendi. Por esto, podemos decir que "la mejor catequesis sobre la Eucaristía es la misma Eucaristía bien celebrada" (exhortación apostólica postsinodal Sacramentum caritatis, 64). Es necesario que, en la liturgia, aparezca con claridad la dimensión trascendente, la dimensión del Misterio del encuentro con el Divino, que ilumina y eleva también la dimensión "horizontal", es decir, el lazo de comunión y de solidaridad que se da entre quienes pertenecen a la Iglesia. De hecho, cuando prevalece esta última, no se comprende plenamente la belleza, la profundidad y la importancia del misterio celebrado (Benedicto XVI, Discurso al Congreso de la Diócesis de Roma, 15-junio-2010).

Pues para celebrar bien tengamos presente:

  • respeto a las normas litúrgicas 
 
  • valorar signos y ritos (incensar bien, solemne pausado; realizar con adoración la genuflexión; saber modular la voz en tono y entonación según sea el texto: no es lo mismo una monición diaconal que la plegaria eucarística; moderar el signo de la paz para que no se convierta en un "recreo de patio" y destacar la fracción del Pan con el canto del Cordero de Dios y fraccionando una o varias Hostias en diversos trozos...) 
 
  • No inventar nada. Creemos que la liturgia, que es vida, está sometida a la genialidad pastoral de cualquiera... En la liturgia no se puede inventar nada; únicamente las moniciones que deben ser breves, y las palabras del sacerdote en las moniciones, "con éstas o semejantes palabras", pero sin ser pequeños sermones. 
 
  • Cuidar y potenciar el aspecto sagrado de la liturgia, su dimensión vertical, sin que externamente aparezca como una fiesta infantil o juvenil o como una larga sesión de catequesis. Lo sagrado se expresa en el silencio, en el canto confesante de la fe eclesial, en el respeto, en la adoración, en el modo de estar o de moverse por el presbiterio con dignidad...

24 comentarios:

  1. Catequista Palma del Río17 febrero, 2011 09:46

    Celebrar BIEN
    ¿En cuantas iglesias el Altar está lejano o en alto, y casi no apreciamos los gestos del Sacerdite, sí estos además se hacen rápidos (a contrareloj)?
    ¿Y la Misa se convierte en un "pase de modelo", uno sube otro baja a leer un papelito con mala entonación?

    Celebrar BIEN ayuda a la Adoración y contempación del Misterio, hace vivir la Eucaristía con gozo.

    Gracias por su catequesis presencial que cada día nos va mostrando en la celebración de la Misa de la tarde, ¿algun día nos debería de dar un aprobado?

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  2. La Santa Misa es tanto más provechosa para los fieles cuanto más profundamente la vive el sacerdote que la celebra.
    Sacerdotes que le celebren como se describe en este post, son fermento de Vida Sobrenatural en los fieles que participen en sus misas.
    La Misa es un acto trascendente.
    Es el acto más trascendente del dia de un cristiano católico y se ha de vivir en profundidad, paladeando las lecturas bíblicas, el Evangelio, la pequeña homilía y toda la liturgia en sí.
    El sacerdote que vive las palabras de la consagración como algo sublime, hondo y super-importante así lo transmite al pueblo presente que recibe la impronta de una Santidad que se difunde.
    Gracias por este post de hoy.
    Un abrazo a todos.
    ;O)

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  3. Hola D.Javier.Procuraré participar en la santa Misa como en una filarmónica celestial, sin desafinar y saboreando cada nota y su silencio ahora que empiezo a valorar mejor cada signo y rito.Un abrazo.

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  4. "Acabo de tener un entierro a las 17...
    Iglesia bastante llena (150-170 personas). ¿Contestaban? No.
    ¿Rezaron el padrenuestro al menos? No".

    A los sacerdotes también les debe "afectar" la vivencia de la Misa por parte de los fieles y con este panorama, lo que parece un milagro es no caer en la rutina, cuando, los curas, en las parroquias, deben celebrar por obligación varias Misas al día y en las condiciones que contaba ayer don Javier.
    Aún así, estoy de acuerdo con Felícitas: cuanto más profundamente la vive el sacerdote, más ayuda también a que lo hagan así los fieles.

