sábado, 21 de mayo de 2011

El apostolado o compromiso pastoral

El apostolado del cooperador parroquial es una dimensión inherente al mandato misionero que el Señor encargó a su Iglesia: "Id y haced discípulos..."


    Pero este mandato misionero, que origina el apostolado, es un servicio al hombre para que descubra en el Evangelio el camino de la vida, de su salvación, de su plenitud. "¡Ay de mí si no evangelizare!" (1Cor 9,16): el grito de San Pablo bien podría ser el grito de cualquier cristiano que habiendo descubierto la perla escondida (Mt 13,45-46) quiere comunicarlo a los demás, la alegría de la mujer que encuentra el dracma perdido y avisa a sus vecinas (Lc 15,8). El mismo gozo de los enfermos que, curados por la potencia sanadora y curativa del Señor, anuncian y glorifican las obras de Dios. El que encuentra a Jesucristo en su vida, descubre el hontanar de su gozo, la fuente refrescante de una alegría serena.

    El apostolado es algo serio, radical, nacido de la propia iniciación cristiana, que llena de gozo, que plenifica al cristiano; por eso ni es un juego ni un recreo ni un divertimento ni algo pasajero, esporádico u ocasional, sino que se podría afirmar que es casi una dimensión más del ser cristiano, en el que se ve comprometida toda la existencia del bautizado en sus facultades (intelectivas, volitivas, afectivas...). La vocación cristiana es apostólica, enraizada en la fe, el cristiano es llamado a ser testigo, profeta, apóstol.

    Este apostolado no está exento de dificultades internas y externas. Son auténticas trabas, tentaciones del Maligno que nos sugiere en nuestra imaginación palabras seductoras y engañosas, de uno u otro género para hacer que desistamos de nuestro trabajo apostólico o que nosotros mismos lo hagamos estéril e infecundo.

    Ya que son tentaciones, podemos resistirlas y abatirlas agarrados a la cruz de Jesucristo. Asidos al Señor, podemos hacernos invulnerables a los ataques del Maligno.

    Las tentaciones internas son aquellas que brotan en el corazón, a veces sin motivo real. Son peligrosas porque disponen mal el corazón para la empresa apostólica y con facilidad uno se puede echar para atrás. Habrá que irlas descubriendo, desenmascarando, para afrontarlas.

Pero, sobre todo, amar la grandeza del apostolado y el deber que nace del propio bautismo. Nadie está exento pues el bautismo nos hace sacerdotes y profetas y reyes participando de Cristo. Aquí, en el apostolado, se desarrolla el profetismo del bautizado. Recordemos lo que enseña la Lumen Gentium:


"El apostolado de los laicos es participación en la misma misión salvífica de la Iglesia, apostolado al que todos están destinados por el Señor mismo en virtud del bautismo y de la confirmación. Y los sacramentos, especialmente la sagrada Eucaristía, comunican y alimentan aquel amor hacia Dios y hacia los hombres que es el alma de todo apostolado. Los laicos están especialmente llamados a hacer presente y operante a la Iglesia en aquellos lugares y circunstancias en que sólo puede llegar a ser sal de la tierra a través de ellos. Así, todo laico, en virtud de los dones que le han sido otorgados, se convierte en testigo y simultáneamente en vivo instrumento de la misión de la misma Iglesia en la medida del don de Cristo (Ef 4,7).
Además de este apostolado, que incumbe absolutamente a todos los cristianos, los laicos también puede ser llamados de diversos modos a una colaboración más inmediata con el apostolado de la Jerarquía, al igual que aquellos hombres y mujeres que ayudaban al apóstol Pablo en la evangelización, trabajando mucho en el Señor (cf. Flp 4,3; Rm 16,3ss). Por lo demás, poseen aptitud de ser asumidos por la Jerarquía para ciertos cargos eclesiásticos, que habrán de desempeñar con una finalidad espiritual.
Así, pues, incumbe a todos los laicos la preclara empresa de colaborar para que el divino designio de salvación alcance más y más a todos los hombres de todos los tiempos y en todas las partes de la tierra. De consiguiente, ábraseles por doquier el camino para que, conforme a sus posibilidades y según las necesidades de los tiempos, también ellos participen celosamente en la obra salvífica de la Iglesia" (n. 33).
 Cada cual según sus dones, talentos, virtudes o capacitación, debe participar en el apostolado, ya sea en cierto modo institucional (en las tareas diversas de la parroquia), ya sea a título privado y personal (pero sin personalismos de hacer que todo gire en torno a uno mismo).

