viernes, 31 de agosto de 2012

La adoración eucarística (un ejemplo)

A veces, tal vez más que explicar las cosas, lo mejor es la experiencia misma y luego iluminarla.

Para comprender qué es la adoración eucarística, nada mejor que ir, sin prejuicios y con tranquilidad, a vivirla gozosamente en la parroquia, estando de rodillas ante Cristo en la custodia.


Aprendemos a orar, mucho mejor y más fácilmente, cuando compartimos la oración de alguien, y vemos cómo se refiere al Señor, cómo le trata, qué le pide. Entonces estamos siendo iniciados.

El Papa Benedicto XVI, en Lourdes en el 2008, ante el Santísimo expuesto, dirigió una alocución que era más que nada una plegaria al Señor, allí presente. El tono, la forma, la adoración, la suavidad en sus palabras, nos pueden servir de catequesis para aprender cómo tratar nosotros al Señor cuando, de rodillas, participamos de la adoración eucarística.

Aun cuando es larga la alocución del Papa, merece el reposo para ser leída e interiorizada.

"Señor Jesús, estás aquí.

Y vosotros, hermanos, hermanas, amigos míos.

Estáis aquí, conmigo, ante Él.

Señor, hace dos mil años, aceptaste subir a una Cruz de infamia para resucitar después y permanecer siempre con nosotros, tus hermanos, tus hermanas.

jueves, 30 de agosto de 2012

Ante la crisis no sólo económica... (y III)

Terminamos hoy la última parte de la homilía de D. Mario Iceta, Obispo de Bilbao, ofreciendo un magisterio sólido para iluminar las mentes y las conciencias ante la situación económica y social que vivimos.

Es necesario, sin lugar a dudas, una palabra específica de nuestros Pastores que nos alienten, que nos indiquen también la verdad de lo que vivimos y tracen caminos en los que comprometernos todos. La doctrina social de la Iglesia es una reflexión a la luz de la fe del hombre que es social en su vida y comportamiento.

De esta forma, este blog como espacio de formación y catequesis de adultos, aporta este mínimo grano de arena al dar difusión a una reposada homilía, poniéndonos todos a la escucha de la enseñanza de la Iglesia y asumiendo los criterios necesarios para no andar despitados.

Así proseguía la homilía:


"8. El modo en que nuestras economías están estructuradas permite movimientos de mercado no conformes a los principios éticos y gravemente lesivos del bien común. El mercado no es auto referencial ni autosuficiente. El mercado sin ética se pervierte. Se dan con frecuencia intereses y movimientos fuertemente especuladores que precisan de clarificación y control. Estos movimientos, generados por intereses oportunistas, por búsqueda de lucro desmedido, o por grupos de presión sobre empresas, mercados o países, generan grandes tensiones que violentan el principio fundamental de que la economía debe estar siempre al servicio de las personas y del bien común. Ponen de manifiesto que, para quienes los promueven, el capital y el lucro son considerados como un fin en sí mismos, sin la necesaria referencia al bien común y al servicio de la persona y la sociedad.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Salmo 16: "Al despertar me saciaré..."

 Muchas veces canta la liturgia este salmo que es un salmo profundamente pascual: habla de vida, resurrección, despertar y gloria.


“Señor escucha mi apelación, atiende a mis clamores, presta oído a mi súplica, que en mis labios no hay engaño”.  Solamente Cristo puede rezar esto en verdad, porque, por debajo de Cristo, algún que otro engaño hay en nuestros labios, sea por lo que decimos, sea por lo que exageramos en la parte de verdad que decimos, sea por lo que callamos, o sea por las mentiras que decimos. Pero eso de que “en nuestra boca no hay engaño”, sólo lo puede decir Cristo. Él es la Verdad, y en él no hay mentira. 

“Señor escucha mi apelación, atiende a mis clamores, presta oído a mi súplica, que en mis labios no hay engaño”. ¿Dónde puede pronunciar esto Jesucristo? En la cruz. En la cruz donde está siendo perseguido, donde está clamando al Padre, y donde le está diciendo al Padre que “en sus labios no hay engaño”,  que Él ha proclamado sólo la Palabra de la verdad y le crucifican por la Palabra de la Verdad y pide la protección del Padre. ¡Ah!, la mentira no puede resistir a la Verdad; el príncipe de la mentira, el que es mentiroso desde el principio, ha quedado al descubierto ante Quien es la Verdad.

    Sigue haciendo memoria de corazón, y le recuerda al Padre: “Mis pies estuvieron firmes en tus caminos y no vacilaron mis pasos”. Cristo es la rectitud. Cristo va por el camino recto “con el corazón ensanchado” guardando tus mandatos. “No vacilaron mis pasos”. Y en esa confianza  le dice al Padre: “Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío, inclina el oído y escucha mis palabras”. Hasta en los momentos de  persecución, la oración de Cristo es oración de confianza. No se rebela, no desea el mal a nadie, no se enfada con Dios, tan sólo se acoge a la misericordia y al corazón de su Padre.

lunes, 27 de agosto de 2012

San Juan de Ávila (III)

La vida y el estilo apostólico de san Juan de Ávila, sus obras escritas pero igualmente su ejemplo de vida, son hoy una referencia segura y clara para evangelizar como él. Fue llamado "Maestro de santos" y con razón, porque la evangelización tiende a llevar a todos a la conversión y a la santidad de vida.

