lunes, 13 de agosto de 2012

Dimensiones (o tareas) de la evangelización

Comprendiendo bien los ámbitos, los campos y los destinatarios de la evangelización, podremos realmente modificar las acciones pastorales para que respondan a la nueva evangelización que la Iglesia ha emprendido.

Siempre para actuar deben estar primero muy claras las ideas, los conceptos bien definidos, para evitar la confusión y también para ahorrarnos la dispersión de fuerzas, tirando cada cual en dirección opuesta y sin moverse nada al final.

La evangelización, vocación y misión de la Iglesia, se plasma luego en las acciones de vida de cada parroquia, de cada comunidad y movimiento. Diríamos más, la pregunta sobre si algo realmente evangeliza o no, debe ser la clave de revisión de muchas prácticas, de muchos planes, que luego sirven sólo en el papel pero no en la realidad. Si seguimos actuando con buena fe pero una gran ceguera, continuaremos haciendo las mismas cosas sin ver que algunas o muchas no sirven como no se transformen o se eliminen, según los casos.

Repitamos: la evangelización debe ser nuestra aspiración, y lo que no se ajusta a ella, o se ve que no evangeliza, habrá que transformarlo. La evangelización es el criterio de discernimiento de toda la "pastoral".

Veamos los ámbitos y los destinatarios de la evangelización, su concepto.

"De manera más analítica podemos describir así el contenido de la evangelización: Una labor de evangelización es aquella acción pastoral directamente encaminada a suscitar la fe de los que no creen o a avivar y fortalecer la fe de aquellos que tienen una fe vacilante, poco efectiva, y viven alejados de la gracia de Dios, animándolos a convertirse al Dios de la salvación, al Dios que resucitó a Jesús de entre los muertos y nos ha prometido la vida eterna, con Cristo, a quienes crean en Él.

Evangelizar es anunciar la gracia y el amor gratuito de Dios a quienes no los conocen, o no los tienen en consideración, llamándolos a la conversión, una conversión que consiste en amar a Dios sobre todas las cosas, poniendo el corazón en la vida eterna que Dios nos ha prometido y viviendo en este mundo según tu voluntad, cumpliendo sus mandamientos, centrados en el mandamiento del amor, en comunión con las enseñanzas y la vida de la Santa Iglesia.

Evangelizar es acercarse a quienes no conocen a Jesucristo, o no creen en Él como Salvador, o tienen una fe vacilante, acercarse a ellos para anunciarles lo fundamental del mensaje de Jesús e invitarles a creer en Él, llamándoles a una respuesta más generosa y coherente: el Dios creador nos ha destinado a compartir con Él su gloria eterna, nuestro Dios es un Padre misericordioso que tiene cuidado de nosotros, perdona nuestros pecados, nos ha enviado a su Hijo para enseñarnos el camino de nuestra salvación, este Hijo hecho hombre fue rechazado y crucificado, al tercer día lo resucitó y lo ha constituido en poder como fuente de vida mediante el don del Espíritu Santo, liberándonos de la sujeción a los deseos de la carne y haciéndonos vivir como hijos suyos en el amor y por el amor. La evangelización tiende siempre a la conversión de los oyentes. El objetivo esencial y directo de la evangelización es la plena conversión de cada persona al amor salvador y santificador de Dios" (SEBASTIÁN, F., Evangelizar, Encuentro, Madrid 2010, pp. 65-66).

Claras palabras: evangelizar es llamar a la conversión al amor de Dios. 

Toda evangelización auténtica conduce a la conversión. Ésta no tiene un objeto terreno o mundano: la solidaridad, la justicia... sino la transformación última de toda la persona que recibe el Amor de Dios y responde a Él.

Evangelizar es siempre algo más que la promoción de valores humanos, o simplemente -desgraciadamente- asegurar un mínimo de cultos religiosos, celebrados aprisa, con un sistema pastoral pensado para cuando había una inmensa mayoría de cristianos. Tampoco contentarse con acciones muy antropocéntricas (un teatro infantil, por ejemplo) creyéndose que se evangeliza porque ha asistido un gran número de público para ver a los niños. 

