jueves, 20 de enero de 2011

El nuevo realismo de la teología

El título corresponde a Ratzinger; él plantea, terminado el Concilio, los caminos de la teología. Algo nuevo surge, nueva importancia se desvela. Su planteamiento ayuda a entender la vocación y la misión de la teología suscitando el deseo de entrar en ella.

Sorprende, desde luego, la perspectiva de Ratzinger que desmonta la imagen que ahora se quiere dar de su teología y acuñada por algunos en la expresión "hermenéutica de la continuidad" que ya comentamos alguna vez (dijo el Papa: "hermenéutica de la reforma dentro de la continuidad del único sujeto-Iglesia que el Señor nos ha dado"; por tanto habla de "hermenéutica de la reforma"). Permítaseme la disgresión: muchos hablan de Ratzinger desde que fue elegido Papa, pero ateniéndose sólo a algún libro suyo (sobre todo "Informe sobre la fe") simplemente porque no han leído la totalidad de sus obras. Si lo hicieran no serían tan audaces en sus afirmaciones convirtiéndolo en baluarte de cierto "tradicionalismo" (que no es sinónimo de Tradición). A Ratzinger había que leerlo completo y conocerlo antes de ser el Papa, y eso pocos lo hacían; ahora todos parecen discípulos de su escuela... ¡de toda la vida, faltaba más!

El nuevo realismo de la teología, según Ratzinger, es el nuevo estilo, el nuevo método y los nuevos retos que la teología ha de afrontar.

"Casi todos los documentos [del Concilio Vaticano II] pero señaladamente los que tratan de la formación de los sacerdotes, de las misiones, del ecumenismo, de la revelación divina y de la Iglesia, están transidos de una tendencia fundamental, que puede caracterizarse como apertura dentro de la teología, en que queda sobrepasada una forma estrecha de teologizar que pudiera definirse, rebajándola un poco, como teología de encíclias, para llegar a una mayor anchura del horizonte teológico. Teología de encíclicas significa una forma de teología en que la tradición parecía lentamente estrecharse a las últimas manifestaciones del magisterio papal. 

En muchas manifestaciones teológicas antes del concilio y todavía durante el concilio mismo, podía percibirse el empeño de reducir la teología a ser registro y -tal vez también- sistematización de las manifestaciones del magisterio. El problema parecía ya suprimido de antemano con la solución, el sistema dominaba frente al acceso interrogante a la realidad misma" (El nuevo Pueblo de Dios, p. 318s).


Quienes hoy sólo tienen la palabra "ortodoxia" en la boca, y el calificativo de "hereje" o "modernista" a cualquiera, chocan de bruces con el planteamiento de Ratzinger. Quienes quieren una teología de manual (todo firme, seguro, ortodoxo, que se aprende de memoria pero no se razona) o una "teología de encíclica" que dice irónicamente Ratzinger, se limitarán a repetir sin más el magisterio pontificio. Pero eso no es teología, confundiendo el ámbito de la investigación teológica con el del magisterio de la Iglesia. 

Ratzinger busca un nuevo realismo de la teología que supere la limitación de la simple repetición. Hoy hay una carencia generalizada de teólogos y sí un gran número de repetidores del Magisterio, con mucha "doctrina" en los labios (es decir, repitiendo "aquí lo que hace falta es mucha doctrina"), poco pensamiento y poca percepción de la búsqueda de la Verdad... Pero por ese camino la teología puede convertirse en ideología, la de ideología de la corrección formal en el lenguaje perfectamente ortodoxo y hasta pontificio. Pero ha dejado de ser "teología".

11 comentarios:

  1. "Quien ha descubierto en Cristo el amor de Dios, infundido por el Espíritu Santo en nuestros corazones, desea conocer mejor a Aquel de quien es amado y a quien ama. Conocimiento y amor se sostienen mutuamente", aseguró.

    Es más, subrayó, "quien ama a Dios es impulsado a convertirse, en cierto sentido, en un teólogo, uno que habla con Dios, que piensa sobre Dios y que intenta pensar con Dios".

    Al mismo tiempo, siguió diciendo, "el trabajo profesional de teólogo es para algunos una vocación de gran responsabilidad ante Cristo, ante la Iglesia. Poder estudiar profesionalmente a Dios mismo y poder hablar de eso, enseñar lo que se ha contemplado, como decía santo Tomás de Aquino, "es un gran privilegio".
    Viernes 3 de diciembre de 2010. Benedicto XVI a los miembros de la Comisión Teológica Internacional

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  2. Personalmente me encanta este Papa y rezo por él cada día, porque el pobrecito lo tiene muy difícil.

    Gracias a los dos.

    Sevilla es mucho Sevilla, ¿no le parece?

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  3. Capuchino de Silos:

    Si se refiere a la comentarista "Desde Sevilla", le puedo asegurar que sí, que lo es, de sobra... casi un peligro, je,je (a medida en que nos tratamos por email: es amiga y hermana).

    Y si se refiere a la ciudad: Sevilla es mucho Sevilla, ¡¡desde luego!!