Nuestros tiempos son tiempos de reforma y evangelización, como lo fueron los de san Juan de Ávila en el siglo XVI, durante y después del Concilio de Trento. Acercarse al Maestro Ávila puede abrirnos perspectivas así como centrarnos para no confundir evangelización con cualquier actividad o entretenimiento buenista.


"Ejemplo para la nueva evangelización

            Los distintos campos y dimensiones de nuestra pastoral y de la nueva evangelización, a la que estamos convocados, se ven iluminados y fortalecidos a la luz de los escritos y vida de este santo pastor y evangelizador.

            En el campo de la catequesis Juan de Ávila es un buen modelo y estímulo para nosotros hoy. Él sabe transmitir con seguridad el núcleo del mensaje cristiano y formar en los misterios centrales de la fe y en su implicación en la vida cristiana; provoca la adhesión a Jesucristo y llama a la conversión. Inventa un catecismo en verso para cantar con los niños, con tanto éxito pedagógico que los jesuitas lo adoptaron en sus Colegios, y se extendería por buena parte de España, y particularmente por América, e incluso en África. Su método tenía, además, la particularidad de que los mismos niños se convertían en catequistas de otros niños. Los consejos que escribe para los catequistas son sumamente prácticos y actuales. Al Concilio de Trento pide que urja la catequesis y le manifiesta la conveniencia de que se haga un catecismo para toda la cristiandad. Éstas y otras son las facetas en las que el estilo de este gran catequista sigue siendo de plena actualidad.



domingo, 26 de agosto de 2012

Ante la crisis no sólo económica... (II)

Ni ocultemos ni disfracemos la realidad.

Una inmensa cantidad de sufrimiento se está viviendo en estos tiempos con una crisis económica que ha golpeado brutalmente un sistema que ya estaba enfermo por dentro desde el momento en que se cortaron raíces éticas y morales, y sólo brilló el mercado, el dinero, el capital, como único valor.





Incluso si se arreglase de un día para otro la crisis económica, entrando en una etapa de florecimiento y bonanza, creación de empleo y desarrollo, seguiríamos mal porque el fondo -en definitiva, las estructuras pero también el corazón de las personas que fabricamos esas estructuras- seguiría igual, sin una purificación y conversión sinceras.


Continuemos leyendo la homilía de D. Mario Iceta, Obispo de Bilbao, en la solemnidad de la Asunción, pronunciada en la Basílica de Begoña y asumamos los criterios que nos expone.

Los subrayados y cursivas son propios de la homilía:


"4. El desempleo se revela como una de las consecuencias más dramáticas de la situación actual. Afecta gravemente a muchas familias, genera angustia y frustración y, sobre todo, es causa directa de exclusión social. Dos hechos se revelan como particularmente alarmantes: el número creciente de familias en las que todos sus miembros están en paro y el también creciente paro juvenil, que amenaza el futuro de las personas y de la sociedad. Por ello, es imprescindible que todos, instituciones organizaciones y particulares, cada uno según su capacidad y responsabilidad social, nos impliquemos en la creación de empleo. No se trata de crearlo a cualquier precio, sino de sentar las bases de un empleo sostenible, adecuado al presente, con proyección futura, y digno y justo en lo tocante a remuneración, garantías y descanso, incluido el descanso dominical. Todos hemos de poner lo necesario de nuestra parte para lograrlo. El camino no es fácil, pero la gravedad del presente exige pasar de la confrontación a la cooperación decidida y generosa entre instituciones, empresas, trabajadores y agentes sociales, asumiendo los compromisos y sacrificios necesarios. El principio del logro del bien común debe guiar este camino.

sábado, 25 de agosto de 2012

Relativismo o negación de la Verdad

Por mucho que volvamos una y otra vez sobre lo mismo, resultarán pocas las veces... porque el principal desafío que tenemos que afrontar no es otro sino el relativismo que ha invadido nuestra cultura secularizándola.

Esto afecta en la práctica a la vida de los hombres y de los pueblos; el relativismo que es la destrucción de la Verdad y su sustitución por la "opinión" siempre que entre en lo políticamente correcto, es el clima en el que respiramos y que provoca la enfermedad que debilita a tantas sociedades y culturas.

Esta es la gran batalla que ha asumido el papa Benedicto XVI, el gran pensador y teólogo, mostrando sus raíces y causas, señalando sus consecuencias y encarando sus presupuestos. Es la defensa de la "razón" ante el "pensamiento débil" y las diversas formas de racionalismo; es la defensa del hombre, de la persona humana, ante la destrucción.

La libertad de anunciar el Evangelio se encuentra hoy en riesgo a causa de la dictadura del relativismo. El relativismo amordaza aquello que amenaza el sueño (más bien pesadilla) de que no existe la Verdad y por tanto no se puede anunciar nada como absoluto, universal, verdadero y bueno.

La relación entre verdad y libertad es esencial, pero hoy se encuentra frente al gran desafío del relativismo, que parece completar el concepto de libertad pero en realidad la pone en riesgo de destruirla proponiéndose como una verdadera 'dictadura'. Nadie se puede salir de los parámetros establecidos, de las "corrientes de pensamiento" tan débiles que desconfían de la capacidad de la razón para descubrir y abrazar la Verdad.

