jueves, 10 de febrero de 2011

Foto de un leccionario: para llorar

Las fotos del artículos son el elemento básico para la catequesis de hoy.

Hace tiempo fui a decir Misa en una parroquia y me encuentro lo que ven en la imagen: una tachadura de bolígrafo BIC de gran parte de la lectura en un Leccionario. Tristísimo.


Particularmente me surgen varias consideraciones.

-El leccionario es un Libro con valor de signo, es el texto escrito de la Palabra de Dios para ser proclamado en la acción litúrgica, y cobra su eficacia por la fuerza del Espíritu Santo. Merece un respeto grande. Y no cuadra con este respeto la libertad que se tomaron en tachar con bolígrafo u otras cosas que a veces se hacen con los leccionarios.

"Los libros de donde se toman las lecturas de la palabra de Dios, así como los ministros, las actitudes, los lugares y demás cosas, hacen recordar a los fieles la presencia de Dios, que habla a su pueblo. Por tanto, hay que procurar que los libros mismos, que son signos y símbolos de las realidades del cielo en la acción litúrgica, sean verdaderamente dignos, decorosos y bellos" (Ordo Lectionum Missae, 35).

Y también, por si acaso:
"Los libros de las lecturas que se utilizan en la celebración, por la dignidad que exige la palabra de Dios, no deben ser sustituidos por otros subsidios de orden pastoral, por ejemplo, por las hojitas que se hacen para que los fieles preparen las lecturas o las mediten personalmente" (OLM 37).

¡Qué horror cuando se saca una fotocopia doblada del bolsillo para hacer una lectura o cantar un salmo! ¡Qué pobreza, qué poco amor a la Palabra de Dios, qué poco respeto!



-Una segunda consideración. Es una lectura de la Misa ferial. Quien va a Misa diaria, generalmente, lo hace con un gran amor y devoción a Cristo; poco le importan cinco minutos más o menos. Pero a veces parece que somos los mismos sacerdotes los que estamos obsesionados por la prisa para que los fieles no se cansen. 

¿Pero realmente se cansan? 
 ¿No subestimaremos mucho a los fieles que acuden a la Misa diaria? 
 ¿No proyectaremos sobre ellos a veces la propia desgana y le atribuimos a los fieles cosas que no son? 

La Misa diaria se presta a ser muy sosegada, recogida, con unción, con la posibilidad de celebrar con ritmo pausado, incluyendo una brevísima homilía cotidiana:

"Cuídese con especial atención la homilía dominical y en la de las solemnidades; pero no se deje de ofrecer también, cuando sea posible, breves reflexiones apropiadas a la situación durante la semana en las misas cum populo, para ayudar a los fieles a acoger y hacer fructífera la Palabra escuchada" (Benedicto XVI, Verbum Domini, 59).

El criterio de la "brevedad", añadiendo "porque la gente se cansa", se revela falso.

-Un tercer punto. La Iglesia quería "abrir los tesoros bíblicos" con mayor amplitud:

"A fin de que la mesa de la palabra de Dios se prepare con más abundancia para los fieles ábranse con mayor amplitud los tesoros de la Biblia, de modo que, en un período determinado de años, se lean al pueblo las partes más significativas de la Sagrada Escritura" (SC 51).

Los leccionarios actuales son una riqueza, sin lugar a dudas. La escucha orante de la Palabra conduce a ofrecer el Sacrificio y comulgar con la Víctima inmolada, Cristo. ¿Vamos ahora a recortar a gusto de cada cual las lecturas? Es clara la voluntad de la Iglesia en lo referente a la proclamación de las lecturas bíblicas. Recortarlas es pisotear un derecho del pueblo cristiano de oír al Verbo del Señor; máxime si además muchos habrán realizado su oración personal a partir de las lecturas de la Misa de cada día.

-Una cuarta consideración. Desgraciadamente se ha hecho habitual, escandalosamente habitual, que cualquiera piense que sabe de liturgia, y con supuestos criterios "pastorales" y desechando que la liturgia en sí misma es "pastoral", se añada, se quite, se modifique algo. Lo "pastoral" se identifica con una creatividad salvaje, mientras que celebrar la liturgia según los libros litúrgicos es descalificado como "poco pastoral". ¡Cuánta confusión genera esto!