    Por eso me gusta ir a una Misa que celebra muy bien un sacerdote en un monasterio. El otro día se me ocurrió mirar el reloj. Siendo laborable, había durado ¡50 minutos! Sin embargo no se hace nada larga y asiste bastante gente.
    Como es mayor, ya no puede hacer las genuflexiones, pero no quita un ápice a la unción con que celebra.

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  5. Después vengo, que estoy atareada y ...no puedo.

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  6. ¡¡¡Ya estoy aquí!!!

    Me habla de algo que a mí, personalmente, me sobrepasa.¡¡¡La Santa Misa!!!
    Tengo que darle tantas gracias a Dios que me faltaría tiempo para hablar de ella.
    El sacerdote que la celebra en la parroquia donde vamos es de auténtico lujo. No le digo más, que gracias a él, una íntima amiga mía ha vuelto con el Señor después de muchísimos años porque no encontraba sacerdote que tuviese talla.
    No tengo palabras...es algo que no se puede explicar con palabras. Algo sobrenatural, celestial y único que hace que las personas que participen (que son muy pocas, desgraciadamente), se llenen de Cristo plenamente. Es cada palabra, cada gesto, cada entonación la que te lleva a Cristo y vivas plenamente de la Eucaristía amándola con intensidad.
    ¡¡¡Una auténtica delicia!!! El problema está que pone el listón tan alto, tan alto, que los demás sacerdotes no te gustan; a todos le pones falta.
    No tengo palabras suficientes para elogiarle. Es un enamorado del Señor de tal calibre que...no sé, te lleva a Él humildemente y con el alma puesta en el cielo.
    Siempre rezo para que el Señor lo mime eternamente hasta su último suspiro.

    Hablaría y hablaría sin parar.

    Usted, espero me entienda. Creo que cada sacerdote que celebre la Santa Misa con esa devoción y dedicación, terminará completamente "roto".

    Si los sacerdotes supieran que a través de la Santa Misa los fieles pueden llegar al Señor, tendrían mucha más dedicación y mimo a la hora de celebrarla. La Santa Misa no es cualquier cosa. Es algo tan, tan importante, que exige un mínimo de cuidado.

    En fin, ya está, que me emociono.

    Feliz tarde a todos.

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  7. Si tenemos el Don de Dios de contar con sacerdote que disfruta y vive la Liturgia.. alabemos a Dios que nos da lo que no merecemos.

    Si no es así, hagamos todo lo que esté en nuestras manos para vivir la Liturgia. Demos gracias por tener un sacerdote y oremos por él. Nuestros sacerdotes necesitan de muchas oraciones.

    Que Dios les bendiga a todos y les de un descanso provechoso :)

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  8. Una misa bien celebrada, equivale a estar media hora o tres cuartos de hora en el cielo. Gracias a todos los sacerdotes capaces de transmitir. (y a rezar por los que transmiten menos)
    Don Javier es de los que transmite, lo se por experiencia.

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  9. ¡Buenas noches! ¡Fin de jornada, bendito sea Dios!

    No sé qué pasa que en una semana la media de lectores diarios ha superado los 150 y se han multiplicado los comentarios: GRACIAS. Esta comunidad virtual está viva (¿pero pedimos unos por otros?).

    Intentaré responder a todos los comentarios (cuantos más mejor), pero nadie se moleste si alguna vez no puedo o lo hago con retraso.

    Catequista Palma del Río:

    ¿Que os dé un aprobado? Habéis chocado con un profesor muy exigente y duro... (je,je). Además, ¿tiene que estar agradecido al señor por el trabajo de sus siervos? ¿No tendrán que decir: "siervos inútiles somos, hemos hecho lo que teníamos que hacer"? ¡Hala! Respuesta bíblica con humor.

    Felicitas:

    Ahora con tono formal sí quisiera matizar un tanto su comentario.

    "El sacerdote que vive las palabras de la consagración como algo sublime, hondo y super-importante así lo transmite al pueblo presente..."

    Ciertamente las palabras de la consagración hay que pronunciarlas bien, con conciencia clara de actuar "in persona Christi", prestándole la voz, los labios, las manos, el corazón a Cristo Sacerdote. La rúbrica en ese momento dice:

    "En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza de éstas".