Nos encontramos por tanto en un tiempo de difícil compromiso para afirmar la libertad de anunciar la verdad del Evangelio y de las grandes adquisiciones de la cultura cristiana.

Pero no debemos aminorar ni el impulso ni la fuerza del anuncio: el corazón del hombre está hecho para la Verdad y la busca aunque no llegue a percibirlo. La respuesta es Jesucristo para el hombre de hoy mientras vemos derrumbarse toda una civilización que nació cristiana pero que el secularismo actual ha ido minando en sus bases.


viernes, 24 de agosto de 2012

Sacerdocio es exigencia de santidad

Pienso que es iluminador que de vez en cuando la catequesis que se suministra en este blog muestre la doctrina sobre el sacerdocio, tanto como un autorecordatorio como para formar a los demás. 


Tal vez siempre creemos saber de todo, y en verdad, a veces, en ocasiones, puede, tal vez, quizás... que no sepamos tanto. Damos por sabido cosas y con ese pre-conocimiento, que a veces se convierte en pre-juicio, analizamos la realidad y exigimos lo que a veces no se puede dar.

¿Realmente vemos en el sacerdote una Presencia de Cristo edificando la Iglesia? ¿O lo pre-juzgamos desde otras categorías: quien me tiene que hacer tal cosa, quien debe estar a tales horas en lo que yo quiero, etc.?

Sin embargo, en lo más hondo del ser sacerdote, antes que unas tareas, unos horarios, unas reuniones, lo primero es su identidad y vocación a la santidad en el ejercicio del ministerio. Por tanto, el orden sobrenatural tiene preferencia al considerar el ministerio.

Un discurso del papa Benedicto nos ayudará a profundizar y repensar:

"También a vosotros, queridos sacerdotes y seminaristas, ¡el camino de la santidad está marcado! Cristo continúa presente en el mundo y se revela a todos los que, como san Justino De Jacobis, se dejan llevar por su Espíritu. Nos lo recuerda el Concilio Vaticano II que, por otro lado, afirma: “En la vida de aquellos que, siendo hombres como nosotros, se transforman con mayor perfección en imagen de Cristo (cf. 2 Co 3,18), Dios manifiesta al vivo ante los hombres su presencia y su rostro. En ellos El mismo nos habla y nos ofrece un signo de su reino” (Cost. dog. Lumen gentium, 50).

Cristo, el eterno Sacerdote de la Nueva Alianza, que con la especial vocación al ministerio sacerdotal ha “conquistado” nuestra vida, no suprime las cualidades características de la persona; sino que la eleva, la ennoblece y haciéndola suya, la llama a servir a su misterio y a su obra. Dios también tiene necesidad de cada uno de nosotros para “demostrar a los tiempos futuros la inmensa riqueza de su gracia por el amor que nos tiene en Cristo Jesús” (Ef 2,7).

miércoles, 22 de agosto de 2012

San Juan de Ávila (II)

El Mensaje de la Conferencia episcopal, en el año 2000, sobre san Juan de Ávila muestra la amplitud y variedad de su ministerio y de su doctrina. Es una lograda síntesis.

Sus obras, llenas de clara teología y de sabrosa espiritualidad, son un referente hoy como lo fueron en siglos pasados en ámbitos y personas muy distintas.

"Influjo de su magisterio
  
          El magisterio de Juan de Ávila no terminó con su vida. Sus abundantes escritos han influido notablemente en la historia de la espiritualidad y de la renovación eclesial. En la Biblioteca de Autores Cristianos sus obras conocidas ocupan varios volúmenes. Se enumeran no menos de catorce ediciones generales españolas y tres en otras lenguas, en distintas épocas. De obras por separado son numerosas las ediciones y versiones a distintos idiomas. De su Epistolario hay al menos veintitrés ediciones extranjeras. El tratado Audi, filia es un clásico de la espiritualidad. Se tradujo muy pronto al italiano, francés, alemán e inglés. Los católicos perseguidos en Inglaterra encontraban en él un gran aliento. Fray Luis de Granada afirmaba: “Lo tengo en la cabeza por haberlo leído muchas veces”. Felipe II lo tenía de libro de cabecera. El Cardenal Astorga, arzobispo de Toledo, decía: “este libro ha convertido más almas que letras tiene”.

            Su influencia en el Concilio de Trento ha sido puesta de manifiesto por los especialistas. No pudo participar en él por su precaria salud. Pero a través del Arzobispo de Granada, D. Pedro Guerrero, envió dos Memoriales, que fueron acogidos en el aula conciliar con aplauso general. Sus criterios influyeron en los acuerdos de este Concilio en temas de tanta importancia como la institución de los Seminarios, la reforma del estado eclesiástico o la catequesis, de modo que Pablo VI pudo decir en la homilía de canonización que “el Concilio de Trento adoptó decisiones que él había preconizado mucho tiempo antes”. El Maestro Ávila pertenece a ese grupo de verdaderos reformadores que alentaron e iluminaron la renovación de la Iglesia en aquellos tiempos recios del siglo XVI. Su influencia se puede comprobar también en varios Concilios provinciales de aplicación de Trento: en los de Toledo, Granada, Santiago de Compostela, Valencia y, pasando al Nuevo Mundo, en el tercer Concilio de Lima y de México.

martes, 21 de agosto de 2012

Discernir para todo (también apostolado)

Hará tiempo ya dejaron en el blog una pregunta, al hilo de los "deseos".

