jueves, 11 de febrero de 2010

Congreso Eucarístico Nacional en Toledo (mayo, 2010) - 2

Sigamos creando ambiente. Una celebración importante, señera, como es un Congreso Eucarístico Nacional no debe pasar desapercibida, sino ser un acontecimiento eclesial, un momento de Gracia. Para ello hemos de disponernos.

Cualquier Congreso Eucarístico debe incluir tres dimensiones, a saber (y según el Ritual):

"Para preparar un Congreso se ha de hacer sobre todo:

a) Una catequesis más profunda y acomodada a la cultura de los diversos grupos humanos acerca de la Eucaristía, principalmente en cuanto constituye el misterio de Cristo viviente y operante en la Iglesia.

b) Una participación más activa en la sagrada liturgia, que fomente al mismo tiempo la escucha religiosa de la palabra de Dios y el sentido fraterno de la comunidad.

c) Una investigación de las ayudas y la puesta en marcha de obras sociales para la promoción humana y para la comunicación cristiana de bienes incluso temporales, a ejemplo de la primitiva comunidad cristiana, para que el fermento evangélico se difunda desde la mesa eucarística por todo el orbe como fuerza de edificación de la sociedad actual y prenda de la futura" (RCCE, 111).

Por eso es momento eclesial para:

+ renovada y más amplia catequesis sobre la Eucaristía, en parroquias, sesiones de catequesis de adultos, retiros y conferencias..., en toda España (incluyamos los blogs) y en Toledo durante el Congreso

+ En el Congreso, la participación plena, consciente, activa, interior y fructuosa de las distintas celebraciones litúrgicas, como modo adecuado de vivir desde ahora la liturgia, con celebraciones solemnes, dignas y orantes a tenor del rito romano según el Misal de Pablo VI y del rito hispano-mozárabe

+ Y pues la Eucaristía es la Caridad de Dios, ésta se hará expansiva con obras sociales y de caridad, fruto y signo de un verdadero Congreso.

¡Si lo supiéramos aprovechar todos, el Congreso eucarístico nacional en Toledo dará fruto y fruto abundante!

1 comentario:

  1. Estimado Padre:

    Muy cierto lo que dice, aunque todo debería nacer de la archidiócesis de Toledo antes.

    ¿Y porqué excluye la celebración de la Eucaristía en la forma extraordinaria del rito romano?

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