lunes, 6 de diciembre de 2010

Y, ¿cómo no?, Santa María en Adviento

Es un tiempo intensamente mariano, discretamente mariano, espiritualmente mariano.

La esperanza de la Iglesia es sostenida por la esperanza de la Virgen María.

Ella, la hija de Sión, cuyo Dios vendrá en medio de ella, a su propio seno.

Ella, el resto fiel de Israel, que cree y persevera.

Ella, la que es icono de la Iglesia aguardando la venida gloriosa de Jesucristo, ahora, en este tiempo está gestando en esperanza, y a Ella miramos al ver cómo, de qué manera sublime, aguardó el nacimiento virginal de su Hijo.

Por eso, más que rezarle devocionalmente, y añadir cosas piadosas para parecer más marianos, lo más hondo es vivir como Ella, ser partícipes de su esperanza en Ella, amar a Cristo y esperar en Él, como Ella.

"Durante el tiempo de Adviento, la liturgia recuerda frecuentemente a la Santísima Virgen –aparte la solemnidad del día 8 de diciembre, en que se celebran conjuntamente la Inmaculada Concepción de María, la preparación radical a la venida del Salvador y el feliz comienzo de la Iglesia, “llena de juventud y de limpia hermosura”-, sobre todo en los días feriales desde el 17 al 24 de diciembre y, más concretamente el domingo anterior a la Navidad, en que hace resonar antiguas voces proféticas sobre la Virgen Madre y el Mesías, y se leen episodios evangélicos relativos al nacimiento inminente de Cristo y del Precursor. 
De este modo los fieles que viven con la liturgia el espíritu del Adviento, al considerar el inefable amor con que la Virgen Madre esperó al Hijo, se sentirán animados a tomarla como modelo y a prepararse, “velando en oración y cantando su alabanza”, para salir al encuentro del Salvador que viene. Queremos, además, observar cómo la liturgia del Adviento, uniendo la espera mesiánica y la espera del glorioso retorno de Cristo al admirable recuerdo de la madre, presenta un feliz equilibrio cultual, que puede ser tomado como norma para impedir toda tendencia a separar, como ha ocurrido a veces en algunas formas de piedad popular, el culto a la Virgen de su necesario punto de referencia: Cristo. Resulta así que este período, como han observado los especialistas en liturgia, debe ser considerado como un tiempo particularmente apto para el culto a la Madre del Señor: orientación que confirmamos y deseamos ver acogida y seguida en todas partes” (PABLO VI, Exhortación Marialis Cultus, ns. 3-4).

Santa María de la esperanza, mantén el ritmo de nuestra espera.

5 comentarios:

  1. Lo que todavía no entiendo es el color morado, que a mí me produce falta de alegría, porque ésta es una fiesta alegre.

    Gracias por la reflexión.

    Que el Señor le bendiga.

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  2. D. Javier ¿cómo consigue insertar la Adoración del Señor? Sé cuál es la página pero no hayo la forma de insertarla en la mía. En la que yo tengo el Señor se encuentra en una habitación y yo lo quiero en vivo. ¿Me lo puede decir en mi correo?
    A mí no me termina de gustar, y al Señor, creo que tampoco, pero la encuentro muy viva. Ayer estaba hablando alguien, o sea que está totalmente en directo. Lo de las velitas es verdad.
    Muchas gracias.

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  3. "los fieles que viven con la liturgia"

    Ayer decidí por fin, después de mucho reflexionarlo, que no vale la pena enfadarse más.

    Me examiné un rato largo y concluí que la vida cristiana o es litúrgica o no es. Mi desafección al Novus Ordo me había conducido a tener muy poca vida litúrgica últimamente.

    Desde ahora seré plenamente Usus Antiquior, con Breviarium y todo.

    www.officiumdivinum.com

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  4. Capuchino de Silos:

    El Adviento durante muchos siglos tuvo un aspecto penitencial rígido. Sin carne ni lacteos... hasta el día de Navidad, comiendo carne no en la cena de Nochebuena (¡¡aún no había sido la Misa de medianoche!!) sino el día mismo de Navidad. El color morado responde a ese aspecto penitencial hoy diluido.

    Por email le he respondido a su petición.

    Tulkas:

    Me alegra y me parece muy oportuna su decisión. Espero que así tenga paz en su alma, se una al Señor, edifique la Iglesia y se santifique constantemente. En todo, la paz.

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  5. Don Javier, si buenamente puede, me gustaría saber la diferencia entre las palabras Sión e Israel, cuando aparecen en la Biblia: ¿son exactamente equivalentes, en qué se diferencian?

    Por si a alguien le ayuda, espero que no le importe que "haga propaganda" de unas charlas que se están colgando en la web de Infocatólica del P. Iraburu que animan, en la misma linea que este blog, a vivir la liturgia. También pueden oirse en la web gratisdate.net.

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