¿Qué dice el Concilio Vaticano II? "Nadie, aunque sea sacerdote añada, quite o cambie cosa alguna por iniciativa propia en la Liturgia" (SC 22,3). La Liturgia es algo dado, un don, que entrega la Iglesia y que se recibe con gratitud y delicadeza. Por eso somos todos simplemente servidores de la liturgia de la Iglesia y no sus dueños y propietarios para poder disponer de algo que no nos pertenece. Un leccionario tachado con bolígrafo es un ejemplo muy visual de cómo disponemos arbitrariamente de la liturgia en lugar de recibirla y entregarla.


¿Más consideraciones? Entre todos las podremos sacar mirando las fotos.

18 comentarios:

  1. Hola D. Javier.
    -Me olvido que la Palabra es efectiva y nunca retorna sin obrar. Nunca sé la operatividad en el que escucha así que no debo alterar nada, sólo explicar.
    -No soy nadie para corregirle los discursos a Dios.
    -A menudo me olvido de recordar toda la Palabra y sólo tomo aquello que más me conviene, siendo injusto, al final las obras acaban manifestándolo.
    -Los post-it están inventados, son útiles,no son caros y no dejan huella,la oveja sabe leer, no debe ser tan boba como para no comprender que quiero que comience por donde le indico con la flecha que he escrito en él, siempre puedo acercarme y con el índice darle la orden, vale que no será pastora-pastoral-pastoral, pero sí muy pastoril, además, el libro no es mío.

    Meditaré cuantas veces he tachado virtualmente libros enteros de la Biblia sólo por pensar en no aburrirme y mi diversión.

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  2. Pues me parece que lo tachado incluye aquello que dice el Génesis: Creced y multiplicaos....
    (Menos mal que el censor este no fue el destinatario directo de esas Palabras...)
    :)

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  3. ¿Quién es el artífice de semejante cosa?

    ¡Desde luego...! pero, ¡qué poquitos somos y cuánto daño podemos hacer!

    Gracias y que el Señor le bendiga.

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  4. NIP:

    "Meditaré cuantas veces he tachado virtualmente libros enteros de la Biblia sólo por pensar en no aburrirme y mi diversión": ¿Me lo puede explicar? No entiendo qué quiere decir.

    Si se refiere a subrayar la propia Biblia, me parece bien... Yo tengo una Biblia de rezar, en la que subrayo, hago anotaciones, etc., otras para confrontar traducciones y trabajos más especializados y la intocable, la última de la CEE porque es la traducción oficial.

    Capuchino:

    Se dice el pecado, pero no el pecador. Pero para mí este tipo de cosas es escandaloso, porque los libros litúrgicos son del Señor y en honor del Señor, y como tales, deben estar bien cuidados, limpios (ay, cuantas huellas grasientas de dedos), encuadernados dignamente, las cintas de registro íntegras y no medio partidas......

    Los elementos para el culto divino deben ser dignos, limpios, bellos. Es siempre una inversión renovar los libros si hace falta, y no dejarlos hasta que se caigan página a página.

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  5. Catequista Palma del Rio10 febrero, 2011 12:30

    Los dos momentos son de gran importancia.
    "Escuchando la Palabra de Dios nace o se fortalece la fe; en la Eucaristía, el Verbo hecho carne se nos da como alimento espiritual. Así pues, la Iglesia recibe y ofrece a los fieles el Pan de vida en las dos mesas de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo. Por tanto, se ha de tener constantemente presente que la Palbra de Dios, que la Iglesia lee y proclama en la liturgia, lleva a la Eucaristía como a su fin connatural"
    (Benedicto XVI, Exhort. apost. Sacramentum caritatis, nº 44)

    Por esto, resulta muy preciso para el cristiano ESCUCHAR A FONDO la Palabra de Dios.


    Las fotos, que horror, comprobar que no es algo esporádicco, un caso similar me encontré un día, y sólo me quedó leerlo todo, no supe hacer de censor.

    Una reflexión: ¿A quién preguntan si los que vamos a Misa a diario nos resulta larga?, ¿no será al contrario, que a veces necesitariamos 5 minutos más?