Es que a veces, los deseos santos de apostolado se pueden confundir con caprichos e impulsos, necesidad de notoriedad, o activismo realizado con la mejor voluntad. ¿Por dónde nos lleva el Señor? ¿Es capricho? ¿Es deseo santo? ¿Viene esto de Dios? ¿O es un impulso pasajero que no viene del Señor?


Preguntaban:

"hace tiempo que me hago preguntas sobre mis apostolados, ¿por qué los hago? He tratado de no esperar consolaciones de Dios, pues debo servir sin esperar nada a cambio. Pero se que cuando Dios me las envía es por que ve la necesidad.
D. Javier estas lineas "apostolados, compromisos pastorales que pueden realizarse no libremente" me han puesto a pensar. En ocasiones me ha tocado decir: No, no puedo. Y ante la frase "Es Dios quien llama" a veces he sentido que manipulan. Podría usted orientarme un poco.He querido pasar desapercibida muchas veces, pues creo que este momento lo necesito. Solo cuando estoy en un retiro de silencio, sirviendo desde el silencio es cuando me siento mejor. Peo cuando me piden hablar, dialogar, entablar amistad con personas en un retiro, es un servicio muy cuesta arriba.¿ Cómo puedo poner en orden mis deseos, para que sean los deseos de Dios Padre?"

Partiendo de esta pregunta, veamos algunos puntos.

1. Los deseos de Dios en el alma se identifican por el ímpetu, la duración (si es pasajero, es capricho de la voluntad) y por la paz que dejan (porque se vive en paz ya que sabemos que si es de Dios, Él los realiza):

           a) ímpetu: es un impulso interior como fuego que no cesa. No es voluntario, es más, nos gustaría en ocasiones que desapareciera, pero aparece siempre y sobre todo en la oración personal. Es un primer signo de que Dios está indicando algo.

           b) Duración: lo que es de Dios ni cesa ni se apaga. Los caprichos, aunque pueden ser impetuosos, se apagan cuando pasa un tiempo y surgen nuevos caprichos. La duración en el tiempo es un segundo signo del Señor.

            c) La paz: los caprichos no dejan en paz, sino que crean ansiedad para lograr su objeto; cuando algo es de Dios, siempre hay una gran paz: se aguarda a que el Señor realice ese deseo santo y cree las ocasiones, los momentos oportunos. 

Sabiendo esto, pasamos al orden práctico de los apostolados.

2. Lo que es de Dios es la santificación en lo ordinario, en lo cotidiano:
* matrimonio e hijos
* el ejercicio de la profesión.

lunes, 20 de agosto de 2012

Ante la crisis no sólo económica... (I)

La luz de la fe interpreta la realidad llegando a la verdad de las cosas. Y bajo su luz es como hay que afrontar la realidad y sus cuestiones profundas.

Por otra parte, la fe, cuando es verdadera, tiene que ver con todo lo que somos, lo que vivimos, los que nos rodea. Dejemos de pensar que la fe es mero sentimiento o devoción o tradición para unas costumbres religiosas, y retomémosla en la verdad de su ser. La fe incide en la vida personal y social.

Así la fe tiene mucho que decir ante la realidad que ahora vivimos desde hace varios años, una llamada "crisis económica" que es más, y más profunda, que meramente "económica". Estos son sus efectos, pero atajar los efectos con medidas diversas pero no curar las causas, es un despropósito.

La doctrina social de la Iglesia ha de guiarnos, así como la palabra de la Iglesia para proporcionarnos principios rectores e iluminadores.

El pasado 15 de agosto, en la Basílica de Begoña, el Obispo de Bilbao, D. Mario Iceta, pronunció una amplia y densa homilía, llena de sentido común, de aliento, pero también de discernimiento. Nos va a servir para situarnos claramente ante la situación social, económica, cultural, etc., en que vivimos.

Leámosla despacio e incluso varias veces. Los subrayados en negrita o en cursiva son propios de la homilía del Obispo.

"Queridos hermanos y hermanas.

1. Celebramos hoy la fiesta de la Asunción de la Virgen María. El libro del Apocalipsis nos relata la victoria sobre el dragón de la Mujervestida de sol, a punto de dar a luz. Esta victoria es la de Cristo resucitado, nacido de María, que vence el pecado, el odio, la injusticia y la muerte. María es asociada de modo singular a esta obra de salvación de su Hijo. Hoy celebramos el episodio definitivo de su vida: tras su asunción al cielo, comparte para siempre la victoria y la vida plena de Cristo. La celebración de esta hermosa fiesta aviva en nosotros la esperanza de poder superar las dificultades que nos acechan con la ayuda y la gracia de Dios, con la protección materna de María. Esta fiesta nos ayuda a levantar la mirada y ver más allá, percibir el horizonte de salvación y de gozo que Dios nos ofrece y del que María participa plenamente. Supone un nuevo estímulo, un impulso renovado y una capacidad real para hacer presente entre nosotros el Reino de Dios. El cántico del Magnificat proclamado por María es el canto de alabanza por la acción de Dios a favor de la humanidad, es el cántico de esperanza de los sencillos, de quienes ponen su confianza en el Señor.

domingo, 19 de agosto de 2012

Dimensión mariana de la Iglesia

La Iglesia encuentra en María su espejo más claro; se mira en la Virgen y descubre su origen, su vocación, su misión hoy y su destino celestial. Ya el Concilio Vaticano II, en su capítulo VIII de la constitución Lumen Gentium, afirmaba que María es tipo y figura de la Iglesia, y en la Constitución Sacrosanctum Concilium señala: "en Ella, la Iglesia admira y ensalza el fruto más espléndido de la Redención y la contempla gozosamente, como una purísima imagen de lo que ella misma, toda entera, ansía y espera ser" (n. 103).


