jueves, 19 de mayo de 2011

Jesucristo anunciado: ¡No tengáis miedo!

Aquella primera homilía de Juan Pablo II, al inaugurar su pontificado, el 22 de octubre de 1978, fue un verdadero revulsivo para la vida de la Iglesia, un empuje, un vigor, una fuerza incontenible.


Sus palabras sobre Cristo se pueden definir, muy bien, como kerygmáticas: el anuncio central de Jesucristo. Y como la santa Pascua del Señor es el tiempo del kerygma, del anuncio del Señor resucitado, centro y vida de la Iglesia, centro y vida del hombre y de todo hombre, las volvemos a traer aquí.

Son palabras poderosas, pronunciadas con contundencia.

Son palabras para ser conmovidos, zarandeados, por la fuerza del Espíritu Santo.

Son palabras proféticas que inauguraron una nueva etapa en la vida de la Iglesia.

Son palabras que hoy igualmente pueden cuestionarnos.

¿Nos abrimos interiormente a este anuncio? ¿Las acogeremos como si fueran la primera vez que las oímos y las leemos?

Nuestro tiempo nos invita, nos impulsa y nos obliga a mirar al Señor y a sumergirnos en una meditación humilde y devota sobre el misterio de la suprema potestad del mismo Cristo.
El que nació de María Virgen, el Hijo del carpintero – como se le consideraba –, el Hijo del Dios vivo, como confesó Pedro, vino para hacer de todos nosotros «un reino de sacerdotes».

El Concilio Vaticano II nos ha recordado el misterio de esta potestad y el hecho de que la misión de Cristo –Sacerdote, Profeta-Maestro, Rey– continúa en la Iglesia. Todos, todo el Pueblo de Dios participa de esta triple misión. Y quizás en el pasado se colocaba sobre la cabeza del Papa la tiara, esa triple corona, para expresar, por medio de tal símbolo, el designio del Señor sobre su Iglesia, es decir, que todo el orden jerárquico de la Iglesia de Cristo, toda su "sagrada potestad" ejercitada en ella no es otra cosa que el servicio, servicio que tiene un objetivo único: que todo el Pueblo de Dios participe en esta triple misión de Cristo y permanezca siempre bajo la potestad del Señor, la cual tiene su origen no en los poderes de este mundo, sino en el Padre celestial y en el misterio de la cruz y de la resurrección.

La potestad absoluta y también dulce y suave del Señor responde a lo más profundo del hombre, a sus más elevadas aspiraciones de la inteligencia, de la voluntad y del corazón. Esta potestad no habla con un lenguaje de fuerza, sino que se expresa en la caridad y en la verdad...

¡Hermanos y hermanas! ¡No tengáis miedo de acoger a Cristo y de aceptar su potestad!
¡Ayudad al Papa y a todos los que quieren servir a Cristo y, con la potestad de Cristo, servir al hombre y a la humanidad entera!
¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo! Abrid a su potestad salvadora los confines de los Estados, los sistemas económicos y los políticos, los extensos campos de la cultura. de la civilización y del desarrollo. ¡No tengáis miedo! Cristo conoce «lo que hay dentro del hombre». ¡Sólo El lo conoce!
Con frecuencia el hombre actual no sabe lo que lleva dentro, en lo profundo de su ánimo, de su corazón. Muchas veces se siente inseguro sobre el sentido de su vida en este mundo. Se siente invadido por la duda que se transforma en desesperación. Permitid, pues, – os lo ruego, os lo imploro con humildad y con confianza – permitid que Cristo hable al hombre.

¡Sólo El tiene palabras de vida, sí, de vida eterna!
Este anuncio, si se acoge, nos puede transformar. A nosotros, sí, pero también transformar las conciencias adormecidas, la vida pastoral de la Iglesia que se ve secularizada en sus acciones; transformar la presencia pública de los católicos en la vida social, cultural, artística... Sería una traición a Cristo escondernos en las sacristías y no salir a la plaza pública.



¡Cristo!
Cristo es Aquél a quien necesitan los hombres. Porque sólo Cristo sabe y conoce lo que hay en el interior de cada hombre, su sed y sus búsquedas.
Recordemos con qué vigor las pronunció su autor (sólo hay que pinchar en el "play"):




11 comentarios:

  1. Que fuerza tienen las Palabras de este Papa....que preciosidad oirlas tan temprano poruq ete llenan de ánimo y de fé para abrir el corazón a Cristo....estoy dolorida hoy y me han llegado las palabras de tu entrada como un bálsamo Gracias!!!

