miércoles, 10 de febrero de 2010

Presencia pública de los católicos

Un reciente discurso del papa Benedicto nos da unas cuantas pistas dignas de tener en consideración, porque es mucho lo que nos jugamos hoy.

Les decía el Papa a un grupo de obispos de Inglaterra y Gales en visita ad limina (1-febrero-2010):


"Os exhorto como Pastores para garantizar que la enseñanza moral de la Iglesia se presenta siempre en su totalidad y es defendida convincentemente. La fidelidad al Evangelio no restringe la libertad de los demás – por el contrario, sirve a su libertad, ofreciéndoles la verdad. Seguid insistiendo en vuestro derecho a participar en el debate nacional a través de un diálogo respetuoso con los demás elementos en la sociedad. Al hacerlo, no sólo mantenéis la larga tradición británica de libertad de expresión e intercambio franco de opiniones, sino que además estaréis dando voz a las convicciones de muchas personas que carecen de los medios para expresarse: cuando tantos de la población afirman que son cristianos, ¿cómo podría nadie disputar el derecho del Evangelio a ser escuchado?

Si el mensaje de salvación plena de Cristo se ha de presentar de manera eficaz y convincente para el mundo, la comunidad católica en vuestro país, tiene que hablar con una sola voz. Esto requiere que no sólo vosotros, los obispos, sino también los sacerdotes, profesores, catequistas, escritores – en definitiva, que todos los que participan en la tarea de comunicar el Evangelio – estén atentos a las inspiraciones del Espíritu, que guía a toda la Iglesia en la verdad, la reúne en su unidad e inspira en ella el celo misionero.

Preocupaos, por tanto, de aprovechar los considerables dones de los fieles laicos en Inglaterra y Gales y mirad que estén preparados para pasar la fe a las nuevas generaciones de forma exhaustiva, precisa y con una aguda conciencia de que al hacerlo están jugando su parte en la misión de la Iglesia. En un entorno social que alienta la expresión de una variedad de opiniones sobre cada cuestión que se plantea, es importante reconocer la disidencia por lo que es, y no confundirla con una contribución madura a un debate equilibrado y amplio. Es la verdad revelada a través de la Escritura y la Tradición, y articulada por el Magisterio de la Iglesia, la que nos hace libres".

¿Qué podemos destacar y aplicar?


-La realidad en España es una beligerancia laicista donde se hay suprimido realmente el diálogo sustituyéndolo por paradigmas culturales cerrados, con claros matices relativistas.

-Ante esta situación, los católicos deben entrar en la cultura contemporánea con fuerza y respeto, pero sin omitir, disimular o falsear la Verdad. ¡Libertad de expresión también para los católicos, que es a los únicos a los que hoy se les niega!


-Los participantes: obispos, sacerdotes y diáconos... junto con los catequistas, los docentes, los escritores (¡larga tradición de escritores católicos en Inglaterra!, ¿y hoy en España?), pero todos a una, bebiendo de la Tradición y del Magisterio para que se oiga una sola voz católica y no un disenso relativista que confunda finalmente a todos (¡cuántos grupúsculos en lugar de teología lo que poseen es ideología cristiana y además sólo están pendientes de su grupo, comunidad o movimiento desentendiéndose del bien de toda la Iglesia!).

-Insistencia, por último, en la necesaria formación doctrinal de los fieles laicos para su presencia pública en el mundo y para la transmisión de la fe a las nuevas generaciones. Todas las iniciativas serias (nada de buenismo, ni de grupitos de fe en plan terapia de amistad) de formación y capacitación teológica y doctrinal serán pocas.

-El laicado debe despertar y empezar a reconocer tanto la necesidad de formación como poner los remedios prácticos; los pastores deben volcar hoy sus esfuerzos en una pastoral de adultos, en una docencia seria y razonada, en una promoción doctrinal del laicado y en el acompañamiento del laicado (también en la confesión, dirección espiritual, etc.).


¡Ay, si es que estamos en el mundo, pero no somos del mundo! Y para combinar este binomio, la solidez doctrinal es imprescindible.

3 comentarios:

  1. Qué razón tiene tanto el Papa como usted.

    Me preguntaría: para cuando un master presencial y a distancia, para que los universitarios y profesionales católicos tengamos obtengamos esta formación necesaria... Para eso tenemos unas estupendas universidades católicas en España. En estos asuntos se trata de predicar y dar trigo :)))

    A lo mejor existe ya ese master... pero en mi ignorancia lo desconozco.

    Dios le bendiga

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  2. Miserere:

    En buena medida, tiene Vd. razón.
    Hay Master en Matrimonio y Familia, impartido por profesorado vinculado al Instituto Pont. Juan Pablo II que se imparte en varias diócesis.

    En otras diócesis existen los Institutos Superiores de ciencias religiosas (5 años de estudio creo), con convalidación civil y no sé bien cuál es el grado académico eclesiástico que se alcanza.

    Pero, a distancia, poco.

    No obstante estas iniciativas hasta cierto punto son novedosas y deben ir cuajando en las diócesis y en la mentalidad de los propios fieles.

    Añadamos que los blogs serios de formación hacen un servicio impagable con artículos de teología y reflexión. Distintos, por su naturaleza, a páginas de actualidad religiosa o de información, necesarias, pero que no son teología seria.

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  3. Cierto D. Javier. :)

    Los blogs están cubriendo, poco a poco, ese hueco que existe entre la Fe y el conocimiento de la misma Fe. Cada vez es más fácil obtener respuestas a las dudas que nos surgen en la vida cotidiana.

    Todo se andará y seguro que van apareciendo opciones de formación no presencial que apoyen a quienes viven lejos de los centros académicos o su vida es "complicadilla" :)

    Dios le bendiga.

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