Relación, pues, íntima, no meramente devocional (como "la Virgen lo puede todo", "mejor rezarle a la Virgen que rezar a Cristo", celebrar fiestas y memorias devocionales por encima del calendario litúrgico porque "el Señor no se enfada porque es su Madre"... y expresiones semejantes).

Lo mariano en la Iglesia implica reconocer en la Iglesia a una Persona, a un Tú con el que Cristo habla, y no una mera agregación de personas, un régimen asambleario, un colectivo anónimo de "seguidores de Jesús", un grupo de gente que se encuentra a gusto entre ellos... La Iglesia es el Tú de Jesucristo, su Compañera, su Esposa, la nueva Eva del verdadero Adán. Maravillosa conclusión, teológica y espiritual a la par, la que ofrece Ratzinger:

"La constitución sobre la Iglesia termina con el capítulo que nos habla sobre la Madre de Dios. La cuestión de si se le debía dedicar un texto propio fue, como es sabido, objeto de un amplio debate. Pienso que, en todo caso, se acertó al introducir directamente el elemento mariano en la doctrina sobre la Iglesia. Con ello se pone de manifiesto, una vez más, el punto del que hemos partido: la Iglesia no es aparato, no es mera institución, ni es tampoco una de tantas entidades sociológicas. La Iglesia es persona. Ella es una mujer. Es madre. Es viviente. La comprensión mariana de la Iglesia representa el más decidido rechazo de un concepto de Iglesia meramente organizativo y burocrátco. A la Iglesia no podemos nosotros hacerla. Debemos ser Iglesia. Y sólo en la medida en que la fe, más allá de nuestro hacer, forje nuestro ser, somos Iglesia, está en nosotros la Iglesia. Únicamente en el ser mariano nos hacemos Iglesia. Tampoco en el origen fue hecha la Iglesia, sino engendrada. Ella fue engendrada cuando en el alma de María se despertó el Fiat". 
El párrafo -realmente magistral, para releerlo varias veces- culmina con una afirmación aún más sorprendente. Identificado plenamente con la doctrina del Concilio Vaticano II ya que es Magisterio de la Iglesia, Ratzinger subraya cómo el deseo del Concilio es que la Iglesia despierte en nuestras almas, retomando una frase de Guardini, y cómo para ello María señala el camino:

viernes, 17 de agosto de 2012

Pensamientos de San Agustín (XIII)

Las frases y máximas de san Agustín consiguen que, con pocas palabras y belleza en el estilo, se encierren grandes verdades, se formulen principios fáciles de recordar y que merecen el ejercicio de la reflexión y la oración para encarnarlos en la propia experiencia.

Es una gracia y una riqueza tener maestros así en la Iglesia. Aprovechemos su enseñanza hoy.

El estudio y la oración, llenos y movidos por la caridad sobrenatural, y bajo la luz del Espíritu Santo, nos permiten conocer la verdad, saborearla y conformar nuestra vida según la verdad.

"Busquen en la oración, en el estudio y en una vida virtuosa la inteligencia; es decir, vea, en cuanto es posible, la mente cuanto cree la fe" (S. Agustín, De Trin. 15,27,49).

Tanto san Agustín como todos los santos tuvieron una clarísima vivencia de ser peregrinos; amaban el cielo y vivían el cielo como su verdadera patria por la cual suspiraban. Lo escatológico es la meta y la plenitud, la felicidad verdadera y el descanso real; no se aferran a la tierra ni a esta vida.
Todos somos peregrinos. Pues cristiano es el que en su propia casa y en su propia patria se reconoce peregrino. Nuestra patria se halla arriba; allí no seremos huéspedes, mientras que aquí todos, incluso en su casa, son huéspedes (San Agustín, Sermón 111,4).
Ampliando la imagen del peregrino en esta vida terrestre, san Agustín incluye la imagen de la Iglesia como una barca en la que todos viajamos, y la cual nos protege del oleaje y tempestades de este mundo. Cristo es el capítán y el timonel que nos llevará a puerto seguro, pero salirse de la barca es, simplemente, hundirse.

jueves, 16 de agosto de 2012

San Juan de Ávila, doctor (I)

En octubre, como bien sabemos, será elevado al rango de los Doctores de la Iglesia, un sacerdote de una pieza, san Juan de Ávila. Sus escritos se ofrecen entonces como una referencia segura y lúcida para toda la Iglesia.

Sin embargo, tal vez pueda parecer que el patrono del clero diocesano español está circunscrito a ámbitos sacerdotales y sea necesario darlo a conocer a todos, difundir su devoción y animar, cómo no, a leer sus escritos.