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  2. Buenos días don Javier. Me gusta el toque multimedia del video en la catequesis de hoy.Procuraré que mis puertas estén de nuevo abiertas de par en par.Un abrazo.

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  3. El Señor sabe todo lo que mi corazón aspira. Le pido, desde aquí, que me ayude a descubrir todos esos secretos que ni yo misma sé para que mi alma le esté siempre dispuesta hacer su voluntad.

    Gracias, D. Javier, feliz día para todos.

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  4. leyendo y escuchando esto solo puedo decir que si los hombres callamos, verdaderamente gritaran las piedras.

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  5. Qué actual resuenan las palabras de esta catequesis.

    ¡No tengaís miedo de acoger a Cristo y de aceptar su potestad!.
    Ciertamente estas palabras nos tienen que transformar, cómo dice D. Javier, sería una traición a Cristo escondernos en las sacristías y no salir a la plaza pública.
    No es cuestión de gritar, o de cotorrear, sólo es cuestión de hablar claro.

    En el evangelio de hoy Jesús con sus propias palabras nos dice "... yo se bien a quiénes he elegido...", Yo le pido ser valiente para no ser su traidor.


    P.D. Felicidades por los nuevos avences informáticos (imágenes y sonido) que están incorporándose en el blog, le veo a Ud. en el próximo encuentro de bloguero con el Papa.

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  6. Ha sido despues de morir J Pablo II cuando he leído algunas cosas suyas que me han gustado mucho y cuando deseo segurir leyéndolo y viendo sus apariciones públicas.
    En Youtube hay bastantes vídeos pero apenas se puede encontrar una homilía en su integridad. Eso debe andar en poder del Vaticano o de las TV de los diferentes paises que visitó y deberían colgarse en la red como un patrimonio universal

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  7. Pedro Arroyo Gómez.19 mayo, 2011 21:12

    Sigo teniendo miedo y me preocupa el futuro.
    Estoy falto de motivación y eso me lleva a no ser valiente.
    ¡¡NECESITO FORMACIÓN!!

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  8. Gosspi:

    Esto que ha leído y oído es un verdadero kerygma, el impacto que provoca el anuncio de Cristo. Si le ha dado consuelo a su alma, ¡bendito sea Dios!

    NIP:

    Me alegro de que sus puertas estén abiertas de par en par; más me preocupa que le guste el "toque multimedia", no vaya a ser que se acostumbre... y uno que es torpe, y poco creativo, vuelva a métodos más primitivos para el blog.

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  9. Capuchino de Silos:

    En todo paz. Quiera al Señor y Él le irá mostrando el camino y cómo amarle.

    mento:

    ¡Desde luego! ¡Gritarían las piedras! A nosotros nos toca gritar desde las azoteas, en el ágora, en el foro, en los nuevos areópagos de pensamiento y medios de comunicación...

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  10. Catequista:

    Jamás es la sacristía un lugar para los católicos. Jamás.

    El sitio de los católicos es el mundo, ese material profano para darle forma divina. El sitio de los católicos es el mundo. Y como el movimiento del corazón, sístole y diástola, de la Iglesia al celebrar, formarnos y rezar, salimos lanzados, bombeados, al mundo.

    Le digo lo mismo que a NIP con lo audiovisual: no se acostumbre... que no domino tanto estas técnicas.

    Aprendiz:

    Sí, tiene cosas, homilías, proféticos e impactantes. Tengo en mente buscar algunas de esas homilías especialmente kerygmáticas (en sus viajes y en encuentros con jóvenes) y traerlas al blog, para que nos sigan impactando ahora a nosotros.


    Pedro:

    ¿qué decirte?
    La formación la tienes aquí; la oración, también, pues todos rezamos por todos.
    Y mi cariño de siempre también: sólo mandarte un fortísimo abrazo que disipe todo temor.

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  11. " Con frecuencia el hombre actual no sabe lo que lleva dentro, en lo profundo de su ánimo, de su corazón"

    Así es, podemos pasarnos la vida dándonos cabezazos contra la pared buscando la felicidad, la paz, en dónde y en quién no la podemos encontrar, solo El conoce lo que hay en el corazón del hombre y nos quiere con locura, que pena no abrirle la puerta de par en par , muchas veces sólo le abrimos una rendijita.Que el Espiritu Santo nos conceda el saber y querer abrir la puerta de nuestro corazón de par en par a Cristo.
    Una buena ayuda será la catequesis de D. Javier de preparación a Pentecostés. La espero con ilusión.

    Buenas noches a todos

    María M.

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