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  6. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida

    La ley del Señor es perfecta,
    reconforta el alma;
    el testimonio del Señor es verdadero,
    da sabiduría al simple.
    Los preceptos del Señor son rectos,
    alegran el corazón;
    los mandamientos del Señor son claros,
    iluminan los ojos.
    La palabra del Señor es pura,
    permanece para siempre;
    los juicios del Señor son la verdad,
    enteramente justos.
    Son más atrayentes que el oro,
    que el oro más fino;
    más dulces que la miel,
    más que el jugo del panal.
    También a mí me instruyen:
    observarlos es muy provechoso.
    ...
    ¡Ojalá sean de tu agrado
    las palabras de mi boca,
    y lleguen hasta ti mis pensamientos,
    Señor, mi Roca y mi redentor!
    Salmo 18

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  7. Catequista Palma del Río:

    Pues ya ve. En general hay una psicosis de que la Misa -y toda liturgia- sea breve, para que la gente no se canse. Yo no lo acabo de entender. Quien va a Misa diaria es porque ha descubierto que la Eucaristía es imprescindible en su camino de santidad y para responder al mucho amor de Dios. No suelen ser personas que vayan con prisa y con desgana.

    Pero la Misa diaria en una parroquia, muy cuidada, con su ritmo, su breve homilía, su recogimiento, es una fuente constante de Gracia.

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  8. completamente de acuerdo con usted.
    Me está enseñando la Iglesia a tratar sus cosas con mucho respeto, como si fueran mias pero sin perder de vista que solo soy participe de ellas....cuanto tenemos que aprender del respeto de las cosas de Dios, empezando por uno mismo.Gracias, da gusto leer esto de parte de un sacerdote....me he encontrado alguno con unas prisas.....y hay que corregirlos con misericordia para que no corran tanto....hay que dejar el ritmo de la Gracia que lleva "su" ritmo en el tiempo de Dios que no es el nuestro , menos mal.

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  9. Hace un tiempo dejé de asistir a Misa en la iglesia de dos importantes Órdenes religiosas por la cantidad de modificaciones que hacen de los textos litúrgicos, incluida la Consagración.
    En líneas generales parece que los sacerdotes diocesanos la celebran más correctamente.

    A pesar de eso, siempre que puedo, en lugar de ir a mi parroquia a unos cinco minutos, voy a un monasterio bastante más retirado, por la manera como la celebra el sacerdote, liturgista, si no me equivoco.
    Ya es bastante mayor y delicado de salud, a veces le cuesta que le salga la voz (el vozarrón que antes tenía), pero da gusto ir a "sus misas": despacio y con unción, con una sustanciosa homilía, recalcando en el texto litúrgico lo que más hace referencia a ese día, con cantos de las monjas y al final nos da la bendición solemne.
    Yo quisiera que me diera igual ir a un sitio que a otro, pero no es así, prefiero éste con diferencia. Aqui se ora mejor, se vive y se disfruta de la Misa.

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  10. Es siempre Palabra VIVA y como tal los leccionarios son sagrados, vaya pena, nunca me he topado con algo "fuera de " lugar, visto lo que ha puesto habrá que concienciar a muchas almas más.

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  11. Personalmente doy valor a mis actos más allá de la simple apariencia de lo que realizo.

    Al actuar hablamos a los demás. Si mostramos respeto ante las Sagradas Escrituras, quien no crea en ellas, sentirá que son algo más que palabras impresas en una pagina.

    Trascendencia e inmanencia. Dentro de la Iglesia, muchas personas han perdido el sentido trascendente de nuestras acciones.

    Tiene toda la razón D. Javier, lo bien hecho atrae más que los productos de consumo. Una misa bien realizada y vivida, da igual que sea más larga. Que no son tanto 10 o 15 minutos cuando se va a vivir el sacramento. Todo lo contrario, mejor disponer de más tiempo para vivirlo.

    Un saludo a todos. Que Dios le bendiga D. Javier :)

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  12. Estoy totalmente de acuerdo con aprendiz.
    No voy a Misa a mi barrio, (agustinos), aunque me lo mande el médico. No me importa, para nada, que la Santa Misa dure lo que tenga que durar. Nunca miro el reloj y me gustaría que hubiese una pequeña homilía a diario. Un pensamiento de cinco minutos, no más. ¡Me encantaría!. Máxime si el sacerdote está dotado de palabra y mucho más. Y me gustaría recibir al Señor todos los días de rodillas y tantas cosas más que pienso que poco a poco se tendrán que ir incorporando, como el cleriman, el respeto de los fieles hacia los sacerdotes y muchas más cosas, que en fin...soy muy poca cosa para reclamar.

    Me encanta su blog y espero que nos cueste trabajo entrar en él porque con el tiempo habrá, estoy segura, cola.