Como preparación para la proclamación del Doctorado de san Juan de Ávila, vamos a ir aquí leyendo diversos documentos que nos muestren la amplitud del ministerio, de la doctrina y de la vida de este gran santo.

El primer documento será el Mensaje que la Conferencia episcopal española ofreció con motivo de las celebraciones del V centenario de su nacimiento.


"
Queridos hermanos y hermanas:

            El día 6 de enero se cumplirán 500 años del nacimiento de San Juan de Ávila, Patrono del clero secular español. La celebración de este Vº Centenario nos invita a reavivar en nuestra vida y en nuestra acción pastoral el deseo de imitar al santo Maestro Ávila. Su recia personalidad, su amor entrañable a Jesucristo, su pasión por la Iglesia, su ardor y entrega apostólica son estímulos permanentes para que vivamos en fidelidad la vocación a la que Dios nos llama a cada uno y seamos sus testigos en los comienzos de este nuevo milenio.           

           Damos gracias a Dios por el regalo de este santo y por los reconocimientos que la Iglesia ha hecho de él: la beatificación, por parte de León XIII el 6 de abril de 1894; la declaración como Patrón principal del clero secular español por Pío XII el 2 de Julio de 1946; la canonización por Pablo VI el 31 de Mayo de 1970. Y esperamos que al título de “Santo” se le añada pronto, si la Iglesia lo considera oportuno, el de “Doctor” de la Iglesia universal.

Sabio maestro y consejero experimentado

           San Juan de Ávila fue una vocación para la reforma que la Iglesia necesitaba en momentos de profunda crisis. Es una de las figuras más centrales y representativas del siglo XVI, escogido por los mejores. Destacó, ya en su tiempo, por la calidad de su doctrina teológica y la sabiduría de sus consejos como guía espiritual, en unas circunstancias en las que la Iglesia y la sociedad del siglo XVI necesitaban guías experimentados que las renovaran. Convenientemente preparado en su villa natal de Almodóvar del Campo (Ciudad Real), según las costumbres de la época, bajo tutores personales, a los catorce años ingresó en la Universidad de Salamanca, una de las más prestigiosas del mundo de entonces. Después de cursar estudios de Leyes durante tres años, sintió una llamada de Dios y volvió a la casa familiar para consagrarse a una vida de oración y penitencia. Tres años llevaba en este género de vida, cuando un religioso de San Francisco le aconsejó que se dedicara al estudio de la Filosofía y la Teología en la recién fundada Universidad de Alcalá, a fin de prepararse para recibir las Órdenes sagradas y poder así ayudar mejor a las almas. Tanto adelantó en estos estudios y en el conocimiento de la Sagrada Escritura, que sus mismos maestros, entre ellos el teólogo Domingo de Soto, vistas la agudeza de su ingenio, la admirable memoria y su incansable aplicación al estudio, auguraron que en breve llegaría a ser uno de los hombres más sabios de toda España.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Santísima Asunción de la Virgen a los cielos

En cuerpo y alma, María ha sido levantada hoy al cielo participando de la gloria pascual y resucitada de su Hijo Jesucristo, a quien estuvo íntimamente asociada en la obra de la redención.


Día gozosísimo para la Iglesia al contemplar su esperanza ya realizada en la Virgen María.; día pascual y día de fiesta. Hasta tal punto solemne, que la liturgia romana ofrece dos formularios completos de oraciones para la Misa y lecturas bíblicas: uno para la Misa vespertina de la vigilia (ayer por la tarde, por tanto, y obligatorio) y otro para la Misa del día, la que celebramos a lo largo de esta jornada.

Y como los textos de la liturgia (que se llaman propiamente "textos eucológicos") reflejan y expresan la fe de la Iglesia, el prefacio que hoy se canta (¡y ojalá sea cantado y no meramente recitado!) ofrece el motivo de acción de gracias cantando la gloria del Misterio de la Asunción:

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación 
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, 
Dios todopoderoso y eterno, 
por Cristo, Señor nuestro.
 
Porque hoy ha sido llevada al cielo la Virgen, Madre de Dios; 
ella es figura y primicia de la Iglesia que un día será glorificada; 
ella es consuelo y esperanza de tu pueblo, todavía peregrino en la tierra. 
Con razón no quisiste, Señor, que conociera la corrupción del sepulcro 
la mujer que por obra del Espíritu, concibió en su seno 
al autor de la vida, Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro.

lunes, 13 de agosto de 2012

Dimensiones (o tareas) de la evangelización

Comprendiendo bien los ámbitos, los campos y los destinatarios de la evangelización, podremos realmente modificar las acciones pastorales para que respondan a la nueva evangelización que la Iglesia ha emprendido.

Siempre para actuar deben estar primero muy claras las ideas, los conceptos bien definidos, para evitar la confusión y también para ahorrarnos la dispersión de fuerzas, tirando cada cual en dirección opuesta y sin moverse nada al final.

La evangelización, vocación y misión de la Iglesia, se plasma luego en las acciones de vida de cada parroquia, de cada comunidad y movimiento. Diríamos más, la pregunta sobre si algo realmente evangeliza o no, debe ser la clave de revisión de muchas prácticas, de muchos planes, que luego sirven sólo en el papel pero no en la realidad. Si seguimos actuando con buena fe pero una gran ceguera, continuaremos haciendo las mismas cosas sin ver que algunas o muchas no sirven como no se transformen o se eliminen, según los casos.