    Pero... Pero no todo se reduce a las palabras de la consagración. Me explico: hay veces que toda la Misa va a la carrera, maratón contrarreloj, un parón desconcertante para pronunciar cada sílaba de la consagración, se recupera el maratón despachándolo todo precipitadamente... hasta después de la comunión. Aquí, después de tanta carrera, se hace un brusco parón de silencio (varios minutos) para la acción de gracias personal. Falta serenidad en toda la Misa y un sentido de proporción, tanto en los silencios como en la solemnidad.

    Espero haberme explicado bien.

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  10. NIP:

    Su metáfora sinfónica realmente me ha conmovido.

    La liturgia de la Santa Misa es una sinfonía hermosa -de las de Beethoven- pero cada instrumento a su tiempo y con el suficiente ritmo, entonación, etc... ¡Hoy hay mucho sonido chirriante en esas sinfonías!

    Aprendiz:

    ¡Cuánta razón tiene! ¡¡Nadie sabe lo que sufro cuando no responde nadie, o están distraídos aunque no parloteen, o la manera de comulgar desenfadada revela que no lo han hecho desde hace años! ¡Qué mal lo paso si se expone el Santísimo y sólo hay 7 personas! Porque falta el amor a Cristo, un amor con pasión: y de verdad, de verdad, que a mí sí me afecta, y me duele en el alma.

    Y no me pongo de santo: mis pecados me los conozco; pero en estas cosas, sinceramente, mi sensibilidad es extrema y sufro por el Amado Jesucristo que no es amado.

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  11. Sigo.

    Capuchino de Silos:

    Tuvo su gracia: "ahora vengo", cuando ya estaba aquí corriendo (¿por la mousse de coliflor de su blog, con preciosa y apetecible foto?). Venga cuando quiera y escriba cuando quiera. Disfrute y dé gracias por todos los sacerdotes que Dios ha puesto en su vida. (¡Ah!, Se puede extender cuanto quiera: yo no limito la extensión).

    Y a Miserere:

    Más o menos lo mismo. Hay que dar gracias por los sacerdotes que nos visibilizan a Cristo más fácilmente, y con los cuales es fácil conectar en el Misterio de la Eucaristía por su forma de celebrar con unción... y pedir por los que no con muchísima caridad y delicadeza.

    Anónimo:

    ¿Quién es? Le ruego, como a todos, que cuando escriba ponga al menos un nick para poder dirigirnos a Vd., ya sea "amapola en invierno", "lince en extinción" o "visión beatífica": ¡¡Pero algo, si no nos quiera dar su nombre real!!

    Dicho eso... ¡¡Gracias!! Más que transmitir, mi deseo es al revestirme la casulla que el Espíritu, en solemne epíclesis, me revista, para que no sea yo, sino Cristo quien lo haga todo y así yo pueda vivir la Misa y hacerla vivir, santificarme yo y santificar a mis fieles.

    pax. Mi bendición + .

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  12. En parte se nos ha acostumbrado a que todo se tiene que explicar en el mismo acto de la liturgia y la liturgia es para vivirla, se estudia en las catequesis.
    No me gusta hablar de sacerdotes que celebran bien o mal, los hay que pueden llegar más o menos a determinadas personas y otros cubren necesidades de forma más "rápida", pero lo importante, creo yo, que es lo que cada uno llega a participar, a regustar, a disfrutar, a asumir cada palabra y cada signo de la liturgia.
    No es raro asistir a iglesias en las que la Eucaristía es una reunión de personas distraidas, charlando, sin atender a lo que se celebra y ni tan siquiera respondiendo al ministro que celebra. Pero aun así, nada llega a molestar si solo se está pendiente y se vive cada palabra. Al fin y al cabo, la Gracia no está en que el sacerdote sepa hablar mejor o peor, sino en la participación propia del alma de la liturgia. Besos mil.

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  13. Nugua:

    Es verdad que lo importante es que cada uno entre en el Misterio con aquella deseable participación plena, activa, consciente, interior, fructuosa. Pero la Liturgia requiere buenos celebrantes (el ars celebrandi) para que no sean estorbos sino ayudas para vivir la Liturgia.

    (Te debo respuesta a tu email: mañana será imposible, tal vez el sábado, pero contesto. Besos).

