miércoles, 16 de febrero de 2011

Bendición de los enfermos (añado una Post data)

Para los enfermos que ya han recibido la Unción y permanecen estables, sin mejoras pero tampoco agravándose, y están así durante años, el Bendicional ofrece el rito de Bendición de los enfermos que puede alcanzarles la ayuda divina. Esta Bendición sí se puede repetir, por ejemplo, anualmente, con la Jornada del Enfermo o por la Pascua del Señor.


De esta manera conocemos otro rito más de la liturgia de la Iglesia y podemos saborear sus textos. Omitimos algunas rúbricas y los textos ad libitum, que se pueden encontrar consultando el Bendicional, para quedarnos con lo esencial de este rito.

293. Existe la antiquísima costumbre, que tiene su origen en la manera de obrar del mismo Cristo y de los apóstoles, de que los enfermos sean bendecidos por los ministros de la Iglesia. Los ministros, cuando visitan a los enfermos, deben observar diligentemente lo que se dice en el Ritual de la unción y de la pastoral de los enfermos, núms. 87-90; pero sobre todo les han de poner de manifiesto la solicitud y el amor de Cristo y de la Iglesia.

295. El rito que aquí se describe puede utilizarlo el sacerdote, el diácono y también el laico, con los ritos y preces previstos para el laico; todos estos, respetando la estructura y los principales elementos del rito, adaptarán la celebración a las circunstancias concretas de los enfermos y del lugar.


Reunida la comunidad, el ministro dice:

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Luego el sacerdote o diácono saluda a los enfermos y a los presentes, diciendo:

La paz del Señor a esta casa y a todos los aquí presentes. –Y con tu espíritu.

El ministro dispone a los enfermos y a los presentes a recibir la bendición con estas palabras u otras semejantes:

Jesús, el Señor, que pasó haciendo el bien y curando todas las dolencias y enfermedades, encomendó a sus discípulos que cuidaran de los enfermos, que les impusieran las manos y que los bendijeran en su Nombre. En esta celebración, encomendaremos a Dios a nuestros hermanos enfermos, para que los ayude a soportar con paciencia los sufrimientos del cuerpo y del espíritu, sabiendo que si son compañeros de Cristo en el sufrir, también lo serán en el buen ánimo.

Luego se proclama la lectura bíblica (2Co 1,3-7, o bien Mt 11,28-30).

Según las circunstancias se puede decir o cantar un salmo responsorial u otro salmo adecuado (p.e. Sal 101, o bien Is 38, 10. 11. 12abcd. 16b-17).

El ministro, según las circunstancias, exhorta brevemente a los presentes, explicándoles la lectura bíblica, para que perciban por la fe el significado de la celebración.

Sigue la plegaria común. Entre las intercesiones que aquí se proponen, el ministro puede seleccionar las que le parezcan más adecuadas o añadir otras más directamente con las circunstancias de los enfermos o del lugar.

Llenos de confianza, pidamos a Jesús, el Señor, que consuele con su gracia a nuestros hermanos enfermos, y digámosle suplicantes:

R/ Atiende con bondad, Señor, a estos enfermos.

Tú que viniste al mundo como médico de los cuerpos y de las almas, para curar nuestras enfermedades. R/

Tú que, como un hombre de dolores, soportaste nuestros sufrimientos y aguantaste nuestros dolores. R/

Tú que quisiste parecerte en todo a tus hermanos, para manifestarte compasivo. R/

Tú que quisiste experimentar la debilidad de la carne, para librarnos del mal. R/

Tú que tuviste a tu Madre junto a la cruz, compartiendo tus sufrimientos, y nos la diste por madre. R/

Tú que quieres que completemos en nuestra carne tus dolores, sufriendo por tu cuerpo, que es la Iglesia. R/

El ministro, si es sacerdote o diácono, imponiendo, según las circunstancias, las manos sobre todos los enfermos a la vez o sobre cada uno en particular, dice la oración de bendición:

Señor, Dios nuestro,
que enviste al mundo a tu Hijo
para que sobrellevara nuestros sufrimientos
y aguantara nuestros dolores,
te pedimos por nuestros enfermos;
dales paciencia y fortaleza, reanima su esperanza;
que, con tu bendición, lleguen a superar la enfermedad
y, con tu ayuda, alcancen un completo restablecimiento.
Por Jesucristo, nuestro Señor. –Amén.


(Si el ministro es laico, haciendo la señal de la cruz en la frente de cada uno, dice la oración de bendición

Por tu amor, sálvanos, Señor, Dios nuestro,
tú que velas solícitamente por la obra de tus manos;
conforta con el poder de tu brazo
el ánimo de estos servidores tuyos enfermos,
remedia sus dolencias, sana sus debilidades
y haz que alcancen felizmente el consuelo
que de ti esperan.
Por Jesucristo, nuestro Señor. –Amén).

