sábado, 19 de febrero de 2011

La oración nos hace fraternos

La oración nos hace fraternos.

¿Cómo, de qué forma, en qué sentido?


Desterremos, desde luego, la idea de que la oración es un refugio en el que aislarse.

Desechemos, asimismo, la falsa imagen de la oración como el lugar y momento en que me desahogo con Dios, no le dejo tiempo a Él para nada, y salgo liberado.

Ni qué decir tiene que la oración, ni mucho menos, es el recitar a la carrera unas oraciones "para cumplir", sin saber ni lo que decimos ni por dónde vamos, todo precipitado.

La oración es un encuentro entre Cristo y cada uno de nosotros. Una experiencia de amistad, donde se comparte la vida con Cristo y Él comparte su vida con nosotros. Una relación fluida, a veces con silencios, otras con palabras, otros momentos sólo con miradas. ¡Depende de tantas cosas la oración! No siempre fluye igual, no siempre "sacamos de la oración" algún fruto (pero tampoco vamos para "sacar nada", sino para ESTAR).

Pero un encuentro así con el Señor -en la oración de Laudes y Vísperas, en la meditación del Evangelio, en la adoración al Santísimo, en la plegaria ante el Sagrario- es una experiencia de amistad y de amor de Dios y va transformando poco a poco nuestro corazón para amar más, amar mejor, amar entregándose, amar sacrificándose, amar dándose...

La oración nos hace fraternos porque nos permite entonces comunicar espontáneamente y difundir un amor que no es nuestro, sino que lo hemos recibido.

Pensemos que la oración es un ejercicio teologal, donde entran en juego la fe, la esperanza y la caridad, las virtudes teologales y que Dios, al comunicarse con su Espíritu Santo, robustece las tres virtudes teologales. Entonces se puede amar de otro modo, más divino, más pleno.

La oración nos hace fraternos, la oración modela el corazón para vivir la caridad y se sigue la proposición contraria: si falta amor, fraternidad, caridad es porque habrá poca oración, poco contacto interior cotidiano con el Señor.

La oración cuando se convierte en el eje central de nuestra vida nos alcanza vivir un amor nuevo allí donde estamos:

-en el matrimonio y en la familia; el amor conyugal y paternal se sostiene si hay oración;

-en la comunidad donde se vive como consagrado, religioso, sacerdote: sólo habrá relaciones fraternas cuando la oración ensancha el corazón;

-en la familia eclesial: parroquia, grupo, movimiento, asociación, comunidad... El amor entre los hermanos será verdad cuando su fuente es la oración, el contacto con Cristo.

La fraternidad nace de la oración, encuentro de amor con Cristo, que va cambiando el corazón.

"Si no se entra en el diálogo eterno que el Hijo mantiene con el Padre en el Espíritu Santo, no es posible una auténtica vida en común. Es imprescindible estar con Jesús para poder estar con los demás. Este es el corazón de la misión" (Benedicto XVI, Discurso a la Fraternidad San Carlos Borromeo, 12-febrero-2011).

8 comentarios:

  1. Sí, don Javier, la oración nos hace fraternos. La oración es un combate, aparecen mil distracciones, es muy importante la quietud y la atención, en un instante nos vemos introducidos en el seno de la Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, unidos en un solo Amor. Esta experiencia cambia el corazón, lo vuelve de carne, capaz de amar a los demás tal como son...
    Gracias, estupendísimo post.

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  2. La oración nos hace fraternos porque nos permite entonces comunicar espontáneamente y difundir un amor que no es nuestro, sino que lo hemos recibido.

    ¡Que bello y qué cierto! Sólo podremos dar amor si previamente nos hemos saciado de esa Fuente. Hay que acudir a ella cada día para que no se nos tenga que decir aquello de:
    "A Mí me dejaron, Manantial de aguas vivas,
    para hacerse cisternas agrietadas
    que el agua no retienen"

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  3. No soy el mejor de los creyentes, pero estoy seguro de que Dios está conmigo en todo momento.
    Varias veces me he preguntado como he podido superar ciertos momentos de la vida en que todo parecía perdido...y la única explicación que se me ocurre es que Dios estaba ahí.

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  4. ¡Uff!, gracias D. Javier. No sabe el bien que me hace. "La oración cuando se convierte en el eje central de nuestra vida nos alcanza vivir un amor nuevo allí donde estamos" ¡qué verdad tan grande! Veo clara muchas cosas que estaban ocultas, pero estaban tan cual.

    Gracias. Que el Señor le ayude, ahora y siempre, por todo el bien que hace.

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  5. Ha tiempo leí una pequeña obra anónima sobre la oración llamada "pequeño tratado de oración contemplativa para buscadores solitarios de Dios". Es cierto que sobre la dimensión personal de la oración, existe una comunitaria y una eclesial, que termina en la Comunión de los Santos... pero el tratado tiene algunas reflexiones muy bien hiladas. Os dejo un par de ellas:

    "En la oración no se trata de pedir cosas a Aquel que todo conoce. La oración no es para decirle a Dios lo que quieres sino para escuchar lo que El quiere para ti y que no es otra cosa que compartir lo que El es: Tranquilidad profunda, Beatitud, Paz, Bondad, Belleza, Amor."

    "No se trata de pedir cosas sino de comprender que no necesitas nada más que la presencia de Dios y descansar en esa morada llena de sus cualidades."

    Un saludo a todos :)

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  6. Catequista Palma del Río19 febrero, 2011 17:27

    Después de leer a mis "hermanos en la fe", pocas palabras bastan:
    En la oración conoces la Voluntad de Dios; y con la oración la haces Vida en tu vida para mostrar a los demás.

    Una súplica: Pidamos a Dios que nos dé un oído atento para escuchar la voz de su Hijo, que se nos manifiesta en momentos bien determinados; como dice el evangelio de hoy "Éste es mi Hijo, el Amado, escuchadle"

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  7. Realmente, entre todos hoy hemos compartido elementos; sugerentes, sin duda. Diálogo cristiano de quienes buscan ayudarse para avanzar.

    Soldado Vikingo:

    Realmente la oración mueve las montañas de la soberbia y del orgullo y las arroja lejos; realmente la oración nos permite vencer dificultades que humanamente son irresolubles.

    ¡Qué comunidad más maja estáis formando entre todos! Espero no desentonar yo.

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  8. ¡¡¡Por Dios hoy ha sido fustrante!!!Todo el día bloqueada por el servidor. Pues aquí desarrollaré la virtud de la paciencia. Ya olvidé todo lo que había reflexionado sobre su entrada Padre y quedó en el ciberespacio pues no llegó a ningún lado. Puedo comentar entre tantas cosas, ¿por qué si se está tan a gusto en la intimidad con Dios en la oración por qué esos momentos son escasos? y las obligaciones, tareas, queaseres, alejan de esos momentos. Si ya se, se puede hacer oración mientras trabajas, si pero no es lo mismo. He notado que el sentarme y comenzar a escribir un comentario o una entrada en un blog de pronto se convierte en oración.
    Quisiera pedirle colocara, si es posible su dirección de correo electrónico, ya que no puedo entrar al perfil y tomar nota.
    Bendición Padre Javier.

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