lunes, 9 de mayo de 2011

Sobre el sacramento de la Unción de enfermos

Uno se lleva muchas sorpresas en su vida ministerial, o sustos, sería más apropiado. Pero los que se refieren a la Unción de enfermos son demasiado abundantes, tal vez por las pocas veces que los fieles viven el rito y no saben muy bien qué hacer ni cómo va.

¡Curioso!


Acompañado siempre de una religiosa o de uno o dos seglares que visitan enfermos semanalmente, más la familia, el sacerdote comienza el rito de la Unción. Conmovido ante el dolor, haciéndose Padre del enfermo y hermano de sus familiares... empieza el rito. 

¡Oh sorpresa! Siempre hay alguien demasiado cariñoso e imprudente que, mientras el sacerdote recita la oración, lee la lectura bíblica o ... se pone a hablar al enfermo y le dice: "¡¡Qué bien!! ¡Vas a recibir la Unción! ¿Estarás contenta, no?" El sacerdote mira la indiscreción a ver si consigue el silencio y el decoro, pero vano es su deseo. Al momento un familiar se incorpora al diálogo: "Mamá, te están diciendo que si estás contenta". Y la enferma sonríe y en parte piensa: "¡Por qué no se callan!"

Prosigue el rito. Se intenta hacer silencio y seguir orando.

Cuando se van a imponer las manos, un nuevo revuelo. Se miran, se hablan para "dejar paso" al sacerdote y que pueda acercarse a la cabeza del enfermo... y rompen el silencio del Espíritu Santo en la imposición de manos.



Y de nuevo... de nuevo alguien se le acerca al enfermo y se le dice algo así como: "mira qué contenta estás, ¿Eh?"

Se unge al enfermo en la frente y en las palmas de las manos. Mientras el sacerdote se limpia los dedos del óleo, la religiosa de turno o los seglares de la Pastoral de enfermos creen que ya ha terminado el Sacramento y se ponen a comentar las últimas evoluciones clínicas del enfermo. El sacerdote mira, y con un acto heroico, "heroiquísimo" (si el superlativo es así), remata el Sacramento con la oración después de la Unción, el Padrenuestro y la bendición.

No digamos nada si el enfermo, estando inconsciente tal vez, se le pide a la fuerza que abra la boca porque tiene que recibir al Señor, ¡¡tiene que comulgar!! Aquello se convierte en una lucha titánica entre la buena fe del acompañante o visitador de enfermos, el enfermo que no quiere comulgar ni abrir la boca y el sacerdote que pacientemente intenta hacer ver el exceso de celo y que no parece que ese día sea apropiado para darle la comunión; tal vez cuando, al menos, abra la boca, ¿no?

O también: el enfermo está consciente, viviendo el rito litúrgico y se le da la Comunión... Pues nada, no le dejan rezar; siempre hay alguien que le dice inmediatamente después: "¡Qué bien, has recibido al Señor!" ¿Por qué no le dejan que rece en silencio? ¿Por qué los visitadores de enfermos no se unen a ese silencio de oración y adoración? ¡Tiempo hay antes y después de la celebración litúrgica de conversar con el enfermo y con la familia! Ellos deben percibir que este momento es suyo, intimísimo, y necesitan del silencio para pedir la gracia del Espíritu Santo. ¡¡Qué manía de hablar a todas horas!! 

Pues entonces unos levísimos consejos prácticos:

El rito de la Unción de enfermos es una liturgia con sus partes bien definidas. Ayuda mucho el silencio, la oración y el recogimiento de todos, por tanto, los comentarios, la conversación afable, se hace antes y después del Sacramento, pero no durante. Dejemos al enfermo que pueda rezar, oír, sentir en su cabeza las manos del sacerdote, sentir en su piel el Óleo del Espíritu.

Como es una liturgia, no se limita al gesto material y mecánico de ungir la frente y las manos con el Aceite santo, sino en oraciones, lecturas, preces, bendición final. Vivamos en clave espiritual el rito.

¿Recordamos el rito? Así sabremos cómo se realiza para orar y hacer guardar un silencio sagrado en esta celebración:

-Saludo del sacerdote
-(Aspersión con agua bautismal)
-Monición con el texto de la carta de Santiago
-Acto penitencial (a no ser que se confesara sacramentalmente el enfermo)

-Lectura de la Palabra de Dios (una lectura, o lectura, salmo y Evangelio)
-(Homilía)

-Letanía por el enfermo (R/ Te rogamos, óyenos)
-Imposición de manos al enfermo en la cabeza

-Acción de gracias sobre el óleo ya bendecido (R/ Bendito seas por siempre, Señor)
-Unción en la frente y las manos
-Oración después de la Unción

-Padrenuestro
-(Rito de la Comunión de enfermos)

-Bendición final.