Repitamos: la evangelización debe ser nuestra aspiración, y lo que no se ajusta a ella, o se ve que no evangeliza, habrá que transformarlo. La evangelización es el criterio de discernimiento de toda la "pastoral".

Veamos los ámbitos y los destinatarios de la evangelización, su concepto.

sábado, 11 de agosto de 2012

Perseverar o entregarse al activismo

Suplicamos al Señor, y volvemos a pedir una y otra vez. Una oración perseverante, confiada, que golpea el Corazón de Dios, brota de nuestros labios.

Pero Dios -¿por qué?- nos deja insistir una y otra vez. Él no es injusto, ni parcial. Pero hay que llamar al Corazón del Padre para que se nos abra. Así, mientras más se difiere en el tiempo la escucha de nuestra petición -diría san Agustín- se acrecienta el deseo verdadero de aquello que pedimos y el corazón se dilata para hacerse capaz de recibir dones tan grandes, reconocerlos como tales dones inmerecidos y gratuitos, y poder dar gracias.


Y mientras, una y otra vez, volvemos a clamar al Señor.


¿Cuál es la tentación?

Ante la espera y el aparente silencio y mudez del Padre, olvidarnos de nuestra plegaria, volcarnos en el activismo y soñar ilusamente con que todo lo arreglaremos nosotros y que, incluso, el mundo lo transformaremos nosotros con nuestros puños, esfuerzos, compromisos.

La liturgia de este domingo nos ofrece una lección fundamental: la necesidad de rezar siempre, sin cesar. A veces nosotros nos cansamos de rezar, tenemos la impresión de que la oración no es tan útil para la vida, que es poco eficaz. Por eso somos tentados a dedicarnos a la actividad, a emplear todos los medios humanos para lograr nuestros objetivos, y no recurrimos a Dios. Jesús en cambio afirma que es necesario rezar siempre, y lo hace mediante una parábola específica (cf. Lc 18, 1-8).

jueves, 9 de agosto de 2012

Hitos de una conversión

La conversión es un instante decisivo donde se ve la evidencia de Dios en la propia vida y al reconocerlo se entrega uno a Él como lo más cierto y verdadero que puede hacer en la vida. Es la fascinación del descubrimiento: "¡¡estabas ahí y no te veía!!"

Pero ese reconocimiento que lleva a la entrega sin resistencias, y que marca para siempre la vida, ha estado precedido por toques de atención del Señor, pequeños hitos, jalones, que fueron rompiendo la cerrazón y la ceguera, suscitando un deseo de búsqueda que al principio fue imperceptible y luego irresistible.


Dios llama trabajando con un pequeño cincel pero de manera constante, a golpes cortos, va esculpiendo y haciendo saltar las lascas de lo que sobra.

Unas veces es una insatisfacción intelectual de quien no alcanza la Verdad y lo desea; otras veces es la sed interior, el deseo de una Presencia que llene el corazón inquieto; en ocasiones, una lectura, un libro, que rompe los esquemas hechos y crea interrogantes; el testimonio de personas profundamente creyentes, o la vida misma de la Iglesia descubierta en su verdad, son otros diversos momentos que Dios puede emplear para llamar a la conversión.

Y, en el fondo, lo que estamos describiendo fueron los elementos que Dios entretejió en la experiencia de Edith Stein hasta su conversión y la ruptura de todo lo que la retenía y caminar libre hacia Dios en el Carmelo descalzo y en el martirio.

Dios se ganó así a Edith, y nosotros también salimos beneficiados con la santidad de Teresa Benedicta de la Cruz (¡lástima que sea poco conocida, poco leída!).

Los elementos de su conversión los describió ella misma. En una carta a su amigo, el filósofo Roman Ingarden, le dice:

miércoles, 8 de agosto de 2012

El Nazaret de santo Domingo

Siempre hay etapas en la vida en la que toca llenar los graneros de trigo, como José en Egipto, para luego saber y poder distribuir alimento válido. Nuestro Señor pasó treinta años en Nazaret, guardando y acumulando, preparándose, para luego, en su vida pública, abrir los tesoros de su corazón. Son años que en apariencia son estériles, lentos en su transcurrir. Pero luego resultan ser años determinantes y riquísimos.


Santo Domingo, antes de ser el gran apóstol itinerante, el Predicador, el padre de una nueva Orden mendicante, el consultor y director de conventos y comunidades, vivió una vida ordenada, serena y pacífica, de estudio de la teología, de trato con Dios, de interioridad, de oficios litúrgicos y canto.

Estamos en Osma. El Obispo quiere revitalizar su Cabildo de manera que los canónigos, viviendo bajo una Regla común de vida y en comunidad, sean ejemplo de santidad, maestros en teología, predicadores en la diócesis, senado de su vida. Son canónigos regulares: doce, como los doce apóstoles; una Regla, la Regla de san Agustín. Diego se llama el prior y allí va a parar santo Domingo. En poco tiempo, es ordenado sacerdote, convertido en sacristán, es decir, el encargado de la iglesia y de cuidar las celebraciones litúrgicas y, posteriormente, siendo aún tan joven, es subprior del Cabildo. Diego, su prior, será el siguiente Obispo de Osma y quedará la vida de Santo Domingo vinculada para siempre a su Obispo, en amistad, y compartiendo un mismo ideal, la Predicación. 