La pastoral verdadera entonces busca los modos para llamar a la conversión y acompañar en el crecimiento de la experiencia del amor de Dios (ya sea catequesis, formación, retiros, predicación... como la vida litúrgica consciente y amorosamente celebrada, la adoración eucarística, etc.). La pastoral buscará acciones llenas de verdad y contenido que busquen hacer crecer en la experiencia de la conversión y del amor de Dios.

"A quienes reciben este anuncio, se les pide la fe y la conversión, que crean en Jesucristo, en la verdad de su palabra y de su testimonio, que crean en el Dios que lo resucitó de entre los muertos, como primicia y principio de la nueva humanidad que nace de esta fe y de la esperanza de la resurrección universal, que crean en la verdad de su propia resurrección. Creer en el Dios de Jesucristo es apoyar la propia vida en la esperanza de la resurrección y de la vida eterna. Valorar las cosas de este mundo y organizar la propia vida en función de esta esperanza y de este deseo fundamental. Esta fe y esta esperanza cambian la vida de quien acepta de corazón el mensaje de Jesús. Creer en Jesucristo significa creer en la bondad y la paternidad del Dios que le resucitó a Él y nos resucitará a quienes creemos en Él, significa desear y esperar esta vida de inmortalidad y de gloria junto a Dios, poner en ella el corazón, liberarse de la idolatría que nos somete a las cosas de este mundo como si fueran la vida definitiva, vivir desde ahora con Cristo, cerca de Dios, por el amor, sabiendo que somos hijos suyos y tratando de imitarle viviendo en la verdad y en el amor, con el corazón puesto en los bienes eternos y libres de las concupiscencias de este mundo. Es evidente que esta nueva vida no puede ser perfecta desde el principio, hace falta toda una vida para convertirse del todo a Dios, pero sí es posible y necesario que los cristianos sepamos desde el principio cuáles son los elementos esenciales de nuestra vida bautismal y cristiana y cuál nuestra primera obligación en este mundo "(Ibíd., p. 66).

La evangelización, sin duda alguna, posee un contenido doctrinal claro que no se puede rebajar, ni diluir, para no escandalizar ni provocar. Es el Evangelio íntegro el que se ha de anunciar y proponer, mostrando su incidencia concreta en la vida y cómo lo transforma todo, liberándolo de esclavitudes.

Flaco servicio pastoral se presta si la predicación, la formación, la catequesis, etc., omitiesen los grandes núcleos cristianos de la fe para presentar en su lugar un lenguaje secularizado, de valores, de buenismo moral, de una conciencia -"allá cada cual con su conciencia" (!!)- que crea por sí misma y a su gusto lo que es bueno o malo, convirtiéndolo todo en opinable. Flaco servicio, si la enseñanza que se transmite va al ritmo de las modas o del último libro de algún autor; flaco servicio, si la predicación son lugares comunes, tópicos generalizados que todos aceptan y a nadie cuestiona.

"En estos momentos de confusión y deserción, es muy necesario tener en cuenta que muchos cristianos, bautizados, viven un poco aturdidos, en zonas intermedias, ni dentro ni fuera de la Iglesia, ni creen ni han dejado de creer, viven confusos, inseguros, llenos de dudas, con la conciencia intranquila, llenos de reservas contra la Iglesia recibidas del ambiente, pero sin desligarse de su adhesión a Jesucristo y al Dios de la salvación, alejados de la práctica sacramental, pero conservando en su corazón la memoria y el amor a Dios y a sus obras de salvación. Nunca podremos saber cuántos y cuáles son. También ellos, y quizás en primer lugar, merecen una atención evangelizadora, también a ellos tenemos que acercarnos del mejor modo posible, con amor y compasión, para deshacer malentendidos, curar viejas heridas, establecer relaciones de reconciliación y de afecto, llegar a ser instrumentos de encuentro y reconciliación, en vez de ser causa de confusión y alejamiento.

En la Iglesia, en las parroquias, tiene que haber un sitio para ellos, hay que ofrecerles algo en donde ellos se puedan manifestar como son, preguntar, discutir, descubrir sus heridas y sus amarguras. Tenemos que convencernos de que estos cristianos alejados pueden volver; siguen siendo hijos queridos de Dios, miembros de la Iglesia que necesitan nuestra ayuda para recuperar la salud de su fe y la alegría de la salvación. También ellos deben ser objetivo de una acción evangelizadora de nuestra Iglesia. En una sociedad tan variada como la nuestra, nuestra pastoral tiene que ser también bastante más variada, más abierta, más cercana a las diferentes situaciones espirituales de nuestra gente" (Ibíd., p. 67).