7 comentarios:

  1. Con lo cuesta arriba que se me hizo en estos últimos años proseguir con mi apostolado en la parroquia y tras mi partida, me ha quedado la idea de que quizá no debí haberme ido.

    He intentado regresar varias veces pero cuando lo hago me vuelvo a dar de narices con la misma situación.

    Lo que pasa es que pienso en ustedes los sacerdotes y en cuánto -constantemente- se dan de narices en cada parroquia con las mismas absurdas situaciones sin embargo aprenden a lidiar con ellas. No se les ve quejándose ni huyendo.

    Yo, que siempre me he considerado tan valiente, pienso que me gustaría ser así.

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  2. maricruz:

    ¡Buenos días (en España)!

    Las absurdas situaciones se dan y se siguen dando en cualquier parroquia, simplemente, porque somos humanos y el pecado complica lo que podría ser sencillo y transparente. Es la carga de nuestra propia humanidad.

    Los sacerdotes "lidiamos" con ellas y a veces no lo conseguimos: también nuestra propia humanidad entra en juego.

    Pero el apostolado no es sólo lo parroquial (éste siempre prioritario porque es la comunidad cristiana básica), también el apostolado son otras formas o modalidades para edificar la Iglesia. Hasta tener un blog "Deo omnis gloria" puede ser apostolado.

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  3. Hay que creer en Dios.
    Le doy gracias a Dios por tener abierto el blog.


    Gracias, D. Javier.

    Feliz sábado a todos con Nuestra Señora.

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  4. Muy interesante lo que se refiere a las tentaciones respecto al apostolado.
    Y muy interesante también hacerlo todo "en virtud de los dones que le han sido otorgados", o como dice S.Pablo "en la medida del don de Dios"
    (cito de memoria y tal vez no es exacto pero creo que la idea es la misma)

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  5. Pienso que de acuerdo a tus dones y camino espiritual, Dios te va colocando donde puedes servirle, y cuando Él lo estime conveniente te va presentando y llevándote a descubrir dones y carismas que quiere para ti en otro lugar o circunstancia. Lo difícil está en saber descubrirlo y entenderlo porque a veces parecemos como atornillados a algo y no cedemos.Descubrí que podía escribir un blog, cuando mi esposo y yo, por motivos de trabajo, no pudimos continuar nuestros apostolados juntos. Siento que Dios Padre me indicaba: "Aquiétate, siéntate Maria Auxiliadora,ya está bueno de tanta actividad; escribe ahora lo que te inspire".
    Espero estar tratando de hacer lo que me pide.

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  6. Siempre salgo de este rincón de descanso aliviada, incluso cuando no me gusta lo que leo, porque luego me da mucho que recapacitar. Javier la entrada de hoy en cambió me super encanta, no para alagarlo, que todo gire en torno a Cristo. Pero una vez hace ya mucho Angel me dijo que serias un buen sacerdote. Leyendo lo que el Señor te inspira, descubro que se ha cumplido, la forma en que lo cuentas casi siempre me ayuda. Y es que se puede decir lo mismo de muchas marenas sin alterar lo hay que decir.Me alegro de poder venir a este blog a descansar en el Señor un ratito y salir reconfortada para la lucha. Porque mira que es pesao el de los cuernos, que tio mas guerrillero. Y hay que estar muy despierto para aguantar la batallita que nos trae.
    Gracias por tus palabras, que son como un oasis del Espiritu Santo para mis ojos.

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  7. Comparto la belleza que todo apostolado tiene y que se muestra claramente en la frase final de la entrada:

    "Cada cual según sus dones, talentos, virtudes o capacitación, debe participar en el apostolado, ya sea en cierto modo institucional, ya sea a título privado y personal (pero sin personalismos de hacer que todo gire en torno a uno mismo)."

    La maravilla de la multiplicidad de dones es que se ajusta a la multiplicidad de entendimientos y afectos que tenemos los seres humanos. Pero, siempre entendiendo que nuestra labor no es propiedad nuestra, es propiedad de Dios que actúa por medio nuestra. Nosotros debemos ser dóciles herramientas y El pondrá todo lo demás.

    Feliz y santo domingo a todos. Les tengo en mis oraciones y mañana les encomiendo en la Eucaristía :)

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