Después de la oración de bendición, el ministro invita a todos los presentes a invocar la protección de la Santísima Virgen María, lo que puede hacerse con la recitación o el canto de una antífona mariana, por ejemplo: Bajo tu protección, o la Salve.

Finalmente, la bendición.

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 P.D. En la columna derecha e incluido un recuadro con un aviso. No os lo perdáis, estad informados y pedid también.

17 comentarios:

  1. Qué bonito, Don Javier. Hasta los laicos podemo bendecir a los enfermos, en nombre de la Iglesia de Cristo. ¡Qué alegría! En la Renovación carismática se practica mucho la bendición de unos a otros y cuando nace de la Caridad me parece algo realmente hermosos y edificante.
    Y no se trata de competir con nuestros ministros, porque la Bendición de un sacerdote de Jesucristo tiene entidad propia.
    Pero también nosotros deberíamos bendecirnos más unos a otros, sabiendo que por la inhabitación de los divinos 3 es Dios el que nos bendice a todos en todos. ¡Gloria tan sólo a Él!

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  2. Hola D.Javier.Otro rito que desconocía,es bellísimo, que pueda un laico realizarlo me recuerdó cuando era canijo y estaba en cama enfermo que venía mi madre a rezar conmigo y luego tras arroparme me daba un beso medicinal en la frente.Un abrazo.

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  3. Prefiero,antes que nada, la bendición de un sacerdote.
    Siempre para todo, los sacerdotes y si no son modernos mejor que mejor. Y la Comunión en la boca y de rodillas y si pudiese ser, la Santa Misa en latín y volvamos a lo que tenía que haber sido y no fue.

    Muchas gracias, D. Javier

    Feliz día para todos

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  4. Creo que el besito y la bendición de una madre es diferente.
    Las madres, cuando besamos a nuestros hijos, siempre lleva la bendición del cielo desde nuestro corazón.

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  5. Es curioso lo fácilmente que maldecimos a quienes nos fastidian o no nos siguen la corriente... y lo que nos cuesta bendecir, tanto a quienes queremos como a quienes necesitan de nuestro apoyo o a aquellos que nos desagradan.

    No hablo de bendiciones-maldiciones formales o litúrgicas, sino del deseo que se expresa de forma vocal.

    ¿Podríamos pensar que nuestro hablar fuese, en si mismo, bendición hacia todo lo que nos rodea?

    Sería bonito, pero para eso necesitamos la gracia de Dios. Quiera Dios darnos ese Don.

    Que Dios les bendiga a todos y cada uno. :)

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  6. Se me pasaba...

    Quiera Dios darnos ese Don, para compartirlo especialmente con quienes sufren. :)

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  7. Creo que debo contestar, con el Bendicional en la mano. Hay determinadas bendiciones que quedan reservadas a los ministros ordenados, según la importancia de lo que se bendiga (diocesano: obispo, o más local: párroco, sacerdote o diácono), dicho de manera muy concisa (Cf. Bend 16). Pero también hay bendiciones que las pueden celebrar o impartir los laicos a tenor del rito litúrgico.

    "También los otros laicos, hombres y mujeres, por la eficacia del sacerdocio común, del que se han hecho partícipes por el bautismo y la confirmación, ya sea en virtud de su propio cargo (como los padres con respecto a sus hijos), ya sea en virtud de un ministerio extraordinario, ya sea porque desempeñan una función peculiar en la Iglesia, como los religiosos o los catequistas en algunos lugares, a juicio del Ordinario del lugar, cuando conste de su debida formación pastoral y su prudencia en el ejercicio del propio cargo apostólico, pueden celebrar algunas bendiciones, con el rito y las fórmulas previstos para ellos, según se indica en cada una de las bendiciones.

    Pero en presencia del sacerdote o del diácono, deben cederles a ellos la presidencia" (Bend 18).

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  8. Celebrándolas los seglares, hay peculiaridades:

    -En los saludos nunca se dice "con vosotros" y se responde "y con tu espíritu", porque este "espíritu" es el sacerdotal. Se dice: "esté con todos nosotros", y se responde: "Amén".

    -No extiende las manos en las plegarias, porque es gesto ministerial. Las recita con las manos juntas.

    -No traza el signo de la cruz a manera de bendición sobre los demás fieles.

    Puede que haya algún detalle más. Basta seguir el Rito.

    Y como ejemplo de algunas bendiciones que pueden celebrar laicos:

    -Bendición de las familias
    -Bendición de los esposos (por ejemplo, un padre a sus hijos recién casados)
    -Bendición de los niños ya bautizados
    -Bendición de los prometidos
    -Bendición de la mujer antes y después del parto
    -Bendición de los ancianos
    -Bendición de los que van a emprender un viaje
    -Bendición de algunos instrumentos técnicos
    -Bendición de los animales
    -Bendición de la mesa
    -Bendición de la corona de Adviento (en el hogar)
    -Bendición del belén navideño...