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  14. Le he entendido, Don Javier, y estoy de acuerdo con Ud. Gracias por la corrección.
    Buenas noches a todos.
    ;O)

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  15. Como escribo del otro lado del océano Mis comentarios o son muy mañaneros o son tardíos, cosas del uso horario.
    Esto de la liturgia me apasiona, y recordaba que hoy por segunda vez cometía un error, que si mi profesor de liturgía elemental me veía me quitaba el certificado de aprobación. Son muchos los errores que he observado en las celebraciones,y en una ocasión le pregunté al sacerdote porqué lo hacía, su respuesta fue que lo hacía por razones pastorales, que él sabría darle una explicación al Obispo. Me la dio a mi y lo entendí.
    Estoy de acuerdo con otros compañeros comentaristas, la liturgia me ha ayudado a mi a enamorarme mas del Jesús que una vez me presentaron en un Cursillo de Cristiandad, estoy atenta a todo lo que ocurre en el altar y cuando hay algún ramo floral que quita mi visibilidad no me queda mas que cerrar los ojos e imaginarme lo que ocurre en el altar.
    Bendiciones. Hoy encomendándoles en mis oraciones de la noche

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  16. Luego comentaré...tengo que coger un tren¡

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  17. Ya he llegado a mi casa, es lo que tiene ser estudiante fuera de los suyos...

    Estoy de acuerdo con aquellos que dicen que el sacerdorte es el principal responsable de que nosotros veamos a Jesús en cada momento de la Eucaristía, o eso es lo que me dice mi experiencia, sobretodo ahora que mi parroquia tiene una situación un tanto crítica co su sacerdote.

    El otro día lo comentaba con unos sacerdotes, yo como joven necesito de esas experiencias en comunidad con más jóvenes, es ahío donde yo siento a Jesús, donde no me siento sola, ni tengo pie a pensar que lucho por algo absurdo, el otro día recibiendo la cruz de jóvenes me senti...a tres metros sobre el cielo.

    Besos

    PD: Lo de la oraciópn es algo que yo aún tengo quee trabajar.

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  18. Felicitas:

    No era una corrección a sus palabras, porque creo que Vd. y yo decíamos lo mismo desde el principio. Mas por si acaso alguien no lo pillaba, preferí matizar. Espero que no le haya molestado, pero creí mi deber hacerlo.

    María Auxiliadora:

    Varias cosas.

    La diferencia de uso horario es comprensible. Escriba cuando pueda, que aquí nos encontramos todos. A mí me da alegría que desde Venezuela forme Vd. parte de esta "comunidad católica".

    La respuesta de cualquier sacerdote sobre "razones pastorales" es la mayor excusa, la más elástica, que puede darse. Significa en general que el sacerdote interpreta lo que dice el ritual y lo modifica a su gusto. En "razones pastorales" cabe todo. Olvidan que la liturgia tal cual, bien celebrada, ya es pastoral.

    Hay que estar atento al altar y a Cristo en la acción litúrgica: atentos con los sentidos corporales y con los sentidos del alma. Los ramos de flores deben ser sabiamente distribuidos para no quitar visibilidad y también para no estorbar el paso en el presbiterio. Es algo de lógica fundamental. Pero no: personas con buena voluntad colocan el ramo de flores donde más se vea, con afán decorativo y nulo criterio litúrgico. ¡Ay, Jesús!

    Otra cosa más: le respondí por encima a lo del discernimiento en otra catequesis. Espero que le haya servido.

    Por último: de Cursillos de Cristiandad hay en esta comunidad virtual unos cuantos, que conozco personalmente, que son amigos de verdad desde 2004... y que los muy tímidos (o vagos) no se deciden a escribir. A ver si viéndola a Vd., se animan por fin.

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  19. Carolina:

    ¡Me has hecho reír!!!!!!

    Luego vuelvo, voy a coger un tren. Me daba la sensación muy familiar de quien llega a casa, suelta algo y pega una voz al resto de la familia diciendo: "ahora vengo..." Si sientes que esto es también tu casa, tu comunidad virtual, ¡me das una alegría! Y seguro que, como a mí, a muchos más en este blog. De verdad.