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  4. Hola D.Javier, me parecen tan peligrosos los que sólo tienen palabras como " ortodoxia", "hereje", "infierno" o "modernista",como los que las han olvidado. La Teología se aprende frente al sagrario he oído alguna vez y me parece que el Papa lo sabe bien.

    Lo de apuntarse "de toda la vi" a Ratz es como la F-1 con Alon, al golf con Ballest o al Tenis con, sí, con ese. Un saludo.

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  5. Entiendo perfectamente lo que dices, querido Javier. El contenido del artículo, la ironía condensada en el sintagama 'teología de encíclica', son siempre tentaciones de quienes pretenden (pretendemos) hacer teología en el seno de la Madre Iglesia. En cuanto a la 'advertencia' hecha por NIP, no creo que de tu artículo se desprenda el olvido a la Tradición por el simple prurito de la innovación, ¿verdad? Cuánto menos de la enseñanza del Papa, que tan bien sintetizas (síntesis nada fácil y que me produce admiración). Últimamente he estado tratando de redactar algo de lo que tu apuntas: hermenéutica de la continuidad-hermenéutica de la reforma. Espero poder hacerlo pronto. Por último, lo de "Ratzinger busca un nuevo realismo de la teología que supere la limitación de la simple repetición" es todo un reto, un listón que grandes hombres en la historia de la Iglesia (y del pensamiento), han sabido arrostar.
    Un saludo, como siempre, un placer pasarme por aquí.

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  6. Álvaro:

    NIP resaltaba lo que ya estaba dicho sin acusar de nada al artículo, al menos es lo que entiendo. Señalaba como peligro los que sólo ven "herejías" y "modernismo" como ese progresismo de salón de la teología.

    Por lo demás, de acuerdo.

    Saludos amigo.

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  7. En mi modesta opinión, hay que estudiar con mente y corazón más el Evangelio y fundamentar la propia Fe en él con el fin de no caer tan fácilmente en esas deformaciones de la doctrina de Jesucristo que con cierta frecuencia se dan en la Iglesia. (y por supuesto, fuera de Ella)

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  8. Simplemente me ha encantado. Ya creía que yo era el único que se daba cuenta... Sin embargo, creo que la "teología de encíclica", que yo llamo "mera glosa de magisterio" se da, en mi opinión, en mayor medida entre los teólogos de la liturgia, por lo menos en España. Me alegro que hayas tocado el tema y espero que ahondes más en él (y que lo podamos leer).
    Un saludo
    Adolfo

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  9. Muchas gracias por su blog. Me gusta el nombre, y el enfoque. Respecto a esta entrada, me parece que es preocupante que la teología (como ciencia) se quede atrás. Sin embargo, me hubiera gustado, que apuntara algunas consecuencias que usted considera, conduciría ese reduccionismo en la teología.

    ¿Afectaría de alguna manera el magisterio en el largo plazo?
    ¿A los fieles?
    ¿Al clero?

    Ni idea.

    Bendiciones y que el Sagrado Corazón de Jesús siga bendiciendo y santificando su corazón sacerdotal.

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  10. Adolfo:

    Gracias, sinceramente, por acudir aquí.

    La visión que yo tengo, o el análisis, difiere un tanto de tu percepción. Esa "teología de encíclica", esa "mera glosa", la noto sobre todo en la teología dogmática que se convierte en una pobre teología de manual, repetitiva, sin sabor, ni amor, ni contemplación.

    Los teólogos de la liturgia -supongo que coincideremos en las excepciones honrosísimas- en España son más bien "pastoralistas" y "catequetas", más preocupados por adaptaciones y creatividades que por fundamentos teológicos, patrísticos, eucológicos, etc.

    Además, en el terreno de la liturgia, eso ha logrado que TODOS crean que saben de liturgia, cualquier sacerdote, cualquier catequista promocionado: todos saben, todos pontifican con osadía y atrevimiento. Y la razón es por la subordinación de la teología litúrgica a lo "pastoral" (con tintes secularizados, claro).

    Por lo demás, sobre "teología" en general voy ofreciendo distintos artículos de vez en cuando con distintos matices, desde ángulos diversos. Poco a poco. Aunque ya aquí hay bastante publicado.

    Saludos.

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  11. Lorca León:

    Le agradezco su felicitación, le doy la bienvenida y espero nos honre a partir de ahora con su visita.

    No acabo de entender bien su pregunta. Le respondo y si no satisface su duda, nos lo hace saber y entre todos saldrá algo de luz.

    La teología es una ciencia con un estatuto propio y unos fines únicos. El Magisterio no está supeditado a la teología, pero ésta lo enriquece, lo ayuda, le ofrece pistas, lenguaje, interrogantes... Ese enriquecimiento es sano y por tanto el Magisterio perdería una ayuda importante para confirmar en la fe.

    Una teología pobre repetirá fórmulas hechas a interrogantes nuevos y más audaces, y tal vez la teología se pueda quedar corta en la respuesta. No hablo de inventar (falsa creatividad)sino de dar respuestas a los interrogantes de cada generación.

    Tal vez con este apunte responda a su pregunta.

    pax.

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