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  13. Otra cosa, que se me olvidaba, es ver los confesionarios con colas. Hay que confesarse, que no somos espíritus puros. Cometemos pecados y faltas y no nos debemos acostumbrar a recibir al Señor ni siquiera con faltas.

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  14. Libros como Proverbios, muchos Salmos, pasajes de los Evangelios, entre otros, que vienen muchas veces en mi auxilio o en compromiso y que no quiero escuchar por no meterme en líos, por dejar las cosas como están, para no perturbar mi comodidad y en otros casos para seguir a lo mío justificándome con otro pasaje, si se tercia, que convierto en seguida en perícopa de mi propio culto. Creo que el secreto de la Biblia radica en la unidad de toda la obra, por eso encuentro apasionantes las entradas sobre la zarza ardiente y el Verbo, por ejemplo.

    Pertenecía a aquella muchedumbre que pensaba que el Antiguo Testamento era una reliquia, que con el Nuevo bastaba, no hacía falta leer la Biblia y cosas así, pero el Señor quiso que dejara de fijarme el "lo que me habían dicho" y escuchara a sus verdaderos pastores, sus amigos, los que tienen la misma voz que Jesús.Aprendí a reconocerlos y ahora, es un milagro, estoy con Usted horrorizado viendo el salvaje atentado cometido contra la Liturgia, la Palabra, el Sacerdocio, el Amor. Y rezo por el alma de ese sacerdote extraviado. Siento mucho expresarme tan mal al querer resumir lo que cada entrada diaria me dice y la aplicación que debo hacer en mi vida aquí y ahora. Gracias D.Javier.

    Un abrazo.

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  15. Gosspi:

    Más que "corregir" habrá que mostrar y demostrar suavemente que necesitamos nuestro tiempo para Dios en la liturgia y que las prisas dificultan este encuentro con Cristo.

    Aprendiz:

    Es una experiencia común a todos, también mía antes de ser sacerdote. Vamos allí donde palpamos el Misterio de Dios y nos repugna profunamente la banalidad, la vaciedad de tantas liturgias de los que se las dan de "muy pastorales".

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  16. Miserere:

    El valor de lo simbólico es siempre mayor que el de las palabras, pero éstas son más rápidas y lo símbolo más lento de percibir e integrar. ¡¡Pero sobran tantas palabras!!

    Capuchino:

    Casi todo lo que dice, me parece bien; con algún matiz. Pero sí le rebato: no creo que nunca vaya a haber "cola" para entrar en el blog. Más bien me da la sensación de que, en número de asistentes/lectores en esta formación de adultos se ha estancado un tanto.

    NIP:

    Esa tentación la hemos padecido todos. Buscamos que el Señor nos diga lo que nos gusta o nos da paz o consuelo o sosiego... y rechazamos lo que nos interpela o incomoda.

    Yo hace años (aún no tenía ni la barba ni el alzacuellos) descubrí que era mejor no decirle a Dios lo que esperaba que Él me dijera, sino ponerme a la escucha para lo que Él quisiera decirme. Ya no seleccioné más los textos bíblicos en mi oración, sino que recibía (lo mejor que sabía) lo que Él pronunciaba en la Liturgia de la Palabra y en el Oficio divino. Le dejé a Dios la libertad de hablarme.

    Gracias a todos por los comentarios. Esto es una comunidad católica viva, con comunicación interpersonal. (¿Opinará lo mismo nuestro experto en Comunicaciones, Miserere?). Sigo animando a todos a escribir.

    Pero me da la impresión de que el blog se ha estancado un tanto en número de lectores. Os rogaría que invitéis a más personas a esta formación de adultos, tal vez, mandándoles un email...

    Pax y mi bendición +

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  17. Impresionante. En las parroquias que frecuento, lo único que encuentro escrito de vez en cuando es "Palabra de Dios". Se trata de leccionarios antiguos.
    Completamente de acuerdo con tu cuarta consideración: "Lo "pastoral" se identifica con una creatividad salvaje, mientras que celebrar la liturgia según los libros litúrgicos es descalificado como "poco pastoral"".
    Este es el mayor problema que me encuentro desde hace ya tiempo.
    Un saludo

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  18. Estimado Padre, digo:

    consideración 1: ¡no lo sabía! muy de acuerdo. Me enseñaron a NUNCA rayar, NINGÚN libro. Menos uno empastado fino, aún más, usado en la liturgia.

    consideración 2: amén, amén, amén

    consideración 3 y 4: de acuerdo

    ¡Muchas bendiciones!

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