    (Por cierto, no me has dicho qué estudias).

    hay algo en tu comentario que me gustaría reorientar. Un joven se siente más a gusto con jóvenes para compartir la fe, crecer en el seguimiento de Cristo, etc.

    Pero te pregunto: ¿en tu familia, a la que quieres, son todos de tu edad? ¿O hay abuelos, padres de mediana edad, hermanos más o menos parejos, niños...? La comunidad cristiana, la parroquia, como este mismo blog, es más grande cuando es un pueblo cristiano con personas distintas, de todas las edades, trayectorias, sensibilidades espirituales. De verdad, una gozada.

    A mí, por experiencia personal de joven y luego como sacerdote, no me ayuda lo homogéneo (Misas DE niños, Misas DE jóvenes...), sino que disfruto muchísimo en una Misa parroquial con cantos, bien celebrada, donde veo ancianos, abuelos, matrimonios de mediana edad, matrimonis jóvenes con niños en los carritos, jóvenes que conozco, niños que han ido con sus padres... Y veo ahí la belleza de la Iglesia.

    Piénsalo despacio. Creo que cuando lo palpes así, gozarás muchísimo más. De verdad.

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  20. Hola Familia¡¡

    En primer lugar estudio Magisterio de Educación Infantil con vistas a hacer la mención en Educación Especial.

    Ahora me explico, por supuesto que me encanta la heterogeneidad de la Iglesia, mi experiencia es bastante peculiar. Soy de un pueblo chiquitito y soy prácticamente la única joven comprometida, soy catequista, formo parte del origen de un grupo interparroquial de jóvenes que hacemos campamentos, aunque ahí la vivencia de la fe es más light de lo que me gustaría. El hecho de ser la única joven hace que pase mucho tiempo con los más mayores, y me gusta y aprendo mucho de ello. Pero mi situación hace que en ocasiones necesite de ese contacto con los jóvenes, aunque por supuesto que la homogeneidad no es vivir la fe,en la familia entramos todos.

    Mi historia de Salvación es algo curiosa. En mi casa no son de ir a la Iglesia, todos bautizados hemos tomado la Comunión pero sólo continúo yo en la parroquia,en mi casa lo respetan pero a veces les cuesta entenderlo. Además, el ser joven en un pueblo peuqeño y en la sociedad actual me hace encontrarme en grupos en los que parezco la loca que pertenece a la Iglesia, en al facultad, en la calle...y a veces necesito ese contacto con más jóvenes para no sentirme tan loca.

    Besos

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  21. Carolina:

    He sonreído feliz con tu saludo: ¡¡Hola familia!! Sí, aquí vas a tener una familia eclesial amplia.

    Lo de Magisterio y luego Educación Especial me pilla cerca: tengo amigos dedicados a eso.

    Tu ámbito es peculiar. Eres la más joven, y ahora entiendo mejor lo que decías en otro comentario.

    Primero espero que la heterogeneidad de la comunidad eclesial, de tu parroquia hoy o de la que tengas mañana, sea tu mayor aliciente.

    Segundo: es verdad que a veces necesitarías el refuerzo de otros jóvenes para no sentirte "bicho raro". Pero te aseguro que por muchas circunstancias, cada uno de nosotros se ha sentido así o se siente así. ¡Bienvenida al club!

    Tercero: Aquí en este blog, día a día, me gustaría que encontraras un apoyo personal. Aquí estamos personas de diferentes edades, sensibilidad espiritual, trabajo y formación. Pero hasta ahora permanecemos muy unidos, caminando. Ven con nosotros y no te sientas sola. Aquí vas a contar con nuestra oración, nuestras palabras, nuestra experiencia... además, claro, de la formación.

    ¿Vale? ¡¡que has encontrado una parroquia virtual para ti solita!! Enhorabuena. Un beso grande y feliz domingo.

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  22. Hola Carolina, yo soy "la maestra que habla de Dios", mis alunmos son 160 niños entre 3 y 6 años (Preescolar)y 34 de 8-9 años 4º grado). Así que gracias por permitirme ser parte de tu Familia

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  23. Hola Maria Auxiliadora¡¡
    ¡Qué envidieta, sana por supuesto, me das con esa gran cantidas de niños¡

    Yo ahora también evangelizo...soy catequista de Comunión, y disfruto mucho haciendolo.

    Besos

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