Pensemos en los distintos ámbitos:

1) Los católicos de nuestras parroquias, creyentes, que necesitan ser sostenidos y no merecen ser descuidados.

2) Los católicos de nuestras parroquias, que incluso asistiendo a la Eucaristía dominical, viven con una fe aletargada, y que deben ser despertados y acompañados para entregarse al Amor de Dios.

3) Los bautizados en esa zona intermedia que no reniegan de Dios pero no se acercan a Él ni a la vida sacramental en la que Dios se nos da.

4) Los totalmente alejados, muchas veces más por prejuicios que por razonamientos conscientes.

Son ámbitos distintos, personas con diferentes realidades. Pero a todas ellas debemos dar respuesta evangelizadora y buscar los modos pastorales para llegar a ellos, acompañarlos, sin desvirtuar el Evangelio ni secularizarlo.

7 comentarios:

  1. Padre, leyendo este último escrito creo que entiendo mucho mejor al anterior sobre el activismo y la oración.
    Se podría decir que contra el diablo ROSARIO y SAGRARIO. Esta frase se me ha venido a la cabeza recordando sus dos últimas entradas. No sé muy bien si tiene que ver con lo tratado. Hace mucho tiempo que no escucho a un sacerdote hablar sobre el diablo. Es curioso porque JESUCRISTO habla mucho de el. ¿No tendrá algo que ver el diablo en ese letargo evangelizador de los católicos apáticos?
    Tal vez, Padre, vuelvo a estar tan confuso como en mi anterior comentario.
    Muchas gracias por hacerme reflexionar.
    DIOS le bendiga.

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    1. La catequesis de hoy apuntaba en las siguientes líneas:

      a) qué es evangelizar

      b) qué ámbitos toca evangelizar

      c) en comunidades -por ejemplo, parroquias- distinguir distintos métodos para distintos "grupos" de personas según la vivencia o no de la fe.


      Sabiendo eso, hemos de derribar del pedestal el pseudo lenguaje religioso ("valores", "compromiso", "tolerancia"...) que ha sustituido al lenguaje cristiano, al proceso educativo cristiano y la experiencia misma de la conversión.

      También tantas acciones pastorales que realizamos de muy buena fe pero que no son realmente evangelizadoras. Nos creemos que porque un día la iglesia esté llena -por un teatro, un festival o lo que sea- ya esa Iglesia está creciendo, hemos logrado una pastoral eficaz, etc., pero la evangelización tiende al anuncio de Cristo y a la transformación del corazón.

      Urge cambiar la mentalidad.

      Y en apoyo de la evangelización, y para ser evangelizadores de veras, la oración personal cotidiana es imprescindible.

      Saludos!

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  2. Muchas gracias por las aclaraciones. Ahora me queda nítido el contenido. Aunque sigue dándome que pensar mucho. Y me siguen apareciendo muchos interrogantes respecto a otros que creo que surgen de este mismo tema.
    DIOS le bendiga.
    Antonio

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    1. Los interrogantes son buenos: se buscan respuestas mejores. Y también esa es la finalidad de toda catequesis, la de suscitar preguntas para seguir ahondando.

      Un abrazo.

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  3. Excelente todo lo que nos presenta Padre Javier, este próximo Año Escolar me han pedido la posibilidad de llevar un poco de formación a los papás y mamás, jóvenes en su mayoría que constituyen los representantes del Preescolar. Esto será un reto y las directrices que nos colocan me han caído de maravilla. Bendición.

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    1. El Señor la asistirá y vd. se deja guiar.

      Hay que plantearse no sólo unas reuniones para suscitar valores en los padres, sino realizar con ellos la propuesta cristiana, hermosa a la par que exigente, y acompañarlos. Entonces se podrá provocar la experiencia de la conversión.

      Si ya son de Cristo y viven en Cristo, la formación que les ofrezca deberá reafirmar su identidad católica y ahondar en la doctrina de la Iglesia para que sepan dar razón de su fe ante el mundo venezolano.

      Un gran abrazo y saludos a su esposo también.

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