    Etc.

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  9. Pero lo que quería con esta catequesis es quitar la idea ahora muy difundida de que la Unción de Enfermos hay que recibirla ¡¡cada año!! una vez cumplidos los 65 años.

    Y quitar igualmente la mentalidad pastoral que agota toda celebración de los enfermos o de los ancianos con el sacramento de la Unción. ¿Y si ya lo han recibido? Pues hay otros ritos.

    Así, además, nos acostumbramos a escarbar en los libros litúrgicos, conocer todas las celebraciones de la santa Iglesia y meditar sus textos, siempre ricos.

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  10. Es un precioso rito que podría llevar mucho consuelo a los enfermos, pues "les mostraría la solicitud y el amor de Cristo y de la Iglesia".

    A mí, como a Felicitas, me gusta que puedan hacerlo los laicos, siempre que lo hagan bien. Los sacerdotes no pueden llegar a todo y deberían contar con nuestra disponibilidad.

    Los Carismáticos creo que no usan rito alguno pero, por aquello de "cuando dos o tres están reunidos..." van algunos a orar por los enfermos y se han dado casos de curaciones milagrosas como la del conocido P. Tardif.
    Tal vez si conocieran la existencia de este rito, lo usarían.

    Recuerdo haber leído un bonito post de Bruno Moreno en Infocatólica:
    "Benditas bendiciones", del 27-3-10

    http://infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php/1003270338-benditas-bendiciones#more7394

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  11. Aprendiz, acabo de leer su enlace. Es precioso: bendecir, decir bien...
    Gracias a todos.

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  12. Capuchina, ahora que me estoy enterando y disfrutando de la belleza de cada parte de la liturgia en Misa no me hagas la pascua de pedir que sea en latín, no me fundas, tengamos la fiesta en paz! :)

    y bien.

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  13. Aprendiz:

    ¡Así es!

    NIP:

    Tenemos la fiesta en paz, descuide.
    El latín estará bien para ciertas asambleas y en ciertas partes: un Monasterio en algunas solemnidades o una Misa con gente de diversas naciones y lenguas.

    Pero... ¿cada día, en cada iglesia? No lo veo. La Iglesia cambió el griego al latín en el siglo III-IV porque nadie lo hablaba y la liturgia era incomprensible. San cirilo y san Metodio ni emplean el griego ni el latín para la liturgia en los países evangelizados, sino la lengua eslava...

    Os cuento desde una parroquia.

    ¿Cómo querer que todo sea en latín?

    Acabo de tener un entierro a las 17. Claro, en castellano. Al menos se enterarían de algo. Iglesia bastante llena (150-170 personas). ¿Contestaban? No.
    ¿Rezaron el padrenuestro al menos? No.
    ¿Comulgaron? 3 personas (bueno, eso mejor que sea así).

    Rito exequial al final en castellano, claro, oración, aspersión del cadáver, últimas oraciones.

    ¿Os imagináis de verdad que todo lo hubiese hecho en latín, el Canon en silencio?

    Cuando se aburren ¡¡charlan!!, si no se enteran de nada... ¡¡charlan!! Pero si hablaron durante la comunión y la purificación de los vasos sagrados.

    ¿Alguien de 30 años para abajo, sabe de verdad latín, cuando lo arrinconaron de la Enseñanza Secundaria?

    Muchas teorías de este género chocan con la realidad de cualquier parroquia, de barrio o de pueblo.

    Siento si alguien le molesta lo que digo. Pero ¡¡bienaventurado el que no se escandalice de mí!!

    (Dicho esto con todo respeto, pero creo que tenía que decirlo).

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  14. Pediré para que el Espíritu Santo llene las mentes y los corazones de quienes tengan la suerte de poder asistir al retiro espiritual que nos informas en la Posdata.

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  15. Nugua:

    Gracias por encomendar el retiro.

    Son monjas muy majas. Las conozco bien: les he dado Ejercicios, retiros... y cada verano una semana entera de formación en teología litúrgica.

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  16. 293. Existe la antiquísima costumbre, que tiene su origen en la manera de obrar del mismo Cristo y de los apóstoles, de que los enfermos sean bendecidos por los ministros de la Iglesia

    Este texto me parece importante, porque se admite el origen e institución de un sacramental por Cristo. No sólo los sacramentos nos refieren al Cristo "terreno" o "pre-pascual". Me alegro que hayas hablado sobre esta venerable bendición, tan olvidada en la práctica pastoral.

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  17. También encomiendo el retiro de las chicas para que el Espíritu Santo encuentre la acogida que espera en cada una de ellas y pueda obrar Sus Maravillas. Un saludo cordial a todos, en especial a nuestro querido pastor, Don Javier.
    ;O)

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