¿Cómo transcurre la vida de Domingo de Guzmán? Porque de aquí va a beber su alma el agua pura a raudales para luego dar de beber a tantos sedientos a los que predicará.

martes, 7 de agosto de 2012

Cristo, el más bello de los hombres (la Belleza de Dios)

Cuando cantamos el precioso salmo 44, entramos en la hondura de la verdadera belleza. Entonamos y salmodiamos diciendo:

"Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente".



La mayor belleza -el supremo pulchrum- es Cristo encarnado, crucificado y resucitado. Él es la Hermosura sin igual, la Belleza misma de Dios manifestada y que con su fulgor, despierta en nosotros el ansia y el deseo de la verdadera belleza.

Al cantar este salmo miramos a Cristo y fijamos los ojos en Él en una contemplación de amor. Descubrimos su Belleza que nos hiere y seduce, y dejamos que caigan las estéticas vacías y falsas, el esteticismo y el feísmo reinante (fruto de una cultura agonizante). La Gloria de Dios se manifiesta y desvela en la Belleza del Señor Jesucristo.

Hermoso es Cristo, Cristo es la Belleza misma que supera y trasciende toda belleza. Y así, con san Juan de Ávila, próximo doctor de la Iglesia (a quien iremos conociendo mejor), confesamos:


sábado, 4 de agosto de 2012

Oración al Señor

Una oración al Señor, una verdadera elevación del alma a Dios, nos ofrece hoy san Juan María Vianney, el santo cura de Ars.

Con él, elevamos nuestro corazón a Dios, sumamente Amado, al que más hemos de amar porque es el único digno de amor.



"Te amo, Dios mío.

Mi único deseo es amarte hasta el último suspiro de mi vida.

Te amo, Dios infinitamente amoroso,
y prefiero morir amándote que vivir un instante sin amarte.

Te amo, Señor,
 y la única gracia que te pido
 es la de amarte eternamente.

Dios mío, si mi lengua no puede decir  en cada instante
 que te amo, quiero que mi corazón lo repita cada vez que suspiro.

Te amo, mi Dios Salvador,
porque has sido crucificado por mí,
y me tienes crucificado contigo.

Dios mío, dame la gracia de morir amándote
y sabiendo que te amo".

"Amén".

viernes, 3 de agosto de 2012

Brilla el misterio de la Cruz (XV)

"Cristo se anonadó,
haciéndose obediente hasta la muerte,
hasta la muerte de Cruz,
para que desde la Cruz
nos fueran entregadas la carne y la sangre del Señor
como Sacrificio nuevo"

(S. Agustín, Enar. in Ps. 33,5).

"Mientras todos los adoradores de Cristo adoran el noble trofeo de la Cruz por los siglos, el Rey es elevado a las regiones celestes"

(Ant. Maitines en la Exaltación de la Cruz).

"Adoramos el signo de la Cruz, por medio del cual hemos recibido el Misterio de la salvación"

(Ant. Maitines en la Exaltación de la Cruz).

jueves, 2 de agosto de 2012

Salmo 3


El salmo 3 la Iglesia lo canta en el Oficio de lecturas del domingo de la I Semana del Salterio. No es demasiado popular. Y, sin embargo, leído en clave cristológica,  poniendo el salmo en boca de Jesucristo, tiene un sabor delicioso, sabor de Pascua, por eso la Iglesia lo canta el domingo para el Oficio de Lecturas.

    “¡Cuántos son mis enemigos! ¡Cuántos se levantan contra mí! ¡Cuántos dicen de mí: “ya no lo protege Dios”!” Está Cristo hablando en la cruz, e invita al Padre a que mire cuántos son sus enemigos y cuántos se levantaron contra él. Están rodeando la cruz para insultarle, para increparle: “Si eres Hijo de Dios, baja y creeremos en ti”, “a otros has salvado, sálvate a ti mismo”. “¡Cuántos son mis enemigos! ¡Cuántos se levantan contra mí! ¡Cuántos dicen de mí: “ya no lo protege Dios”!”, porque eso es lo más fácil: los malvados, cuando ven al justo sufrir, lo que dicen es: “Ya no lo protege Dios”, “ahora, ¿qué pasa? ¿Dónde está tu Dios?”

    Pero sigue Cristo  rezando en el salmo y le dice a Dios Padre: “Pero tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria, tú mantienes alta mi cabeza”. La dignidad no viene de que los demás la reconozcan, sino que, porque no la reconocen, la dignidad la da el Señor, en nuestro interior. Ya pueden decir lo que quieran, pensar lo que quieran, juzgar erróneamente; el Justo, Jesucristo, dice: “tú mantienes alta mi cabeza”.

    Y dice Cristo en la cruz: “Si grito invocando al Señor, Él me escucha desde su monte santo”. Mi Padre me escucha desde el cielo, desde el monte santo, desde la nueva Jerusalén. “Me escucha” y me libra, a mí que estoy clavado en la cruz. Es la confianza de Cristo.