Es una liturgia relativamente breve: ¿podríamos respetarla, interiorizarla, crear un espacio de devoción para que el enfermo rece, se sumerja en el Amor de Cristo, viva el Sacramento?

¿Podremos ahorrarnos los comentarios extemporáneos?

N.B. Ya, más adelante, daremos otras catequesis sobre el sentido de la Unción de enfermos, el rito y sus textos, quiénes pueden recibirlo (no simplemente por cumplir 65 años) y cuándo y en qué condiciones se puede repetir (que esto no es sin más todos los años para todos...)

12 comentarios:

  1. Buenos días don Javier. A veces los sanos son los que peor enfrentan la enfermedad y la muerte y muchas veces la Unción suena a sello de salida en el pasaporte, me divirtió el relato costumbrista.Recordando el rito recuerdo a la vez personas muy queridas y el deseo de que S.José interceda para tener un sacerdote cerca y poder recibir tantas veces precise este sacramento.Un abrazo.

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  2. D. Javier, claramente desconocemos el sentido de los sacramentos. Para muchos de nosotros son ritos sociales o "magias" positivas.

    También existe una tendencia a "distraer" a enfermos o familiares, intentando que no se den cuanta de lo que sucede. Esto es especialmente triste en los funerales, en los que hay personas dedicadas a no dejar un momento de silencio y profundización a los familiares del difunto. Esto lo he vivido en carne propia.

    Pero incluso así, hay que tener caridad con estas personas y si les corregimos, hacerlo con delicadeza, tacto y mucho afecto. Pero es muy complicado.

    Que Dios le Bendiga D. Javier, así como a todos los lectores y compañeros de comentario. Es un placer leerles. :)

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  3. ¡¡Qué manía de hablar a todas horas!!
    Así es ,es difícil en esos momentos porque muchas veces la situación de nervios y agotamiento de las personas que cuidan al enfermo les traicionan , pero en general tenemos la maldita manía de hablar a todas horas y en todos los sitios . Entras en una Iglesia a hacer una visita al Sagrario, ( no hablemos de bodas, primeras Comuniones , funerales etc )y la mayoría de las veces es imposible porque aunque haya poquísima gente simpre están hablando , saludándose etc . Es una lucha que tengo conmigo no hablar donde no debo y que no me afecte en mi oración nada de lo que ocurra alrededor , con tropezones pero... lo voy consiguiendo.
    D. Javier puede que , advirtiéndolo el sacerdote ,antes de empezar el rito de la Unción se consiga ese silencio tan necesario.

    Un abrazo a todos

    María M.

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  4. Desde Sevilla09 mayo, 2011 12:55

    Es complicado, don Javier. Necesitamos experimentar los Sacramentos como lo que son: presencias reales de Jesucristo, encuentros a nivel existencial. Sólo de Él nos viene la Vida.
    Saludos a todos :)

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  5. Con la estampa costumbrista del rito tan bien relatado me he divertido, bien lo sabe Dios. Lo siento.
    Tenemos la malísima costumbre de hablar y hablar. No he asistido nunca porque no tengo carácter para ello, pero no me importaría recibirlo yo, y siempre en la más profunda piedad y consciencia de lo que estoy recibiendo. Se trata de un sacramento que no estamos acostumbrados a recibir, y yo pregunto: ¿Se podría recibir cada año sin necesidad de estar físicamente enfermo?, pues sí lo estamos espiritualmente.

    Gracias, D Javier, se nota que es andaluz.

    Feliz día para todos.

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  6. ¡Qué buena expresión habéis buscado: "relato costumbrista"! ¿Estilo Pérez Galdós, tal vez?

    Sí, os habéis reído, y eso es sanísimo en una catequesis.

    Había varios puntos de fondo:

    1) La liturgia es un rito completo y no el mero ungir; es como si en un bautismo se ponen a jugar todos con el niño antes de bautizarlo, se hace una pausa para bautizarlo, y luego todos a jugar y corretear con el niño.

