miércoles, 25 de mayo de 2011

Orar y encomendar antes de predicar

Cualquier catequista se prepara el tema de la catequesis: se documenta, lo reflexiona, piensa cómo explicarlo mejor, procura engarzarlo con temas anteriores, busca cómo hacer que todos lo comprendan, lo asimilen y lo integren en la vida...

Nadie improvisa el contenido ni una programación de catequesis. Todos se preocupan de ajustarse a un plan que sea completo (en fe, en liturgia, en moral y en oración) ya que improvisar ("¿qué vemos hoy?") haría que algunos temas se repitiesen hasta la saciedad por interés de los catecúmenos y otros quedasen siempre en penumbra.

Lo dicho con la palabra "catequista" es extensible a todos los que se dedican al ejercicio de la Palabra: catequesis de niños, jóvenes y adultos, para una evangelización de la infancia o de la juventud, para el acompañamiento de adultos, para cursillos presacramentales (Bautismo, Matrimonio), para Escuelas de padres o Cursillos de Cristiandad, incluyendo por tanto a cualquiera que lleve adelante la formación de un grupo.

Pero junto a la programación hay otros aspectos que se no pueden dejar olvidados.

Ya dijimos una vez, con un texto de Pablo VI, que 3 normas para predicar o dar catequesis o cursillos serían rezar, estudiar y amar.

Los Padres de la Iglesia, cada vez que hablan del catequista, recuerdan su deber de orar para ser canal del Espíritu Santo, orando para ser dóciles al Espíritu, orando para que quienes están en catequesis se abran a la acción de Dios y la semilla que se siembra crezca.

Dice San Ildefonso:


"Ciertamente, este nuestro orador cuando habla de cosas justas, santas y buenas, y no debe hablar otras, ejecuta al decirlas cuanto puede para que se le oiga con inteligencia, con gusto y con docilidad. Pero no dude que más podrá por el fervor de sus oraciones que por la habilidad de la oratoria. Por tanto, orando por sí y por aquellos a quienes ha de hablar, sea antes varón de oración que de peroración. Cuando ya se acerque la hora de hablar, antes de soltar la lengua una palabra, eleve a Dios su alma sedienta, para derramar lo que bebió y exhalar de lo que se llenó. Pero, al mismo tiempo de hablar, piense que a una mente buena le conviene más lo que dice el Señor: cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padres es el que hablará en vosotros. Pues bien, si el Espíritu Santo habla en aquéllos que son entregados a sus perseguidores por amor a Cristo, ¿por qué no ha de hablar en aquéllos que entregan a Cristo a sus oyentes?" (De Cognitione Baptismi, 17).

Cualquier catequista, predicador, formador:

-debe tener una vida habitual de oración personal

-lo que vaya a predicar, lo que vaya a enseñar en catequesis, además de estudiarlo, debe rezarlo personalmente, una meditación sapiencial

-la oración incluirá la petición por los que van a oírle

-y esta oración es una gran epíclesis constante, es decir, una petición del Espíritu Santo para el catequista mismo y para sus catecúmenos (o formandos).

Simplemente porque dar catequesis, predicar, formar, no es enseñar unos contenidos fijos únicamente para la inteligencia, sino la transmisión de la fe que transforma a la persona. Es un acto vivo de la Revelación y no una clase de ciencias exactas, de matemáticas o de dibujo lineal.

7 comentarios:

  1. Que bien lo explica. Tengo la gran dádiva, la Gracia de tener unos catequistas con un discernimiento de espiritus que me dejan con una sensacion de Paz que es inexplicable....derraman en nosotros tanta misericordia, tanta sabiduria....Y si, son personas de oracion profunda y constante, con una intimidad preciosa con Jesucristo, y los ves que dan la vida con una alegria que atrae y hace desearla ....dar la vida sin la Vida en ti es imposible, sin El no puedo hacer nada de nada...y cuando entra el Amor dentro de mi sale el trabajo mas fatigoso sin esfuerzo y hasta con buen animo....Ves en los catequistas el "pastoreo" tantas veces, pues tambien está el sacerdote con ellos y como una Luz Trinitaria nos invaden con su escucha y su exhortacion. Bendito sea Dios.

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  2. Desde Sevilla25 mayo, 2011 11:11

    El objeto esencial y primordial de la catequesis es, empleando una expresión muy familiar a San Pablo y a la teología contemporánea, «el Misterio de Cristo». Catequizar es, en cierto modo, llevar a uno a escrutar ese Misterio en toda su dimensión: «Iluminar a todos acerca de la dispensación del misterio... comprender, en unión con todos los santos, cuál es la anchura, la largura, la altura y la profundidad y conocer la caridad de Cristo, que supera toda ciencia, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios».(11) Se trata por lo tanto de descubrir en la Persona de Cristo el designio eterno de Dios que se realiza en Él. Se trata de procurar comprender el significado de los gestos y de las palabras de Cristo, los signos realizados por Él mismo, pues ellos encierran y manifiestan a la vez su Misterio. En este sentido, EL FIN DEFINITIVO DE LA CATEQUESIS ES PONER A UNO NO SÓLO EN CONTACTO SINO EN COMUNIÓN, EN INTIMIDAD CON JESUCRISTO, sólo Él puede conducirnos al amor del Padre en el Espíritu y hacernos partícipes de la vida de la Santísima Trinidad EXHORTACIÓN APOSTÓLICA
    CATECHESI TRADENDAE
    JUAN PABLO II
    Por supuesto, dar catequesis es imposible sin 'estudiar, rezar y amar'. Gracias, don Javier.
    Feliz día a todos.

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  3. Buenos días don Javier. Los Alanos y formandos oramos también para que el Espíritu Santo nos abra el seso y por nuestros catequistas, estudiamos y nos aplicamos.Amor con amor se paga.Un abrazo.

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  4. Si concibiera la catequesis como mera transmisión de contenidos jamás me hubiera ofrecido como catequista. Qué sentido tendría? Ninguno.

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  5. También Juan Pablo II en la Novo Millennio Ineunte hace hincapié en que primero debemos ser personas de oración, de unión con Dios, para poder transmitirlo. Y lo pone como una urgencia pastoral.
    Un saludo a todos.
    ;O)

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  6. Estupenda entrada D. Javier. Como indiqué en FB, lo que más me ha llegado es la necesidad de oración. Oración de catequista para pedir a Dios ser capaz de transmitir su Palabra y oración de los catecúmenos, que piden la gracia de saber escuchar y entender.

    Si la oración ¿Cómo vamos a acercarnos la Misterio que se presenta ante nosotros?

    Que Dios les bendiga a todos :)

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  7. Alonso Gracián25 mayo, 2011 20:16

    Una entrada importante, don Javier, por las verdades que transmite. Gracias.

    La principal razón de la necesidad de la oración para el apostolado, la predicación, etc., proviene de la esencia misma del apostolado.

    El apostolado no algo que procede de nosotros, sino de Dios mismo, es un don que viene de lo alto y que hemos de pedir. El apostolado lo recibimos por los méritos del Señor, no por nuestros propios méritos.

    "Jesucristo Señor Nuestro, por Quien recibimos la Gracia y el apostolado" (Romanos 1, 5)

    Hemos de anonadarnos en la predicación. De forma que sea la Palabra de Cristo la causa verbal de la conversión de los demás, no la palabra humana. Hemos de ser "embajadores de Cristo. como si Dios exhortara por medio de nosotros" (2 Corintios 5, 20)

    Un abrazo en Cristo desde María Inmaculada

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