    El rito de la Unción es una liturgia, donde se reza, se oye la Palabra, se contesta, se está en silencio, etc. Duele más que sean personas de "la pastoral de enfermos" o incluso religiosas las que no lo valoren así y lo reducen todo a "la unción" mientras durante lo demás parlotean. ¿Qué es lo que se demuestra? ¡¡Que no se conoce la liturgia!! Y, encima, cuando se les enseña, te miran como diciendo: "¿Este que se ha creído? ¡Sabré yo lo que es la unción de enfermos!"

    2) La liturgia necesita el silencio. Sólo así se interioriza y se eleva el alma a Dios, incluido un rito tan breve como es la santa Unción.

    3) No es un sacramento para repetir cada año. Si espiritualmente estamos enfermos tenemos la Penitencia. Pero la Unción es para la enfermedad en grave peligro o una ancianidad avanzada o dificultosa. Si se empeora de gravedad, entonces se repite. Pero nunca se puede considerar un sacramento anual.

    4) El sacerdote por su modo de estar y de celebrar, debe distinguir muy bien entre la conversación inicial, previa, amable y el momento de empezar la Liturgia, "en el nombre del Padre..." "El Señor esté con vosotros". Incluso la monición inicial del rito señala que empezamos algo importante.

    Pero, ¿Escuchamos de verdad? ¿Atendemos a lo que el sacerdote dice, reza, lee y al modo recogido en que lo dice, reza o lee?

    Me da la sensación de que apenas escuchamos los textos del sacerdote. Y no hablo de los familiares del enfermo, tal vez alejados de la Iglesia y poco practicantes, sino de los que frecuentamos la liturgia.

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  7. También he soltado una carcajada con su relato Padre Javier, que bien hace reírse. Estuve presente en la unción en dos oportunidades de mi madre, en una de ellas solo eramos mis hijos( 8 y 10 años) y yo, en casa. El sacerdote era un anciano y fue mi primera visita a la parroquia en busca del sacerdote; había comenzado mi conversión.
    ¿Es apropiado recibir la unción cuando la persona va a someterse a una cirugía en un quirófano?

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  8. Javier yo primero he reido, por su forma de narrarnoslo.Y también me he emocionado al pensar la unica vez que pedí ese sacramento.
    Yo entonces no creia en Dios ni tenia relación con Jesucristo. Mi abuela era si, era una mujer de fe. Llevaba ingresada mucho tiempo y se puso muy malita, se moria y me cogio a mi alli con ella. Recorde que antes de caer tan mal refirio lo del sacramento de la unción, entonces yo no sabia lo que era.Ese dia pedi al sacerdote, no estaba en aquel momento en el hospital, pero vino. Recuerdo el momento, callada tras el sacerdote, triste,lo de callada porque nisiquiera hubiera sabido que contestar a las oraciones. Cuando fue a darle la comunión, mi abuela abrió la boca. Llevaba inconciente todo el dia.Fue lo unico que hable, le dije: padre no va abrir la boca esta... no me dejó terminar, con cariño me dijo: lo se, no te preocupes. Pero mi abuela abrió la boca y comulgó para mi sorpresa y también hoy dia se que para mi conversión. Porque nació en mi un ansian de conocer más.
    Por eso hoy me rio y me emociono a un mismo tiempo con esta entrada.
    Muchas, muchas gracias.

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  9. María Auxiliadora:

    Le traigo lo que dice el Ritual sobre a quiénes se deben ungir:

    "Esta santa Unción debe ser conferida con todo cuidado y diligencia a los fieles que, por enfermedad o avanzada edad, vean en grave peligro su vida...

    Puede darse la santa Unción a un enfermo que va a ser operado, con tal de que una enfermedad grave sea la causa de la intervención quirúrgica.

    Puede darse la santa Unción a los ancianos, cuyas fuerzas se debilitan seriamente, aun cuando no padezcan una enfermedad grave" (RU 8. 10-11).

    El tono siempre es la gravedad en la enfermedad, en la operación quirúrgica o una ancianidad difícil que se vea un peligro real de muerte.

    Mento:

    La comunión de su abuela, muy probablemente, alcanzó su propia conversión. ¡Bendita y sencilla fe!

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  10. Muchas gracias, D. Javier, mi pregunta iba mucho más allá, pero me lo ha contestado todo.

    Hasta mañana, si Dios quiere.

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  11. Capuchino:

    Si su pregunta iba más allá, y yo no me he dado cuenta, vuelva a formularla y procuraremos responder. No tenga reparo.

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  12. En una persona que ya se encuentra tan mal que le resulta imposible confesar, la Unción de los enfermos le perdona sus pecados?¿Se le podría dar la Comunión en ese caso?

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